Imagen: Noticias de Gipuzkoa |
La Guardia Municipal reconoce que “se ha enquistado en el tiempo” la falta de respeto “de algunas personas” hacia los vecinos. Una Comisión de Videoviligancia autorizará “en breve” el uso de dos cámaras de seguridad que han sido instaladas en la plaza Urdanibia.
Jorge Napal | Noticias de Gipuzkoa, 2016-10-26
http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2016/10/26/sociedad/irun-detecta-problemas-de-convivencia-que-pueden-derivar-en-un-enfrentamiento-social
Los problemas vecinales que se enquistan no ofrecen fácil solución. Es lo que quiere evitar a toda costa el Consistorio de Irun, que reconoce estar trabajando en la zona de la plaza Urdanibia, donde se han detectado “importantes problemas de convivencia”.
El Ayuntamiento trabaja discretamente para que no se llegue a un “enfrentamiento social”, algo que ha ocurrido en otros territorios y no es precisamente un espejo en el que mirarse. “Tenemos que trabajar e implicarnos hasta los dientes para que esto no vaya a más, porque al final salimos perdiendo todos”, reconoce a este periódico la delegada de la Policía Municipal de Irun, Lourdes Larraza.
No ha caído en saco roto la denuncia que hizo pública en este periódico hace dos semanas un joven hostelero de la zona. Pablo Campo, de 32 años, confesaba su hartazgo por las agresiones homófobas que él y el resto de los trabajadores del bar Eskina Mosku vienen padeciendo desde hace años.
Insultos, amenazas, intentos de agresión física... de todo han sufrido sin encontrar por el momento una solución, a pesar de las reuniones mantenidas con el alcalde de Irun, la delegada municipal y el jefe analista de la Ertzaintza, entre otros.
Una concentración a la que acudieron unas 200 personas permitió palpar, el fin de semana posterior a la publicación, el cansancio de parte de la población. Aunque la denuncia cobró inicialmente tintes homófobos, late entre algunos vecinos de la zona un desprecio por la convivencia que más allá del rechazo a la orientación sexual de colectivos minoritarios.
“El origen del problema es la falta de respeto que tienen ciertas personas hacia el resto. Hay unas costumbres y normas que se han ido enquistando en el tiempo y de las que la gente está cansada. Que vayas por la acera y no te dejen pasar. Que tengas que estar pidiendo permiso. Que a la vez que pides permiso te insulten o se metan contigo... Es algo que lleva mucho tiempo y que en los últimos años parece haberse instalado para no cambiar”, lamenta la delegada policial. Desde el Consistorio, que no quieren identificar a ningún colectivo en concreto, reconocen que el problema es conocido y se han establecido contactos con asociaciones vecinales, comerciantes y hosteleros para que la solución no sea exclusivamente policial.
Las cámaras
Durante el mes de agosto se instalaron en la plaza Urdanibia dos cámaras de vigilancia. El Consistorio ve en estos dispositivos un elemento disuasorio para aquellas personas que muestran esos comportamientos incívicos.
Las cámaras están colocadas, pero todavía no toman imágenes. El Consistorio explicaba hace unos días que era necesario para ello la visita del Departamento de Seguridad. La revisión se produjo la semana pasada. Sin embargo, la puesta en marcha de los nuevos dispositivos no es tan sencilla debido a los trámites burocráticos que requiere. “Hay que comprobar qué zonas graba, si recoge imágenes como viviendas o bienes particulares que deben ser pixeladas. Antes de dar el permiso es preciso determinar el alcance de la grabación”, explican desde la Guardia Municipal.
Así, el visto bueno definitivo aún tendrá que esperar unos días más.
El siguiente requisito es la autorización de la Comisión de Videovigilancia integrada, entre otros, por el Gobierno Vasco y miembros de la judicatura. Se reúne tres veces al año y su próxima cita está prevista para el mes que viene, por lo que el dispositivo de seguridad comenzaría a funcionar en breve. El Consistorio, en cualquier caso, evita hablar de fechas para no crear falsas expectativas, consciente del hartazgo que existe entre los vecinos de la zona.
La instalación de estas cámaras de seguridad viene motivada por una petición vecinal realizada en mayo del año pasado. La solicitud contó con el respaldo de 882 firmas de vecinos y comerciantes de este punto. Larraza puntualiza que en cuanto tengan la fecha lo harán saber públicamente. “Creo que las cámaras pueden ser un elemento importante para dar tranquilidad a los vecinos”.
Una de las cámaras está colocada al final de la calle Pelegrín de Uranzu, frente a la sucursal de Laboral Kutxa, justo a la altura de la última casa en dirección al frontón. Grabará, según explica la delegada policial, parte de la plaza, la subida de la cuesta San Marcial (se visualiza el bar Eskina Mosku), así como parte del parque Sargía y la calle Juncal.
El segundo dispositivo está colocado en el lado opuesto de la plaza Urdanibia, frente al euskaltegi municipal.
Este dispositivo tomará imágenes del entorno de varios bares de la zona, la calle Santa Elena, la zona opuesta de la plaza a la que no llega la otra cámara, así como el entorno del antiguo hospital, donde se ubican las oficinas del Bienestar Social y Cultura.
