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| Imagen de Ulises, El Mundo |
Rebeca Yanke | El Mundo, 2015-03-08
http://www.elmundo.es/espana/2015/03/08/54fb4b6be2704ec7518b4570.html
Olvídese de la imagen del feminismo como un grupo de mujeres que se reúne periódicamente para preparar acciones en pro de la visibilidad. El movimiento en 2015 es "mucho menos monolítico que en sus inicios, más fragmentario y plural". Así lo describe la investigadora y profesora de la Universidad Europea de Madrid Carolina Meloni -autora de “Las fronteras del feminismo. Teorías nómadas, mestizas y posmodernas”- y su característica principal es que incluye "nuevas reivindicaciones, desde las luchas postcoloniales, pasando por el feminismo lesbiano, el queer e incluso el ecofeminismo y el punkfeminismo". ¿Se puede decir que hay, entonces, un nuevo feminismo? Parece que sí o, por lo menos, se puede hablar de "nuevos feminismos".
La madrileña Elena Gascón-Vera, profesora en Wellesley College, una universidad sólo para féminas de los Estados Unidos, tiene claro que "el feminismo del siglo XXI está cambiando hacia una ideología que incluye y acepta todo tipo de mujer, apoya la inclusión de identidades distintas y la apreciación del cuerpo y la sexualidad femeninas" Como contraste con la Segunda Ola del feminismo -el que imperó en la década de los 70 del siglo XX-, Gascón-Vera destaca "el rechazo del feminismo actual a cualquier tipo de uniformidad en la definición de mujer, y que promulgue la aceptación de todas las orientaciones sexuales".
Esta Tercera Ola, que ya se está convirtiendo en Cuarta, la describe esta experta como "una combinación de feminismo, lucha por los derechos queer y otros movimientos pro-sex, porque las feministas del siglo XXI están promoviendo una conversación más abierta sobre temas sexuales". Pro-sex se define, precisamente, la Doctora Glas -y también como escritora blogger, tuitera y feminista-, que se expresa como sigue: "El pro-sex se erige como un movimiento de liberación que, desde el feminismo, defiende nuestro derecho al placer y a la erótica, se preocupa por nuestra seguridad y salud como seres deseantes y cuestiona los modelos de sexualidad hegemónica. Sin educación sexual y sin feminismo, la igualdad efectiva entre los géneros no es más que una quimera".
Como todo en la actualidad, también el feminismo se ha visto alterado por la irrupción de internet primero y las redes sociales después. El colectivo horizontal Sangre Fucsia -"somos las vísceras, el puñetazo, la hemorragia"- sostiene que "el feminismo está de moda y que internet ayuda en la generación de redes donde compartir estrategias". "Nosotras nos fijamos mucho más en lo que se realiza en Latinoamérica que en Europa, quizá por la cercanía lingüística y porque aporta una crítica descolonial que es urgente incorporar a nuestros feminismos", reflexionan.
Esta visión expansiva encajan con la de las integrantes de Pikara Magazine, cuyos análisis sociales parten de una "perspectiva feminista y el compromiso a favor de la igualdad y la diversidad". "Estamos aprendiendo mucho de las propuestas y acciones de las latinoamericanas e internet es una excelente herramienta para conectarnos con feministas de otras latitudes", cuentan.
Ambas argumentaciones coincide con la de Carmen G. de la Cueva, periodista, poeta y editora del portal sobre feminismo y literatura La tribu de Frida y la revista feminista de creación y ensayo Blusa. "Creo que durante décadas el feminismo ha sido silenciado, marginado. Muchas mujeres no se consideraban feministas, no querían verse como feministas. Ha sido un término maltratado y desposeído de su esencia: la igualdad entre géneros. Pero creo que internet está cambiando eso. Internet está democratizando el acceso al feminismo", explica.
Desde que Carmen abrió el espacio “La tribu de Frida” le han llegado "muchísimos mensajes de chicas que se han “convertido” al feminismo porque han visto que es posible gracias a la poesía, a la literatura". "Ahora existen herramientas que facilitan la participación y la diversidad, lo que yo he llamado feminismo desde las trincheras o feminismo 3.0. Creo que está habiendo un relevo generacional. Ahora somos las más jóvenes las que usamos nuestros blogs como pancartas, somos feministas, decimos, con mucho orgullo, aunque el barómetro del CIS diga que sólo el 1,5% de las mujeres se considere feminista", ahonda.
Porque "las redes sociales", dice la Doctora Glas, "son poder" y "si las feministas no están en ellas están perdiendo la oportunidad de sacar el propio feminismo y sus problemáticas del gueto del activismo". Y de este análisis se desprende que sólo a través del hermanamiento se llega al éxito, entendido éste como una correcta transmisión de los intereses y objetivos de un movimiento que a medida que se desarrolla muta.
