Imagen: Hoy / Raúl Fernández Martínez y Fracisco Javier Amaya Flores |
"Hay que romper el silencio y hablar de homosexualidad en las aulas", defienden los profesores que ofrecerán este curso.
Ana B. Hernández | Hoy, 2017-01-27
http://www.hoy.es/extremadura/201701/27/extremadura-formara-docentes-para-20170127220735.html
Cada día tenía que sacar las piedras de su mochila, porque cada día se las metían sus compañeros de pupitre para reírse de él. Porque era amanerado y durante los recreos no jugaba al fútbol.
Como este escolar extremeño, que hoy ya ha superado el Bachillerato, otros muchos niños sufren acoso en las aulas. «Porque no cumplen el rol que supuestamente les corresponde», resume Raúl Fernández Martínez.
Burlas y ataques que se temen, incluso, cuando se ha asumido y reconocido públicamente la homosexualidad. «Se pasa toda la mañana sin ir al baño, no puede ir solo, le da miedo. Porque es en los baños o en las entradas y salidas al centro o en los cambios de clase cuando se producen los ataques, cuando no hay profesores por medio», explica Francisco Javier Amaya Flores.
Raúl y Francisco son docentes que creen que es hora de que se hable de homosexualidad en la escuela. «Sigue siendo un tema tabú, porque pesa más el prejuicio cultural que el avance legislativo y consideramos que es preciso que se acabe con esta situación».
En el convencimiento de que trabajar la materia en el aula, de la misma forma por ejemplo que el Día de la Paz y la No Violencia, sería beneficioso para todos. Para los escolares, en general, y para quienes sufren acoso por su orientación sexual, en particular. Tanto quienes no cumplen con el rol que se les presupone y son objetivo de las burlas como aquellos que lo ocultan y pasan desapercibidos. «Pero que ven los insultos y ataques a los otros, cómo se les margina, y sufren en silencio porque se rechazan a sí mismos por lo que sienten».
Ambos profesores aseguran que detrás de muchos de los casos de acoso que se producen cada año, dentro y fuera de Extremadura, está la homofobia. «Porque solo se dan datos, no los motivos, pero uno de los frecuentes es este». Acoso tanto a los niños amanerados como a las niñas poco femeninas, hayan reconocido o no su orientación.
Por este motivo, de la mano de PIDE, el sindicato del que forman parte y que ha propuesto el curso formativo aprobado ya por la Consejería de Educación, ambos docentes formarán a sus compañeros para que trabajen la homosexualidad en el aula, para que se hable de ella sin tapujos, para que desde Infantil los escolares empiecen a saber que la sociedad es diversa y que debe ser incluyente. Porque con formación llega el respeto y la intolerancia viene motivada no pocas veces por el desconocimiento. «Creemos que dando a conocer la homosexualidad, hablando con normalidad de ella, se puede evitar el sufrimiento que muchos escolares tienen hoy y los problemas de autoestima que ello puede desencadenarles en los años siguientes».
Educar en la diversidad afectivo-sexual es el título del curso que PIDE ofrece y que pretende alcanzar las 400 inscripciones. Empezará el 1 de marzo, es ‘online’ y válido para todo el territorio nacional.
Con él se pretende cubrir una carencia formativa, pero también cumplir la Ley 12/2005, de 8 de abril, de igualdad social de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales y de políticas públicas contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género de Extremadura. Una ley aprobada por unanimidad el 19 de marzo de 2015 por la Asamblea, que recoge la necesidad de que los planes educativos contemplen pedagogías adecuadas para el reconocimiento de los derechos del colectivo LGTB y de que estas se concreten en proyectos curriculares destinados a educar en la diversidad afectivo-sexual.
«Porque las herramientas están y solo falta que se conozcan y se pongan en práctica», afirman Francisco y Raúl. Y así atender un problema escolar sobre el que la Unesco lleva avisando desde 2011. «Es preciso que se planteen estrategias de apoyo al alumnado LGTB y que los profesores sepamos afrontar los casos de bullying homofóbico».
La historia del colectivo
El curso diseñado permitirá a los docentes extremeños conocer los principales conceptos relacionados con la orientación y con la identidad sexual y también la lucha que a lo largo de la historia este colectivo ha llevado a cabo por sus derechos, sin olvidar a los homosexuales que han destacado en muchas facetas «para tratar de erradicar la marginalidad del colectivo y dignificar su imagen».
Los docentes sabrán qué protocolo seguir ante el acoso homofóbico, qué recursos didácticos tienen a su disposición para trabajar en el aula, en todos los niveles educativos, y también el marco jurídico que respalda ese trabajo, especialmente la ley LGTB extremeña.
«Porque el avance legislativo tiene que poder con el prejuicio cultural que silencia la homosexualidad», defienden los docentes. Porque de este modo el temor que envuelve aquellas iniciativas que promueven hablar sin tapujos de ella quizás desaparecería.
