Imagen: El País / Fotograma de 'Girl', con Victor Polster (i) |
La belga 'Girl', ganadora de la Cámara de Oro de Cannes y candidata a los Oscar, muestra a una chica trans que lucha por ser bailarina.
Gregorio Belinchón | El País, 2018-10-04
https://elpais.com/cultura/2018/10/04/actualidad/1538652518_727737.html
Lara sueña con ser bailarina. A sus 15 años no tiene más ansias. Vive para ello. Pero su cuerpo no le acompaña: nació como un niño, y ahora su físico lastra su futuro. O no. ‘Girl’, de Lukas Dhont (Gante, 1991) esconde más reflexiones: Lara se encuentra inmersa en un tratamiento hormonal para someterse a una cirugía transgénero, y además en su interior estalla el bullicio de la adolescencia. Y de paso Dhont también habla de sí mismo, y de las dudas del ser humano. Tras su triunfo en Cannes, donde ganó el premio al mejor actor –el portentoso protagonista, Victor Polster– en la sección ‘Una cierta mirada’, y sobre todo la Cámara de Oro a la mejor película de un debutante en todos los apartados del certamen, ‘Girl’ arranca, representando a Bélgica, entre las favoritas al Oscar. Y a su vez catapulta a la fama a Dhont, que pasó por San Sebastián para presentar su largometraje.
El director tenía 18 años, se acaba de matricular en la escuela de cine. "Vivía con miedos por mi identidad sexual. Y un día leí un artículo sobre una chica, Nora, de 15 años, que quería entrar en la clase de danza para bailarinas. La escuela no le dejaba porque había nacido en un cuerpo de hombre. Sin embargo, Nora seguía batallando, sin importarle lo que dijeran, con solo 15 años". Ahí había una película, pero no ‘Girl’, al menos al inicio. "Me planteé un documental. Nora se negó. Nosotros también pensamos que era más fascinante lo que pasaba en su interior, en su cuerpo, que su lucha contra la escuela". Dhont siguió adelante: "Porque en estos nueve años ha crecido la necesidad de dar visibilidad a la transexualidad". Y así lo ha sentido en las proyecciones por diversas ciudades del mundo: "Se me han acercado chicos y chicas con muchas preguntas y testimonios. Y no solo trans, gais o lesbianas, porque eso sería minusvalorar, encasillar en un espacio demasiado diminuto a la protagonista".
En 'Girl' no hay batallas familiares: el entorno más cercano apoya a Lara. El drama se encierra en su propio cuerpo, en su alma. De ahí la importancia de las coreografías para plasmar en la pantalla los sentimientos de la protagonista. "Me parece que así gana complejidad, que incluimos a la película en el siglo XXI". ¿Es en el fondo la película de una superheroína? "Probablemente, y ojalá yo hubiera visto este filme hace una década, cuando me planteaba quién era y hacia adónde iba. Si puedo puntualizar, es una superheroína humana, porque comete errores, no es perfecta, y debe de aceptar esa situación, aprender de los fallos".
Dhont confiesa la pesada mochila con la que ha cargado en este tiempo. Si alguien hace una mala película, solo ha pasado eso. Pero si él fallaba, lastraba a una parte de la sociedad: "No me dejaba dormir por las noches. Por varias razones. He querido hacer cine desde los 9 años; soy un perfeccionista y eso se prolonga en la película porque habla de un artista que quiere lograr la perfección como bailarina; y efectivamente, por lo que se jugaba la imagen de mucha gente que ha sido poco representada en el cine". Puede que eso explicara la extrema felicidad con que en Cannes recibieron la Cámara de Oro. "Era ver premiado a mi criatura de nueve años. Desde la primera proyección en el festival sentí que el público tenía la necesidad de ver a ese personaje en pantalla". Es decir, llega en el momento preciso. "Sí, esa es mi opinión. Poca gente ha visto a alguien como Lara en el cine. Por eso, Victor ha sido fundamental. Ha sido espectacular. Ha trabajado muy duro por ello. Ha superado los límites de lo que es una actuación". El cineasta también quiere aliviar la presión sobre el actor: "Es imposible que dé visibilidad a un grupo de gente. Ni la película lo quiere. Es un personaje en una situación. Es poner al público delante de alguien distinto. Pero no somos ni pretendíamos serlo una pancarta, una bandera. Sería ridículo, caeríamos en el panfleto".
