Imagen: El Mundo |
Según un estudio, la influencia más destacada es la del grupo de iguales. Es importante enseñar habilidades sociales para tomar decisiones propias.
Beatriz G. Portalatín | El Mundo, 2015-04-29
http://www.elmundo.es/salud/2015/04/29/553fbf1222601d5c228b457e.html
La adolescencia es una etapa de cambios, de descubrimientos, de impulsos y de errores. Una etapa en la que se forman los cimientos de lo que seremos después. No todos los jóvenes crecen del mismo modo, sino que hay tantos tipos de adolescencia como adolescentes existen; pero sí hay factores comunes que los hacen a todos tan vulnerables como la propia etapa en la que viven. Uno de los más importantes es el despertar de la sexualidad y la búsqueda del propio placer: los primeros besos, las primeras relaciones.
Actualmente, la edad de inicio de las relaciones sexuales de las chicas en España se cifra en los 16 años, según el último informe de Anticoncepción 2014 de la Sociedad Española de Contracepción (SEC). Cuatro años antes que la generación de mujeres que ahora tiene 45 años. Ellas comenzaron a los 20, sus hijas a los 16. ¿Qué es lo que lleva a los jóvenes a querer tener relaciones sexuales, a querer iniciar su vida sexual?
Un meta-análisis llevado a cabo por la Universidad de Utrecht en colaboración con el Instituto Psiquiátrico de Nueva York, asegura que el motivo del comienzo tanto en hombres como en mujeres, es porque sus amigos e iguales lo hacen. Los investigadores analizaron 58 estudios de 15 países sobre la conducta sexual de casi 70.000 adolescentes centrándose principalmente en tres variables: normas descriptivas (cómo actúan los demás, qué hacen ellos), normas de aprobación (qué tienen que ver los valores del grupo, ¿apoya mi grupo que yo haga esto?). Y la tercera variable: la presión de grupo. Las tres influyen de manera notable, pero la primera, según este análisis, mucho más.
Los jóvenes a esa edad en multitud de ocasiones actúan por imitación, "les importa lo que opinen sus iguales y éstos de alguna manera ejercen una cierta presión sobre ellos", asegura a El Mundo Ana Yáñez Otero, directora del Instituto Clínico Extremeño de Sexología. Por ello, si sus iguales empiezan a tener relaciones y las aprueban, incitará que ellos quieran iniciar su vida sexual. Les importa lo que opinen sus amigos pero sobre todo, les importa lo que opine el grupo de amigos, en conjunto. Pero no hay que olvidar, aclara esta experta, que el grupo se forma en base a preferencias, gustos y/o personalidades: no en todos los grupos de jóvenes importan las mismas cosas, unos dan más prioridad a las relaciones y al 'ligoteo' y otros por ejemplo, a los videojuegos o la tecnología. "En el grupo donde la sexualidad y las relaciones sean importantes, los miembros del ese grupo querrán tener relaciones e importará lo que haga y opine el resto. Del mismo modo, existirá una determinada presión o influencia dada por el grupo en sí".
Contextos erotizados
El comportamiento sexual de los adolescentes no sólo depende de la influencia de sus iguales sino de otros factores que cobran igual importancia. Por ejemplo, los cambios físicos, la erotización de la sociedad o los factores culturales y familiares.
Lo más destacado de esta etapa que rige el rumbo a seguir son los cambios físicos que experimenta el adolescente, en los que como consecuencia de ellos surge el despertar sexual y el deseo de la búsqueda del propio placer. "Físicamente están preparados para el inicio de las relaciones sexuales aunque psicológicamente están empezando a descubrirse y relacionarse de forma afectiva con los demás. La parte hormonal va más rápida que la psicológica", indica Rosa Collado Carrascosa, psicología y especialista en sexología y psicoterapia integradora del Centro Álava Reyes de Madrid.
