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| Imagen: El Diario / Mónica Planas, Marta Garú y María Ángeles Fernández |
La Asociación de Periodistas de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza organizaron las Jornadas "Información y Violencia Machista". "Da igual cómo nos llamemos, somos un problema de todos. Este depredador le podía haber tocado a otra". Los medios de comunicación aragoneses firman un protocolo de buenas prácticas.
El Diario, 2016-10-28
http://www.eldiario.es/aragon/sociedad/victimas-violencia-machista-comunicacion-centren_0_574293510.html
Los pasados miércoles y jueves se desarrollaron en el Auditorio de Zaragoza las Jornadas “Información y Violencia Machista”, organizadas por la Asociación de Periodistas de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza, con el propósito de analizar el tratamiento que se le da a la violencia machista en los medios de comunicación. La visión de las víctimas centró la primera sesión.
En la mesa redonda "¿Qué pedimos las víctimas a los medios?", representantes de tres asociaciones de víctimas coincidieron en reclamar que las informaciones no se centren en la víctima y en cómo se ha producido la agresión, sino en el asesino y en por qué se ha producido
Miriam Alberola, de la Asociación Ilicitana contra la Violencia de Género; Chus Esquerra, de la Fundación Ana Bella: Red de Mujeres Supervivientes; y Annete Merino, de la asociación zaragozana Somos Más contra la Violencia Machista han intervenido en esta mesa, moderada por la directora de Contenidos de Cadena SER en Aragón, Eva Pérez Sorribes.
Una de las intervinientes señaló que “da igual cómo nos llamemos, somos un problema de todos. Este depredador le podía haber tocado a otra… Me va a costar empezar, pero si no se dice lo que hace un maltratador, puede seguir. Tiene que salir su cara. Hay que dar más datos sobre un depredador que caza mujeres”.
Desde las asociaciones invitaron a los periodistas a contar también el contexto en el que se producen los crímenes machistas, haciendo un seguimiento de las “condenas ridículas, custodias compartidas concedidas…” y se les pidió que no recurran a los testimonios de los vecinos “porque no son fuentes fiables; no nos maltratan delante de testigos”.
En el debate, algunos profesionales de la información plantearon las dificultades que tienen para informar sobre estos casos, desde los problemas para obtener datos hasta las consecuencias que puede tener señalar al agresor cuando eso identifica también a la víctima.
“Generando igualdad”
En la segunda jornada tuvo lugar la mesa redonda “Generando igualdad”, en la que intervinieron Mónica Planas, colaboradora en distintos medios y especialista en análisis de televisión; María Ángeles Fernández, coordinadora de la revista digital Pikara Magazine; y la periodista de Heraldo de Aragón Marta Garú, como moderadora.
Todas coincidieron en señalar el sensacionalismo y la culpabilización como unos de los problemas habituales en el tratamiento de estas noticias, destacando la importancia de prácticas como dar voz a las supervivientes; señalando, eso sí, que cada caso tiene circunstancias peculiares y no hay fórmulas matemáticas.
Planas mostró el peso que tiene la cultura de la violencia machista a través de ejemplos televisivos, señalando cinco grandes lacras: tolerancia y aceptación social del maltratador, apología de la violación, culpabilización de la mujer, espectacularización de la violencia machista e ignorancia de lo que significa el machismo.
Comentó distintos casos actuales para mostrar que es común poner el foco mediático sobre la víctima, recalcando detalles como su forma de vestir y sus relaciones, mientras que se justifica al agresor: “Tengo la sensación de que nos hemos convertido en una sociedad que solo denuncia la violencia contra las mujeres ante la cámara y cuando están muertas”. La ponente criticó el “sensacionalismo extraordinario en magacines matinales e informativos de cadenas privadas”.
Fernández apuntó que es preciso “interiorizar un protocolo sobre la violencia machista para cualquier tema, no solamente cuando te toque abordar un caso de violencia explícita”. En su opinión, es contraproducente informar sobre violencia si se centra en los detalles escabrosos, se culpabiliza…; pero, en cambio, es positivo si se explican causas y consecuencias, se habla de casos de éxito que ayuden a otras víctimas, se da información útil, se cuentan las consecuencias penales…
Protocolo de buenas prácticas en los medios de comunicación aragoneses
Todos los medios comunicación aragoneses acordaron suscribirse al protocolo de buenas prácticas “Tratamiento de la Información sobre Violencia Machista en los Medios de Comunicación”. Su objetivo es abordar la información sobre la violencia machista con sensibilidad y eliminar todos aquellos elementos de distorsión que puedan apartar la atención de la opinión pública de la raíz de este problema social.
La concejala de Educación e Inclusión del Ayuntamiento de Zaragoza, Arantza Gracia, se mostró contenta por la firma este protocolo: “No vamos a cambiar de un día para otro, pero solo el hecho de que estéis aquí es un paso trascendental, porque los asesinos son la punta del iceberg de la desigualdad de las mujeres”.
