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El país que más horas trabaja del mundo se está quedando sin tiempo ni ganas para engendrar.
Astrid Otal | PlayGround, 2018-07-12
https://www.playgroundmag.net/now/los-surcoreanos-se-extinguiran-en-2750-si-no-se-ponen-ya-a-tener-mas-hijos_30167330.html
A los surcoreanos podría matarles el capitalismo. Dejar de existir -literalmente- en un mundo que continuará sin ellos. En el país no están naciendo suficientes bebés para mantener la población. La gente muere y cada vez son menos los que vienen detrás. Es la consecuencia del llamado milagro económico que vivieron.
Si solo se mira a su economía, se celebran los datos y al resto puede despertarnos incluso cierta envidia: su tasa de desempleo no supera el 3% y el salario medio es de más de 35.000 euros al año. Luego viene el reverso: tener un hijo parece incompatible con la furia del mercado laboral.
Con la tasa de natalidad actual -situada en 1,19 hijos por mujer-, el país perderá 10 millones de habitantes en 2056 y 30 millones para 2100. En 2750, ya no habrá surcoreanos. La simulación del fin la ha realizado la Asamblea Nacional de Corea del Sur.
Más gente está decidiendo posponer el matrimonio, posponer tener hijos. Si es que llegan. Para entenderlo, todos vuelven la vista atrás. En los años 80, el país inició una transformación bestial. No había sindicatos ni derechos laborales porque el dictador militar Park Chung-hee, que asesinaron un año antes, los había prohibido. Pero Chung-hee puso los cimientos para crear un potencia: protegió un oligopolio y empezó a dar crédito a las compañías. Hoy en el mundo entero se tiene móviles Samsung, coches Hyundai y aires acondicionados LG. En poco tiempo, Corea del Sur pasó de una economía poco desarrollada a una potencia.
Las sagas de corrupción tampoco fallan. Casi todos los mandatarios en democracia han estado envueltos en algún escándalo. El más sonado fue el llamado La Rasputina, donde a la expresidenta Park Geun-hye, hija del dictador, fue condenada a 24 años de prisión por abuso de poder, coacción y soborno. Siguiendo los pasos de su padre, la exmandataria concedió favores políticos a los grandes conglomerados surcoreanos -como Samsung- a cambio de decenas de millones de dólares.
Pero los problemas de derechos laborales no están solo en las grandes corporaciones -conocidas como chaebols-, sino que afecta a todos los sectores, incluso más. Los que limpian, cocinan o trabajan en una tienda de ropa. Solo en marzo de 2018, una ley aprobada lograba acabar con la jornada laboral inhumana de 68 horas y pasaban el tope a 52.
La boyante economía que no para de producir impide tener tiempo. Los que quieren tener una familia relegan el deseo. Ahora al país le preocupa extinguirse. Spolier: después de Corea del Sur, unos de los que menos nacimientos ven son los españoles.
Si solo se mira a su economía, se celebran los datos y al resto puede despertarnos incluso cierta envidia: su tasa de desempleo no supera el 3% y el salario medio es de más de 35.000 euros al año. Luego viene el reverso: tener un hijo parece incompatible con la furia del mercado laboral.
Con la tasa de natalidad actual -situada en 1,19 hijos por mujer-, el país perderá 10 millones de habitantes en 2056 y 30 millones para 2100. En 2750, ya no habrá surcoreanos. La simulación del fin la ha realizado la Asamblea Nacional de Corea del Sur.
Más gente está decidiendo posponer el matrimonio, posponer tener hijos. Si es que llegan. Para entenderlo, todos vuelven la vista atrás. En los años 80, el país inició una transformación bestial. No había sindicatos ni derechos laborales porque el dictador militar Park Chung-hee, que asesinaron un año antes, los había prohibido. Pero Chung-hee puso los cimientos para crear un potencia: protegió un oligopolio y empezó a dar crédito a las compañías. Hoy en el mundo entero se tiene móviles Samsung, coches Hyundai y aires acondicionados LG. En poco tiempo, Corea del Sur pasó de una economía poco desarrollada a una potencia.
Las sagas de corrupción tampoco fallan. Casi todos los mandatarios en democracia han estado envueltos en algún escándalo. El más sonado fue el llamado La Rasputina, donde a la expresidenta Park Geun-hye, hija del dictador, fue condenada a 24 años de prisión por abuso de poder, coacción y soborno. Siguiendo los pasos de su padre, la exmandataria concedió favores políticos a los grandes conglomerados surcoreanos -como Samsung- a cambio de decenas de millones de dólares.
Pero los problemas de derechos laborales no están solo en las grandes corporaciones -conocidas como chaebols-, sino que afecta a todos los sectores, incluso más. Los que limpian, cocinan o trabajan en una tienda de ropa. Solo en marzo de 2018, una ley aprobada lograba acabar con la jornada laboral inhumana de 68 horas y pasaban el tope a 52.
La boyante economía que no para de producir impide tener tiempo. Los que quieren tener una familia relegan el deseo. Ahora al país le preocupa extinguirse. Spolier: después de Corea del Sur, unos de los que menos nacimientos ven son los españoles.
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