Número cuatro en la lista de Errejón, lamenta que Monedero «solo aparezca en los medios para sembrar cizaña».
Elisa López | El Diario Vasco, 2017-02-09
http://www.diariovasco.com/politica/201702/09/clara-serra-responsable-igualdad-20170209002136-v.html
Pertenece a una generación de mujeres jóvenes y comprometidas con la lucha por la igualdad y por los derechos sociales. Profesora de Filosofía, diputada de Podemos y feminista convencida, Clara Serra (Madrid, 1982) protagonizó esta semana en Vitoria un debate sobre la igualdad previo a Vistalegre II. Arremete contra el espectáculo que está dando su partido con el cruce de descalificaciones y lamenta «los liderazgos hipermasculinos que invisibilizan a las mujeres».
-Mujeres de Podemos han criticado que el proceso de Vistalegre II parece más un debate masculino entre dos hombres que de ideas.
-La manera de plantear la asamblea, que a mi juicio no se hizo bien, ha propiciado que sea excesivamente belicista y que se haya convertido en una confrontación de liderazgos masculinos. Y esto hace que mucha gente se quede fuera y se sienta excluida. Sobre todo las mujeres. El sistema de votación de Pablo Echenique, denominado 'Desborda', ha hecho que esto sea así. Que haya sido un debate de caras más que de ideas.
-¿No ha tenido la tentación de organizar una lista de mujeres?
-Lo he pensado más de una vez: un toque de atención de muchas mujeres que no estamos de acuerdo con esto. Y si no lo hemos hecho es porque estamos en una candidatura, la de Íñigo Errejón ('Recuperar la ilusión'), que apuesta fuerte por el feminismo y por la presencia de las mujeres. La postura que ha llevado a recuperar esa ilusión ha sido la de poner en entredicho 'Desborda' porque conducía directamente al enfrentamiento.
-El pulso Iglesias-Errejón llevó a Carolina Bescansa a abandonar la dirección. ¿Se está perdiendo la seña de identidad del feminismo que tanto han defendido?
-Es importante que nos preguntemos cuáles son las condiciones que nos han llevado a este pulso. Es decir, hemos tomado malas decisiones y ese sistema de Echenique, insisto, adelantó apresuradamente algunas medidas que teníamos que haber tomado en Vistalegre II, que hizo a los inscritos e inscritas decidir deprisa y corriendo cuestiones que competían a la asamblea ciudadana. No se puede hacer dilucidar a los militantes sin debate previo... Bescansa también firmó 'Desborda' y se equivocó. Por otra parte, hay que feminizar el partido y hacerlo más coral. Y la lógica del pebliscito es excesivamente masculina y dañina.
-Usted afirma que se debe «reducir la hegemonía de la testosterona». ¿Por qué un partido con cuotas de paridad en sus órganos quiere dar más visibilidad a la mujeres?
-Sí, debemos reducir esa hegemonía de la testosterona. Es el momento de decir que la igualdad no puede esperar. Tenemos cuotas de paridad avanzadas y órganos paritarios porque lo hemos peleado de manera incansable. Sin embargo, nuestra organización sigue teniendo mecanismos de selección de hombres. En el caso de Euskadi es especialmente revelador: tenemos un 90% de secretarios generales hombres y un 10% de secretarias generales mujeres. Aunque es importante destacar que ahí está la figura relevante de Nagua Alba. Todo esto revela que somos una organización nueva y joven, construida de manera vertical y con prisas... Y no me gustan nada los retos de liderazgos hipermasculinos a los que asistimos. Se invisibiliza a las mujeres.
-¿Hacen falta más mujeres en puestos claves de la política?
-Sí. Más mujeres en los puestos relevantes y donde se toman decisiones fundamentales. La política está masculinizada y es fundamental que más allá de la presencia de mujeres en términos numéricos rompamos los techos de cristal que hay en las primeras filas de la política.
-Hay quien defiende que la guerra desatada en Podemos es un paripé, pero los cruces de descalificaciones son cada día más reales. ¿Existe riesgo de ruptura?
-Se está sembrando mucha cizaña con descalificaciones e, incluso, insultos que no ayudan en absoluto a que Podemos salga fortalecido. Ni muchísimo menos. En el caso de Juan Carlos Monedero, me parece preocupante que solo aparezca en los medios de comunicación para sembrar desencuentros en lugar de hablar de política. Debemos tener una responsabilidad con el proyecto y con nuestros compañeros porque, al final, el día de mañana tendremos que remar todos a una. No hace falta que pensemos todos igual porque formamos parte de una organización y en lo fundamental estamos de acuerdo.
-¿Y existe una vía que evite esa ruptura?
-Nuestros reto es ser una formación en la que la unidad se construya a partir de las diferencias.
-Muchos militantes están decepcionados porque no perciben la presencia del partido en las instituciones. ¿Podemos está sabiendo gestionar la frustración de no haber ganado las elecciones?
-Esta cuestión tiene mucho peso en nuestras diferencias políticas. Hay compañeros que defienden: «no hemos ganado, nos toca replegarnos y estar a la espera de poder ganar más adelante». Precisamente en el documento de Errejón decimos que esta no es la actitud que debemos mantener. Primero porque la gente nos ha votado y nos ha puesto en las instituciones para que seamos útiles y para que nos dejemos la piel. Estamos en ayuntamientos y en parlamentos autonómicos, y estamos en un Congreso donde el Gobierno del PP está en minoría y es débil desde el punto de vista legislativo.