Por otra parte, la erotización de la sociedad en la que viven (y vivimos). "Lo sexual forma parte de su paisaje: de sus series de televisión, de los anuncios que se dirigen a ellos, de la letra de las canciones. ¿Qué quieren? Comprobar en primera persona de qué va todo esto", afirma Carlos de la Cruz, responsable de la Asesoría de Sexualidad para Jóvenes del Ayuntamiento de Leganés. Unido a esto está la mayor libertad sexual que impera en nuestros días. Según Collado, en este sentido, las cuestiones morales de generaciones pasadas se han relajado lo que favorece de algún modo el inicio cada vez más precoz de las relaciones.
Un factor implícito en estos elementos es el factor vulnerabilidad. "Los jóvenes se creen que nada les puede pasar, que lo malo pasa a otros", indica Collado. De ahí, el reflejo en los datos: El 24,80% de las mujeres no utiliza ninguna protección en su primera relación sexual, según la encuesta de Anticoncepción 2014 de la SEC.
Por otro lado, influyen los factores propios de la cultura y del contexto familiar en el que han sido educados, y por último, la presión que puede ejercer en ellos la propia pareja. En ocasiones, en las parejas afectivas, "una de las partes tiene más interés por mantener relaciones eróticas que la otra, lo que produce que la parte con menos deseo pueda dejarse llevar por los deseos de su pareja", explican Patricia Huelves y Raquel Hurtado, psicólogas y sexólogas del Área joven de la Federación de Planificación Familiar (FPFE).
Mitos románticos
A pesar del avance en la sociedad y los cambios en la percepción de la pareja y del ideal romántico, los jóvenes siguen teniendo algunos mitos del amor muy interiorizados. Por ejemplo, según relata Yáñez, la media naranja como complemento a la persona, la pareja para toda la vida o los celos como prueba de amor. Ideales como los celos pueden dar lugar a conductas de control y posesión en algunos jóvenes.
En parte, todo esto viene dado por algunas series de TV o películas que todavía siguen afianzando estos modelos. Contra todo pronóstico, apunta por su parte De la Cruz, abundan los ideales románticos en la mayoría de los jóvenes. Creen en el amor, en la pareja, en buscar momentos mágicos etc. Muchos varones en público no admiten nada parecido a esto, pero sí en la intimidad con sus pareja.
Por regla general, las mujeres inician sus primeras relaciones sexuales asociadas al sentimiento de amor y los chicos más en relación a la sensación de placer. "Hay muchos mitos, estereotipos y prejuicios que implican asimetría de género en las relaciones sexuales, por ejemplo, la actitud 'machista' que se asocia a comportamientos que pueden poner en riesgo la propia salud tanto en varones como en sus parejas sexuales", señala Collado. Otro factor diferenciador sería el de la autoestima. Las chicas con baja autoestima, comenta, tienen una mayor posibilidad de iniciar relaciones sexuales de forma más temprana porque tienen más necesidad de agradar y se sienten menos seguras a la hora de decir no a sus parejas. La alta autoestima por el contrario suele ser un factor protector para evitar conductas de riesgo.
De este modo, añaden por su parte las expertas de la FPFE, es habitual escuchar a chicas decir que sus primeras relaciones sexuales con penetración (porque otro tipo de prácticas sí se mantienen por deseo) las realizaron porque ya tenían una edad en que 'era lo que tocaba', porque sus amigas lo habían hecho o porque sus parejas llevaban tiempo pidiéndoselo. O Incluso por miedo a que sus parejas les dejasen. Los varones, sin embargo, suelen comentar tener sus primeras relaciones eróticas (con o sin penetración) por deseo y búsqueda de placer.
Las estadísticas de embarazos no deseados y ETS son sólo un mero reflejo de lo que también aportan estas conductas sociales. Para romper las estadísticas, mitos y diferencias de género, hay que aplicar desde la base una buena educación sexual, inexistente en el curriculum oficial de la actual Ley de Educación. Opinión unánime de todos los expertos: trabajar con la información pero también en valores y habilidades sociales que abarquen una formación en asertividad, autoestima y valores sociales. La educación sexual no es sólo prevenir embarazos no planificados o infecciones de transmisión sexual, sino trabajar "desde lo grande a lo pequeño, cuestionando las ideas preconcebidas, informando desde el conocimiento científico, promoviendo actitudes de autoestima y autocuidado y fomentando conductas de respeto a las diferencias y a las demás personas", concluyen las especialistas de la FPFE.
