Imagen: El Mundo |
Javier Ortega | El Mundo, 2016-10-25
http://www.elmundo.es/sociedad/2016/10/25/580f4aac268e3ee66c8b4716.html
La Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado a Pedro Lostal Casas a nueve años de cárcel por ocultar a su pareja que tenía el virus del sida e infectarla. Además le impone 10 años de alejamiento y le obliga a indemnizar con 200.000 euros a la víctima por la angustia que le ha generado de por vida. El Tribunal reprocha al condenado su silencio y que nunca adoptara ninguna medida de precaución.
La acusación particular solicitaba 12 años de prisión y una compensación económica de 200.000 euros. En este caso el tribunal procedió a fijar como responsabilidad civil la cantidad solicitad por la acusación particular "al estimarse correcta habida cuenta el estado que presenta la víctima, así como la angustia que le genera la incertidumbre del resultado que puede motivar la evolución del virus".
La pareja se conoció a finales de 2013 a través de Internet. Ella se había divorciado y quería rehacer su vida, por ello, primero se instaló en Logroño y después en una localidad de la provincia de Teruel. Tras varios años de relación, el hombre propuso a su compañera vivir con él en Zaragoza, adonde llegó en abril de 2014.
Según se demostró durante el juicio, Pedro Lostal, de 56 años, había sido diagnosticado con el VIH en 2009 en el Hospital Clínico de Zaragoza. Pese a ello, y aún sabiendo del grave riesgo al que exponía a su nueva pareja, le ocultó en todo momento su condición.
Ajena a esta realidad, la mujer mantuvo relaciones sexuales con él sin ningún tipo de protección, lo que hizo que acabara también infectada con el virus.
La mujer no supo hasta septiembre de 2014 que estaba infectada, tras recibir una llamada del Banco de Sangre y Tejidos de Aragón para advertirle de que podía ser portadora del virus.
Ella se había sometido a la prueba en diciembre de 2013 y los resultados habían sido negativos, pero los análisis de contraste confirmaron que sí tenía el virus.
Lejos de confesar a su compañera que había sido él quien le había trasmitido el VIH, el ahora condenado optó por seguir ocultándole la verdad. Llegó a decirle que iba a replantearse la relación, puesto que era "muy complicado" seguir viviendo juntos si ella estaba enferma.
Ella se enteró de que su compañero era portador durante una visita al Hospital Clínico, donde iba a ser tratada. La enfermera que le atendió le dijo que recordara a Pedro que no había pasado por allí desde que le detectaron el VIH en 2009.
La acusación particular solicitaba 12 años de prisión y una compensación económica de 200.000 euros. En este caso el tribunal procedió a fijar como responsabilidad civil la cantidad solicitad por la acusación particular "al estimarse correcta habida cuenta el estado que presenta la víctima, así como la angustia que le genera la incertidumbre del resultado que puede motivar la evolución del virus".
La pareja se conoció a finales de 2013 a través de Internet. Ella se había divorciado y quería rehacer su vida, por ello, primero se instaló en Logroño y después en una localidad de la provincia de Teruel. Tras varios años de relación, el hombre propuso a su compañera vivir con él en Zaragoza, adonde llegó en abril de 2014.
Según se demostró durante el juicio, Pedro Lostal, de 56 años, había sido diagnosticado con el VIH en 2009 en el Hospital Clínico de Zaragoza. Pese a ello, y aún sabiendo del grave riesgo al que exponía a su nueva pareja, le ocultó en todo momento su condición.
Ajena a esta realidad, la mujer mantuvo relaciones sexuales con él sin ningún tipo de protección, lo que hizo que acabara también infectada con el virus.
La mujer no supo hasta septiembre de 2014 que estaba infectada, tras recibir una llamada del Banco de Sangre y Tejidos de Aragón para advertirle de que podía ser portadora del virus.
Ella se había sometido a la prueba en diciembre de 2013 y los resultados habían sido negativos, pero los análisis de contraste confirmaron que sí tenía el virus.
Lejos de confesar a su compañera que había sido él quien le había trasmitido el VIH, el ahora condenado optó por seguir ocultándole la verdad. Llegó a decirle que iba a replantearse la relación, puesto que era "muy complicado" seguir viviendo juntos si ella estaba enferma.
Ella se enteró de que su compañero era portador durante una visita al Hospital Clínico, donde iba a ser tratada. La enfermera que le atendió le dijo que recordara a Pedro que no había pasado por allí desde que le detectaron el VIH en 2009.
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