«Una madre propuso en un colegio que la Fundación Triángulo ofreciera un taller sobre la diversidad familiar; el director dijo que antes de dar el permiso tenía que consultar con el resto de familias», recuerda Francisco. «Si el taller hubiera sido sobre cualquier otro asunto, ¿se hubiera tenido que pedir permiso?», se pregunta. Aunque finalmente no hizo falta consulta alguna. «Bastó con mostrar la ley LGTB extremeña», concluye.
Como este escolar extremeño, que hoy ya ha superado el Bachillerato, otros muchos niños sufren acoso en las aulas. «Porque no cumplen el rol que supuestamente les corresponde», resume Raúl Fernández Martínez.
Burlas y ataques que se temen, incluso, cuando se ha asumido y reconocido públicamente la homosexualidad. «Se pasa toda la mañana sin ir al baño, no puede ir solo, le da miedo. Porque es en los baños o en las entradas y salidas al centro o en los cambios de clase cuando se producen los ataques, cuando no hay profesores por medio», explica Francisco Javier Amaya Flores.
Raúl y Francisco son docentes que creen que es hora de que se hable de homosexualidad en la escuela. «Sigue siendo un tema tabú, porque pesa más el prejuicio cultural que el avance legislativo y consideramos que es preciso que se acabe con esta situación».
En el convencimiento de que trabajar la materia en el aula, de la misma forma por ejemplo que el Día de la Paz y la No Violencia, sería beneficioso para todos. Para los escolares, en general, y para quienes sufren acoso por su orientación sexual, en particular. Tanto quienes no cumplen con el rol que se les presupone y son objetivo de las burlas como aquellos que lo ocultan y pasan desapercibidos. «Pero que ven los insultos y ataques a los otros, cómo se les margina, y sufren en silencio porque se rechazan a sí mismos por lo que sienten».
Ambos profesores aseguran que detrás de muchos de los casos de acoso que se producen cada año, dentro y fuera de Extremadura, está la homofobia. «Porque solo se dan datos, no los motivos, pero uno de los frecuentes es este». Acoso tanto a los niños amanerados como a las niñas poco femeninas, hayan reconocido o no su orientación.
Por este motivo, de la mano de PIDE, el sindicato del que forman parte y que ha propuesto el curso formativo aprobado ya por la Consejería de Educación, ambos docentes formarán a sus compañeros para que trabajen la homosexualidad en el aula, para que se hable de ella sin tapujos, para que desde Infantil los escolares empiecen a saber que la sociedad es diversa y que debe ser incluyente. Porque con formación llega el respeto y la intolerancia viene motivada no pocas veces por el desconocimiento. «Creemos que dando a conocer la homosexualidad, hablando con normalidad de ella, se puede evitar el sufrimiento que muchos escolares tienen hoy y los problemas de autoestima que ello puede desencadenarles en los años siguientes».
Educar en la diversidad afectivo-sexual es el título del curso que PIDE ofrece y que pretende alcanzar las 400 inscripciones. Empezará el 1 de marzo, es ‘online’ y válido para todo el territorio nacional.
Con él se pretende cubrir una carencia formativa, pero también cumplir la Ley 12/2005, de 8 de abril, de igualdad social de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales y de políticas públicas contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género de Extremadura. Una ley aprobada por unanimidad el 19 de marzo de 2015 por la Asamblea, que recoge la necesidad de que los planes educativos contemplen pedagogías adecuadas para el reconocimiento de los derechos del colectivo LGTB y de que estas se concreten en proyectos curriculares destinados a educar en la diversidad afectivo-sexual.
«Porque las herramientas están y solo falta que se conozcan y se pongan en práctica», afirman Francisco y Raúl. Y así atender un problema escolar sobre el que la Unesco lleva avisando desde 2011. «Es preciso que se planteen estrategias de apoyo al alumnado LGTB y que los profesores sepamos afrontar los casos de bullying homofóbico».
La historia del colectivo
El curso diseñado permitirá a los docentes extremeños conocer los principales conceptos relacionados con la orientación y con la identidad sexual y también la lucha que a lo largo de la historia este colectivo ha llevado a cabo por sus derechos, sin olvidar a los homosexuales que han destacado en muchas facetas «para tratar de erradicar la marginalidad del colectivo y dignificar su imagen».
Los docentes sabrán qué protocolo seguir ante el acoso homofóbico, qué recursos didácticos tienen a su disposición para trabajar en el aula, en todos los niveles educativos, y también el marco jurídico que respalda ese trabajo, especialmente la ley LGTB extremeña.
«Porque el avance legislativo tiene que poder con el prejuicio cultural que silencia la homosexualidad», defienden los docentes. Porque de este modo el temor que envuelve aquellas iniciativas que promueven hablar sin tapujos de ella quizás desaparecería.
«Una madre propuso en un colegio que la Fundación Triángulo ofreciera un taller sobre la diversidad familiar; el director dijo que antes de dar el permiso tenía que consultar con el resto de familias», recuerda Francisco. «Si el taller hubiera sido sobre cualquier otro asunto, ¿se hubiera tenido que pedir permiso?», se pregunta. Aunque finalmente no hizo falta consulta alguna. «Bastó con mostrar la ley LGTB extremeña», concluye.
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