sábado, 14 de julio de 2018

#hemeroteca #plumafobia | La 'plumofobia' entre gais: ser homosexual sin que se note

Imagen: El MUndo / MADO 2018
La 'plumofobia' entre gais: ser homosexual sin que se note.
Cada vez más homosexuales se presentan como 'hombres a los que les gustan los hombres, no los afeminados'. "Piden y exigen rollo hetero", critican en el colectivo.
Álvaro Celorio | El Mundo, 2018-07-14
http://www.elmundo.es/papel/historias/2018/07/14/5b487391268e3eb4768b45c7.html

Pongamos que hablamos de la venta de un coche de segunda mano: ¿cuántos kilómetros tiene? ¿Cuándo pasó la ITV? ¿Ha dormido en garaje o en la calle? ¿Algún accidente? ¿Tiene bollos? ¿Recién pintado? ¿Gasolina o diésel?

Pongamos que hablamos de algo más físico. ¿Peso? ¿Foto de cuerpo? ¿Último análisis? ¿Qué te va? ¿Vas al gimnasio? ¿Eres masculino o tienes pluma? ¿No serás asiático?

Dejando de lado las metáforas, el sexo se está convirtiendo en un gran mercado de carne. En el ambiente gay, las aplicaciones de ligoteo están favoreciendo la aparición de castas sexuales que no se relacionan con otras si no cumplen sus requisitos físicos. Sexo a la carta.

"Imagina tener hambre, abrir la nevera y encontrar lo que más te apetece comer", ilustra Iván Zaro, trabajador social y cofundador de la ONG Imagina Más, especializada en la atención a la comunidad LGTBI.

Según este experto, apps como Tinder o Grindr refuerzan y reproducen el modelo de masculinidad hegemónica: "A nivel corporal, a través de cuerpos musculados, peludos, con facciones duras y miradas distantes. Y también a través de conductas puedan pasar por las de cualquier hombre heterosexual, como la dominación, el utilitarismo o la hipersexualización", asegura.

Estas castas, generalmente todas cortadas con el mismo patrón -hombre blanco, musculado, con barba... O lo que es lo mismo: la ‘homonormatividad’ personificada-, incurren en conductas homófobas y racistas para conseguir sexo a la carta: "Piden y exigen rollo hetero o se etiquetan como masculinos y demandan lo mismo", detalla Zaro, que destaca también la perversidad de dicho planteamiento. "Se te permite ser gay siempre y cuando nadie lo note y sea en la clandestinidad".

Estos sibaritas del sexo entienden el acto de manera mecánica y lúdica. Para ellos, conseguirlo es como comprar un libro en Amazon o una camisa en Zara: si no te gusta, saltas al siguiente. "Tenía un amigo al que siempre solían decirle antes de bloquearle 'Eres guapo, pero estarías mejor si fueras al gimnasio'".

En el colectivo LGTBI, la propensión a patologías mentales como las depresiones o las tendencias mentales es superior que entre otros, tal y como acreditan diversos informes. Entre otras cosas, por la discriminación a la que se ven constantemente sometidos. Algo que, desde la propia comunidad, favorecen estos Adonis: "Las aplicaciones hacen que nos comportemos reduciendo a las personas a meros objetos: queremos follar aquí y ahora", explica Zaro. "Esto genera mucha frustración por la presión de grupo. He conocido a chicos a los que las aplicaciones les han hecho sentirse mal con su propio cuerpo o identidad como hombres por el hecho de tener pluma".

La autoestima se ve mellada por la constante exposición a un público acostumbrado a pedir compañía a medida, por lo que el principal objetivo es intentar gustar. "Actúa el sistema de recompensa: cuantos más likes o mensajes recibas, te sientes mejor valorado", argumenta Zaro. ¿Y quiénes son los más discriminados? "Los mayores, ya que dejan de tener cuerpos deseables, los que tengan pluma, los migrantes... y aquellos con diversidad funcional".

Ante este hecho, las ramas más críticas del colectivo homosexual denuncian que "se sale del armario para entrar al gimnasio", ya que la presión cultural actúa como canalizador de una cultura en la que si no se tiene más bíceps que cabeza, no se es atractivo. "En lugar de celebrar la diversidad, parece que seguimos censurándonos, persiguiendo un modelo de hombre que ante los ojos de la sociedad no es homosexual", critica Zaro.

Un modelo que está más extendido de lo que parece. No hay más que echar un vistazo a las fotos de los desfiles por el Orgullo Gay en estas fechas, donde cabe preguntarse si estamos ante una clonación masiva del marine con barbita.

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