Imagen: El Diario Vasco / José Ignacio Munilla |
El obispo de San Sebastián ha condenado en una homilia en la catedral del Buen Pastor el caso del ex vicario general de Gipuzkoa y ha pedido perdón a las víctimas y sus familiares.
El Diario Vasco, 2017-01-15
El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla ha pronunciado esta tarde una homilia en la catedral del Buen Pastor en la que ha tratado la polémica suscitada tras conocerse los abusos sexuales a menores de edad cometidos por el ex vicario general de Gipuzkoa, Juan Kruz Mendizabal. Por la mañana, la Iglesia donostiarra ha pedido "perdón" en las misas dominicales a través de la lectura de un texto que les había enviado el prelado.
El tribunal eclesiástico condenó al sacerdote por abusar de dos menores a los que había sometido a "tocamientos deshonestos" durante 2001 y 2005. Además, el pasado 12 de enero, una tercera persona denunció en el Obispado que también había sido víctima de abusos por el exvicario de Gipuzkoa en 1994.
El texto que han leído a los feligreses los párrocos de la diócesis de San Sebastián es muy similar a la nota difundida por Munilla el pasado jueves, cuando compareció ante los medios de comunicación para explicar los casos atribuidos a Juan Kruz Mendizabal.
«Unos momentos muy duros»
El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha incidido en su homilía de esta tarde en la catedral del Buen Pastor que el caso del ex vicario general de Gipuzkoa ha provocado "unos momentos muy duros". Ha incidido en que "nuestra sociedad, y de una forma especial nuestra Diócesis, se ha sentido conmovida por la noticia de que un sacerdote que gozaba de una gran popularidad entre nosotros, y que además, había ejercido importantes cargos en la pastoral diocesana, anteriormente como responsable de la Pastoral juvenil, y más recientemente como Vicario general, cometió actos de abusos sexuales contra menores.".
El obispo ha hecho hincapié en que "la gravedad de este tipo de abusos a menores, es especialmente grande, ya no únicamente por la materialidad del hecho, sino porque han sido actos cometidos aprovechándose de la confianza que se le otorga a un adulto, en su condición de padre, de familiar, de profesor, de entrenador, o de sacerdote, en nuestro caso presente. No ha ocultado que la condición de presbítero de Mendizabal añade "un plus especial de gravedad, por la contradicción tan evidente entre esos actos y la santidad del ministerio sacerdotal y su mensaje evangélico".
Al igual que hizo en la rueda de prensa que ofreció el pasado jueves, Munilla ha manifestado en su nombre propio y del conjunto de los fieles de la Diócesis de San Sebastián su "más firme y enérgica condena de toda forma de abuso sexual de menores, mayormente si dicho abuso es cometido por un sacerdote". Una vez más ha pedido perdón en nombre de la Iglesia a las víctimas y familiares por el daño que han sufrido.
El obispo ha querido dejar bien claro que en su condición "de pastor de esta Iglesia particular", no cejará en su empeño por tratar "con justicia y equidad" todo caso de abusos contra menores. De nuevo ha reclamdo que "afloren" cualquier tipo de abusos sexuales cometidos contra menores que hayan podido cometerse en el seno de la Iglesia," así como en otros ámbitos". Se ha mostrado convecido de que tal paso "sería grandemente beneficioso para todos: para las víctimas, porque les ayuda a sanar; para los agresores, porque desenmascara la mentira de su vida y les llama a la conversión; para la Iglesia, porque requiere de nosotros una profunda revisión; y para el conjunto de la sociedad, porque estamos ante un problema del que no está exento nadie. La verdad es buena para todos", ha enfatizado.
«La verdad nos hará libres»
Ante las repercusiones que puede tener este escándalo, Munilla ha recalcado que no tiene "miedo alguno" a que algunos sectores vayan a aprovechar esta ocasión para "denigrar" la labor de la Iglesia en su conjunto, o la credibilidad de su mensaje. "Como dijo Jesús de Nazaret: “La verdad nos hará libres”, ha manifestado. Insisto,
"Es el momento de mostrar nuestro compromiso inequívoco con la inocencia de la infancia y de la adolescencia, nuestra solidaridad con las víctimas y sus familias; además de una oportunidad magnífica para testimoniar el amor a la verdad. Nosotros no somos dueños de la Palabra de Dios, sino siervos de ella», ha remarcado el prelado. Ha concluido este punto resaltado que su agenda queda disponible para atender de forma prioritaria los casos que puedan presentarse.