Actualmente, la edad de inicio de las relaciones sexuales de las chicas en España se cifra en los 16 años, según el último informe de Anticoncepción 2014 de la Sociedad Española de Contracepción (SEC). Cuatro años antes que la generación de mujeres que ahora tiene 45 años. Ellas comenzaron a los 20, sus hijas a los 16. ¿Qué es lo que lleva a los jóvenes a querer tener relaciones sexuales, a querer iniciar su vida sexual?
Un meta-análisis llevado a cabo por la Universidad de Utrecht en colaboración con el Instituto Psiquiátrico de Nueva York, asegura que el motivo del comienzo tanto en hombres como en mujeres, es porque sus amigos e iguales lo hacen. Los investigadores analizaron 58 estudios de 15 países sobre la conducta sexual de casi 70.000 adolescentes centrándose principalmente en tres variables: normas descriptivas (cómo actúan los demás, qué hacen ellos), normas de aprobación (qué tienen que ver los valores del grupo, ¿apoya mi grupo que yo haga esto?). Y la tercera variable: la presión de grupo. Las tres influyen de manera notable, pero la primera, según este análisis, mucho más.
Los jóvenes a esa edad en multitud de ocasiones actúan por imitación, "les importa lo que opinen sus iguales y éstos de alguna manera ejercen una cierta presión sobre ellos", asegura a El Mundo Ana Yáñez Otero, directora del Instituto Clínico Extremeño de Sexología. Por ello, si sus iguales empiezan a tener relaciones y las aprueban, incitará que ellos quieran iniciar su vida sexual. Les importa lo que opinen sus amigos pero sobre todo, les importa lo que opine el grupo de amigos, en conjunto. Pero no hay que olvidar, aclara esta experta, que el grupo se forma en base a preferencias, gustos y/o personalidades: no en todos los grupos de jóvenes importan las mismas cosas, unos dan más prioridad a las relaciones y al 'ligoteo' y otros por ejemplo, a los videojuegos o la tecnología. "En el grupo donde la sexualidad y las relaciones sean importantes, los miembros del ese grupo querrán tener relaciones e importará lo que haga y opine el resto. Del mismo modo, existirá una determinada presión o influencia dada por el grupo en sí".
Contextos erotizados
El comportamiento sexual de los adolescentes no sólo depende de la influencia de sus iguales sino de otros factores que cobran igual importancia. Por ejemplo, los cambios físicos, la erotización de la sociedad o los factores culturales y familiares.
Lo más destacado de esta etapa que rige el rumbo a seguir son los cambios físicos que experimenta el adolescente, en los que como consecuencia de ellos surge el despertar sexual y el deseo de la búsqueda del propio placer. "Físicamente están preparados para el inicio de las relaciones sexuales aunque psicológicamente están empezando a descubrirse y relacionarse de forma afectiva con los demás. La parte hormonal va más rápida que la psicológica", indica Rosa Collado Carrascosa, psicología y especialista en sexología y psicoterapia integradora del Centro Álava Reyes de Madrid.
Por otra parte, la erotización de la sociedad en la que viven (y vivimos). "Lo sexual forma parte de su paisaje: de sus series de televisión, de los anuncios que se dirigen a ellos, de la letra de las canciones. ¿Qué quieren? Comprobar en primera persona de qué va todo esto", afirma Carlos de la Cruz, responsable de la Asesoría de Sexualidad para Jóvenes del Ayuntamiento de Leganés. Unido a esto está la mayor libertad sexual que impera en nuestros días. Según Collado, en este sentido, las cuestiones morales de generaciones pasadas se han relajado lo que favorece de algún modo el inicio cada vez más precoz de las relaciones.
