Imagen: El País |
Soley-Beltran analiza los claroscuros de su antigua profesión
Mercè Pérez Pons | El País, 2015-04-14
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/04/14/catalunya/1429010471_334581.html
¿Ser Rita Hayworth o ser un intelectual francés?, ¿Están culturalmente reñidas la belleza física y la inteligencia? La barcelonesa Patrícia Soley-Beltran plantea estas disyuntivas en “¡Divinas! Modelos, poder y mentiras”, obra que ayer obtuvo el 43 premio Anagrama de Ensayo, dotado con 8.000 euros y al que optaron 108 originales. El texto es una cautivadora, en palabras del editor Jorge Herralde, investigación académica, personal y política sobre la figura de las modelos con toques de humor. Parte de la experiencia de la autora, que se dedicó a esta profesión en los inicios de la Transición hasta que, harta del foco mediático, regresó a la universidad y se puso a estudiar desde una perspectiva antropológica sus vivencias.
Licenciada en Historia Cultural por la Universidad de Aberdeen y doctora en Sociología del género por la de Edimburgo, Soley-Beltran contrapone la imagen lujosa de la pasarela, a veces incluso teñida de retórica iconográfica, con la cruda realidad que, según ella, puede llegar a esconderse en el backstage, entre bambalinas. “Empecé a trabajar de modelo a los 17 años. Era transgresor, divertido”, explicó ayer. Pero todo cambió tras un “topetazo” con la paradigmática feminista Lidia Falcón a raíz de una entrevista en una revista de la época. “Me preguntaron si me acostaba con clientes para conseguir contratos. Dije que no. La sorpresa vino cuando se publicó. Decía que sí me acostaba con ellos. La publicación trataba a las modelos como caperucitas tontas”, dijo Soley-Beltran.
La premiada, entonces, empezó a investigar a partir de la pregunta que recorrió su adolescencia: ¿Qué nos dice la adoración a estos cuerpos? Desenterró vivencias, indagó en cómo se fabrica el deseo y la seducción, en por qué la gente de la calle participa de ello y por qué esta industria se considera frívola aunque mueve millones de euros al año. En una etapa posterior descubrió un artículo de Walter Benjamin “centrado en el capitalismo como religión”.
El resultado, afirmaron Herralde y la galardonada, es una radiografía del sector alejada de puritanismos, en el que también habla de la explotación de las modelos, aunque no se trate de “un libro denuncia”, según la autora. “Separo la imagen de la persona. La imagen es la producción de todo un equipo, la modelo es una pieza de este engranaje. Es como un iceberg, ellas están en la punta y detrás hay fotógrafos, agencias... Quiero que cada uno saque sus conclusiones”, añadió. Soley-Beltran es autora de “Transexualidad y la matriz heterosexual: un estudio crítico de Judith Butler” (2009), forma parte del grupo de trabajo de antropología del cuerpo del Institut Català d’Antropologia-CSIC y del comité editorial de la revista “Critical Studies of Fashion and Beauty”.
El jurado de esta edición del Premio Anagrama de Ensayo estaba compuesto por Salvador Clotas, Román Gubern, Xavier Rubert de Ventós, Fernando Savater, Vicente Verdú y Herralde.
Licenciada en Historia Cultural por la Universidad de Aberdeen y doctora en Sociología del género por la de Edimburgo, Soley-Beltran contrapone la imagen lujosa de la pasarela, a veces incluso teñida de retórica iconográfica, con la cruda realidad que, según ella, puede llegar a esconderse en el backstage, entre bambalinas. “Empecé a trabajar de modelo a los 17 años. Era transgresor, divertido”, explicó ayer. Pero todo cambió tras un “topetazo” con la paradigmática feminista Lidia Falcón a raíz de una entrevista en una revista de la época. “Me preguntaron si me acostaba con clientes para conseguir contratos. Dije que no. La sorpresa vino cuando se publicó. Decía que sí me acostaba con ellos. La publicación trataba a las modelos como caperucitas tontas”, dijo Soley-Beltran.
La premiada, entonces, empezó a investigar a partir de la pregunta que recorrió su adolescencia: ¿Qué nos dice la adoración a estos cuerpos? Desenterró vivencias, indagó en cómo se fabrica el deseo y la seducción, en por qué la gente de la calle participa de ello y por qué esta industria se considera frívola aunque mueve millones de euros al año. En una etapa posterior descubrió un artículo de Walter Benjamin “centrado en el capitalismo como religión”.
El resultado, afirmaron Herralde y la galardonada, es una radiografía del sector alejada de puritanismos, en el que también habla de la explotación de las modelos, aunque no se trate de “un libro denuncia”, según la autora. “Separo la imagen de la persona. La imagen es la producción de todo un equipo, la modelo es una pieza de este engranaje. Es como un iceberg, ellas están en la punta y detrás hay fotógrafos, agencias... Quiero que cada uno saque sus conclusiones”, añadió. Soley-Beltran es autora de “Transexualidad y la matriz heterosexual: un estudio crítico de Judith Butler” (2009), forma parte del grupo de trabajo de antropología del cuerpo del Institut Català d’Antropologia-CSIC y del comité editorial de la revista “Critical Studies of Fashion and Beauty”.
El jurado de esta edición del Premio Anagrama de Ensayo estaba compuesto por Salvador Clotas, Román Gubern, Xavier Rubert de Ventós, Fernando Savater, Vicente Verdú y Herralde.
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