Imagen: Deia |
En la ikastola sacaba sobresalientes, pero al pasar al instituto unos compañeros empezaron a llamarle "marica" y suspendió seis. El acoso dejó huella en sus notas y, de adulto, le provocó ansiedad. Ahora este investigador de la UPV ofrece algunas claves para evitar que otros sufran lo mismo.
Arantza Rodríguez | Deia, 2013-01-27
http://www.deia.com/2013/01/27/sociedad/euskadi/muchas-veces-una-mirada-de-desprecio-hace-mas-dano-que-el-insulto-maricon
"Por qué no decir en un problema de matemáticas: Si Pedro tiene dos padres y un padre le da cinco caramelos y el otro padre otros cinco...". La propuesta la lanza el investigador de la UPV Aitor Martxueta, convencido como está de que plasmar la diversidad afectivo-sexual en el currículo escolar contribuiría a prevenir el bullying contra los homosexuales.
¿Por qué decidió hacer una tesis sobre el 'bullying' homófobo?
La idea surgió hace varios años. Estaba estudiando en la UPV unos cursos de doctorado, hice un diseño de investigación relacionado con el género y, a partir de ahí, fue interés personal. Quería saber lo que había pasado en mi vida, trabajarlo y entender el porqué. Además, me sentía un poco deprimido y triste, empecé a hacer un trabajo de terapia y vi que el acoso que había sufrido en el pasado me creaba cierta ansiedad e inseguridad.
¿Padeció el acoso en el colegio?
En la ikastola no tuve problema, pero cuando pasé al instituto había un grupo de personas que utilizaban el insulto para ir en contra de mí. Me llamaban maricón, marica... Sufrí acoso, pero no tan reiterado como puede ser en otros casos.
¿Sufrió también agresiones físicas?
No sufrí ningún abuso físico y tampoco ciberbullying. Sufrí el insulto, que es una de las formas más comunes de bullying homófobo, y también el aislamiento, que parece que no, pero tiene sus consecuencias negativas. Otro tipo de acoso muy frecuente, que no se tiene en consideración, es el de las miradas.
Dicen que hay miradas que matan...
Muchas veces hace más daño una mirada de desprecio que el insulto maricón. Al menos, en mi caso.
¿El acoso era continuo? ¿Llegó a no querer ir al instituto?
Sí. De hecho, en la ikastola sacaba todo sobresalientes y, cuando pasé al instituto, empecé a faltar a clase y dejé seis asignaturas. Este tipo de acoso influye a nivel personal, de salud mental, pero también a nivel académico. He analizado estudios de diferentes países y todos hablan de una tasa muy elevada de absentismo escolar y logros académicos muy negativos. El motivo es el acoso que sufren por ser homosexuales o simplemente por aparentarlo.
¿Por parecerlo son acosados?
Muchas veces esas personas no son gais, lesbianas ni bisexuales. Puedes sufrir acoso simplemente por llevar determinada ropa, ser mal deportista o muy buen estudiante o por jugar a la cuerda o la goma, que pueden ser juegos más femeninos.
¿Los compañeros callan por miedo?
Puede haber personas que no estén de acuerdo en el grupo, pero no salen a favor del sujeto al que se está machacando por miedo al contagio, a que les digan que por ir con esa persona ellos también son gais.
¿Duele la pasividad del entorno?
Duele mucho el que no intervengan y ya no solo los iguales. En Secundaria puede ser más fácil que algún alumno se rebele y salga en defensa de esa persona. Yo tuve varias personas que me apoyaron, cada vez fueron haciéndolo más y a finales de 1º de BUP estaba integrado, pero las intervenciones para parar el acoso son muy escasas y ya no solo por parte del alumnado, sino también por parte del profesorado.
¿Los docentes no actúan?
Estudios realizados en Estados Unidos y Gran Bretaña indican que hay muchos profesores que no intervienen cuando escuchan el insulto o incluso cuando ven la agresión.
¿También hay casos en Euskadi?