La 'sororidad' o el hermanamiento
Por eso G. de la Cueva reclama más atención sobre el término sororidad, aunque quizá le suene más su versión anglófona: “sisterhood”. "Aunque esta palabra no aparezca en nuestra amada RAE, es un término que viene del latín, “soror, sororis”, que significa hermana o relativo a la hermandad. Me gusta pensar que el feminismo actual bebe de ese lema, "sisterhood is powerful", que la feminista y poeta Robin Morgan acuñó en los 70, porque el feminismo en 2015 se nutre de ese espíritu: las mujeres deben apoyarse, establecer alianzas, confiar las unas en las otras, trabajar juntas".
Ese “juntas” pasa por asumir que "la fragmentación implica pluralidad", como afirma June Fernández, la directora de Pikara Magazine, "todo tipo de corrientes que abordan temas muy diversos desde enfoques variopintos, ecofeminismo, transfeminismo, economía feminista, feminismo cristiano, feminismo islámico, feminismo gitano...".
Una nueva manera de comunicar
En palabras de Asunción Bernardez Rodal, directora del Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid, "el cambio más espectacular que ha vivido el feminismo entre 2000 y 2015 es el de las formas de comunicación". Bernardez no se atreve a afirmar que exista un "nuevo feminismo" pero sí "una nueva manera de comunicarlo".
"El feminismo ya no es convencional y, desde que hubo gobierno paritario y existe la ley de igualdad también ha aparecido una mayor conciencia pública de que los asuntos que trata el feminismo no son una invención de las feministas y esto ha cambiado el hacer de las mujeres", considera.
Según esta experta, hasta en programas de televisión vespertinos y muy conocidos se aprecia "un feminismo difuso" que da una idea de "cómo ha calado el discurso del feminismo, quizá no de forma radical, pero presente está". "La lucha es permanente y ha de continuar, pero la realidad de la mujer joven empuja al reconocimiento incluso entre quienes no se declaran feministas".
El movimiento 15M ha fortalecido el desarrollo de este feminismo de red social. La Doctora Glas habla de "espacios feministas autogestionados a partir de ese momento" y Meloni también los menciona -"de la calle al blog o al Congreso de los Diputados, hace tiempo que el feminismo ha ido tomando y conquistando diversos espacios, a la par que ha ido modificando las acciones políticas según los tiempos"-.
¿Y los hombres?
¿Cuál sería el lugar de los hombres en toda esta revolución? Sangre Fucsia les anima a "incluirse en el feminismo revisando sus privilegios porque evidentemente no resulta sencillo para nadie renunciar a una situación en la que sales ganando"; G. de la Cueva les recuerda una tarea importante: "sacudirse el miedo a considerarse feministas";Pikara Magazine "trata de aumentar el compromiso a favor de la igualdad también en ellos" pero "sigue viendo necesario mantener espacios de mujeres y que éstas sigan siendo las protagonistas de las movilizaciones", mientras la Doctora Glas ve "importantísimo" su papel. "El feminismo no es una lucha de las mujeres, es una lucha de la ciudadanía, seas hombre, mujer, lesbiana, gay, trans o cyborg".
La madrileña Elena Gascón-Vera, profesora en Wellesley College, una universidad sólo para féminas de los Estados Unidos, tiene claro que "el feminismo del siglo XXI está cambiando hacia una ideología que incluye y acepta todo tipo de mujer, apoya la inclusión de identidades distintas y la apreciación del cuerpo y la sexualidad femeninas" Como contraste con la Segunda Ola del feminismo -el que imperó en la década de los 70 del siglo XX-, Gascón-Vera destaca "el rechazo del feminismo actual a cualquier tipo de uniformidad en la definición de mujer, y que promulgue la aceptación de todas las orientaciones sexuales".
Esta Tercera Ola, que ya se está convirtiendo en Cuarta, la describe esta experta como "una combinación de feminismo, lucha por los derechos queer y otros movimientos pro-sex, porque las feministas del siglo XXI están promoviendo una conversación más abierta sobre temas sexuales". Pro-sex se define, precisamente, la Doctora Glas -y también como escritora blogger, tuitera y feminista-, que se expresa como sigue: "El pro-sex se erige como un movimiento de liberación que, desde el feminismo, defiende nuestro derecho al placer y a la erótica, se preocupa por nuestra seguridad y salud como seres deseantes y cuestiona los modelos de sexualidad hegemónica. Sin educación sexual y sin feminismo, la igualdad efectiva entre los géneros no es más que una quimera".
Como todo en la actualidad, también el feminismo se ha visto alterado por la irrupción de internet primero y las redes sociales después. El colectivo horizontal Sangre Fucsia -"somos las vísceras, el puñetazo, la hemorragia"- sostiene que "el feminismo está de moda y que internet ayuda en la generación de redes donde compartir estrategias". "Nosotras nos fijamos mucho más en lo que se realiza en Latinoamérica que en Europa, quizá por la cercanía lingüística y porque aporta una crítica descolonial que es urgente incorporar a nuestros feminismos", reflexionan.
