Imagen: Kaosenlared / Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera, Orgullo en Nueva York, 1973-06-24 |
Víctor Ramos y Pilar León | Kaosenlared, 2017-06-18
http://kaosenlared.net/la-mercantilizacion-del-dia-del-orgullo-lgtbiq-paso-adelante-la-lucha-nuestra-liberacion/
Como cada año el 28 de junio se nos presenta una fecha histórica de lucha en la que conmemoramos a la juventud LGTBIQ+ (Lesbianas, Gais, Transgénero, Bisexuales, Intersexuales, Queer) del Nueva York de 1969, precarizada a causa de la opresión social que sufrían no sólo por su identidad sexual y de género, sino por ser muchas de sus integrantes personas racializadas.
Es representativo el ejemplo de Sylvia Rivera, mujer transgénero de ascendencia puertorriqueña y venezolana, icono del levantamiento que protagonizó el colectivo LGTBIQ+ neoyorquino ante la represión policial que sufría habitualmente en sus espacios de refugio, en este caso, el emblemático “bar de ambiente” Stonewall, donde ocurrió la revuelta del 28 de junio que marcará el camino por la lucha de la liberación LGTBIQ+.
La raíz de la opresión del colectivo reside en una ideología machista, por la cual se divide a la humanidad de forma binaria entre mujeres y hombres atendiendo a su genitalidad, donde, además, la mujer sería inferior al hombre. Así, esta ideología machista, de la que se vale el capitalismo para dividir a la clase trabajadora y escalar su explotación, jerarquiza a las personas, combinada con la ideología racista, por una cuestión de origen étnico, identidad de género y orientación sexual.
Dentro del colectivo LGTBIQ+ hay personas de todas las etnias: personas disidentes del sistema binario de género (englobando a todas las identidades trans), mujeres (incluyendo como mujeres doblemente oprimidas a las mujeres transgénero), y personas no heterosexuales que desafían el modelo en el que se ha asentado el capitalismo según el cual la sociedad debe organizarse en núcleos familiares hombre-mujer (donde la mujer acarrea con la carga doméstica) que aseguren la herencia de la propiedad privada a la siguiente generación. Por este motivo, la lucha por la liberación del colectivo LGTBIQ+ es primordial para combatir el sistema capitalista que nos explota y oprime.
En Stonewall la juventud LGTBIQ+ neoyorquina más marginal (personas sin techo, prostitutas, mujeres transgénero de color) cuestionó el poder del opresor tomando una actitud ofensiva contra el Estado y sus cuerpos policiales.
Cada año multinacionales como Nestlé o Coca-Cola, que explotan a sus trabajadores y privatizan acuíferos para enriquecer a sus directivos, hacen eco de su tolerancia apropiándose de la bandera multicolor que representa la lucha por la liberación del colectivo. Del mismo modo, asistimos a la mercantilización de la fecha histórica del Orgullo LGTBIQ+ en todo el mundo, por la cual se organizan grandes desfiles en torno al consumo atendiendo a la lógica de exclusión capitalista contra la que el colectivo lucha.
Así, las empresas que encuentran en nuestros símbolos de lucha un nicho de mercado construyen su negocio de forma clasista en torno al consumo, por lo que este espacio queda limitado a aquellas identidades que más encajan con el ideal capitalista: una identidad “gay” normativa (es decir, la más parecida al hombre heterosexual) y eurocéntrica.
Podemos concretar en la realidad esta limitación del espacio en el Orgullo mercantilizado: solo en Madrid se desplegará un dispositivo de 15000 policías el día del desfile oficial el sábado 2 de julio (olvidando la fecha del 28 de junio para adaptarse a la demanda turística). ¿Dónde queda el espacio para todas aquellas personas sin papeles del colectivo LGTBIQ+? La ley de extranjería las criminaliza y la ley mordaza las reprime a través de los cuerpos policiales del Estado.
Es paradójico que la revuelta de Stonewall se iniciase como un levantamiento contra la represión policial y que ahora sea la policía la que “vele por la seguridad” de estas convocatorias oficiales.