De las 119 personas que participaron en mi estudio, dos indican que los profesores eran testigos de las acciones homófobas que estaban sufriendo y no hicieron nada.
¿Cuál fue su experiencia?
Una vez estábamos en gimnasia, que es, junto con el patio, donde más acoso sufren estos chicos, y teníamos que hacer parejas de chico y chica para un baile. No coincidían y, casualidad, me tocó a mí hacer de chica. Hubo una mofa por parte del profesor y una risa generalizada por parte de los alumnos.
¿Las secuelas del 'bullying' perduran de por vida?
Los resultados de la tesis indican que los sujetos que fueron acosados por su orientación afectivo-sexual sufren mayores niveles de ansiedad y depresión y una peor autoestima. Eso perdura a lo largo del tiempo. La muestra es muy pequeña, pero existe esta tendencia.
¿Qué otros resultados arrojó el análisis de ese centenar de casos?
Treinta y cinco sujetos recibieron insultos relacionados con la orientación afectivo-sexual y cuarenta sufrieron el acoso en el patio, un espacio amplio, donde no están tan vigilados por el profesorado y hay mucha gente. Si hablamos del perfil sociodemográfico de la muestra, vemos que han sufrido bullying y tienen síntomas de depresión y ansiedad tanto aquellos que son de izquierdas como de derechas y tampoco había diferencias entre los que eran católicos y los que no lo eran.
Según un estudio de la Federación estatal de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales, el 43% de quienes sufren acoso escolar homófobo se plantea el suicidio.
En la adolescencia tus espacios son tu grupo de amigos y el instituto, donde mayor tiempo pasas. Si te ves rechazado por tus amigos, por el centro, al final ¿qué te queda? De las 119 personas estudiadas en la tesis, dos habían contemplado el suicidio.
¿Alguna lo intentó llevar a cabo?
Había una chica que intentó suicidarse. Era bastante duro por la historia que había pasado. No veía salida por ninguna parte y, al final, dijo: Me suicido, acabo con esto y ya está.
El 82% de las víctimas no lo cuenta. ¿Cómo es posible?
Aquellas personas que más acoso han sufrido por este motivo aceptan su orientación afectivo-sexual en mejor medida y son en mayor medida apoyados en casa. Si todos los días estás sufriendo el maricón, maricón, llega un momento en que tú te acabas aceptando y declaras también con más facilidad a la familia y a los amigos. Sin embargo, cuando este tipo de acoso es más puntual, no acudes al entorno ni aceptas fácilmente tu orientación.
¿A usted le costó contarlo?
A mí, por ejemplo, me daba vergüenza. Decía: ¿Cómo voy a ir a donde los amigos y decir que me está pasando esto? Me van a preguntar a ver si soy gay y qué les voy a contestar. Son edades muy difíciles en las que tú te estás reafirmando y la sociedad es heterocentrista, todo lo que se salga de lo heterosexual está mal visto. Si, además, estás en una familia donde tampoco entienden el tema, es complicado. He conocido casos de chavales en EE.UU. a los que sus padres han echado de casa cuando han dicho que eran gais o lesbianas.
¿En Euskadi los chavales son más homófobos que en otros países?
En todos los países es parecido. Se ve que hay una falta de seguridad escolar, que existe un tipo de acoso hacia estas personas, también existen denuncias que no se toman en cuenta por parte de las escuelas... El Ministerio de Igualdad dice que la sociedad española tiene una actitud más tolerante hacia la diversidad afectivo-sexual que hace años. En Euskadi es parecido.
Algo se ha avanzado entonces...
Dos estudios realizados por Gehitu en 2008 y 2009 indican que los jóvenes -mucho más las chicas que los chicos- son respetuosos con las personas lesbianas, gais, bisexuales y transexuales. No obstante, muestran más respeto cuando se les pregunta hipotéticamente que cuando se les pone en situación. Entre un 10 y un 33% rechazan las relaciones entre personas del mismo sexo.
