Imagen: Leonoticias / Seminario Menor de La Bañeza, León |
El Mundo, 2017-02-05
http://www.elmundo.es/sociedad/2017/02/05/5896344c22601d1d3f8b4581.html
Tomás, Óscar, Mario, Jesús... y así hasta 29 nombres con sus apellidos aparecen como firmantes de un comunicado en el que apuntan lo vivido en el Seminario Menor de La Bañeza (León), cuyos casos de abusos sexuales cometidos contra menores de edad durante el curso 1988-1989 se han conocido recientemente.
Todos ellos, ex alumnos del centro en dicho periodo, reconocen y lamentan que "aun conscientes de la no normalidad de la situación, fuimos incapaces de actuar o enfrentarnos a ella por la ingenuidad e inocencia propia de la corta edad".
Los 29 piden que, aunque el autor ha admitido los hechos y el obispado de Astorga le acaba de apartar del sacerdocio, "se manifiesten todos los conocedores de los abusos, cuya obligación y responsabilidad era haberlo denunciado y no encubrirlo". Les ruegan que "den testimonio de lo ocurrido", porque su temor es que "no todas las posibles víctimas hayan tenido el valor de hacerlo público".
También piden ayuda a los "ex seminaristas del Juan XXIII de Puebla de Sanabria, donde José Manuel Ramos Gordón (el agresor) fue educador y responsable de la Enfermería, pues algunos de ellos ya han manifestado públicamente presuntos abusos" y a los vecinos de Tábara, que han manifestado públicamente sentirse engañados, para que "pidan explicaciones al Obispado de Astorga de por qué hace 26 años lo envió a esta localidad; a sabiendas de que volvería a estar en contacto con niños".
El objetivo de este comunicado que rubrican es "que se siga investigando el caso y se haga justicia", que "estos actos no vuelvan a suceder jamás", que "sus autores sean convenientemente condenados" y que "la sociedad no mire para otro lado, que el paso del tiempo no sea la sombra donde se escondan estos seres sin escrúpulos, sin dignidad".
Asimismo, desean que los delitos de este tipo no prescriban y muestran su apoyo público a los compañeros que sufrieron los abusos.
Todos ellos, ex alumnos del centro en dicho periodo, reconocen y lamentan que "aun conscientes de la no normalidad de la situación, fuimos incapaces de actuar o enfrentarnos a ella por la ingenuidad e inocencia propia de la corta edad".
Los 29 piden que, aunque el autor ha admitido los hechos y el obispado de Astorga le acaba de apartar del sacerdocio, "se manifiesten todos los conocedores de los abusos, cuya obligación y responsabilidad era haberlo denunciado y no encubrirlo". Les ruegan que "den testimonio de lo ocurrido", porque su temor es que "no todas las posibles víctimas hayan tenido el valor de hacerlo público".
También piden ayuda a los "ex seminaristas del Juan XXIII de Puebla de Sanabria, donde José Manuel Ramos Gordón (el agresor) fue educador y responsable de la Enfermería, pues algunos de ellos ya han manifestado públicamente presuntos abusos" y a los vecinos de Tábara, que han manifestado públicamente sentirse engañados, para que "pidan explicaciones al Obispado de Astorga de por qué hace 26 años lo envió a esta localidad; a sabiendas de que volvería a estar en contacto con niños".
El objetivo de este comunicado que rubrican es "que se siga investigando el caso y se haga justicia", que "estos actos no vuelvan a suceder jamás", que "sus autores sean convenientemente condenados" y que "la sociedad no mire para otro lado, que el paso del tiempo no sea la sombra donde se escondan estos seres sin escrúpulos, sin dignidad".
Asimismo, desean que los delitos de este tipo no prescriban y muestran su apoyo público a los compañeros que sufrieron los abusos.
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