jueves, 28 de febrero de 2013

#libros #historia #cuba | Cuerpos de un deseo diferente : notas sobre homoerotismo, cultura y espacio social en Cuba

Cuerpos de un deseo diferente : notas sobre homoerotismo, cultura y espacio social en Cuba / Norge Espinosa
Ediciones Matanzas, 2013 [02]
Colección: Puentes

/ ES / ENS / REC
/ Cuba / Cultura / Disidencia sexual / Historia – Siglo XX / Historia – Siglo XXI / Homoerotismo / Homofobia / Literatura / Persecuciones políticas / Sociología

Esta obra agrupa un conjunto de textos sobre homoerotismo, espacio social y cultura en Cuba. Acercamientos al movimiento teatral en la isla, entrecruzamientos literarios y cinematográficos, análisis del pensamiento y la vida gay y eventos homofóbicos, acompañan a iconos de la música cubana y antológicos textos poéticos. A la manera del “work in progress”, donde el lector cómplice podrá completar información y valorar, se reúnen aquí poemas, ensayos y artículos que han dialogado por más de veinte años con el momento en que surgieron, interrogando al cuerpo social de la nación, a la par que evalúan luces y sombras de una sociedad en tránsito, colmada de complejidades.

Este texto versa sobre homoerotismo y su espacio sociocultural en Cuba, por ello es posible vislumbrar ciertos acercamientos al movimiento teatral en la isla, a la literatura y el cine, donde se muestran aspectos del pensamiento y la vida gay, así como eventos homofóbicos que han sufrido esas personas, el mensaje se trasmite al lector en forma de poemas, ensayos y artículos.

El enfoque histórico de este volumen está dado, en lo fundamental, por no sepultar en el olvido y traer al aquí y el ahora —no por resentimiento ni mucho menos por ajuste de cuentas, sino porque esa época oscura de nuestro devenir como nación no puede ni debe borrarse de un plumazo— las persecuciones, humillaciones y acorralamiento de que fueron víctimas las personas —incluidos intelectuales y artistas de sólido prestigio en el país— por tener una orientación sexual homoerótica que, en los primeros años de la alborada revolucionaria y hasta hace solo un lustro, era percibida como una desviación enfermiza o viciosa, no solo desde el punto de vista sexual, sino también como expresión de diversionismo ideológico. Hasta se llegó a proclamar, de forma realmente errónea, que ser gay equivalía a estar en el bando opuesto de la Revolución…

Norge Espinosa escritor cubano el cual gracias a su laureado poema “Vestido de novia” sale a la palestra pública. Estudió teatro y a los 16 años gana el Premio Nacional de Poesía del Festival de Estudiantes de la Enseñanza Media, y al año siguiente, obtiene el Premio Nacional de Poesía de El Caimán Barbudo, la más prestigiosa revista cultural de la década, con su libro “Las breves tribulaciones”, editado en 1993, también fue finalista en 1993 del Premio de la Crítica Literaria. Al graduarse de la Escuela Nacional de Teatro pasó a trabajar con el grupo Teatro de los elementos. Ha obtenido la Orden por la Cultura Nacional, reconocimiento que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba, en virtud de la creación a favor de la identidad patria y a propuesta de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) 2014.

DOCUMENTACIÓN
Cuba: Documentos para la historia del activismo gay
Helen Hernández Hormilla | Amecopress, 2013-06-25

http://amecopress.net/spip.php?article9821
Cuerpos de un deseo diferente
Jesús Dueñas Becerra | Cuba Literaria, 2013-06-04

http://www.cubaliteraria.cu/articulo.php?idarticulo=16030&idseccion=31
Un tapaboca al negacionismo
En “Cuerpos de un deseo diferente”, Norge Espinosa Mendoza ha agrupado un conjunto de poemas, ensayos y artículos sobre homoerotismo, espacio social y cultura en Cuba, en los que interroga al cuerpo social de la nación
Yasmín S. Portales Machado | Cubaencuentro, 2013-02-27
http://www.cubaencuentro.com/cultura/articulos/un-tapaboca-al-negacionismo-283291

#libros #mujeres #historia | Cinco mujeres excepcionales

Cinco mujeres excepcionales / James Lord ; prólogo de Clara Pastor ; traducción de Dolores Payás
Elba, Barcelona : 2013
444 p.
Colección: Elba
ISBN 9788493990206 [2013-02] / 26 €

/ ES / EN* / ENS / BIO
/ Arte / Francia / Historia – Siglo XX / Mujeres / Mujeres - Historia / Paris / Testimonios

