Barcelona : La Cúpula, 2015 [03-27]
108 p. : todas il. bl. y n.
ISBN 9788415724988 / 12 €
/ ES / Cómics
/ Ambiente / Comunidades homosexuales / Novela gráfica
Peluche, aparte de ser guionista de cómic y bear, es tan previsor que ha decidido tener la crisis de los 50 cinco años antes, para irse haciendo a la idea, más que nada. Y así, entre quejas y pelos, y para acabarlo de arreglar, descubre el mundo hipster con sus exposiciones de vanguardia, sus barras libres de cerveza y su intrincado código, siempre unido a las últimas tendencias. Un relato plagado de modeleo, fiesteo, copeo, postureo y muchos otros “eos” entre chulazos de barba cuidada, gafas de pasta, camisas de leñador y tatuajes de diseño, que transcurre en escenarios tan dispares como Barcelona, Madrid, Murcia, Totana o un área de servicio de Zaragoza.
Peluche se dedica a la traducción pero lo que de verdad le gusta es escribir guiones. Lleva un montón de años firmando novelas gráficas, aunque quien se lleva la fama es David, el dibujante. Tiene un hijo independizado y con novia, un ex instalado en casa y una crisis de madurez que no es ninguna tontería. Su padre cada día está más chocho y más insoportable, los últimos novios le han salido regular y el verano ya está a la vuelta de la esquina para recordarnos que el mundo es de los yogurines. La vida cada año le pesa un poco más, y con cuarenta y cinco tacos encima Peluche se siente un carroza, un abuelo, una reliquia. Agobios y tontería, porque en realidad es un tío que conserva su encanto y su atractivo. ¿De qué si no se iba a llamar la atención de Ismael, un hipster que está a la última en tendencias, se traga todos los ciclos raros de la filmoteca, hace fotos de lo que come para subirlo a Internet y no se pierde una expo de vanguardia?
“No debí enrollarme con una moderna” es la nueva novela gráfica de Sebas Martín, autor de títulos como “Estoy en ello”, “Los chulos pasan pero las hermanas quedan”, “Yo lo vi primero” o “Ideas de bombero”, cada uno de ellos una perla del costumbrismo. Historias de temática homosexual, doméstica, sentimental, urbana... y de sentir absolutamente contemporáneo. Sebas, que tiene ese talento de hacer que lo difícil parezca fácil, relata con una claridad y una habilidad enormes las alegrías y las penas de personajes corrientes como nosotros, su día a día, sus movidas emocionales y sus cuitas eróticas, sus triunfos y sus frustraciones, sus pesares cotidianos y sus golpes de suerte. Cada una de las novelas gráficas de Sebas Martín, auténtico maestro del culebrón, es un canto encubierto a la alegría de vivir, al sexo, al amor y a la amistad. Ésta no es una excepción.
Peluche se dedica a la traducción pero lo que de verdad le gusta es escribir guiones. Lleva un montón de años firmando novelas gráficas, aunque quien se lleva la fama es David, el dibujante. Tiene un hijo independizado y con novia, un ex instalado en casa y una crisis de madurez que no es ninguna tontería. Su padre cada día está más chocho y más insoportable, los últimos novios le han salido regular y el verano ya está a la vuelta de la esquina para recordarnos que el mundo es de los yogurines. La vida cada año le pesa un poco más, y con cuarenta y cinco tacos encima Peluche se siente un carroza, un abuelo, una reliquia. Agobios y tontería, porque en realidad es un tío que conserva su encanto y su atractivo. ¿De qué si no se iba a llamar la atención de Ismael, un hipster que está a la última en tendencias, se traga todos los ciclos raros de la filmoteca, hace fotos de lo que come para subirlo a Internet y no se pierde una expo de vanguardia?
“No debí enrollarme con una moderna” es la nueva novela gráfica de Sebas Martín, autor de títulos como “Estoy en ello”, “Los chulos pasan pero las hermanas quedan”, “Yo lo vi primero” o “Ideas de bombero”, cada uno de ellos una perla del costumbrismo. Historias de temática homosexual, doméstica, sentimental, urbana... y de sentir absolutamente contemporáneo. Sebas, que tiene ese talento de hacer que lo difícil parezca fácil, relata con una claridad y una habilidad enormes las alegrías y las penas de personajes corrientes como nosotros, su día a día, sus movidas emocionales y sus cuitas eróticas, sus triunfos y sus frustraciones, sus pesares cotidianos y sus golpes de suerte. Cada una de las novelas gráficas de Sebas Martín, auténtico maestro del culebrón, es un canto encubierto a la alegría de vivir, al sexo, al amor y a la amistad. Ésta no es una excepción.
ENLACES
La Cúpula | No debí enrollarme con una moderna
http://www.lacupula.com/catalogo/no-debi-enrrollarme-con-una-moderna
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.