Imagen: El País / Protagonistas de 'The L Word' |
Por más que busquemos en el pozo sin fondo de contenidos televisivos, apenas encontraremos series con protagonistas lesbianas.
Héctor Llanos Martínez | El País, 2018-07-02
https://elpais.com/cultura/2018/07/01/television/1530459539_161506.html
Una mujer lesbiana o bisexual en una serie estadounidense es sinónimo de personaje muerto en un 25% de los casos. Hasta los secundarios de 'Juego de tronos' tienen más posibilidades de sobrevivir. GLAAD, la asociación estadounidense en favor de los derechos LGTB+, lleva años advirtiéndolo en sus informes anuales.
La comunidad acaba de vivir dos hitos en la pantalla, pero ninguno tiene que ver con las lesbianas. Las plataformas de ‘streaming’ se han peleado en los últimos meses por los derechos de emisión de ‘Con amor, Simón’. Su mayor virtud es resultar una película mediocre. Una comedia romántica diseñada para atrapar a espectadores adolescentes, con resortes narrativos propios de los clásicos del género dirigidos por John Hughes. ‘La chica de rosa’ que sopla ‘16 velas’ se ha convertido esta vez en un chico gay. Nada menos que tres décadas después. Lo de 'Pose', que emite HBO España, era más impensable. Sus actrices principales son casi todas transexuales.
Pero, por más que busquemos en el pozo sin fondo de contenidos televisivos, apenas encontraremos series con protagonistas lesbianas. Las pocas que no son invisibles están en la cárcel, como en 'Orange Is the New Black' o en su imitación española ‘Vis a vis’, o viven sumidas en histeria, drama y demás ‘bollotópicos’, como en ‘American Horror Story: Cult’.
Solo el posible regreso de un clásico como ‘The L Word’ o el de la Irene Larra de ‘El Ministerio del Tiempo’ pueden romper la tendencia. Aunque no será por falta de referentes. Tras las protestas de Stonewall que inspiraron la marcha del Orgullo se encontraba Stormé DeLarverie y al lado del activista Harvey Milk estuvo su directora de campaña, Anne Kronenberg. El movimiento ‘queercore’ que transitaba los locales punk del mismo Nueva York ochentero en el que se ambienta ‘Pose’ estaba lleno de lesbianas. Nadie cuenta sus historias.
Es algo que pasa en la televisión más que en ningún otro sitio: si no consumes, no existes. O mueres.
La comunidad acaba de vivir dos hitos en la pantalla, pero ninguno tiene que ver con las lesbianas. Las plataformas de ‘streaming’ se han peleado en los últimos meses por los derechos de emisión de ‘Con amor, Simón’. Su mayor virtud es resultar una película mediocre. Una comedia romántica diseñada para atrapar a espectadores adolescentes, con resortes narrativos propios de los clásicos del género dirigidos por John Hughes. ‘La chica de rosa’ que sopla ‘16 velas’ se ha convertido esta vez en un chico gay. Nada menos que tres décadas después. Lo de 'Pose', que emite HBO España, era más impensable. Sus actrices principales son casi todas transexuales.
Pero, por más que busquemos en el pozo sin fondo de contenidos televisivos, apenas encontraremos series con protagonistas lesbianas. Las pocas que no son invisibles están en la cárcel, como en 'Orange Is the New Black' o en su imitación española ‘Vis a vis’, o viven sumidas en histeria, drama y demás ‘bollotópicos’, como en ‘American Horror Story: Cult’.
Solo el posible regreso de un clásico como ‘The L Word’ o el de la Irene Larra de ‘El Ministerio del Tiempo’ pueden romper la tendencia. Aunque no será por falta de referentes. Tras las protestas de Stonewall que inspiraron la marcha del Orgullo se encontraba Stormé DeLarverie y al lado del activista Harvey Milk estuvo su directora de campaña, Anne Kronenberg. El movimiento ‘queercore’ que transitaba los locales punk del mismo Nueva York ochentero en el que se ambienta ‘Pose’ estaba lleno de lesbianas. Nadie cuenta sus historias.
Es algo que pasa en la televisión más que en ningún otro sitio: si no consumes, no existes. O mueres.
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