James Lord, el mejor cronista de la bohemia artística e intelectual del París de la segunda mitad del siglo XX, reúne aquí los retratos de cinco mujeres excepcionales a las que tuvo ocasión de conocer: Gertrude Stein y Alice B. Toklas, que no necesitan mayor introducción; la bellísima Arletty, icono del cine francés de la década de 1940, caída en desgracia por su romance con un alto oficial de las SS; Marie-Laure de Noailles, aristócrata, coleccionista de arte y de artistas y provocadora oficial de los círculos más selectos de París, y, por último, Errieta Perdikidi, una mujer en permanente exilio que accede a la excepcionalidad desde una pequeña isla griega por haberse labrado un destino absolutamente singular. Las cinco historias configuran un retrato conmovedor de un mundo ya extinguido y de unas mujeres valientes, tenaces y, a su manera, profundamente revolucionarias, que hicieron de sus vidas una verdadera obra de arte, aunque tuvieron que pagar un alto precio por ello. En todas sus páginas reverbera el don único de Lord para leer el alma humana y para representar el contraste entre la gloria externa y la soledad existencial de unas mujeres, a todas luces, fuera de lo común.

James Lord (Englewood, Nueva Jersey, 1922– París, 2009) llegó a París por primera vez en 1944 con un permiso de tres días del servicio de inteligencia militar. Rápidamente localizó la pequeña rue des Grands-Augustins en la que vivía Picasso, y se presentó en el taller de quien ya entonces era uno de los más importantes artistas vivos. Lord cultivó la relación con Picasso, y ello le permitió acceder a los círculos artísticos de Montparnasse, donde conoció a Gertrude Stein, Dora Maar, Alberto Giacometti, André Gide y Jean Cocteau, entre otros muchos. A su regreso a París después de la guerra, se convirtió en el observador y cronista de la élite parisina, dejando escritas inolvidables —y no siempre halagadoras— semblanzas de muchos de sus amigos artistas y aristócratas.

Lord, que estuvo allí
James Lord retrató a los grandes del siglo XX, Picasso le abrió la puerta en calzoncillos o en pijama
Elvira Lindo | El País, 2013-06-30
http://elpais.com/elpais/2013/06/28/opinion/1372418529_565935.html

El otro día leí a uno de esos amantes resentidos de la literatura que del catálogo de autores españoles de nuestros días solo pasarán a la posteridad dos. Lo decía como echando con furia más tierra sobre las tumbas de los que ya estarán muertos, con más interés en que no sobrevivieran aquellos a los que detestaba que en mantener vivo el recuerdo de sus favoritos. ¿Cuáles eran sus favoritos? Bah, qué importa. Una vez asistí al espectáculo de un viejo novelista que peleaba por las condiciones de reedición de la que había sido su primera novela. Al mes de aquello murió. Se me abrieron las carnes.

Prefiero la actitud de Alice Munro, que anuncia que se va antes de haberse ido del todo. ¿Quién era, por cierto, aquel viejo novelista? Bah, qué importa. Para hacer crónica sin autocensura hay que esperar a ser viejo. A mí me quedan veinte años. Ya he echado las cuentas. Entonces, si es que vivo para contarlo, me sentaré en mi patio y haré una lista de todos aquellos personajes que conocí y que merecieron la pena y escribiré sobre ellos. ¿Cuántos habrán pasado a mi particular posteridad? Ahora no importa, pero sí estoy segura de que no sobrevivirán esos Bárcenas que hoy protagonizan nuestras columnas, ni los Wert, ni los Camps. Sus hazañas, pequeñas o grandes, serán barridas por el tiempo, de igual forma que las de casi todos los cronistas que las relataron a diario.

Tal vez resista el nombre de Urdangarin, por haber abierto la espita de los ataques a la monarquía y por personificar la figura del arribista que llega a lo más alto con poco esfuerzo para después cagarla. No sabemos cuál será su final, pero con poco que se esfuerce estará a la altura como para ser el protagonista de una crónica de estos tiempos. Pero ¿hay en España cronistas a la altura de lo que ocurre? Por la parte que me afecta, me lo he estado preguntando todos estos días, mientras leía con avaricia un libro que recomiendo con el mismo entusiasmo con el que me lo recomendó su excelente editora, Clara Pastor. Se trata de “Cinco mujeres excepcionales” y está escrito por James Lord, un americano que se plantó por primera vez en París en el año 1944 y pasó allí gran parte de su juventud, teniendo la habilidad de colarse en las casas de artistas, intelectuales y aristócratas, o lo que es lo mismo, en el taller de Picasso, en las cenas de la veleidosa Marie-Laure de Noailles o en el salón de Gertrude Stein, que estaba presidido por el famoso retrato que le hizo Picasso; sí, aquel sobre el que el propio artista pronunció la famosa frase: “No te pareces, pero acabarás pareciéndote”. Y así fue.

