Entrevista a Gonzalo Wilhelmi.
Tino Brugos | Viento Sur, 2017-02-06
http://vientosur.info/spip.php?article12184
La convocatoria del congreso ‘Las otras protagonistas de la Transición. Izquierda radical y movimientos sociales’, que se celebrará en Madrid los días 24 y 25 de febrero ha generado una significativa expectación al tratarse de una convocatoria que se sitúa fuera de los tradicionales cauces académicos que aspira a reconocer el papel que le corresponde tanto a las organizaciones políticas de la izquierda revolucionaria como a los movimientos sociales en la protesta ocurrida en los últimos años de la dictadura y durante los gobiernos democráticos de UCD.
Hablamos con Gonzalo Wilhemi, animador de la convocatoria, para que nos comente algunos aspectos relacionados con los objetivos y planteamientos de la misma.
¿Nos puedes contar algo sobre cómo surgió la iniciativa?
Pues mira, el origen está en la Fundación Salvador Seguí de la CGT a partir de la idea que tenemos de que hay un espacio, el que corresponde a las diferentes movilizaciones sociales ocurridas en aquellos años, que no ha tenido el suficiente reconocimiento. Se trata de intentar actualizar datos de aquella época intentando ver qué cosas se lograron con la movilización social y qué otras cosas no se consiguieron.
Por otro lado se trata también de reconocer la importancia de aquellas organizaciones que impulsaron las movilizaciones, y aquí hay que contar con el PCE pero también con todos aquellos otros partidos y asociaciones situados ideológicamente a su izquierda. Esto en sí mismo es muy importante porque el discurso oficial sobre la Transición no reconoce esto que, para quienes animamos la convocatoria, es un asunto central.
Entonces ¿estamos hablando de un congreso académico?
¡Qué va! En la Fundación Salvador Seguí somos más sindicalistas que académicos. Sin embargo, resulta paradójico ver el eco que estamos teniendo en las Universidades. Está prevista la presencia de gente de prácticamente toda España y de múltiples disciplinas.
El tema objeto de la convocatoria, la izquierda radical, no es un asunto que preocupe especialmente al mundo académico que ha jugado un papel importante en el diseño del relato oficial sobre la Transición. Por eso ha costado bastante cubrir, por así decirlo, la pata académica del encuentro. A estas alturas contamos con el apoyo del Departamento de Ciencia Política de la UCM así como de la Asociación Internacional de Historia Oral, unos apoyos que consideramos muy importantes porque avalan el rigor científico del congreso.
De esto se pueden sacar algunas conclusiones. No se trata de una iniciativa de cuatro resentidos que quieren echar abajo el discurso oficial ni de un grupo de excéntricos. Al revés, señalamos la existencia de unos actores decisivos sobre los que queda mucho por investigar, y en esa línea, la presencia de académicos como Rubén Vega, Pedro Oliver, Julio Pérez, Jaime Pastor o Pedro Ibarra es toda una garantía.
Otro aspecto que enlaza con lo académico es el de la presentación de los archivos existentes. Queremos que se conozcan para futuras investigaciones. Existen y están en fase de consolidación. En algunos casos se trata de depósito de material original, en otros son archivos digitalizados. Entre unos y otros, lo que se pretende es darlos a conocer y consolidar el objeto de estudio. Esto es muy importante para que iniciativas como esta puedan tener continuidad.
El objetivo entonces del congreso…
Mira, el objetivo es la militancia de los años setenta. Que aquella gente que participó en esta empresa, colectiva y diversa al mismo tiempo, pueda valorar su experiencia. Sabemos que hay un fuerte desánimo por la derrota pero desde esta iniciativa aspiramos a que hagan una valoración propia y no la del discurso dominante, que transmitan su testimonio y que puedan mejorar su propia valoración sobre lo que hicieron. Que no sean tan duros consigo mismos porque aquello fue importante. Hay otra gente que, haciendo muchísimo menos, está rodeada de un gran autobombo que no se corresponde con su aportación en aquellos momentos difíciles.
¿Estáis contentos con el desarrollo de la iniciativa?
Pues la verdad es que sí. Nos ha costado mucho poner en marcha todo esto. Hemos tenido que vencer resistencias y desprecios pero las cosas poco a poco van saliendo. Nos parece muy bonito lo que finalmente puede resultar. Reunir para reflexionar a grupos de diferente trayectoria ideológica del campo del comunismo, anarquismo, cristianos de base, grupos autónomos... Creemos que es una idea que, al final, puede ofrecer una reflexión colectiva enriquecedora.
