Andrea Puggelli · 1 de cada 10 | 20 Minutos, 2016-10-07
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La homosexualidad nunca ha tenido vida fácil: ha pasado de ser aceptada a ser considerada una enfermedad para después, a fecha de hoy, reconocer que las personas homosexuales tienen derechos.
El aspecto de ‘patologización de la homosexualidad’ tiene sus raíces en la Edad Media, cuando se llamaba ‘vicio moral’. Fue mucho después cuando pasó a ser luego considerada como ‘trastorno mental’ en la obra de Richard Von Krafft-Ebing, ‘Psicopatía sexualis’, de finales del siglo XIX (1886). En este libro la homosexualidad era comparada a la pedofilia y el sadomasoquismo. Incluso en Psiquiatría pasó mucho tiempo hasta que se incorporó al Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM III) y a la Clasificación Internacional de Enfermedades CIE-10 como un trastorno. Ahora sabemos, sin embargo, que es una variante natural de la conducta sexual y es una de las posibles orientaciones sexuales. Pero, ¿cómo hemos llegado a este resultado?.
Se lo debemos a Evelyn Hooker, psicóloga estadounidense (1907-1996), que fue una de las figuras más influyentes en el movimiento LGBT porque, utilizando el método científico, convenció a la población estadounidense de que la homosexualidad era solo una variante del comportamiento sexual. Su estudio ‘Sobre la adaptación psicológica en los hombres gays’, publicado en 1957 en la revista científica ‘Journal of projective techniques’, es la más importante fuente científica cuando se habla de la despatologización de la homosexualidad .
Evelyn Hooker impulsada por la curiosidad científica y por algunos de sus amigos homosexuales que le pedían que investigara sobre la homosexualidad, decidió iniciar una investigación para probar la hipótesis de que no había diferencias entre varones homosexuales y heterosexuales. Demostrar esto le permitió afirmar que los homosexuales no estaban enfermos como se pensaba y empezar, de este modo, el largo proceso que llevaría después a la eliminación de la homosexualidad de todos los listados de trastornos mentales.
Hasta entonces, los únicos estudios sobre la homosexualidad implicaban modelos animales y nadie había ampliado la investigación a un entorno clínico, es decir, a seres humanos. Hooker recibió fondos para su investigación por parte del ‘National Institute of Mental Health’ (‘Instituto Nacional de Salud Mental’) en 1953 y se reclutaron sesenta personas que eran consideradas mentalmente sanas. Se dividieron en dos grupos en función de la orientación sexual: exclusivamente heterosexual u exclusivamente homosexual.
Más tarde se les entregó algunas pruebas validadas, en particular, la prueba de ‘Rorschach’, el ‘Test de Percepción Temática’ (TAT) y la prueba de ‘Make-a-Picture’ (MAPS). Las tres son pruebas proyectivas, es decir, diseñadas para medir las dimensiones de la personalidad, la estabilidad emocional y la coherencia del pensamiento (actualmente, estas pruebas se utilizan sobre todo en el contexto de diagnóstico clínico y forense). Después de revisar los datos, Hooker encontró que no podían distinguirse los homosexuales de los heterosexuales, demostrando así que la orientación sexual no crea diferencias.
A pesar de algunos límites de la investigación, Evelyn Hooker intentó, con un enfoque riguroso, hacer afirmaciones que no sólo abrieron una nueva “vía” en los textos de Psicología, sino que también proporcionó una base científica para las decisiones más importantes en procesos judiciales como la prohibición de trabajo para los homosexuales en algunas agencias estatales y locales, o en las escuelas y departamentos de policía (por ejemplo, la prueba de Rorschach se sigue utilizando en el campo forense).
El estudio de Hooker -junto a la teoría de Kinsey sobre la orientación sexual de 1948- se convirtieron en las ‘armas más potentes’ con base científica sólida para demostrar que los heterosexuales y los homosexuales son iguales. Sin embargo, la homosexualidad no sería eliminada del manual de los trastornos mentales tan rápido como se pensaba. La Asociación Americana de Psiquiatría (APA) eliminó la homosexualidad como enfermedad solo en el 1973 mientras que en el DSM III (1980) lo consideraba solo el ‘trastorno egodistónico’ cuando la ‘condición’ creara dificultades personales y sociales al individuo. La completa exclusión de la categoría de ‘patologías’ ocurrió con la segunda versión revisada del DSM III (1987). Será el 17 de mayo de 1990 cuando la OMS declararía oficialmente la homosexualidad ‘una variante natural de la conducta humana’.