¿Sufren de igual manera el acoso las chicas lesbianas que los gais?
Hay más casos de acoso escolar en chicos que en chicas porque el estereotipo de la masculinidad está muy arraigado y todo lo que esté fuera se ataca. En el caso de las mujeres, no es tan visible y las chicas que podrían ser un poco más masculinas son aceptadas por los chicos porque normalmente juegan al fútbol y participan con ellos.
En cambio, rechazan a los gais.
Los chicos se muestran contrarios a las relaciones sexuales o de afecto entre dos hombres. Sin embargo, cuando se les pregunta por dos chicas lo aceptan. Se debe al componente erótico que tiene que dos mujeres mantengan relaciones sexuales y todo lo que provoca en un chico. Eso no lo ven mal.
¿Hay datos sobre los acosadores?
Los estudios del País Vasco revelan que existe un elevado porcentaje de jóvenes, sobre todo chicos, que son testigos o que han participado alguna vez en actitudes homofóbicas. Para mí es significativo, es algo que hay que analizar y estudiar.
El insulto maricón sigue siendo de uso generalizado.
Se utiliza mucho para hacer el chiste. La gente se escuda en que es el lenguaje que se ha usado toda la vida y que siempre ha habido un mariquita en clase al que se le ha llamado mariquita. Tenemos que empezar a hacer un uso del lenguaje inclusivo, donde se utilice el pronombre neutro y no se presuponga la heterosexualidad de nadie. La comunidad educativa tiene que estar convencida de que este insulto no se puede usar gratuitamente.
Muchas veces la persona a la que va dirigido es heterosexual.
El chaval que escucha eso se identifica con ello, pero de forma negativa y eso le genera sufrimiento. A lo mejor la otra persona no se da cuenta del daño que está causando. Hasta en mi casa siempre se ha utilizado la expresión No seas mariquita. La gente no es consciente, pero cuando tú lo estás viviendo en primera persona, hace mucho daño, aunque sea indirectamente.
Habla de crear espacios seguros en los centros. ¿Se refiere a que en el aula siempre haya un profesor, a que los patios estén vigilados...?
Yo esas medidas no las contemplo, aunque pueden ser positivas. Hay que empezar a trabajar desde el currículum escolar. Por ejemplo, en una clase de Historia decir que este personaje famoso fue homosexual. Se necesitan modelos referentes positivos. O cuando estamos trabajando modelos de familia, no poner siempre el modelo del padre y la madre. Tenemos que abrir la puerta a nuevos modelos, como pueden ser las familias homoparentales. Esto hay que trabajarlo de una manera transversal.
¿Qué otras medidas propone?
Es fundamental la formación del profesorado respecto a cómo prevenir o abordar la homofobia y también la formación de los padres. Se deben ofrecer servicios de información y apoyo. Los docentes tienen que disponer de una base de datos con páginas web que trabajen estos temas. Se asocia la homosexualidad en internet con las páginas pornográficas y no tiene nada que ver. Es muy importante que el centro trabaje con las asociaciones y que acudan gais y lesbianas a contar sus experiencias en Secundaria. Hay que desmitificar ese estereotipo del hombre gay promiscuo al que solo le interesa la relación sexual.
Hay países que nos llevan la delantera en este sentido.
En EE.UU. celebran, dentro de la semana de la diversidad afectivo-sexual, el día del orgullo de las lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, decoran el centro, ponen personajes históricos que fueron homosexuales en las paredes, familias formadas por dos padres o dos madres acuden a hablar, los hijos ponen fotos de sus familias homoparentales en el corcho...
¿Tiene previsto continuar investigando sobre este tipo de acoso escolar?
Mi tesis ha sido el comienzo de una línea de investigación. Ahora quiero entrar en las ikastolas e institutos y analizar lo que realmente está pasando en los centros.
Recientemente un colegio catalán pagó 30.000 euros a la familia de un exalumno que fue víctima de acoso. ¿Qué le parece?