James Lord era joven, guapo, homosexual, curioso, amable, dúctil, inteligente y perspicaz. También era una de esas personas que sientas a tu mesa y sabes que hará las delicias del comensal de al lado. Algunos han resumido estas cualidades en un solo defecto: de Lord se ha afirmado que era un cotilla. Y que no escribía bien. Y que fue un novelista frustrado. Lo de novelista frustrado es cierto, él mismo lo confesó. El resto, no. Sus crónicas, créanme, se devoran. Lo que está hoy a la vista de cualquiera es que sus memorias han pasado a la posteridad. Hoy no se puede escribir sobre las vidas de muchos de los grandes artistas o los vividores del siglo XX sin citarlo. Nos ha contado en detalle a Dora Maar, la cuarta mujer de Picasso, a Giacometti o a Balthus, pero por sus páginas cruzan a menudo con toda naturalidad un jovencísimo Lucian Freud, Buñuel, Dalí, Hemingway, Poulenc y tantos otros, porque en el París que va de los treinta a los sesenta estaba prácticamente todo el mundo, de paso o viviendo allí largas temporadas.

Las vidas de estas cinco mujeres que elige Lord están tocadas, bendecidas a veces, malogradas otras, por las heridas del siglo. Es el caso de Arletty, una actriz icónica del cine francés de los años cuarenta que cayó en desgracia tras exhibir su enamoramiento por un oficial nazi durante los años de la ocupación: “Mi corazón es de Francia, mi culo es mío”. Murió vieja y reivindicada por el mismo país que le había prohibido trabajar como castigo a su traición. Son vidas largas, por las que atraviesa el periodo de entreguerras, la Segunda Guerra, incluso el Mayo del 68. La última de estas prodigiosas damas es Errieta Perdikidi, una mujer valiente que regentaba eso que ahora se llama hotel rural y que antes era ni más ni menos que una casa en una perdida isla griega a la que el cronista americano acudió porque siempre ha habido locos que han buscado lugares salvajes en los que amar o curarse del desamor. James Lord era uno de esos seres a los que te rindes y confías tu historia. Su condición no disimulada de homosexual propiciaba que los hombres heterosexuales no se sintieran en competencia y que las mujeres lo tomaran como ese buen acompañante con el que no hay que preguntarse qué pasará después de la última copa.

Lord tuvo suerte. La época fue rica en grandes personajes. Había, además, mucho menos riesgo de vulnerar la intimidad, con lo cual, el tipo entró por la puerta grande: Picasso se la abrió desde el primer día, en pijama o en calzoncillos. Los chismes aún corrían de boca en boca, a un paso comprensible para la mente humana. Y parece que sí, que París era una fiesta.

DOCUMENTACIÓN
James Lord: memoria de cinco mujeres
Anna Caballé | ABC, 2013-05-09

http://www.abc.es/cultura/cultural/20130509/abci-cultural-james-lord-mujeres-201305091225.html
Una papisa y otras damas de excepción
James Lord retrata a 'Cinco mujeres excepcionales' en una recopilación que edita Elba
Manuel Rodríguez Rivero | El País, 2013-03-14
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/03/14/actualidad/1363281604_151696.html
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Y TAMBIÉN…
James Lord, ¿amante de Picasso?
Zoé Valdés | Zoé en el metro, El Economista, 2011-06-06

http://ecodiario.eleconomista.es/blogs/zoe-en-el-metro/2011/06/06/james-lord-%C2%BFamante-de-picasso/

#libros #literatura | Mi hermana y yo

Mi hermana y yo / J.R. Ackerley ; edición de Francis King ; traducción de Andrés Barba
Sexto Piso, Madrid : 2013 [02]
288 p.
ISBN 9788415601197 / 23 €

/ ES / EN / NOV
/ Homosexualidad / Literatura / Relaciones familiares / Testimonios

Aunque la lectura de unos diarios siempre deja la sensación de estar invadiendo el espacio íntimo de otro ser humano, existen algunos casos en los que lo revelado es tan personal que sólo podría publicarse de manera póstuma, y sólo bajo el cuidado y selección de un amigo y albacea literario, como hizo Francis King, que seleccionó el material de J.R. Ackerley publicado como “Mi hermana y yo”. En estas páginas, Ackerley no escatima para describir con crudeza, casi con visceralidad, su tortuosa y fascinante relación con su hermana Nancy, terriblemente sola y celosa de la tía Bunny, al grado de intentar suicidarse para atraer (infructuosamente) la atención de su hermano Joe.