-Usted está en la lista de Errejón y su hermana Isabel en la de Urbán. ¿Esto afecta a su relación?
-(Risas) Estamos acostumbradas a una familia muy plural ideológica y políticamente. Mi padre, de hecho, es del PP, de Libertad Digital y ha participado en FAES. Es decir, sabemos querernos independientemente de las diferencias políticas.
-Mujeres de Podemos han criticado que el proceso de Vistalegre II parece más un debate masculino entre dos hombres que de ideas.
-La manera de plantear la asamblea, que a mi juicio no se hizo bien, ha propiciado que sea excesivamente belicista y que se haya convertido en una confrontación de liderazgos masculinos. Y esto hace que mucha gente se quede fuera y se sienta excluida. Sobre todo las mujeres. El sistema de votación de Pablo Echenique, denominado 'Desborda', ha hecho que esto sea así. Que haya sido un debate de caras más que de ideas.
-¿No ha tenido la tentación de organizar una lista de mujeres?
-Lo he pensado más de una vez: un toque de atención de muchas mujeres que no estamos de acuerdo con esto. Y si no lo hemos hecho es porque estamos en una candidatura, la de Íñigo Errejón ('Recuperar la ilusión'), que apuesta fuerte por el feminismo y por la presencia de las mujeres. La postura que ha llevado a recuperar esa ilusión ha sido la de poner en entredicho 'Desborda' porque conducía directamente al enfrentamiento.
-El pulso Iglesias-Errejón llevó a Carolina Bescansa a abandonar la dirección. ¿Se está perdiendo la seña de identidad del feminismo que tanto han defendido?
-Es importante que nos preguntemos cuáles son las condiciones que nos han llevado a este pulso. Es decir, hemos tomado malas decisiones y ese sistema de Echenique, insisto, adelantó apresuradamente algunas medidas que teníamos que haber tomado en Vistalegre II, que hizo a los inscritos e inscritas decidir deprisa y corriendo cuestiones que competían a la asamblea ciudadana. No se puede hacer dilucidar a los militantes sin debate previo... Bescansa también firmó 'Desborda' y se equivocó. Por otra parte, hay que feminizar el partido y hacerlo más coral. Y la lógica del pebliscito es excesivamente masculina y dañina.
-Usted afirma que se debe «reducir la hegemonía de la testosterona». ¿Por qué un partido con cuotas de paridad en sus órganos quiere dar más visibilidad a la mujeres?
-Sí, debemos reducir esa hegemonía de la testosterona. Es el momento de decir que la igualdad no puede esperar. Tenemos cuotas de paridad avanzadas y órganos paritarios porque lo hemos peleado de manera incansable. Sin embargo, nuestra organización sigue teniendo mecanismos de selección de hombres. En el caso de Euskadi es especialmente revelador: tenemos un 90% de secretarios generales hombres y un 10% de secretarias generales mujeres. Aunque es importante destacar que ahí está la figura relevante de Nagua Alba. Todo esto revela que somos una organización nueva y joven, construida de manera vertical y con prisas... Y no me gustan nada los retos de liderazgos hipermasculinos a los que asistimos. Se invisibiliza a las mujeres.
-¿Hacen falta más mujeres en puestos claves de la política?
-Sí. Más mujeres en los puestos relevantes y donde se toman decisiones fundamentales. La política está masculinizada y es fundamental que más allá de la presencia de mujeres en términos numéricos rompamos los techos de cristal que hay en las primeras filas de la política.
-Hay quien defiende que la guerra desatada en Podemos es un paripé, pero los cruces de descalificaciones son cada día más reales. ¿Existe riesgo de ruptura?
-Se está sembrando mucha cizaña con descalificaciones e, incluso, insultos que no ayudan en absoluto a que Podemos salga fortalecido. Ni muchísimo menos. En el caso de Juan Carlos Monedero, me parece preocupante que solo aparezca en los medios de comunicación para sembrar desencuentros en lugar de hablar de política. Debemos tener una responsabilidad con el proyecto y con nuestros compañeros porque, al final, el día de mañana tendremos que remar todos a una. No hace falta que pensemos todos igual porque formamos parte de una organización y en lo fundamental estamos de acuerdo.
-¿Y existe una vía que evite esa ruptura?
-Nuestros reto es ser una formación en la que la unidad se construya a partir de las diferencias.
-Muchos militantes están decepcionados porque no perciben la presencia del partido en las instituciones. ¿Podemos está sabiendo gestionar la frustración de no haber ganado las elecciones?
-Esta cuestión tiene mucho peso en nuestras diferencias políticas. Hay compañeros que defienden: «no hemos ganado, nos toca replegarnos y estar a la espera de poder ganar más adelante». Precisamente en el documento de Errejón decimos que esta no es la actitud que debemos mantener. Primero porque la gente nos ha votado y nos ha puesto en las instituciones para que seamos útiles y para que nos dejemos la piel. Estamos en ayuntamientos y en parlamentos autonómicos, y estamos en un Congreso donde el Gobierno del PP está en minoría y es débil desde el punto de vista legislativo.
-Usted está en la lista de Errejón y su hermana Isabel en la de Urbán. ¿Esto afecta a su relación?
-(Risas) Estamos acostumbradas a una familia muy plural ideológica y políticamente. Mi padre, de hecho, es del PP, de Libertad Digital y ha participado en FAES. Es decir, sabemos querernos independientemente de las diferencias políticas.
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