El dinero puede ayudar a pagar un buen terapeuta, pero no ayuda al chaval. Lo que sí que creo es que los padres de estos chicos y chicas que son acosados tienen el derecho y la obligación de denunciarlo, porque parece que cuando hay una denuncia de por medio es cuando se empiezan a tomar medidas.
¿Por qué decidió hacer una tesis sobre el 'bullying' homófobo?
La idea surgió hace varios años. Estaba estudiando en la UPV unos cursos de doctorado, hice un diseño de investigación relacionado con el género y, a partir de ahí, fue interés personal. Quería saber lo que había pasado en mi vida, trabajarlo y entender el porqué. Además, me sentía un poco deprimido y triste, empecé a hacer un trabajo de terapia y vi que el acoso que había sufrido en el pasado me creaba cierta ansiedad e inseguridad.
¿Padeció el acoso en el colegio?
En la ikastola no tuve problema, pero cuando pasé al instituto había un grupo de personas que utilizaban el insulto para ir en contra de mí. Me llamaban maricón, marica... Sufrí acoso, pero no tan reiterado como puede ser en otros casos.
¿Sufrió también agresiones físicas?
No sufrí ningún abuso físico y tampoco ciberbullying. Sufrí el insulto, que es una de las formas más comunes de bullying homófobo, y también el aislamiento, que parece que no, pero tiene sus consecuencias negativas. Otro tipo de acoso muy frecuente, que no se tiene en consideración, es el de las miradas.
Dicen que hay miradas que matan...
Muchas veces hace más daño una mirada de desprecio que el insulto maricón. Al menos, en mi caso.
¿El acoso era continuo? ¿Llegó a no querer ir al instituto?
Sí. De hecho, en la ikastola sacaba todo sobresalientes y, cuando pasé al instituto, empecé a faltar a clase y dejé seis asignaturas. Este tipo de acoso influye a nivel personal, de salud mental, pero también a nivel académico. He analizado estudios de diferentes países y todos hablan de una tasa muy elevada de absentismo escolar y logros académicos muy negativos. El motivo es el acoso que sufren por ser homosexuales o simplemente por aparentarlo.
¿Por parecerlo son acosados?
Muchas veces esas personas no son gais, lesbianas ni bisexuales. Puedes sufrir acoso simplemente por llevar determinada ropa, ser mal deportista o muy buen estudiante o por jugar a la cuerda o la goma, que pueden ser juegos más femeninos.
¿Los compañeros callan por miedo?
Puede haber personas que no estén de acuerdo en el grupo, pero no salen a favor del sujeto al que se está machacando por miedo al contagio, a que les digan que por ir con esa persona ellos también son gais.
¿Duele la pasividad del entorno?
Duele mucho el que no intervengan y ya no solo los iguales. En Secundaria puede ser más fácil que algún alumno se rebele y salga en defensa de esa persona. Yo tuve varias personas que me apoyaron, cada vez fueron haciéndolo más y a finales de 1º de BUP estaba integrado, pero las intervenciones para parar el acoso son muy escasas y ya no solo por parte del alumnado, sino también por parte del profesorado.
¿Los docentes no actúan?
Estudios realizados en Estados Unidos y Gran Bretaña indican que hay muchos profesores que no intervienen cuando escuchan el insulto o incluso cuando ven la agresión.
¿También hay casos en Euskadi?
De las 119 personas que participaron en mi estudio, dos indican que los profesores eran testigos de las acciones homófobas que estaban sufriendo y no hicieron nada.
¿Cuál fue su experiencia?
Una vez estábamos en gimnasia, que es, junto con el patio, donde más acoso sufren estos chicos, y teníamos que hacer parejas de chico y chica para un baile. No coincidían y, casualidad, me tocó a mí hacer de chica. Hubo una mofa por parte del profesor y una risa generalizada por parte de los alumnos.
¿Las secuelas del 'bullying' perduran de por vida?
