jueves, 4 de mayo de 2017

#hemeroteca #lesbianismo | Davidson, la lesbiana que romperá la maldición 'tory' en Escocia

Imagen: El Confidencial / Theresa May y Ruth Davidson
Davidson, la lesbiana que romperá la maldición 'tory' en Escocia.
En las generales de junio los 'tories' escoceses pueden pasar de uno a 12 escaños. Detrás del milagro político está una mujer, lesbiana y de clase trabajadora. Ha logrado el cambio de imagen del partido.
Celia Maza | El Confidencial, 2017-05-04
http://www.elconfidencial.com/mundo/2017-05-04/reino-unido-elecciones-escocia-ruth-davidson_1376607/

Hay un chiste que dice que hay más osos panda en Escocia que diputados conservadores en Westminster. Sí, los 'tories' al norte de la frontera son considerados como una especie en extinción. Margaret Thatcher les convirtió en “nasty party” al no tener piedad alguna con el colapso de la industria escocesa y, desde entonces, todo aquel que vota al “partido inglés” es considerado un traidor. Hasta ahora.

Para las generales del próximo 8 de junio, los 'tories' escoceses podrían pasar de su único escaño actual a 12 asientos en la Cámara de los Comunes, consiguiendo su mejor resultado desde la década de los 70. Detrás del milagro político: una mujer, lesbiana y de clase trabajadora. ¿Quién es Ruth Davidson?

A sus 38 años es la líder más joven que ha tenido el Partido Conservador en Escocia. En definitiva, cuando la Dama de Hierro estaba en el poder, ella tan sólo era un bebé y ese es un factor que utiliza en las entrevistas para distanciarse de su legado.

“Es un perfil realmente interesante y es la gran responsable del cambio de la imagen del partido”, asegura Simon Hix, profesor de Políticas en la prestigiosa London School of Economics. “Es joven, abiertamente homosexual y viene de un background muy diferente al típico candidato 'tory'. Tiene un discurso social liberal y una imagen moderna, más cercana a David Cameron o George Osborne. Éste es el tipo de Partido Conservador que funciona en Escocia”, explica a El Confidencial.

“En Inglaterra, con Theresa May, el partido es más tradicional, más “old fashion”. Así que en el futuro podría existir un conflicto, pero no ahora porque tanto a Davidson como a May les están yendo muy bien las cosas”, matiza.

Por cierto, que cuando Davidson nació, la homosexualidad aún era ilegal en Escocia. Los matrimonios gais no entraron en vigor hasta diciembre de 2014. La política, muy cristiana, no confesó que era lesbiana hasta los veinticinco años. “Lo sabía de mucho antes, pero no quería aceptarlo”, dijo en una entrevista con la BBC, en la que confesó que la su “mayor problema” era la fe.

“Creía que estaba destinada a tener una boda vestida de blanco con un hombre a mi lado”, explicó. “Me tomó algún tiempo estar en paz conmigo misma. Es algo contra lo que luchaba. Pero no es algo que eliges. Así que llega un punto en el que debes tomar una decisión: vivir una mentira toda tu vida o confiar en ti misma. Y supe lo que tenía que hacer”, matizó.

Davidson se comprometió el año pasado con su novia, la irlandesa Jen Wilson, de 35, oficializando de este modo la primera pareja homosexual del panorama político del Reino Unido.

Su condición sexual pasa ahora inadvertida en campaña, pero no fue el caso en noviembre de 2011, cuando se convirtió en la líder del Partido Conservador escocés y la palabra “lesbiana” inundaba los titulares. “Tuve que llamar a mis padres para decirles que no escribieran a los periódicos. Les dije que podía encargarme de mis propias batallas”, comentó recientemente.

Luchó por no ser conocida sólo como la “kickboxer lesbiana” mientras que el resto de candidatos eran definidos por sus trabajos. No quería hablar de ello. Pero todo cambió cuando fue elegida y comenzó a recibir centenares de emails, en su mayoría de jóvenes homosexuales. Se trataban de cartas personales. Algunos de ellos le decían: “siempre me gustó la política, pero nunca pensé que pudiera hacerlo. Realmente es muy importante que lo hayas conseguido”. Para ella fue una revelación y desde entonces, cuando le preguntan por su sexualidad en entrevistas no se esconde. “No lo hago por mí, lo hago por la gente”.

Para sus padres no fue fácil. Ni que su vida privada apareciera en portadas ni que se dedicara a política. A un matrimonio de Glasgow de clase obrera les costó entender cómo su hija renunciaba a su trabajo bien remunerado en la BBC -en su currículum también destacan sus tres años en la reserva del Ejército- para dedicarse a la política como candidata del Partido Conservador.

Un discurso contrario al independentismo
Pero, contra todo pronóstico, en una Escocia anti 'tory', su carrera al frente del Partido Conservador Escocés ha sido imparable. En las elecciones regionales del año pasado, irrumpió con un 24% de los votos convirtiéndose en la principal fuerza de la oposición en el parlamento de Edimburgo, donde los independentistas del SNP de Nicola Sturgeon perdieron su mayoría absoluta.

Fue un triunfo tan histórico que comenzaron incluso rumores en Westminster ante la posibilidad de que Davidson pudiera suceder a David Cameron como líder de la formación a nivel nacional.

Ella cortó las especulaciones de raíz. Pero ahora no descarta convertirse en la ministra principal escocesa con un discurso contrario al independentismo. Desde luego que posibilidades las tiene. Actualmente cuenta con 31 escaños en Holyrood, frente a los 63 del SNP y los 23 del Partido Laborista. En 2003, los nacionalistas del SNP tenían sólo 27 y cuatro años más tarde consiguieron formar gobierno.

Las próximas regionales no serán hasta 2021, pero las generales del 8 de junio se convertirán en un buen pulso político y, según los sondeos, las previsiones no pueden ser mejores. Según una encuesta de Panelbase, encargada por 'The Sunday Times Escocia', el apoyo a los 'tories' escoceses es del 33%, un aumento de unos sorprendentes 18 puntos en comparación con las elecciones generales de 2015.

En la actualidad, sólo tienen un diputado escocés, David Mundell, pero de replicarse estos porcentajes, podrían conseguir 12 escaños en la Cámara de los Comunes, robando 10 al SNP y uno a los laboristas, por lo que sería su mejor resultado en Escocia desde el gobierno de Sir Edward Heath, en los años setenta.

Por su parte, la encuesta registró un 44% de respaldo para el SNP, seis puntos menos que en las elecciones de 2015. Esto significaría que los nacionalistas ganarían 45 de los 59 escaños que hay en la Cámara de los Comunes para Escocia. En definitiva, una reducción de 11 asientos con respecto a las generales de 2015, que sería interpretado como un golpe importante en la campaña de Nicola Sturgeon para obligar a Theresa May a permitir un segundo referéndum de independencia.

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