Esta visión expansiva encajan con la de las integrantes de Pikara Magazine, cuyos análisis sociales parten de una "perspectiva feminista y el compromiso a favor de la igualdad y la diversidad". "Estamos aprendiendo mucho de las propuestas y acciones de las latinoamericanas e internet es una excelente herramienta para conectarnos con feministas de otras latitudes", cuentan.
Ambas argumentaciones coincide con la de Carmen G. de la Cueva, periodista, poeta y editora del portal sobre feminismo y literatura La tribu de Frida y la revista feminista de creación y ensayo Blusa. "Creo que durante décadas el feminismo ha sido silenciado, marginado. Muchas mujeres no se consideraban feministas, no querían verse como feministas. Ha sido un término maltratado y desposeído de su esencia: la igualdad entre géneros. Pero creo que internet está cambiando eso. Internet está democratizando el acceso al feminismo", explica.
Desde que Carmen abrió el espacio “La tribu de Frida” le han llegado "muchísimos mensajes de chicas que se han “convertido” al feminismo porque han visto que es posible gracias a la poesía, a la literatura". "Ahora existen herramientas que facilitan la participación y la diversidad, lo que yo he llamado feminismo desde las trincheras o feminismo 3.0. Creo que está habiendo un relevo generacional. Ahora somos las más jóvenes las que usamos nuestros blogs como pancartas, somos feministas, decimos, con mucho orgullo, aunque el barómetro del CIS diga que sólo el 1,5% de las mujeres se considere feminista", ahonda.
Porque "las redes sociales", dice la Doctora Glas, "son poder" y "si las feministas no están en ellas están perdiendo la oportunidad de sacar el propio feminismo y sus problemáticas del gueto del activismo". Y de este análisis se desprende que sólo a través del hermanamiento se llega al éxito, entendido éste como una correcta transmisión de los intereses y objetivos de un movimiento que a medida que se desarrolla muta.
La 'sororidad' o el hermanamiento
Por eso G. de la Cueva reclama más atención sobre el término sororidad, aunque quizá le suene más su versión anglófona: “sisterhood”. "Aunque esta palabra no aparezca en nuestra amada RAE, es un término que viene del latín, “soror, sororis”, que significa hermana o relativo a la hermandad. Me gusta pensar que el feminismo actual bebe de ese lema, "sisterhood is powerful", que la feminista y poeta Robin Morgan acuñó en los 70, porque el feminismo en 2015 se nutre de ese espíritu: las mujeres deben apoyarse, establecer alianzas, confiar las unas en las otras, trabajar juntas".
Ese “juntas” pasa por asumir que "la fragmentación implica pluralidad", como afirma June Fernández, la directora de Pikara Magazine, "todo tipo de corrientes que abordan temas muy diversos desde enfoques variopintos, ecofeminismo, transfeminismo, economía feminista, feminismo cristiano, feminismo islámico, feminismo gitano...".
Una nueva manera de comunicar
En palabras de Asunción Bernardez Rodal, directora del Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid, "el cambio más espectacular que ha vivido el feminismo entre 2000 y 2015 es el de las formas de comunicación". Bernardez no se atreve a afirmar que exista un "nuevo feminismo" pero sí "una nueva manera de comunicarlo".
"El feminismo ya no es convencional y, desde que hubo gobierno paritario y existe la ley de igualdad también ha aparecido una mayor conciencia pública de que los asuntos que trata el feminismo no son una invención de las feministas y esto ha cambiado el hacer de las mujeres", considera.
Según esta experta, hasta en programas de televisión vespertinos y muy conocidos se aprecia "un feminismo difuso" que da una idea de "cómo ha calado el discurso del feminismo, quizá no de forma radical, pero presente está". "La lucha es permanente y ha de continuar, pero la realidad de la mujer joven empuja al reconocimiento incluso entre quienes no se declaran feministas".
El movimiento 15M ha fortalecido el desarrollo de este feminismo de red social. La Doctora Glas habla de "espacios feministas autogestionados a partir de ese momento" y Meloni también los menciona -"de la calle al blog o al Congreso de los Diputados, hace tiempo que el feminismo ha ido tomando y conquistando diversos espacios, a la par que ha ido modificando las acciones políticas según los tiempos"-.
¿Y los hombres?
¿Cuál sería el lugar de los hombres en toda esta revolución? Sangre Fucsia les anima a "incluirse en el feminismo revisando sus privilegios porque evidentemente no resulta sencillo para nadie renunciar a una situación en la que sales ganando"; G. de la Cueva les recuerda una tarea importante: "sacudirse el miedo a considerarse feministas";Pikara Magazine "trata de aumentar el compromiso a favor de la igualdad también en ellos" pero "sigue viendo necesario mantener espacios de mujeres y que éstas sigan siendo las protagonistas de las movilizaciones", mientras la Doctora Glas ve "importantísimo" su papel. "El feminismo no es una lucha de las mujeres, es una lucha de la ciudadanía, seas hombre, mujer, lesbiana, gay, trans o cyborg".
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