La sociedad cambia, los niños de hoy ya no entienden a la familia como un conjunto encabezado por un padre y una madre, sino abierto a muchas posibilidades: "Es cierto, y es emocionante estrenar esta película en estos tiempos. Aún nos falta un empujón más, cuando a nadie ya le importe una mierda por quién sientas amor o con quién vas de la mano. Todavía no hemos llegado a eso".
El director tenía 18 años, se acaba de matricular en la escuela de cine. "Vivía con miedos por mi identidad sexual. Y un día leí un artículo sobre una chica, Nora, de 15 años, que quería entrar en la clase de danza para bailarinas. La escuela no le dejaba porque había nacido en un cuerpo de hombre. Sin embargo, Nora seguía batallando, sin importarle lo que dijeran, con solo 15 años". Ahí había una película, pero no ‘Girl’, al menos al inicio. "Me planteé un documental. Nora se negó. Nosotros también pensamos que era más fascinante lo que pasaba en su interior, en su cuerpo, que su lucha contra la escuela". Dhont siguió adelante: "Porque en estos nueve años ha crecido la necesidad de dar visibilidad a la transexualidad". Y así lo ha sentido en las proyecciones por diversas ciudades del mundo: "Se me han acercado chicos y chicas con muchas preguntas y testimonios. Y no solo trans, gais o lesbianas, porque eso sería minusvalorar, encasillar en un espacio demasiado diminuto a la protagonista".
En 'Girl' no hay batallas familiares: el entorno más cercano apoya a Lara. El drama se encierra en su propio cuerpo, en su alma. De ahí la importancia de las coreografías para plasmar en la pantalla los sentimientos de la protagonista. "Me parece que así gana complejidad, que incluimos a la película en el siglo XXI". ¿Es en el fondo la película de una superheroína? "Probablemente, y ojalá yo hubiera visto este filme hace una década, cuando me planteaba quién era y hacia adónde iba. Si puedo puntualizar, es una superheroína humana, porque comete errores, no es perfecta, y debe de aceptar esa situación, aprender de los fallos".
Dhont confiesa la pesada mochila con la que ha cargado en este tiempo. Si alguien hace una mala película, solo ha pasado eso. Pero si él fallaba, lastraba a una parte de la sociedad: "No me dejaba dormir por las noches. Por varias razones. He querido hacer cine desde los 9 años; soy un perfeccionista y eso se prolonga en la película porque habla de un artista que quiere lograr la perfección como bailarina; y efectivamente, por lo que se jugaba la imagen de mucha gente que ha sido poco representada en el cine". Puede que eso explicara la extrema felicidad con que en Cannes recibieron la Cámara de Oro. "Era ver premiado a mi criatura de nueve años. Desde la primera proyección en el festival sentí que el público tenía la necesidad de ver a ese personaje en pantalla". Es decir, llega en el momento preciso. "Sí, esa es mi opinión. Poca gente ha visto a alguien como Lara en el cine. Por eso, Victor ha sido fundamental. Ha sido espectacular. Ha trabajado muy duro por ello. Ha superado los límites de lo que es una actuación". El cineasta también quiere aliviar la presión sobre el actor: "Es imposible que dé visibilidad a un grupo de gente. Ni la película lo quiere. Es un personaje en una situación. Es poner al público delante de alguien distinto. Pero no somos ni pretendíamos serlo una pancarta, una bandera. Sería ridículo, caeríamos en el panfleto".
La sociedad cambia, los niños de hoy ya no entienden a la familia como un conjunto encabezado por un padre y una madre, sino abierto a muchas posibilidades: "Es cierto, y es emocionante estrenar esta película en estos tiempos. Aún nos falta un empujón más, cuando a nadie ya le importe una mierda por quién sientas amor o con quién vas de la mano. Todavía no hemos llegado a eso".
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