Y TAMBIÉN…
“Vivimos con el miedo en el cuerpo”, dicen vecinos de Irun.
J.N. | Noticias de Gipuzkoa, 2016-10-27
http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2016/10/27/sociedad/vivimos-con-el-miedo-en-el-cuerpo-dicen-vecinos-de-irun
El Ayuntamiento trabaja discretamente para que no se llegue a un “enfrentamiento social”, algo que ha ocurrido en otros territorios y no es precisamente un espejo en el que mirarse. “Tenemos que trabajar e implicarnos hasta los dientes para que esto no vaya a más, porque al final salimos perdiendo todos”, reconoce a este periódico la delegada de la Policía Municipal de Irun, Lourdes Larraza.
No ha caído en saco roto la denuncia que hizo pública en este periódico hace dos semanas un joven hostelero de la zona. Pablo Campo, de 32 años, confesaba su hartazgo por las agresiones homófobas que él y el resto de los trabajadores del bar Eskina Mosku vienen padeciendo desde hace años.
Insultos, amenazas, intentos de agresión física... de todo han sufrido sin encontrar por el momento una solución, a pesar de las reuniones mantenidas con el alcalde de Irun, la delegada municipal y el jefe analista de la Ertzaintza, entre otros.
Una concentración a la que acudieron unas 200 personas permitió palpar, el fin de semana posterior a la publicación, el cansancio de parte de la población. Aunque la denuncia cobró inicialmente tintes homófobos, late entre algunos vecinos de la zona un desprecio por la convivencia que más allá del rechazo a la orientación sexual de colectivos minoritarios.
“El origen del problema es la falta de respeto que tienen ciertas personas hacia el resto. Hay unas costumbres y normas que se han ido enquistando en el tiempo y de las que la gente está cansada. Que vayas por la acera y no te dejen pasar. Que tengas que estar pidiendo permiso. Que a la vez que pides permiso te insulten o se metan contigo... Es algo que lleva mucho tiempo y que en los últimos años parece haberse instalado para no cambiar”, lamenta la delegada policial. Desde el Consistorio, que no quieren identificar a ningún colectivo en concreto, reconocen que el problema es conocido y se han establecido contactos con asociaciones vecinales, comerciantes y hosteleros para que la solución no sea exclusivamente policial.
Las cámaras
Durante el mes de agosto se instalaron en la plaza Urdanibia dos cámaras de vigilancia. El Consistorio ve en estos dispositivos un elemento disuasorio para aquellas personas que muestran esos comportamientos incívicos.
Las cámaras están colocadas, pero todavía no toman imágenes. El Consistorio explicaba hace unos días que era necesario para ello la visita del Departamento de Seguridad. La revisión se produjo la semana pasada. Sin embargo, la puesta en marcha de los nuevos dispositivos no es tan sencilla debido a los trámites burocráticos que requiere. “Hay que comprobar qué zonas graba, si recoge imágenes como viviendas o bienes particulares que deben ser pixeladas. Antes de dar el permiso es preciso determinar el alcance de la grabación”, explican desde la Guardia Municipal.
Así, el visto bueno definitivo aún tendrá que esperar unos días más.
El siguiente requisito es la autorización de la Comisión de Videovigilancia integrada, entre otros, por el Gobierno Vasco y miembros de la judicatura. Se reúne tres veces al año y su próxima cita está prevista para el mes que viene, por lo que el dispositivo de seguridad comenzaría a funcionar en breve. El Consistorio, en cualquier caso, evita hablar de fechas para no crear falsas expectativas, consciente del hartazgo que existe entre los vecinos de la zona.
La instalación de estas cámaras de seguridad viene motivada por una petición vecinal realizada en mayo del año pasado. La solicitud contó con el respaldo de 882 firmas de vecinos y comerciantes de este punto. Larraza puntualiza que en cuanto tengan la fecha lo harán saber públicamente. “Creo que las cámaras pueden ser un elemento importante para dar tranquilidad a los vecinos”.
Una de las cámaras está colocada al final de la calle Pelegrín de Uranzu, frente a la sucursal de Laboral Kutxa, justo a la altura de la última casa en dirección al frontón. Grabará, según explica la delegada policial, parte de la plaza, la subida de la cuesta San Marcial (se visualiza el bar Eskina Mosku), así como parte del parque Sargía y la calle Juncal.
El segundo dispositivo está colocado en el lado opuesto de la plaza Urdanibia, frente al euskaltegi municipal.
Este dispositivo tomará imágenes del entorno de varios bares de la zona, la calle Santa Elena, la zona opuesta de la plaza a la que no llega la otra cámara, así como el entorno del antiguo hospital, donde se ubican las oficinas del Bienestar Social y Cultura.
Y TAMBIÉN…
“Vivimos con el miedo en el cuerpo”, dicen vecinos de Irun.
J.N. | Noticias de Gipuzkoa, 2016-10-27
http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2016/10/27/sociedad/vivimos-con-el-miedo-en-el-cuerpo-dicen-vecinos-de-irun
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