¿Y con respecto a la infraestructura para organizar el encuentro?
Desde el inicio teníamos la idea de que había que sacarlo de la Universidad, que había que abrirlo a la participación popular y eso no pasa por hacer una discusión académica en un campus. La alternativa ha sido un centro cultural que nos cede el Ayuntamiento de Madrid.
La verdad es que no podía ser de otra manera porque apenas contamos con presupuesto económico. Tenemos también el apoyo de la CGT y el compromiso de financiar la edición posterior de los materiales del congreso.
¿Qué tipo de respuesta estáis encontrando?
Pues creo que podría decirte que mejor de lo esperado. En lo que tiene que ver con investigadores y académicos la respuesta está siendo notable. Se trata de gente joven en su mayoría procedente de diversas Universidades. El por qué de esto, en mi opinión personal, se debe a la existencia de una versión oficial de la Transición que comienza a desgastarse. Hay una generación nueva que empieza a ver que sin la presión popular no se habría producido ningún cambio. Por otro lado estamos en un momento en el que las limitaciones del régimen del 78 son evidentes. Se pueden apreciar los límites del mismo y analizarlos significa volver al punto de partida para conocer lo que había en un momento en el que todo estaba en discusión.
Hay un segundo aspecto en el que la respuesta está siendo más tibia. Se trata del referido a los testimonios de ex militantes de aquella época. Es posible que haya gente que no tenga ganas, que tenga interiorizada la derrota pero también hay, seguro, quienes siguen creyendo que las cosas que pensaban no eran un sueño sino una posibilidad en aquel momento. Contamos con algunos testimonios de dirigentes pero con pocos de quienes fueron en su día militantes de base. Y sin embargo estas experiencias creemos que son muy importantes porque nos acercan a la realidad social de aquellos momentos.
Es curioso porque muchos hombres y mujeres que militaban en los años 70 mantienen hoy su activismo en el ámbito sindical. Su reacción es de apoyo pero, sin embargo, hay problemas para que hablen y cuenten su experiencia.
¿Habéis empezado a recibir ya materiales y comunicaciones?
Sí, estamos recibiendo ya textos de las comunicaciones que se van a debatir en el congreso. Hay alguna gente experta y otra que comienza ahora sus investigaciones, algunas de gran calidad.
Editar estos materiales previos ya cubre el objetivo propuesto. Pero es importante señalar también que el encuentro está diseñado para favorecer el debate y la participación. De hecho el tiempo para las comunicaciones será limitado y tras su lectura se abrirá un debate para el espacio y la participación que busca generar conocimiento nuevo sobre el objeto de estudio.
De las organizaciones políticas contamos con comunicaciones sobre la mayoría de ellas, cubriendo las principales corrientes: partidos marxistas, libertarios, cristianos anticapitalistas y asamblearios. Algo parecido ocurre con los movimientos sociales del momento. Está el movimiento obrero, que cuenta con dos mesas y unas diez comunicaciones, el movimiento feminista con una mesa y varias ponentes, hay otra mesa para hablar del tema LGTB, del movimiento vecinal también contamos con varias comunicaciones y también están el movimiento antinuclear, estudiantil, el campesinado andaluz, los presos comunes. Echo en falta el movimiento de minusválidos, muy activo y radical en aquellas fechas. Y también las luchas campesinas en Galicia.
Bueno, hay que añadir también la presencia del colectivo La Comuna, un espacio unitario que se centra en trabajar para desmontar la impunidad y denunciar la represión de la dictadura. Su trabajo de apoyo a la querella argentina contra los responsables de violaciones de derechos humanos durante el franquismo nos parece una magnífica noticia para la salud democrática.
No es sencillo, ni frecuente, encontrar un espacio común donde debatir, con respeto, sobre el pasado inmediato y el papel jugado por la izquierda radical en ese tiempo.
¿Está prevista alguna forma de continuidad?
Nos gustaría que de aquí salgan cosas. Más textos, vídeos, propuestas de investigación, reforzar los proyectos de archivos, recogida de testimonios orales, etc. y que todo ello sirva para animar a otra gente a hacer cosas parecidas en ámbitos diferentes como el local, el nacional/regional o en toda España. Hay lugares que tienen procesos históricos singulares que merecen estudios específicos.
Si de aquí saliera alguna iniciativa en esa línea creo que podríamos darnos por satisfechos.
Por último ¿alguna cosa más que quieras añadir?