De cara al futuro, y para "responder al reto presente", ha anunciado que la Diócesis de San Sebastián está reorientando la programación pastoral para el presente curso. En este sentido, ha adelantado la implementación de la legislación civil sobre protección de menores, "según la cual, todos aquellos que trabajen con menores deben obtener su certificado de estar libres de antecedentes penales en materia de delitos de naturaleza sexual". Ha señalado que esta disposición legal se extiende tanto a los laicos, como a los religiosos como a los sacerdotes que desarrollan su labor pastoral con niños y adolescentes. Ha aclarado que esta iniciativa ya había sido iniciada antes de esta crisis.
En segundo lugar, Munilla ha afirmado que en las jornadas, retiros y ejercicios espirituales programados para la formación permanente del clero, se abordarán y desarrollarán los temas relativos a la madurez afectiva sexual, así como al conocimiento de las patologías en su desarrollo; integrándolos en la formación espiritual. Ha agregado que estos temas también serán abordados desde las diversas delegaciones pastorales: familia, juventud, inmigrantes, etcétera.
En tercer lugar, ha hecho un llamamiento a "redoblar la oración y la penitencia, como instrumentos indispensables en la lucha contra el mal. La participación en el sacramento de la penitencia, en la Santa Misa, la adoración eucarística, así como el rezo del Santo Rosario, son medios preciosos para ello".
«Traición de un compañero»
El obispo ha recordado una reciente frase del Papa Francisco: “Los sacerdotes son como los aviones, solo son noticia cuando caen”… Y sin embargo, sabemos que en este mismo momento, hay unos once mil aviones volando, y que a lo largo del día hoy, se van a realizar unos 100.000 vuelos". Le ha servido para concluir que "¡es profundamente injusto que la entrega de toda una vida a la causa del Evangelio y al servicio de los más necesitados, se vea puesta en cuestión por la sospecha que genera la traición de un compañero!".
El obispo ha mencionado expresamente a continuación a Mendizabal, al que se ha referido como "nuestro hermano". "Ha sido tan grande la presión mediática y la alarma social generada, que una catequista me decía que tenía miedo a invitar a rezar por él y por su familia…, por temor a que eso pudiera ser entendido como corporativismo o como un signo de equidistancia… Pero eso, queridos hermanos, no es ni corporativismo ni equidistancia, sino puro Evangelio; eso es ser simplemente cristiano. Lo que no es cristiano, ciertamente, es hacer leña del árbol caído y ensañarse con alguien en sus peores momentos…", ha incidido.
Al final de la homilía el obispo ha pedido a la "Madre del Buen Pastor" también por "el sacerdote que ha realizado este daño tan grande, otórgale la gracia de una profunda conversión, y de una forma muy especial queremos pedirte por su familia: Dales a todos ellos el consuelo que solo Tú sabes dar…"
El tribunal eclesiástico condenó al sacerdote por abusar de dos menores a los que había sometido a "tocamientos deshonestos" durante 2001 y 2005. Además, el pasado 12 de enero, una tercera persona denunció en el Obispado que también había sido víctima de abusos por el exvicario de Gipuzkoa en 1994.
El texto que han leído a los feligreses los párrocos de la diócesis de San Sebastián es muy similar a la nota difundida por Munilla el pasado jueves, cuando compareció ante los medios de comunicación para explicar los casos atribuidos a Juan Kruz Mendizabal.
«Unos momentos muy duros»
El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha incidido en su homilía de esta tarde en la catedral del Buen Pastor que el caso del ex vicario general de Gipuzkoa ha provocado "unos momentos muy duros". Ha incidido en que "nuestra sociedad, y de una forma especial nuestra Diócesis, se ha sentido conmovida por la noticia de que un sacerdote que gozaba de una gran popularidad entre nosotros, y que además, había ejercido importantes cargos en la pastoral diocesana, anteriormente como responsable de la Pastoral juvenil, y más recientemente como Vicario general, cometió actos de abusos sexuales contra menores.".
El obispo ha hecho hincapié en que "la gravedad de este tipo de abusos a menores, es especialmente grande, ya no únicamente por la materialidad del hecho, sino porque han sido actos cometidos aprovechándose de la confianza que se le otorga a un adulto, en su condición de padre, de familiar, de profesor, de entrenador, o de sacerdote, en nuestro caso presente. No ha ocultado que la condición de presbítero de Mendizabal añade "un plus especial de gravedad, por la contradicción tan evidente entre esos actos y la santidad del ministerio sacerdotal y su mensaje evangélico".
Al igual que hizo en la rueda de prensa que ofreció el pasado jueves, Munilla ha manifestado en su nombre propio y del conjunto de los fieles de la Diócesis de San Sebastián su "más firme y enérgica condena de toda forma de abuso sexual de menores, mayormente si dicho abuso es cometido por un sacerdote". Una vez más ha pedido perdón en nombre de la Iglesia a las víctimas y familiares por el daño que han sufrido.
