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| Imagen: El Mundo / Plaza Huerto de Sogueros, Castellón |
Se trata del director de un taller de fotografía organizado por la UJI denuncia los insultos de un adolescente. Lamenta que «estos hechos no sean anecdóticos».
C.P. | El Mundo, 2017-05-15
http://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/castellon/2017/05/15/591979a1e2704eb9638b462e.html
Poco podía imaginar el director de un taller de fotografía organizado por la Universitat Jaume I de Castellón que un adolescente que se acercó al 'escenario' iba a proferirle amenazas e insultos homófobos. Así ocurrió el pasado sábado en la céntrica plaza Huerto de Sogueros donde se estaba desarrollando la actividad 'Atreviéndonos a mirar', cuando un muchacho se acercó al fotógrafo «mirándome con odio» y llegando a amenazarle con pegarle.
La sorpresa fue mayúscula ante los gestos del muchacho, aunque la víctima de esta agresión verbal aseguró a El Mundo que «la actitud de este joven no es más que el fiel reflejo de lo que acontece hoy en día en la sociedad, rechazando lo que es diferente».
Aseguró que aunque le amenazó con pegarle «un guantazo y ponerte tres ojos»; que le tocó el cabello o le llamó «maricón» no quiso llamar a la Policía Local porque no sintió miedo físico en ningún momento, aunque si le vinieron al recuerdo imborrables imágenes de tiempos pasados consecuencia de la intolerancia hacia los gais.
«Estaba muy sensible, muy vulnerable porque acabábamos un taller muy emocionante e intenso», relató el fotógrafo que dirigió la actividad 'Mirémonos' a este rotativo, sobre el momento en que vio como un adolescente «que era el líder al que sus amigos le reían los gestos» vulneraba su espacio físico y su persona.
Aún con todo, asegura que intentó reconducir la situación e invitó a uno de esos jóvenes a participar en la 'misión' del taller: mirarse a los ojos. Era el que parecía estar en desacuerdo con la actitud de su amigo porque le decía que parase, que se fueran ya. «Fue muy valiente, abandonó el grupo por un momento y participó demostrando que no es motivo para la burla que se miren dos hombres».
Horas después el protagonista de esta «triste» situación que prefiere mantenerse en el anonimato quiso relatar su «mala experiencia» en las redes sociales como denuncia social, «aunque sin personalizar la denuncia en ese joven», según explicó ayer a este diario.
La actividad integrada en el ciclo Imaginaria 2017, organizada durante el fin de semana en la plaza Huerto de Sogueros de la capital de Plana, es una invitación para realizar un viaje en una doble dirección: externa, con el propósito de experimentar la emoción de mirar a los otros e interna, para conseguir conectar el que vemos con nuestra particular forma de mirar.
La sorpresa fue mayúscula ante los gestos del muchacho, aunque la víctima de esta agresión verbal aseguró a El Mundo que «la actitud de este joven no es más que el fiel reflejo de lo que acontece hoy en día en la sociedad, rechazando lo que es diferente».
Aseguró que aunque le amenazó con pegarle «un guantazo y ponerte tres ojos»; que le tocó el cabello o le llamó «maricón» no quiso llamar a la Policía Local porque no sintió miedo físico en ningún momento, aunque si le vinieron al recuerdo imborrables imágenes de tiempos pasados consecuencia de la intolerancia hacia los gais.
«Estaba muy sensible, muy vulnerable porque acabábamos un taller muy emocionante e intenso», relató el fotógrafo que dirigió la actividad 'Mirémonos' a este rotativo, sobre el momento en que vio como un adolescente «que era el líder al que sus amigos le reían los gestos» vulneraba su espacio físico y su persona.
Aún con todo, asegura que intentó reconducir la situación e invitó a uno de esos jóvenes a participar en la 'misión' del taller: mirarse a los ojos. Era el que parecía estar en desacuerdo con la actitud de su amigo porque le decía que parase, que se fueran ya. «Fue muy valiente, abandonó el grupo por un momento y participó demostrando que no es motivo para la burla que se miren dos hombres».
Horas después el protagonista de esta «triste» situación que prefiere mantenerse en el anonimato quiso relatar su «mala experiencia» en las redes sociales como denuncia social, «aunque sin personalizar la denuncia en ese joven», según explicó ayer a este diario.
La actividad integrada en el ciclo Imaginaria 2017, organizada durante el fin de semana en la plaza Huerto de Sogueros de la capital de Plana, es una invitación para realizar un viaje en una doble dirección: externa, con el propósito de experimentar la emoción de mirar a los otros e interna, para conseguir conectar el que vemos con nuestra particular forma de mirar.
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