Los resultados de la tesis indican que los sujetos que fueron acosados por su orientación afectivo-sexual sufren mayores niveles de ansiedad y depresión y una peor autoestima. Eso perdura a lo largo del tiempo. La muestra es muy pequeña, pero existe esta tendencia.
¿Qué otros resultados arrojó el análisis de ese centenar de casos?
Treinta y cinco sujetos recibieron insultos relacionados con la orientación afectivo-sexual y cuarenta sufrieron el acoso en el patio, un espacio amplio, donde no están tan vigilados por el profesorado y hay mucha gente. Si hablamos del perfil sociodemográfico de la muestra, vemos que han sufrido bullying y tienen síntomas de depresión y ansiedad tanto aquellos que son de izquierdas como de derechas y tampoco había diferencias entre los que eran católicos y los que no lo eran.
Según un estudio de la Federación estatal de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales, el 43% de quienes sufren acoso escolar homófobo se plantea el suicidio.
En la adolescencia tus espacios son tu grupo de amigos y el instituto, donde mayor tiempo pasas. Si te ves rechazado por tus amigos, por el centro, al final ¿qué te queda? De las 119 personas estudiadas en la tesis, dos habían contemplado el suicidio.
¿Alguna lo intentó llevar a cabo?
Había una chica que intentó suicidarse. Era bastante duro por la historia que había pasado. No veía salida por ninguna parte y, al final, dijo: Me suicido, acabo con esto y ya está.
El 82% de las víctimas no lo cuenta. ¿Cómo es posible?
Aquellas personas que más acoso han sufrido por este motivo aceptan su orientación afectivo-sexual en mejor medida y son en mayor medida apoyados en casa. Si todos los días estás sufriendo el maricón, maricón, llega un momento en que tú te acabas aceptando y declaras también con más facilidad a la familia y a los amigos. Sin embargo, cuando este tipo de acoso es más puntual, no acudes al entorno ni aceptas fácilmente tu orientación.
¿A usted le costó contarlo?
A mí, por ejemplo, me daba vergüenza. Decía: ¿Cómo voy a ir a donde los amigos y decir que me está pasando esto? Me van a preguntar a ver si soy gay y qué les voy a contestar. Son edades muy difíciles en las que tú te estás reafirmando y la sociedad es heterocentrista, todo lo que se salga de lo heterosexual está mal visto. Si, además, estás en una familia donde tampoco entienden el tema, es complicado. He conocido casos de chavales en EE.UU. a los que sus padres han echado de casa cuando han dicho que eran gais o lesbianas.
¿En Euskadi los chavales son más homófobos que en otros países?
En todos los países es parecido. Se ve que hay una falta de seguridad escolar, que existe un tipo de acoso hacia estas personas, también existen denuncias que no se toman en cuenta por parte de las escuelas... El Ministerio de Igualdad dice que la sociedad española tiene una actitud más tolerante hacia la diversidad afectivo-sexual que hace años. En Euskadi es parecido.
Algo se ha avanzado entonces...
Dos estudios realizados por Gehitu en 2008 y 2009 indican que los jóvenes -mucho más las chicas que los chicos- son respetuosos con las personas lesbianas, gais, bisexuales y transexuales. No obstante, muestran más respeto cuando se les pregunta hipotéticamente que cuando se les pone en situación. Entre un 10 y un 33% rechazan las relaciones entre personas del mismo sexo.
¿Sufren de igual manera el acoso las chicas lesbianas que los gais?
Hay más casos de acoso escolar en chicos que en chicas porque el estereotipo de la masculinidad está muy arraigado y todo lo que esté fuera se ataca. En el caso de las mujeres, no es tan visible y las chicas que podrían ser un poco más masculinas son aceptadas por los chicos porque normalmente juegan al fútbol y participan con ellos.
En cambio, rechazan a los gais.
Los chicos se muestran contrarios a las relaciones sexuales o de afecto entre dos hombres. Sin embargo, cuando se les pregunta por dos chicas lo aceptan. Se debe al componente erótico que tiene que dos mujeres mantengan relaciones sexuales y todo lo que provoca en un chico. Eso no lo ven mal.