Sí, señalar que este congreso sería imposible de celebrar si no fuera por el trabajo desinteresado, militante, de muchas personas entre las que se pueden encontrar veteranos y jóvenes, activistas de CGT y de otras organizaciones. Su trabajo está siendo esencial para que todo esto llegue a buen puerto.
Hablamos con Gonzalo Wilhemi, animador de la convocatoria, para que nos comente algunos aspectos relacionados con los objetivos y planteamientos de la misma.
¿Nos puedes contar algo sobre cómo surgió la iniciativa?
Pues mira, el origen está en la Fundación Salvador Seguí de la CGT a partir de la idea que tenemos de que hay un espacio, el que corresponde a las diferentes movilizaciones sociales ocurridas en aquellos años, que no ha tenido el suficiente reconocimiento. Se trata de intentar actualizar datos de aquella época intentando ver qué cosas se lograron con la movilización social y qué otras cosas no se consiguieron.
Por otro lado se trata también de reconocer la importancia de aquellas organizaciones que impulsaron las movilizaciones, y aquí hay que contar con el PCE pero también con todos aquellos otros partidos y asociaciones situados ideológicamente a su izquierda. Esto en sí mismo es muy importante porque el discurso oficial sobre la Transición no reconoce esto que, para quienes animamos la convocatoria, es un asunto central.
Entonces ¿estamos hablando de un congreso académico?
¡Qué va! En la Fundación Salvador Seguí somos más sindicalistas que académicos. Sin embargo, resulta paradójico ver el eco que estamos teniendo en las Universidades. Está prevista la presencia de gente de prácticamente toda España y de múltiples disciplinas.
El tema objeto de la convocatoria, la izquierda radical, no es un asunto que preocupe especialmente al mundo académico que ha jugado un papel importante en el diseño del relato oficial sobre la Transición. Por eso ha costado bastante cubrir, por así decirlo, la pata académica del encuentro. A estas alturas contamos con el apoyo del Departamento de Ciencia Política de la UCM así como de la Asociación Internacional de Historia Oral, unos apoyos que consideramos muy importantes porque avalan el rigor científico del congreso.
De esto se pueden sacar algunas conclusiones. No se trata de una iniciativa de cuatro resentidos que quieren echar abajo el discurso oficial ni de un grupo de excéntricos. Al revés, señalamos la existencia de unos actores decisivos sobre los que queda mucho por investigar, y en esa línea, la presencia de académicos como Rubén Vega, Pedro Oliver, Julio Pérez, Jaime Pastor o Pedro Ibarra es toda una garantía.
Otro aspecto que enlaza con lo académico es el de la presentación de los archivos existentes. Queremos que se conozcan para futuras investigaciones. Existen y están en fase de consolidación. En algunos casos se trata de depósito de material original, en otros son archivos digitalizados. Entre unos y otros, lo que se pretende es darlos a conocer y consolidar el objeto de estudio. Esto es muy importante para que iniciativas como esta puedan tener continuidad.
El objetivo entonces del congreso…
Mira, el objetivo es la militancia de los años setenta. Que aquella gente que participó en esta empresa, colectiva y diversa al mismo tiempo, pueda valorar su experiencia. Sabemos que hay un fuerte desánimo por la derrota pero desde esta iniciativa aspiramos a que hagan una valoración propia y no la del discurso dominante, que transmitan su testimonio y que puedan mejorar su propia valoración sobre lo que hicieron. Que no sean tan duros consigo mismos porque aquello fue importante. Hay otra gente que, haciendo muchísimo menos, está rodeada de un gran autobombo que no se corresponde con su aportación en aquellos momentos difíciles.
¿Estáis contentos con el desarrollo de la iniciativa?
Pues la verdad es que sí. Nos ha costado mucho poner en marcha todo esto. Hemos tenido que vencer resistencias y desprecios pero las cosas poco a poco van saliendo. Nos parece muy bonito lo que finalmente puede resultar. Reunir para reflexionar a grupos de diferente trayectoria ideológica del campo del comunismo, anarquismo, cristianos de base, grupos autónomos... Creemos que es una idea que, al final, puede ofrecer una reflexión colectiva enriquecedora.
¿Y con respecto a la infraestructura para organizar el encuentro?
Desde el inicio teníamos la idea de que había que sacarlo de la Universidad, que había que abrirlo a la participación popular y eso no pasa por hacer una discusión académica en un campus. La alternativa ha sido un centro cultural que nos cede el Ayuntamiento de Madrid.