ENLACES
Sexto Piso | Mi hermana y yo

http://www.sextopiso.es/1692-mi-hermana-y-yo/
Wikipedia | J.R. Ackerley
http://es.wikipedia.org/wiki/J._R._Ackerley
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DOCUMENTACIÓN
Sobre mujeres
elputojacktwist | Dos Manzanas, 2014-11-21

http://www.dosmanzanas.com/2014/11/sobre-mujeres.html
Crueldad fraternal
'Mi hermana y yo' de J. R. Ackerley es un monumento de maledicencia y humor cruel
Justo Navarro | El País, 2013-05-04

http://cultura.elpais.com/cultura/2013/04/30/actualidad/1367338009_211759.html

#libros #literatura | Queer

Queer / William S. Burroughs ; edición de Oliver Harris ; traducción de Tizón Souto
Anagrama, Barcelona : 2013 [02]
200 p.
[Edición definitiva del 25 aniversario]
ISBN 9788433978547 / 16,25 €
/ ES / EN* / NOV
/ Literatura

Escrita en 1952 pero no publicada hasta 1985 debido a su franca plasmación del deseo homosexual, “Queer”, obra temprana de William S. Burroughs, es al mismo tiempo un descarnado autorretrato narrativo, una historia de amor brutalmente realista, una grotesca fantasía tragicómica y una ingeniosa novela política. Un libro que proporciona muchas claves fundamentales para adentrarse en el arrollador universo literario del autor. Esta edición definitiva, editada con motivo del 25 aniversario de su primera publicación, incorpora una extensa y documentada introducción de Oliver Harris en la que se repasan las complejas circunstancias personales en las que la obra fue escrita y que marcarían la vida y la posterior trayectoria literaria de Burroughs. Y se incluye también, a modo de epílogo, el texto que el propio autor escribió como prólogo para la edición de 1985.

“Queer” está ambientada en un inmenso suburbio, que Burroughs definiría más tarde como la «Interzona», y que abarca desde la Ciudad de México, capital mundial del delito, hasta Panamá. Un álter ego del escritor, Lee, teje su tela amorosa en torno a Allerton, un joven ambiguo, indiferente como un animal. Deambula por locales cada vez más sórdidos, en los que pulula una fauna en estado de descomposición, y en esas excursiones, como un pícaro alienado, nos regala astillas radiactivas de su negrísimo humor. Para resolver sus obsesiones mortíferas y sexuales, Lee parte con su amigo a la búsqueda de la ayahuasca, droga absoluta capaz de otorgar el control total sobre los cerebros, y por eso mismo codiciada por Rusia y Estados Unidos... y por todo adicto. Dispuesto a abismarse en todos los peligros, como un santo o un criminal con orden de búsqueda y captura, Lee no tiene nada que perder. En esta novela aflora por primera vez ese paisaje alucinado que hoy todo lector reconoce como el mundo particular de William S. Burroughs.

William S. Burroughs (1914-1997) es una figura legendaria de la literatura norteamericana de este siglo, un escritor comparado con Villon, Rimbaud y Genet. Tanto su vida como su obra, de un pesimismo total y un sombrío sentido del humor, reflejan una actitud de rebelión permanente contra la sociedad convencional. Homosexual, drogadicto durante muchos años, amigo e ídolo de Kerouac y Ginsberg, se le considera el gran «gurú» de la generación beat, pese a su negativa a ser incluido en ella.

ENLACES
Anagrama | Queer

http://www.anagrama-ed.es/titulo/PN_824
Wikipedia | Queer (novela)
http://es.wikipedia.org/wiki/Queer_%28novela%29
Wikipedia | William Burroughs
http://es.wikipedia.org/wiki/William_Burroughs
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DOCUMENTACIÓN
‘Queer’, glosario de un maldito

La novela de Burroughs, escrita en 1952, no pudo ver la luz hasta 1985. La edición definitiva, del autor de la Generación Beat, funciona como un diccionario de las obsesiones del escritor.
Roger Salas | El País, 2014-02-05
http://cultura.elpais.com/cultura/2014/02/04/actualidad/1391541587_007557.html
Queer de William S. Burroughs
Daniel Vega | El Placer de la Lectura, 2013-02-00

http://www.elplacerdelalectura.com/2013/02/queer-de-william-s-burroughs.html

sábado, 16 de febrero de 2013

#hemeroteca #memoria | 50 barras donde comimos, bebimos y fuimos felices: ¿cuál echas de menos tú?

