 |
| Imagen: El Mundo / Cristina Ortiz 'La veneno' |
"No le he conocido ninguna pareja decente ni trabajadora", sostiene la biógrafa de la transexual más famosa de España, fallecida este miércoles.
Antonio Diéguez | El Mundo, 2016-11-12
http://www.elmundo.es/loc/2016/11/12/5825fa08468aeb593a8b4668.html
20 años después de ser descubierta por Pepe Navarro, fallece la transexual que revolucionó a España con su lenguaje y desparpajo. Ganó mucho dinero, pero no deja nada a su familia. Su amiga Valeria Vegas, con quien escribió sus memorias, culpa a sus novios: "No le he conocido ninguna pareja decente ni trabajadora".
Tras luchar contra tantos obstáculos a lo largo de 52 años, la llama de Cristina Ortiz Rodríguez La Veneno se apagó este miércoles 9 en Madrid. Dado que en la madrugada del sábado fue encontrada en su casa inconsciente y con un traumatismo craneal severo, su muerte propició todo tipo de especulaciones que involucraban a su pareja, un rumano de 25 años. Pero LOC ya avanzó este jueves que el análisis forense determina que La Veneno se cayó en su cuarto de baño y sufrió un golpe en la zona parietal izquierda que le provocó una hemorragia cerebral.
Que los agentes de la Policía Nacional recogieran de su domicilio varias botellas de alcohol y cinco cajas de Trankimazin vacías en la basura mitificará a la musa de Pepe Navarro, pero también demuestra que su vida poco tenía que ver con la que disfrutó hace dos décadas. Las cámaras de ‘Esta noche cruzamos el Mississipi’ se toparon con la almeriense una noche de 1996, mientras ella ejercía la prostitución. Gracias a su gracejo, Cristina cautivó a Pepe Navarro, que no tardó en contratarla para su late show en Telecinco. También se la llevó a Antena 3 en 1997, para que le acompañara en ‘La sonrisa del pelícano’. "Tenía una apariencia agresiva, pero era todo lo contrario. Su éxito en televisión estaba precisamente en ese contraste", explica ahora el presentador a LOC por teléfono.
Ese mismo año la cadena canceló el espacio de Pepe Navarro, aunque la diva ‘trash’ grabó seis capítulos de la serie ‘En plena forma’ que protagonizó Alfredo Landa. También editó el disco 'Veneno pa' tu piel', del que se vendieron 50.000 copias; protagonizó dos películas porno, y hasta inauguró un ‘sex shop’ con Cicciolina. Pero no todo el dinero que generó la almeriense con sus bolos fue a parar a sus bolsillos. Despidió a su mánager en cuanto no le cuadraron las cuentas. "Me tenían que pagar casi 17.000 euros (...), pero me dijeron que mi caché era de casi 11.000", recordó Cristina en su biografía, ‘¡Digo! Ni puta ni santa’, que publicó este septiembre con la ayuda de la periodista Valeria Vegas.
Su vida cambió al estar implicada en una estafa al seguro de su piso que denunció su propio novio. Entró en prisión en 2003 y, tres años después, La Veneno recuperó la libertad con 122 kilos y tocada anímicamente. "Era muy vulnerable. Yo le pedía que no se tomara ansiolíticos. Tenía un ambiente deprimente, pero por sus parejas. No le he conocido ninguna decente, ni trabajadora. Ella me reconocía que le iban los golfos. Era muy dependiente de ellos", sostiene Vegas.
Mientras vivía en un piso de unos 70 metros cuadrados en el distrito de Tetuán, propiedad de sus padres, la transexual fue perdiendo los últimos objetos de valor que ganó con la televisión: "En el 2006 la casa estaba bien, con los años desaparecieron las cosas: la minicadena, los tomos de la enciclopedia...", dice Vegas. "Recibía una pensión no contributiva de 300 euros y se podía mantener. El problema eran los hombres, que le pedían dinero. Volvió a la prostitución por alguno", añade la periodista a LOC.
Gracias a Vegas, La Veneno logró sacar sus memorias al mercado. "Yo conseguí entrevistas en medios dignos (...). Le buscaron unos cuantos bolos. Estuvo en Sevilla, que le pagaron como 1.500 euros. En Barcelona ganó 1.000 euros, aunque el otro le robó 450. La próxima semana iba a ir al ‘Deluxe’ por un polígrafo". Pese a todo, la transexual no deja "nada de valor" ni a sus progenitores ni a sus cinco hermanos, "con los que se hablaba, pero no veía desde hace años".