La verdad es que no podía ser de otra manera porque apenas contamos con presupuesto económico. Tenemos también el apoyo de la CGT y el compromiso de financiar la edición posterior de los materiales del congreso.
¿Qué tipo de respuesta estáis encontrando?
Pues creo que podría decirte que mejor de lo esperado. En lo que tiene que ver con investigadores y académicos la respuesta está siendo notable. Se trata de gente joven en su mayoría procedente de diversas Universidades. El por qué de esto, en mi opinión personal, se debe a la existencia de una versión oficial de la Transición que comienza a desgastarse. Hay una generación nueva que empieza a ver que sin la presión popular no se habría producido ningún cambio. Por otro lado estamos en un momento en el que las limitaciones del régimen del 78 son evidentes. Se pueden apreciar los límites del mismo y analizarlos significa volver al punto de partida para conocer lo que había en un momento en el que todo estaba en discusión.
Hay un segundo aspecto en el que la respuesta está siendo más tibia. Se trata del referido a los testimonios de ex militantes de aquella época. Es posible que haya gente que no tenga ganas, que tenga interiorizada la derrota pero también hay, seguro, quienes siguen creyendo que las cosas que pensaban no eran un sueño sino una posibilidad en aquel momento. Contamos con algunos testimonios de dirigentes pero con pocos de quienes fueron en su día militantes de base. Y sin embargo estas experiencias creemos que son muy importantes porque nos acercan a la realidad social de aquellos momentos.
Es curioso porque muchos hombres y mujeres que militaban en los años 70 mantienen hoy su activismo en el ámbito sindical. Su reacción es de apoyo pero, sin embargo, hay problemas para que hablen y cuenten su experiencia.
¿Habéis empezado a recibir ya materiales y comunicaciones?
Sí, estamos recibiendo ya textos de las comunicaciones que se van a debatir en el congreso. Hay alguna gente experta y otra que comienza ahora sus investigaciones, algunas de gran calidad.
Editar estos materiales previos ya cubre el objetivo propuesto. Pero es importante señalar también que el encuentro está diseñado para favorecer el debate y la participación. De hecho el tiempo para las comunicaciones será limitado y tras su lectura se abrirá un debate para el espacio y la participación que busca generar conocimiento nuevo sobre el objeto de estudio.
De las organizaciones políticas contamos con comunicaciones sobre la mayoría de ellas, cubriendo las principales corrientes: partidos marxistas, libertarios, cristianos anticapitalistas y asamblearios. Algo parecido ocurre con los movimientos sociales del momento. Está el movimiento obrero, que cuenta con dos mesas y unas diez comunicaciones, el movimiento feminista con una mesa y varias ponentes, hay otra mesa para hablar del tema LGTB, del movimiento vecinal también contamos con varias comunicaciones y también están el movimiento antinuclear, estudiantil, el campesinado andaluz, los presos comunes. Echo en falta el movimiento de minusválidos, muy activo y radical en aquellas fechas. Y también las luchas campesinas en Galicia.
Bueno, hay que añadir también la presencia del colectivo La Comuna, un espacio unitario que se centra en trabajar para desmontar la impunidad y denunciar la represión de la dictadura. Su trabajo de apoyo a la querella argentina contra los responsables de violaciones de derechos humanos durante el franquismo nos parece una magnífica noticia para la salud democrática.
No es sencillo, ni frecuente, encontrar un espacio común donde debatir, con respeto, sobre el pasado inmediato y el papel jugado por la izquierda radical en ese tiempo.
¿Está prevista alguna forma de continuidad?
Nos gustaría que de aquí salgan cosas. Más textos, vídeos, propuestas de investigación, reforzar los proyectos de archivos, recogida de testimonios orales, etc. y que todo ello sirva para animar a otra gente a hacer cosas parecidas en ámbitos diferentes como el local, el nacional/regional o en toda España. Hay lugares que tienen procesos históricos singulares que merecen estudios específicos.
Si de aquí saliera alguna iniciativa en esa línea creo que podríamos darnos por satisfechos.
Por último ¿alguna cosa más que quieras añadir?
Sí, señalar que este congreso sería imposible de celebrar si no fuera por el trabajo desinteresado, militante, de muchas personas entre las que se pueden encontrar veteranos y jóvenes, activistas de CGT y de otras organizaciones. Su trabajo está siendo esencial para que todo esto llegue a buen puerto.
Para más información: https://congresotransicion2017.wordpress.com/
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