En el protocolo, los medios se comprometen a introducir una imagen gráfica y mensajes comunes para manifestar la total condena a la violencia machista y sensibilizar a la ciudadanía para actuar de todas las maneras posibles contra estos crímenes; a difundir ampliamente todas las acciones de repulsa ciudadana que se lleven a cabo como respuesta del asesinato; y a adoptar recomendaciones como evitar el sensacionalismo, huir de los estereotipos de marginalidad o respetar la dignidad de la víctima.
En la mesa redonda "¿Qué pedimos las víctimas a los medios?", representantes de tres asociaciones de víctimas coincidieron en reclamar que las informaciones no se centren en la víctima y en cómo se ha producido la agresión, sino en el asesino y en por qué se ha producido
Miriam Alberola, de la Asociación Ilicitana contra la Violencia de Género; Chus Esquerra, de la Fundación Ana Bella: Red de Mujeres Supervivientes; y Annete Merino, de la asociación zaragozana Somos Más contra la Violencia Machista han intervenido en esta mesa, moderada por la directora de Contenidos de Cadena SER en Aragón, Eva Pérez Sorribes.
Una de las intervinientes señaló que “da igual cómo nos llamemos, somos un problema de todos. Este depredador le podía haber tocado a otra… Me va a costar empezar, pero si no se dice lo que hace un maltratador, puede seguir. Tiene que salir su cara. Hay que dar más datos sobre un depredador que caza mujeres”.
Desde las asociaciones invitaron a los periodistas a contar también el contexto en el que se producen los crímenes machistas, haciendo un seguimiento de las “condenas ridículas, custodias compartidas concedidas…” y se les pidió que no recurran a los testimonios de los vecinos “porque no son fuentes fiables; no nos maltratan delante de testigos”.
En el debate, algunos profesionales de la información plantearon las dificultades que tienen para informar sobre estos casos, desde los problemas para obtener datos hasta las consecuencias que puede tener señalar al agresor cuando eso identifica también a la víctima.
“Generando igualdad”
En la segunda jornada tuvo lugar la mesa redonda “Generando igualdad”, en la que intervinieron Mónica Planas, colaboradora en distintos medios y especialista en análisis de televisión; María Ángeles Fernández, coordinadora de la revista digital Pikara Magazine; y la periodista de Heraldo de Aragón Marta Garú, como moderadora.
Todas coincidieron en señalar el sensacionalismo y la culpabilización como unos de los problemas habituales en el tratamiento de estas noticias, destacando la importancia de prácticas como dar voz a las supervivientes; señalando, eso sí, que cada caso tiene circunstancias peculiares y no hay fórmulas matemáticas.
Planas mostró el peso que tiene la cultura de la violencia machista a través de ejemplos televisivos, señalando cinco grandes lacras: tolerancia y aceptación social del maltratador, apología de la violación, culpabilización de la mujer, espectacularización de la violencia machista e ignorancia de lo que significa el machismo.
Comentó distintos casos actuales para mostrar que es común poner el foco mediático sobre la víctima, recalcando detalles como su forma de vestir y sus relaciones, mientras que se justifica al agresor: “Tengo la sensación de que nos hemos convertido en una sociedad que solo denuncia la violencia contra las mujeres ante la cámara y cuando están muertas”. La ponente criticó el “sensacionalismo extraordinario en magacines matinales e informativos de cadenas privadas”.
Fernández apuntó que es preciso “interiorizar un protocolo sobre la violencia machista para cualquier tema, no solamente cuando te toque abordar un caso de violencia explícita”. En su opinión, es contraproducente informar sobre violencia si se centra en los detalles escabrosos, se culpabiliza…; pero, en cambio, es positivo si se explican causas y consecuencias, se habla de casos de éxito que ayuden a otras víctimas, se da información útil, se cuentan las consecuencias penales…
Protocolo de buenas prácticas en los medios de comunicación aragoneses
Todos los medios comunicación aragoneses acordaron suscribirse al protocolo de buenas prácticas “Tratamiento de la Información sobre Violencia Machista en los Medios de Comunicación”. Su objetivo es abordar la información sobre la violencia machista con sensibilidad y eliminar todos aquellos elementos de distorsión que puedan apartar la atención de la opinión pública de la raíz de este problema social.
La concejala de Educación e Inclusión del Ayuntamiento de Zaragoza, Arantza Gracia, se mostró contenta por la firma este protocolo: “No vamos a cambiar de un día para otro, pero solo el hecho de que estéis aquí es un paso trascendental, porque los asesinos son la punta del iceberg de la desigualdad de las mujeres”.
En el protocolo, los medios se comprometen a introducir una imagen gráfica y mensajes comunes para manifestar la total condena a la violencia machista y sensibilizar a la ciudadanía para actuar de todas las maneras posibles contra estos crímenes; a difundir ampliamente todas las acciones de repulsa ciudadana que se lleven a cabo como respuesta del asesinato; y a adoptar recomendaciones como evitar el sensacionalismo, huir de los estereotipos de marginalidad o respetar la dignidad de la víctima.
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