martes, 31 de enero de 2017

#hemeroteca #politica | Del cómic a un prostíbulo: 'hobbies' del funcionario que no iba a trabajar

Imagen: El Mundo / Carles Recio
Del cómic a un prostíbulo: 'hobbies' del funcionario que no iba a trabajar.
Carles Recio creó el cómic 'Fallerela' y fue destituido por utilizar su piso como un burdel masculino.
Vicente Useros | El Mundo, 2017-01-31
http://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/2017/01/31/5890fbdb268e3e054a8b45ca.html

La trayectoria de Carles Recio se enmarca empañada por una de las historias más turbias de la Diputación de Valencia. Polémico en todas sus multifacetas, Recio se presenta en las páginas web que recogen sus colaboraciones y artículos como doctor en Derecho, abogado, político -optó a la alcaldía de Catarroja-, escritor, historiador, biógrafo de Vicente González Lizondo (fundador del partido Unió Valenciana y líder de la derecha regionalista), periodista, profesor universitario, director de Publicaciones de la Diputación de Valencia y durante un tiempo presidente del Institut d'Estudis Valencians.

El ex militante del GAV (Grup d'Acció Valencianista) -un colectivo que pretende defender el patrimonio cultural y artístico valenciano y la lengua diferenciada del catalán mediante acciones reivindicativas, en ocasiones, violentas- tuvo su cumbre creativa la publicación del cómic Fallerela, -segunda versión de Españísima- que narraba las aventuras de una heroína nacida en un mundo apocalíptico postfallero en el que los dirigentes políticos habían prohibido las Fallas para poder controlar mejor a la población. Recio personificó su concepto de valencianismo con esta imagen de una fallera semidesnuda que acudía en defensa de las tradiciones valencianas contra el poder establecido que censuraba todos los actos de las fiestas josefinas.

El excentricismo del autor llegó a tal extremo que Recio contrató la presencia de una modelo -enfundada en un disfraz y cuya principal arma se basaba en naranjas explosivas que impartía justicia en tierras valencianas- para representar a la heroína fallera y poder promocionar su obra.

La popularidad del polifacético guionista le sirvió para lograr una recepción con el Rey Juan Carlos I en San Miguel de los Reyes donde pudo explicar al monarca la importancia de la identidad española y valenciana en la organización administrativa del Estado.

Cuando su trayectoria parecía haber dejado atrás sus flirteos con la extrema derecha y, especialmente, cuando se daba por encauzada su faceta profesional hacia la literatura de cuentos y cómics sobre el folklore valenciano, Recio se vio envuelto en una trama sexual que le he hizo tocar fondo.

Su puesto de alto cargo como Jefe de Publicaciones de la Diputación fue lo primero que perdió. El 14 de julio de 2005, los medios de comunicación locales plasmaban en sus páginas que el conocido autor de relatos de valencianía regentaba un prostíbulo masculino instalado en su casa.

Los anuncios que utilizaba Recio como reclamo sorprendían a sus más fervientes seguidores literarios: «Abanderados chicos. Verdadero relax en la mejor compañía». Todo un escándalo que desmontaba el mito del estudioso de la Diputación, quien pasó de ser polémico por su posición anticatalanista a conocerse por el hombre que ofertaba los servicios de «chicos deportistas, cachas, aniñados, activos, pasivos y completos. Superarmados».

El jefe provincial de publicaciones justificó que su intención siempre había sido la de ayudar a cuatro chicos que malvivían con la prostitución a encontrar un piso y a gestionar los anuncios sexuales porque carecían de cuenta bancaria. De ahí que todos los ingresos y pagos de la publicidad surgieran de la cuenta corriente de la madre de Recio y el prostíbulo tuviera la sede en un piso desocupado que había compartido con su esposa hasta que se divorció.

A pesar de que los jóvenes que campaban en el 'lupanar-vivienda' de Ruzafa negaron que repartieran con Recio los ingresos obtenidos por los favores sexuales y que sólo le entregaban lo pactado por el alquiler del piso, el empleado de la Diputación estaba sentenciado.

El entonces presidente de la Diputación de Valencia, Fernando Giner, dio la orden de apartar a Recio lo máximo posible y lo mandó al Archivo -aunque el propio Giner confirmó ayer a El Mundo que sentía simpatía por el trabajador por su fiel valencianismo-. La reasignación laboral se ejecutó con la creación de una plaza 'a dedo' de jefe de la Unidad de Actuación Bibliográfica a la que se encomendó unas funciones poco definidas que sólo debían cumplir un objetivo: exiliar la polémica que rodeaba al escritor y que desapareciera de la vida pública para no salpicar la imagen de los políticos.

Este traslado forzoso nunca fue aceptado por Carles Recio quién decidió desde el primer día no acudir a su puesto de trabajo.

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