Asistimos en la capital a la internacionalización de “la fiesta del Orgullo”, que ya desde los años 80 se ha ido convirtiendo progresivamente en un gran negocio. Este año, el “World Pride Madrid 2017” atraerá a más de 2,5 millones de personas. La máxima autoridad organizadora es AEGAL (Asociación de Empresarios y Profesionales para LGBT de la Comunidad de Madrid) que, con el beneplácito del Ayuntamiento de Ahora Madrid y siguiendo la tradición de sus antecesores, ha invertido en este evento un total de 700.000 euros de dinero público a un negocio administrado por empresas privadas.
En 2016 se registraron 416 delitos de odio por xenofobia y 230 por orientación sexual e identidad de género (en este último caso, un 36,1% más en relación a 2015). Entendiendo que muchos de estos casos aglutinan ambos ejes de opresión, vemos como la prioridad del Estado no es combatir la creciente ideología LGTBIQ-fóbica y racista, sino que la instrumentaliza a través de leyes de extranjería y de educación como la LOMCE, que impone la religión católica como asignatura ponderable y subvenciona a los centros concertados segregados por género asignado al nacer (solo en Madrid se desembolsaron 37,7 millones de euros en este modelo segregacionista) abriendo un gran espacio a una ideología ultra-conservadora en centros que deberían ser públicos.
El dinero público tampoco va a parar a la promoción de políticas de tolerancia, formación y atención a las necesidades del colectivo dentro de la sanidad pública, muy por el contrario, la única inversión que comete el Estado es para lucrar a empresarios que han capitalizado nuestras reivindicaciones políticas.
En Madrid la ‘Plataforma Orgullo Crítico Madrid 2017’ se ha constituido como un espacio alternativo y antagónico a la mercantilización de la lucha LGTBIQ+. Se autodefinen como anticapitalistas, autogestionadas, transfeministas, asamblearias, apartidistas, antifascistas, entre otros principios. El 28 de junio tendrá lugar la manifestación del Orgullo Crítico a la cual debemos sumar fuerzas con el objetivo de fortalecer este movimiento tan importante y necesario a día de hoy.
Reivindicamos el 28 de junio como fecha histórica para continuar luchando por nuestra dignidad, para derrotar al sistema capitalista que nos asesina, maltrata y explota. Para seguir luchando por la liberación del colectivo LGTBIQ+ en todo el mundo, por nuestra liberación y por la reivindicación del colectivo como eje esencial en la lucha contra todas las injusticias que comete el capitalismo.
Es representativo el ejemplo de Sylvia Rivera, mujer transgénero de ascendencia puertorriqueña y venezolana, icono del levantamiento que protagonizó el colectivo LGTBIQ+ neoyorquino ante la represión policial que sufría habitualmente en sus espacios de refugio, en este caso, el emblemático “bar de ambiente” Stonewall, donde ocurrió la revuelta del 28 de junio que marcará el camino por la lucha de la liberación LGTBIQ+.
La raíz de la opresión del colectivo reside en una ideología machista, por la cual se divide a la humanidad de forma binaria entre mujeres y hombres atendiendo a su genitalidad, donde, además, la mujer sería inferior al hombre. Así, esta ideología machista, de la que se vale el capitalismo para dividir a la clase trabajadora y escalar su explotación, jerarquiza a las personas, combinada con la ideología racista, por una cuestión de origen étnico, identidad de género y orientación sexual.
Dentro del colectivo LGTBIQ+ hay personas de todas las etnias: personas disidentes del sistema binario de género (englobando a todas las identidades trans), mujeres (incluyendo como mujeres doblemente oprimidas a las mujeres transgénero), y personas no heterosexuales que desafían el modelo en el que se ha asentado el capitalismo según el cual la sociedad debe organizarse en núcleos familiares hombre-mujer (donde la mujer acarrea con la carga doméstica) que aseguren la herencia de la propiedad privada a la siguiente generación. Por este motivo, la lucha por la liberación del colectivo LGTBIQ+ es primordial para combatir el sistema capitalista que nos explota y oprime.
En Stonewall la juventud LGTBIQ+ neoyorquina más marginal (personas sin techo, prostitutas, mujeres transgénero de color) cuestionó el poder del opresor tomando una actitud ofensiva contra el Estado y sus cuerpos policiales.
Cada año multinacionales como Nestlé o Coca-Cola, que explotan a sus trabajadores y privatizan acuíferos para enriquecer a sus directivos, hacen eco de su tolerancia apropiándose de la bandera multicolor que representa la lucha por la liberación del colectivo. Del mismo modo, asistimos a la mercantilización de la fecha histórica del Orgullo LGTBIQ+ en todo el mundo, por la cual se organizan grandes desfiles en torno al consumo atendiendo a la lógica de exclusión capitalista contra la que el colectivo lucha.
