Imagen: El Mundo / Luis Alegre |
El ex secretario general de Podemos en Madrid ha escrito 'Elogio de la homosexualidad' y habla con LOC sobre su propia salida del armario.
Eduardo Verbo | El Mundo, 2017-05-06
http://www.elmundo.es/loc/2017/05/06/590c995846163f08758b4633.html
Luis Alegre (40), ex secretario general en Madrid de Podemos y miembro del equipo fundador del partido, ha dejado la primera línea de la política y ahora se dedica a lo que más le gusta: dar clases en la Facultad de Filosofía de la UCM. Y escribir. De hecho, el pasado miércoles 3 de mayo publicó su último libro, ‘Elogio de la homosexualidad’ (Ed. Arpa), un ensayo en el que el autor invita a encontrar la libertad y a reconocer las ataduras afectivas y sexuales a las que, también los heterosexuales, están sujetos.
P. ¿Cuándo se dio cuenta de que era homosexual?
R. Es algo que noté desde muy joven. En un primer momento, no lo supe identificar bien, pero fue antes de cumplir los 10.
P. ¿Y lo pasó mal? ¿En el colegio, por ejemplo?
R. En el colegio no era visible. Lo que resulta un infierno allí es ser afeminado. Hay heterosexuales que lo pasan mal por serlo. En el libro se explica bien esa presión social para encajar en la norma.
P. ¿Cómo le contó que era gay a su familia, de quien dijo en 2015 que era conservadora?
R. No he podido tener más suerte con mi familia en todos los sentidos. Son muy liberales y firmes defensores de la libertad. Me han apoyado de una forma impagable.
P. ¿Tuvo novia alguna vez?
R. He tenido sexo con mujeres, pero ya identificándome a mí mismo como homosexual.
P. ¿Se ha negado a sí mismo?
R. Ocultarme y negarme, no. Sí que es verdad que cuando empecé con el activismo LGTBI con mi primer novio, las primeras acciones más públicas las viví con cierto pudor. Al final, tienes que hacer el esfuerzo de obligarte a ti mismo a no ocultarte, porque en principio lo que te saldría es tener cautela. Recuerdo una besada delante de la Conferencia Episcopal en la que me estuve besando con él y sentí mucho rubor.
P. ¿Ha vivido alguna agresión por su condición sexual?
R. Una vez con mi anterior pareja. Estábamos en un bar, nos dimos un beso y salió el camarero para decirnos que no podíamos hacerlo en su local. Nos enfadamos y lo recuerdo con frustración. Más allá de eso, no he sufrido ninguna agresión.
P. ¿Cómo fue su salida del armario?
R. La planifiqué para ir a la universidad. Tomé la decisión firme de entrar siendo abiertamente gay. El problema que se tiene en la adolescencia es decirle a tus amigos de siempre que eres homosexual. Resulta difícil explicarles por qué no se lo has dicho antes.
P. Le dedica el libro a Álvaro, ¿es su novio?
R. Sí, él es mi actual pareja (...) He tenido dos parejas más con anterioridad(...) Llevamos ahora dos años viviendo juntos, le conocí a través de un amigo en común y no tengo duda de que es el hombre de mi vida.
P. ¿Por qué ha llegado a esa conclusión?
R. Por su inteligencia, su humor, su bondad y su racionalidad.
P. ¿Se casaría?
R. Sí, no me importaría casarme. (...) Lo del matrimonio gay me pareció una medida decisiva, porque permitió acabar las posiciones reaccionarias más duras.
P. ¿Qué opina sobre la gestación subrogada?
R. Es un tema espinoso y no tengo una opinión muy formada. Me inclino a favor de que sea con garantías suficientes para las mujeres con el fin de evitar que se trate con su cuerpo.
P. ¿Usted lo haría?
R. Me gustaría tener hijos, pero la cuestión de los genes me parece más irrelevante. Me daría igual que fueran adoptados que míos. La parte genética no es importante. Eso sí, preferiría que llevaran mi educación.
P. ¿Conoce a muchos políticos homosexuales?
R. Sí. ¿En el armario? En Podemos no conozco a nadie en el armario, porque es un sitio razonablemente abierto, donde reina la libertad. En otros partidos ocurre, pero me alegra ver que incluso el PP permite que haya líderes y portavoces suyos abiertamente gais. Es un triunfo de todos. Haber obligado al adversario a aceptar esos principios. Podemos estar muy contentos.
P. Relata en su libro que la reina Victoria de Inglaterra se negó a penalizar el lesbianismo. ¿Debería la Corona española mojarse más?
R. Sí que me gustaría que lo hicieran. No me haría sentir más simpatía hacia la monarquía como institución, pero sí hacia la persona que ocupa la Jefatura del Estado.
P. No tiene problemas en hablar en clave personal, ¿qué opina de los políticos que, como Pablo e Irene Montero, se toman tan mal el interés que su relación suscita?
R. Esto es perfectamente legítimo. Me parece muy importante que cada uno tenga derecho a preservar su intimidad y su vida privada. Es una de las cosas por las que debemos sentirnos orgullosos de España.
P. "Ahora, una vez creado Podemos, he decidido dejar que los heterosexuales lo destruyan a partir de Vistalegre 2", dice en su libro. ¿Tienen entonces los heteros la culpa del cisma en Podemos ?
R. Es un comentario que tiene algo de serio y algo de broma. Hay ciertas tensiones que si no se le dan salida por un sitio se le dan por otro. Si no se les permite dar salida por la vía del juego, la fantasía o el sexo, se les da salida por la vía de las confrontaciones o trifulcas políticas.