Por otro lado, la familia no tiene intención de que se cumpla la última voluntad de La Veneno, que la entierra en su Adra natal: "Ella quería que echaran sus cenizas en el parque del Oeste, donde fue muy feliz -allí ejerció la prostitución-. Pero se la llevan a Almería", explica la periodista, que llora la muerte de su amiga. Pepe Navarro, su descubridor, aclara: "Jamás ha sido un juguete roto. Cristina siempre luchó con sus recursos. No se merecía un final así. Era una persona buena y pura ternura", concluye.
Tras luchar contra tantos obstáculos a lo largo de 52 años, la llama de Cristina Ortiz Rodríguez La Veneno se apagó este miércoles 9 en Madrid. Dado que en la madrugada del sábado fue encontrada en su casa inconsciente y con un traumatismo craneal severo, su muerte propició todo tipo de especulaciones que involucraban a su pareja, un rumano de 25 años. Pero LOC ya avanzó este jueves que el análisis forense determina que La Veneno se cayó en su cuarto de baño y sufrió un golpe en la zona parietal izquierda que le provocó una hemorragia cerebral.
Que los agentes de la Policía Nacional recogieran de su domicilio varias botellas de alcohol y cinco cajas de Trankimazin vacías en la basura mitificará a la musa de Pepe Navarro, pero también demuestra que su vida poco tenía que ver con la que disfrutó hace dos décadas. Las cámaras de ‘Esta noche cruzamos el Mississipi’ se toparon con la almeriense una noche de 1996, mientras ella ejercía la prostitución. Gracias a su gracejo, Cristina cautivó a Pepe Navarro, que no tardó en contratarla para su late show en Telecinco. También se la llevó a Antena 3 en 1997, para que le acompañara en ‘La sonrisa del pelícano’. "Tenía una apariencia agresiva, pero era todo lo contrario. Su éxito en televisión estaba precisamente en ese contraste", explica ahora el presentador a LOC por teléfono.
Ese mismo año la cadena canceló el espacio de Pepe Navarro, aunque la diva ‘trash’ grabó seis capítulos de la serie ‘En plena forma’ que protagonizó Alfredo Landa. También editó el disco 'Veneno pa' tu piel', del que se vendieron 50.000 copias; protagonizó dos películas porno, y hasta inauguró un ‘sex shop’ con Cicciolina. Pero no todo el dinero que generó la almeriense con sus bolos fue a parar a sus bolsillos. Despidió a su mánager en cuanto no le cuadraron las cuentas. "Me tenían que pagar casi 17.000 euros (...), pero me dijeron que mi caché era de casi 11.000", recordó Cristina en su biografía, ‘¡Digo! Ni puta ni santa’, que publicó este septiembre con la ayuda de la periodista Valeria Vegas.
Su vida cambió al estar implicada en una estafa al seguro de su piso que denunció su propio novio. Entró en prisión en 2003 y, tres años después, La Veneno recuperó la libertad con 122 kilos y tocada anímicamente. "Era muy vulnerable. Yo le pedía que no se tomara ansiolíticos. Tenía un ambiente deprimente, pero por sus parejas. No le he conocido ninguna decente, ni trabajadora. Ella me reconocía que le iban los golfos. Era muy dependiente de ellos", sostiene Vegas.
Mientras vivía en un piso de unos 70 metros cuadrados en el distrito de Tetuán, propiedad de sus padres, la transexual fue perdiendo los últimos objetos de valor que ganó con la televisión: "En el 2006 la casa estaba bien, con los años desaparecieron las cosas: la minicadena, los tomos de la enciclopedia...", dice Vegas. "Recibía una pensión no contributiva de 300 euros y se podía mantener. El problema eran los hombres, que le pedían dinero. Volvió a la prostitución por alguno", añade la periodista a LOC.
Gracias a Vegas, La Veneno logró sacar sus memorias al mercado. "Yo conseguí entrevistas en medios dignos (...). Le buscaron unos cuantos bolos. Estuvo en Sevilla, que le pagaron como 1.500 euros. En Barcelona ganó 1.000 euros, aunque el otro le robó 450. La próxima semana iba a ir al ‘Deluxe’ por un polígrafo". Pese a todo, la transexual no deja "nada de valor" ni a sus progenitores ni a sus cinco hermanos, "con los que se hablaba, pero no veía desde hace años".
Por otro lado, la familia no tiene intención de que se cumpla la última voluntad de La Veneno, que la entierra en su Adra natal: "Ella quería que echaran sus cenizas en el parque del Oeste, donde fue muy feliz -allí ejerció la prostitución-. Pero se la llevan a Almería", explica la periodista, que llora la muerte de su amiga. Pepe Navarro, su descubridor, aclara: "Jamás ha sido un juguete roto. Cristina siempre luchó con sus recursos. No se merecía un final así. Era una persona buena y pura ternura", concluye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.