A pesar de los prejuicios y del estigma social que todavía existen en la sociedad, esta investigación ha ayudado a millones de hombres y mujeres homosexuales a aceptarse como tales. Algo invalorable.
El aspecto de ‘patologización de la homosexualidad’ tiene sus raíces en la Edad Media, cuando se llamaba ‘vicio moral’. Fue mucho después cuando pasó a ser luego considerada como ‘trastorno mental’ en la obra de Richard Von Krafft-Ebing, ‘Psicopatía sexualis’, de finales del siglo XIX (1886). En este libro la homosexualidad era comparada a la pedofilia y el sadomasoquismo. Incluso en Psiquiatría pasó mucho tiempo hasta que se incorporó al Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM III) y a la Clasificación Internacional de Enfermedades CIE-10 como un trastorno. Ahora sabemos, sin embargo, que es una variante natural de la conducta sexual y es una de las posibles orientaciones sexuales. Pero, ¿cómo hemos llegado a este resultado?.
Se lo debemos a Evelyn Hooker, psicóloga estadounidense (1907-1996), que fue una de las figuras más influyentes en el movimiento LGBT porque, utilizando el método científico, convenció a la población estadounidense de que la homosexualidad era solo una variante del comportamiento sexual. Su estudio ‘Sobre la adaptación psicológica en los hombres gays’, publicado en 1957 en la revista científica ‘Journal of projective techniques’, es la más importante fuente científica cuando se habla de la despatologización de la homosexualidad .
Evelyn Hooker impulsada por la curiosidad científica y por algunos de sus amigos homosexuales que le pedían que investigara sobre la homosexualidad, decidió iniciar una investigación para probar la hipótesis de que no había diferencias entre varones homosexuales y heterosexuales. Demostrar esto le permitió afirmar que los homosexuales no estaban enfermos como se pensaba y empezar, de este modo, el largo proceso que llevaría después a la eliminación de la homosexualidad de todos los listados de trastornos mentales.
Hasta entonces, los únicos estudios sobre la homosexualidad implicaban modelos animales y nadie había ampliado la investigación a un entorno clínico, es decir, a seres humanos. Hooker recibió fondos para su investigación por parte del ‘National Institute of Mental Health’ (‘Instituto Nacional de Salud Mental’) en 1953 y se reclutaron sesenta personas que eran consideradas mentalmente sanas. Se dividieron en dos grupos en función de la orientación sexual: exclusivamente heterosexual u exclusivamente homosexual.
Más tarde se les entregó algunas pruebas validadas, en particular, la prueba de ‘Rorschach’, el ‘Test de Percepción Temática’ (TAT) y la prueba de ‘Make-a-Picture’ (MAPS). Las tres son pruebas proyectivas, es decir, diseñadas para medir las dimensiones de la personalidad, la estabilidad emocional y la coherencia del pensamiento (actualmente, estas pruebas se utilizan sobre todo en el contexto de diagnóstico clínico y forense). Después de revisar los datos, Hooker encontró que no podían distinguirse los homosexuales de los heterosexuales, demostrando así que la orientación sexual no crea diferencias.
A pesar de algunos límites de la investigación, Evelyn Hooker intentó, con un enfoque riguroso, hacer afirmaciones que no sólo abrieron una nueva “vía” en los textos de Psicología, sino que también proporcionó una base científica para las decisiones más importantes en procesos judiciales como la prohibición de trabajo para los homosexuales en algunas agencias estatales y locales, o en las escuelas y departamentos de policía (por ejemplo, la prueba de Rorschach se sigue utilizando en el campo forense).
El estudio de Hooker -junto a la teoría de Kinsey sobre la orientación sexual de 1948- se convirtieron en las ‘armas más potentes’ con base científica sólida para demostrar que los heterosexuales y los homosexuales son iguales. Sin embargo, la homosexualidad no sería eliminada del manual de los trastornos mentales tan rápido como se pensaba. La Asociación Americana de Psiquiatría (APA) eliminó la homosexualidad como enfermedad solo en el 1973 mientras que en el DSM III (1980) lo consideraba solo el ‘trastorno egodistónico’ cuando la ‘condición’ creara dificultades personales y sociales al individuo. La completa exclusión de la categoría de ‘patologías’ ocurrió con la segunda versión revisada del DSM III (1987). Será el 17 de mayo de 1990 cuando la OMS declararía oficialmente la homosexualidad ‘una variante natural de la conducta humana’.
A pesar de los prejuicios y del estigma social que todavía existen en la sociedad, esta investigación ha ayudado a millones de hombres y mujeres homosexuales a aceptarse como tales. Algo invalorable.
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