P. ¿Quiere decir que la cúpula de Podemos tiene mal sexo?
R. ¿Luis Alegre reprocha mal sexo a los líderes de Podemos? ¡Ese titular no se lo puedo dar!
P. ¿Volverá a la política activa?
R. Mi idea es no volver. Estoy inscrito y los inscritos somos, en último término, los que tomamos las decisiones en Podemos. Pero, la política es muy exigente y me gusta más la vida pausada y tranquila de la academia que la vorágine de la política.
P. ¿Cuándo se dio cuenta de que era homosexual?
R. Es algo que noté desde muy joven. En un primer momento, no lo supe identificar bien, pero fue antes de cumplir los 10.
P. ¿Y lo pasó mal? ¿En el colegio, por ejemplo?
R. En el colegio no era visible. Lo que resulta un infierno allí es ser afeminado. Hay heterosexuales que lo pasan mal por serlo. En el libro se explica bien esa presión social para encajar en la norma.
P. ¿Cómo le contó que era gay a su familia, de quien dijo en 2015 que era conservadora?
R. No he podido tener más suerte con mi familia en todos los sentidos. Son muy liberales y firmes defensores de la libertad. Me han apoyado de una forma impagable.
P. ¿Tuvo novia alguna vez?
R. He tenido sexo con mujeres, pero ya identificándome a mí mismo como homosexual.
P. ¿Se ha negado a sí mismo?
R. Ocultarme y negarme, no. Sí que es verdad que cuando empecé con el activismo LGTBI con mi primer novio, las primeras acciones más públicas las viví con cierto pudor. Al final, tienes que hacer el esfuerzo de obligarte a ti mismo a no ocultarte, porque en principio lo que te saldría es tener cautela. Recuerdo una besada delante de la Conferencia Episcopal en la que me estuve besando con él y sentí mucho rubor.
P. ¿Ha vivido alguna agresión por su condición sexual?
R. Una vez con mi anterior pareja. Estábamos en un bar, nos dimos un beso y salió el camarero para decirnos que no podíamos hacerlo en su local. Nos enfadamos y lo recuerdo con frustración. Más allá de eso, no he sufrido ninguna agresión.
P. ¿Cómo fue su salida del armario?
R. La planifiqué para ir a la universidad. Tomé la decisión firme de entrar siendo abiertamente gay. El problema que se tiene en la adolescencia es decirle a tus amigos de siempre que eres homosexual. Resulta difícil explicarles por qué no se lo has dicho antes.
P. Le dedica el libro a Álvaro, ¿es su novio?
R. Sí, él es mi actual pareja (...) He tenido dos parejas más con anterioridad(...) Llevamos ahora dos años viviendo juntos, le conocí a través de un amigo en común y no tengo duda de que es el hombre de mi vida.
P. ¿Por qué ha llegado a esa conclusión?
R. Por su inteligencia, su humor, su bondad y su racionalidad.
P. ¿Se casaría?
R. Sí, no me importaría casarme. (...) Lo del matrimonio gay me pareció una medida decisiva, porque permitió acabar las posiciones reaccionarias más duras.
P. ¿Qué opina sobre la gestación subrogada?
R. Es un tema espinoso y no tengo una opinión muy formada. Me inclino a favor de que sea con garantías suficientes para las mujeres con el fin de evitar que se trate con su cuerpo.
P. ¿Usted lo haría?
R. Me gustaría tener hijos, pero la cuestión de los genes me parece más irrelevante. Me daría igual que fueran adoptados que míos. La parte genética no es importante. Eso sí, preferiría que llevaran mi educación.
P. ¿Conoce a muchos políticos homosexuales?
R. Sí. ¿En el armario? En Podemos no conozco a nadie en el armario, porque es un sitio razonablemente abierto, donde reina la libertad. En otros partidos ocurre, pero me alegra ver que incluso el PP permite que haya líderes y portavoces suyos abiertamente gais. Es un triunfo de todos. Haber obligado al adversario a aceptar esos principios. Podemos estar muy contentos.
P. Relata en su libro que la reina Victoria de Inglaterra se negó a penalizar el lesbianismo. ¿Debería la Corona española mojarse más?
R. Sí que me gustaría que lo hicieran. No me haría sentir más simpatía hacia la monarquía como institución, pero sí hacia la persona que ocupa la Jefatura del Estado.
P. No tiene problemas en hablar en clave personal, ¿qué opina de los políticos que, como Pablo e Irene Montero, se toman tan mal el interés que su relación suscita?
R. Esto es perfectamente legítimo. Me parece muy importante que cada uno tenga derecho a preservar su intimidad y su vida privada. Es una de las cosas por las que debemos sentirnos orgullosos de España.
P. "Ahora, una vez creado Podemos, he decidido dejar que los heterosexuales lo destruyan a partir de Vistalegre 2", dice en su libro. ¿Tienen entonces los heteros la culpa del cisma en Podemos ?
R. Es un comentario que tiene algo de serio y algo de broma. Hay ciertas tensiones que si no se le dan salida por un sitio se le dan por otro. Si no se les permite dar salida por la vía del juego, la fantasía o el sexo, se les da salida por la vía de las confrontaciones o trifulcas políticas.
P. ¿Quiere decir que la cúpula de Podemos tiene mal sexo?
R. ¿Luis Alegre reprocha mal sexo a los líderes de Podemos? ¡Ese titular no se lo puedo dar!
P. ¿Volverá a la política activa?
R. Mi idea es no volver. Estoy inscrito y los inscritos somos, en último término, los que tomamos las decisiones en Podemos. Pero, la política es muy exigente y me gusta más la vida pausada y tranquila de la academia que la vorágine de la política.
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