Así, las empresas que encuentran en nuestros símbolos de lucha un nicho de mercado construyen su negocio de forma clasista en torno al consumo, por lo que este espacio queda limitado a aquellas identidades que más encajan con el ideal capitalista: una identidad “gay” normativa (es decir, la más parecida al hombre heterosexual) y eurocéntrica.
Podemos concretar en la realidad esta limitación del espacio en el Orgullo mercantilizado: solo en Madrid se desplegará un dispositivo de 15000 policías el día del desfile oficial el sábado 2 de julio (olvidando la fecha del 28 de junio para adaptarse a la demanda turística). ¿Dónde queda el espacio para todas aquellas personas sin papeles del colectivo LGTBIQ+? La ley de extranjería las criminaliza y la ley mordaza las reprime a través de los cuerpos policiales del Estado.
Es paradójico que la revuelta de Stonewall se iniciase como un levantamiento contra la represión policial y que ahora sea la policía la que “vele por la seguridad” de estas convocatorias oficiales.
Asistimos en la capital a la internacionalización de “la fiesta del Orgullo”, que ya desde los años 80 se ha ido convirtiendo progresivamente en un gran negocio. Este año, el “World Pride Madrid 2017” atraerá a más de 2,5 millones de personas. La máxima autoridad organizadora es AEGAL (Asociación de Empresarios y Profesionales para LGBT de la Comunidad de Madrid) que, con el beneplácito del Ayuntamiento de Ahora Madrid y siguiendo la tradición de sus antecesores, ha invertido en este evento un total de 700.000 euros de dinero público a un negocio administrado por empresas privadas.
En 2016 se registraron 416 delitos de odio por xenofobia y 230 por orientación sexual e identidad de género (en este último caso, un 36,1% más en relación a 2015). Entendiendo que muchos de estos casos aglutinan ambos ejes de opresión, vemos como la prioridad del Estado no es combatir la creciente ideología LGTBIQ-fóbica y racista, sino que la instrumentaliza a través de leyes de extranjería y de educación como la LOMCE, que impone la religión católica como asignatura ponderable y subvenciona a los centros concertados segregados por género asignado al nacer (solo en Madrid se desembolsaron 37,7 millones de euros en este modelo segregacionista) abriendo un gran espacio a una ideología ultra-conservadora en centros que deberían ser públicos.
El dinero público tampoco va a parar a la promoción de políticas de tolerancia, formación y atención a las necesidades del colectivo dentro de la sanidad pública, muy por el contrario, la única inversión que comete el Estado es para lucrar a empresarios que han capitalizado nuestras reivindicaciones políticas.
En Madrid la ‘Plataforma Orgullo Crítico Madrid 2017’ se ha constituido como un espacio alternativo y antagónico a la mercantilización de la lucha LGTBIQ+. Se autodefinen como anticapitalistas, autogestionadas, transfeministas, asamblearias, apartidistas, antifascistas, entre otros principios. El 28 de junio tendrá lugar la manifestación del Orgullo Crítico a la cual debemos sumar fuerzas con el objetivo de fortalecer este movimiento tan importante y necesario a día de hoy.
Reivindicamos el 28 de junio como fecha histórica para continuar luchando por nuestra dignidad, para derrotar al sistema capitalista que nos asesina, maltrata y explota. Para seguir luchando por la liberación del colectivo LGTBIQ+ en todo el mundo, por nuestra liberación y por la reivindicación del colectivo como eje esencial en la lucha contra todas las injusticias que comete el capitalismo.
- ¡En contra de la ley de extranjería que nos criminaliza y la ley mordaza que nos reprime!
- ¡Por la criminalización de cualquier tipo de LGTBIQ-fobia y racismo!
- ¡Por una sanidad pública que respete y atienda nuestras necesidades!
- ¡Por una educación laica, pública, gratuita y de calidad!
- ¡Por la no discriminación laboral y el trabajo digno!
- ¡En contra de la mercantilización del orgullo y sus lógicas de exclusión capitalista!
- ¡La lucha LGBTIQ+ es parte de la lucha de las trabajadoras y explotadas del mundo contra el capitalismo!
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