¿Hay datos sobre los acosadores?
Los estudios del País Vasco revelan que existe un elevado porcentaje de jóvenes, sobre todo chicos, que son testigos o que han participado alguna vez en actitudes homofóbicas. Para mí es significativo, es algo que hay que analizar y estudiar.
El insulto maricón sigue siendo de uso generalizado.
Se utiliza mucho para hacer el chiste. La gente se escuda en que es el lenguaje que se ha usado toda la vida y que siempre ha habido un mariquita en clase al que se le ha llamado mariquita. Tenemos que empezar a hacer un uso del lenguaje inclusivo, donde se utilice el pronombre neutro y no se presuponga la heterosexualidad de nadie. La comunidad educativa tiene que estar convencida de que este insulto no se puede usar gratuitamente.
Muchas veces la persona a la que va dirigido es heterosexual.
El chaval que escucha eso se identifica con ello, pero de forma negativa y eso le genera sufrimiento. A lo mejor la otra persona no se da cuenta del daño que está causando. Hasta en mi casa siempre se ha utilizado la expresión No seas mariquita. La gente no es consciente, pero cuando tú lo estás viviendo en primera persona, hace mucho daño, aunque sea indirectamente.
Habla de crear espacios seguros en los centros. ¿Se refiere a que en el aula siempre haya un profesor, a que los patios estén vigilados...?
Yo esas medidas no las contemplo, aunque pueden ser positivas. Hay que empezar a trabajar desde el currículum escolar. Por ejemplo, en una clase de Historia decir que este personaje famoso fue homosexual. Se necesitan modelos referentes positivos. O cuando estamos trabajando modelos de familia, no poner siempre el modelo del padre y la madre. Tenemos que abrir la puerta a nuevos modelos, como pueden ser las familias homoparentales. Esto hay que trabajarlo de una manera transversal.
¿Qué otras medidas propone?
Es fundamental la formación del profesorado respecto a cómo prevenir o abordar la homofobia y también la formación de los padres. Se deben ofrecer servicios de información y apoyo. Los docentes tienen que disponer de una base de datos con páginas web que trabajen estos temas. Se asocia la homosexualidad en internet con las páginas pornográficas y no tiene nada que ver. Es muy importante que el centro trabaje con las asociaciones y que acudan gais y lesbianas a contar sus experiencias en Secundaria. Hay que desmitificar ese estereotipo del hombre gay promiscuo al que solo le interesa la relación sexual.
Hay países que nos llevan la delantera en este sentido.
En EE.UU. celebran, dentro de la semana de la diversidad afectivo-sexual, el día del orgullo de las lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, decoran el centro, ponen personajes históricos que fueron homosexuales en las paredes, familias formadas por dos padres o dos madres acuden a hablar, los hijos ponen fotos de sus familias homoparentales en el corcho...
¿Tiene previsto continuar investigando sobre este tipo de acoso escolar?
Mi tesis ha sido el comienzo de una línea de investigación. Ahora quiero entrar en las ikastolas e institutos y analizar lo que realmente está pasando en los centros.
Recientemente un colegio catalán pagó 30.000 euros a la familia de un exalumno que fue víctima de acoso. ¿Qué le parece?
El dinero puede ayudar a pagar un buen terapeuta, pero no ayuda al chaval. Lo que sí que creo es que los padres de estos chicos y chicas que son acosados tienen el derecho y la obligación de denunciarlo, porque parece que cuando hay una denuncia de por medio es cuando se empiezan a tomar medidas.
DOCUMENTACIÓN
Una tesis propone formar a padres y profesores para prevenir el bullyng
Vasco Press | Deia, 2013-01-23
http://www.deia.com/2013/01/23/sociedad/euskadi/una-tesis-propone-formar-a-padres-y-profesores-para-prevenir-el-bullyng
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