DV / El bar en la explanada de la ermita, en el Paseo Nuevo //

50 barras donde comimos, bebimos y fuimos felices: ¿cuál echas de menos tú?
Mitxel Ezquiaga | El Diario Vasco, 2013-02-16

https://blogs.diariovasco.com/ke-paren-la-rotativa/2013/02/16/50-barras-donde-comimos-bebimos-y-fuimos-felices-cual-echas-de-menos-tu/

Esta es una guía sentimental por 50 bares, restaurantes y bebedores nocturnos que mi generación conoció y ya no existen. Es larga, incompleta y busca que tú aportes nombres que faltan.

¿Por qué? Los bares cierran, nos vamos haciendo viejos. Cuando éramos más jóvenes escuchábamos a los mayores hablar con nostalgia del Café de la Marina, el bar Regio o el restaurante Azaldegi de Miraconcha: nombres que nos sonaban a vestigios del Paleolítico.

Pero a nuestra generación también nos van cerrando locales. Muchos. Hace un par de semanas escribí aquí un ‘agur’ al Hika Mika donostiarra y me llovieron correos de memorias. La nostalgia es un error, pero funciona: ayuda a que este «monumento a la barra desaparecida» crezca entre todos.

1. Del Bowie al ‘Twicken’ y el JC

¿Dónde quedan las primeras copas de la adolescencia? ¡Ay, aquella ‘zona’ de San Bartolomé, en Donostia, donde solo unos centímetros separaban fronteras entre pijos y modernos! En el Bowie, antes Trantor, vimos los primeros conciertos de No y puede que hasta de Los Aristogatos de Mikel Erentxun.

Al lado estaba el Twickenham; más tarde llegó el JC y, unas manzanas más allá, se erguían el Bañeros o el mítico Juanito, recio bar tradicional que fue tomado de repente por chicas con minifalda, al igual que la bodega Blas de Lezo, donde tomábamos sus porrones. El Local fue un intento de pub y restaurante cultureta en San Bartolomé, pero la gente prefiere el trago sin cultura.

El Hollywood es el único faro de entonces que aún hoy ilumina la zona. Sus clientes somos los mismos que hace treinta años, con más arrugas y menos ilusiones, pero la misma sed. Aunque en las estanterías donde estaban los discos hoy hay un muestrario de ginebras.

2. Cuesta del ‘culo’, trasera del buenpas

Sí, amiguitos, hubo un momento en que el centro de Donostia estaba repleto de bares... ¡llenos de gente! En Reyes Católicos, en la trasera del Buen Pastor, tomábamos cervezas en el Carajillo o su vecino Palumbo. (El Pokhara, tercero en la ruta, se mantiene en pie con lozanía: acaba de celebrar su treinta aniversario).

Junto a La Espiga estaba el Rojo y Negro de antes, que fue pub de esplendor ñoñostiarra, y en la calle Urbieta, donde hoy se sirven las pizzas de La Mina, el Novecento fue el más pub más original, grande y divertido que tuvo esta ciudad. No lejos, en los subsuelos del centro, el acogedor Bigarren de aquellas largas madrugadas. Un poco más atrás en el túnel del tiempo, El Huerto. Y eterno, el Zorongo, de nombre cambiable según los años. ¿Y aquellos conciertos del Txuribeltz en Gros?

Pero donde el San Sebastián ‘comme il faut’ fue alguna vez canalla es en la llamada ‘cuesta del culo’, zona de Miraconcha así bautizada por su carácter gay (sí, en aquella Donostia no dominaba la sutileza al poner nombre a los sitios). La Malmaison y, más tarde, la discoteca Kristal (ésta ya para todos los sexos) marcaron grandes momentos para la historia secreta de San Sebastián que alguien tendrá que escribir un día.