Un factor implícito en estos elementos es el factor vulnerabilidad. "Los jóvenes se creen que nada les puede pasar, que lo malo pasa a otros", indica Collado. De ahí, el reflejo en los datos: El 24,80% de las mujeres no utiliza ninguna protección en su primera relación sexual, según la encuesta de Anticoncepción 2014 de la SEC.
Por otro lado, influyen los factores propios de la cultura y del contexto familiar en el que han sido educados, y por último, la presión que puede ejercer en ellos la propia pareja. En ocasiones, en las parejas afectivas, "una de las partes tiene más interés por mantener relaciones eróticas que la otra, lo que produce que la parte con menos deseo pueda dejarse llevar por los deseos de su pareja", explican Patricia Huelves y Raquel Hurtado, psicólogas y sexólogas del Área joven de la Federación de Planificación Familiar (FPFE).
Mitos románticos
A pesar del avance en la sociedad y los cambios en la percepción de la pareja y del ideal romántico, los jóvenes siguen teniendo algunos mitos del amor muy interiorizados. Por ejemplo, según relata Yáñez, la media naranja como complemento a la persona, la pareja para toda la vida o los celos como prueba de amor. Ideales como los celos pueden dar lugar a conductas de control y posesión en algunos jóvenes.
En parte, todo esto viene dado por algunas series de TV o películas que todavía siguen afianzando estos modelos. Contra todo pronóstico, apunta por su parte De la Cruz, abundan los ideales románticos en la mayoría de los jóvenes. Creen en el amor, en la pareja, en buscar momentos mágicos etc. Muchos varones en público no admiten nada parecido a esto, pero sí en la intimidad con sus pareja.
Por regla general, las mujeres inician sus primeras relaciones sexuales asociadas al sentimiento de amor y los chicos más en relación a la sensación de placer. "Hay muchos mitos, estereotipos y prejuicios que implican asimetría de género en las relaciones sexuales, por ejemplo, la actitud 'machista' que se asocia a comportamientos que pueden poner en riesgo la propia salud tanto en varones como en sus parejas sexuales", señala Collado. Otro factor diferenciador sería el de la autoestima. Las chicas con baja autoestima, comenta, tienen una mayor posibilidad de iniciar relaciones sexuales de forma más temprana porque tienen más necesidad de agradar y se sienten menos seguras a la hora de decir no a sus parejas. La alta autoestima por el contrario suele ser un factor protector para evitar conductas de riesgo.
De este modo, añaden por su parte las expertas de la FPFE, es habitual escuchar a chicas decir que sus primeras relaciones sexuales con penetración (porque otro tipo de prácticas sí se mantienen por deseo) las realizaron porque ya tenían una edad en que 'era lo que tocaba', porque sus amigas lo habían hecho o porque sus parejas llevaban tiempo pidiéndoselo. O Incluso por miedo a que sus parejas les dejasen. Los varones, sin embargo, suelen comentar tener sus primeras relaciones eróticas (con o sin penetración) por deseo y búsqueda de placer.
Las estadísticas de embarazos no deseados y ETS son sólo un mero reflejo de lo que también aportan estas conductas sociales. Para romper las estadísticas, mitos y diferencias de género, hay que aplicar desde la base una buena educación sexual, inexistente en el curriculum oficial de la actual Ley de Educación. Opinión unánime de todos los expertos: trabajar con la información pero también en valores y habilidades sociales que abarquen una formación en asertividad, autoestima y valores sociales. La educación sexual no es sólo prevenir embarazos no planificados o infecciones de transmisión sexual, sino trabajar "desde lo grande a lo pequeño, cuestionando las ideas preconcebidas, informando desde el conocimiento científico, promoviendo actitudes de autoestima y autocuidado y fomentando conductas de respeto a las diferencias y a las demás personas", concluyen las especialistas de la FPFE.
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