El obispo ha querido dejar bien claro que en su condición "de pastor de esta Iglesia particular", no cejará en su empeño por tratar "con justicia y equidad" todo caso de abusos contra menores. De nuevo ha reclamdo que "afloren" cualquier tipo de abusos sexuales cometidos contra menores que hayan podido cometerse en el seno de la Iglesia," así como en otros ámbitos". Se ha mostrado convecido de que tal paso "sería grandemente beneficioso para todos: para las víctimas, porque les ayuda a sanar; para los agresores, porque desenmascara la mentira de su vida y les llama a la conversión; para la Iglesia, porque requiere de nosotros una profunda revisión; y para el conjunto de la sociedad, porque estamos ante un problema del que no está exento nadie. La verdad es buena para todos", ha enfatizado.
«La verdad nos hará libres»
Ante las repercusiones que puede tener este escándalo, Munilla ha recalcado que no tiene "miedo alguno" a que algunos sectores vayan a aprovechar esta ocasión para "denigrar" la labor de la Iglesia en su conjunto, o la credibilidad de su mensaje. "Como dijo Jesús de Nazaret: “La verdad nos hará libres”, ha manifestado. Insisto,
"Es el momento de mostrar nuestro compromiso inequívoco con la inocencia de la infancia y de la adolescencia, nuestra solidaridad con las víctimas y sus familias; además de una oportunidad magnífica para testimoniar el amor a la verdad. Nosotros no somos dueños de la Palabra de Dios, sino siervos de ella», ha remarcado el prelado. Ha concluido este punto resaltado que su agenda queda disponible para atender de forma prioritaria los casos que puedan presentarse.
De cara al futuro, y para "responder al reto presente", ha anunciado que la Diócesis de San Sebastián está reorientando la programación pastoral para el presente curso. En este sentido, ha adelantado la implementación de la legislación civil sobre protección de menores, "según la cual, todos aquellos que trabajen con menores deben obtener su certificado de estar libres de antecedentes penales en materia de delitos de naturaleza sexual". Ha señalado que esta disposición legal se extiende tanto a los laicos, como a los religiosos como a los sacerdotes que desarrollan su labor pastoral con niños y adolescentes. Ha aclarado que esta iniciativa ya había sido iniciada antes de esta crisis.
En segundo lugar, Munilla ha afirmado que en las jornadas, retiros y ejercicios espirituales programados para la formación permanente del clero, se abordarán y desarrollarán los temas relativos a la madurez afectiva sexual, así como al conocimiento de las patologías en su desarrollo; integrándolos en la formación espiritual. Ha agregado que estos temas también serán abordados desde las diversas delegaciones pastorales: familia, juventud, inmigrantes, etcétera.
En tercer lugar, ha hecho un llamamiento a "redoblar la oración y la penitencia, como instrumentos indispensables en la lucha contra el mal. La participación en el sacramento de la penitencia, en la Santa Misa, la adoración eucarística, así como el rezo del Santo Rosario, son medios preciosos para ello".
«Traición de un compañero»
El obispo ha recordado una reciente frase del Papa Francisco: “Los sacerdotes son como los aviones, solo son noticia cuando caen”… Y sin embargo, sabemos que en este mismo momento, hay unos once mil aviones volando, y que a lo largo del día hoy, se van a realizar unos 100.000 vuelos". Le ha servido para concluir que "¡es profundamente injusto que la entrega de toda una vida a la causa del Evangelio y al servicio de los más necesitados, se vea puesta en cuestión por la sospecha que genera la traición de un compañero!".
El obispo ha mencionado expresamente a continuación a Mendizabal, al que se ha referido como "nuestro hermano". "Ha sido tan grande la presión mediática y la alarma social generada, que una catequista me decía que tenía miedo a invitar a rezar por él y por su familia…, por temor a que eso pudiera ser entendido como corporativismo o como un signo de equidistancia… Pero eso, queridos hermanos, no es ni corporativismo ni equidistancia, sino puro Evangelio; eso es ser simplemente cristiano. Lo que no es cristiano, ciertamente, es hacer leña del árbol caído y ensañarse con alguien en sus peores momentos…", ha incidido.
Al final de la homilía el obispo ha pedido a la "Madre del Buen Pastor" también por "el sacerdote que ha realizado este daño tan grande, otórgale la gracia de una profunda conversión, y de una forma muy especial queremos pedirte por su familia: Dales a todos ellos el consuelo que solo Tú sabes dar…"
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