3. Señoras y señores: el Negresco

Si hubo un bar mítico, sobre todo para una generación anterior a la mía, fue el Negresco, con un nombre tan evocador como su decoración, que aún recuerdo. Sus gambas o sus combinados marcaron una época, como me recordaba el otro día mi amigo el psiquiatra Imanol Querejeta. Y algunos ‘tratadistas del pintxo’ dicen que ahí se creó la gilda, aunque al respecto existen teorías contrapuestas.
Mucho después llegó, en la misma calle, el Domenico’s, italiano ya desaparecido aunque su hermano bilbaíno pervive con buena clientela. Más reciente fue, en la Avenida, el Farfalle, otro estupendo italiano en las tripas del Avenida XXI.

4. La ‘manzana’ de los grandes manteles

Cuando ya nos hicimos algo mayores fuimos conociendo la ‘manzana’ de los grandes restaurantes, ese bloque situado entre el Paseo de Salamanca y la calle Aldámar donde vivieron sus glorias Casa Nicolasa, el Urepel o el Panier Fleuri, lugares magníficos que fueron cayendo poco a poco, como la historia de ‘Diez negritos’. El Panier es hoy el siempre eficaz Tsi Tao, el Urepel espera a un empresario con empuje y Nicolasa será apartamentos, o así, cuando la-crisis-o-esto pase.

Por cierto: en una de esas calles vecinas estuvo el Iñude, aquel restaurante que montó Xabier Gutiérrez, hoy investigador de Arzak y entonces adelantado a su tiempo. Nadie entendió una propuesta demasiado moderna para su época y que algún día se estudiará en las enciclopedias de la cocina como precursor.

5. El Ku, La Perla, el Keops, La Piscina…

Pero volvamos a lugares de copas donde algunos abrevamos y otros bailaron (porque bailar no era lo mío, no). ¿Qué decir del Ku, la leyenda de las leyendas? Y eso que mi quinta lo vivió más en aquellas sesiones de tarde que empezaban con un cóctel-molotov al que llamaban sangría. Luego la gente se quedaba en la curva de Rekondo para ver el descenso de las motos, como un gran premio amateur. Los modestos íbamos en autobús y alguna vez hasta bajamos andando...

Las discos de entonces: el Keops, en Anoeta, hoy derruido; La Perla, hermana pobre de Bataplán; La Piscina, en el Tenis (¡qué lugar tan maravilloso para las noches de verano!); o Penélope, en Amara, donde antes había estado Tiffany’s.

Joe, qué mayores somos.

6. Los ‘altos’: Munto, Irati, Mendiola 

Tomemos aire. ¿Dónde quedan aquellas meriendas en el caserío Iradi, en la falda del monte Ulía, con sus mesas abiertas sobre la Zurriola? ¿Y Mendiola, parada obligatoria hacia Pasaia?

Había meriendas felices de bocata y sidra en Munto, el caserío ‘urbano’ de Aiete derribado esta semana en un enésimo golpe a nuestro patrimonio y nuestra memoria. Y, más moderno pero también ‘alto’, ¿alguien recuerda el restaurante Txirristra de Igeldo? Ahí viví cenas memorables.

7. La Maruja, Clery, el Etxeberria y Amasa 

La lista es interminable. ¡Y aún no hemos entrado en la Parte Vieja! Para felices, aquellas primeras copas compartidas con rubias en La Maruja. O largas ‘comidas de trabajo’ en el Beti Jai con vips de antaño, que terminaban en cenas. Los arroces del Clery, donde hoy está el Txuleta. Y poteos salvajes por Fermín Calbetón en bares que han ido cambiando de nombre y de clientela.

Al Hika Mika, que pronto cambia de manos, ya rendimos homenaje. Y a las pastelerías Rich, con sus bombas y sus inglesitos. Y qué decir del gran Etxeberria, en el Antiguo, que perfumaba de calamar la calle Matía. O el restaurante Zapatari, grande en su sencillez.

Sí, lo sé: todos son de Donostia y muchos nombres quedan fuera de la lista. ¿Quieren que llore por uno perdido en el resto de Gipuzkoa? El restaurante Amasa, aquella maravilla. Sitios donde fuimos felices: ¿de cuál te acuerdas tú?

Y TAMBIÉN...
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Cócteles con vistas a la bahía
J.J. Fdez. Beobide / Lola Horcajo | El Diario Vasco, 2020-06-07 *** [MyNews]

https://www.diariovasco.com/san-sebastian/cocteles-vistas-bahia-20200608132237-ntvo.html 
Recogido por IGLU-Biblioteka:
https://iglu-biblioteka.blogspot.com/2020/06/hemeroteca-memoria-cocteles-con-vistas.html