Imagen: Google Imágenes / María Elósegui |
"En España, somos todo de etiquetas y yo llevo toda mi vida luchando contra las etiquetas, los prejuicios y los clichés", dice la magistrada.
María Tejero Martín | El Confidencial, 2018-02-10
https://www.elconfidencial.com/espana/2018-02-10/jueza-elosegui_1519803/
La jueza María Elósegui (San Sebastián, 1957) va por libre. Tanto como para haber logrado, pese a no ser la favorita, ser la próxima magistrada española del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. No la han nombrado aún, pero ya se ha visto rodeada por una fuerte polémica. Le frustra que no reconozcan su "maternidad" en la Ley de Igualdad y cree que ha sido una "marioneta" del fuego cruzado entre intereses partidistas.
Es católica practicante. Se declara enemiga de la discriminación. Como mujer, se siente "minoría" ante el machismo, por ejemplo el del mundo académico. En este campo ha desempeñado buena parte de su carrera, en los últimos años como catedrática de Filosofía del Derecho de la Universidad de Zaragoza. Insiste en la importancia de educar a los hombres en la "corresponsabilidad" en el cuidado de la familia. Por artículos y entrevistas salidas ahora a la luz se le acusa de homófoba. Elósegui niega la mayor: me han tergiversado.
La jueza dice no tener afiliación política y se declara en tierra de nadie. En una entrevista con El Confidencial, recuerda que su nombramiento es irrevocable: pasará los próximos nueve años en Estrasburgo, lidiando con vulneraciones de Derechos Humanos en Europa. En su desempeño, recalca, deja a un lado sus convicciones personales. "Estas no pueden afectar la toma de decisiones sobre los derechos de los demás".
Pregunta. Se le ha acusado de haber inflado su CV de cara a su nombramiento.
Respuesta. Más que de inflar, se me acusa de falseamiento. Se dice que no he participado de ningún modo en el borrador de la Ley de Igualdad. Por eso quiero que se haga público el certificado oficial que prueba que formé parte del grupo de expertos que ha elaborado una propuesta base para la elaboración del borrador de la Ley de Igualdad. Y Soledad Murillo (secretaria de Igualdad del gobierno de Zapatero) dice que no me conoce, pero hay fotos de cuando estuvimos juntas en un acto de la asociación de mujeres investigadoras y tecnólogas en la Universidad de Zaragoza en junio de 2006.
P. Hay una discrepancia entre su certificado, que reconoce su participación en la propuesta base, y el currículum enviado al Tribunal de Estrasburgo, en el que se dice que participó en la elaboración del borrador de la ley.
R. Porque nos pidieron la elaboración del borrador y luego se quiso redactar de una manera diferente de cara a la publicación. Pero las ideas son exactamente las mismas.
P. ¿Es una imprecisión?
R. Bueno, yo no diría que es una imprecisión. Es una manera de sintetizar en inglés y francés una frase que es muy larga. Sin más, sin ningún afán de nada.
P. A la gente que le acusa de maquillar su currículum, ¿usted les diría que no necesita maquillarlo?
R. Efectivamente. Yo no necesito maquillar nada, tengo el doble de currículum que mis compañeros catedráticos para acceder al mismo puesto. No solo una licenciatura y un doctorado, que es lo normal para acceder a una cátedra, sino dos licenciaturas y dos doctorados, dos másteres en el extranjero, cinco años con becas competitivas postdoctorales… fui investigadora en temas de igualdad entre hombres y mujeres. Fue por mi trabajo técnico que me llamaron para hacer esta ley.
P. Parte de la polémica se ha centrado en sus ideas. Miembros del colectivo LGTBI han promovido una recogida de firmas para que usted dimita. ¿Cree usted que debe dimitir?
R. He sido votada por una asamblea parlamentaria y me debo a mis electores. Los periódicos, con todos mis respetos, no es el lugar en el que se vota. Se vota con los procedimientos formales, no se hace un juicio en paralelo. Eso no tiene ni pies ni cabeza.
P. La petición que le hacen es que dimita porque consideran que usted es homófoba.
R. Que pidan lo que quieran, yo ya he sido nombrada magistrada y eso es irreversible e irrevocable. Se me acusa de esto por unos textos tergiversados, que son falsos: niego la mayor. No son mis palabras, se han sacado de contexto y tergiversado, han puesto en boca mía cosas que no he dicho yo. Han hecho una mezcla, un popurrí, con idea de lesionar mi honor y buscando un acoso o discriminación laboral.
Además, por una lucha entre partidos y por usarme a mí como un medio —porque yo aquí no soy nada, soy una marioneta en medio de un juego— se ha herido a un colectivo en el que tengo amigos, familia. Y encima cuando llevo muchos años luchando contra todo tipo de discriminaciones, incluidas las de orientación e identidad sexual y de género.
P. ¿Usted se considera homófoba?
R. Por supuesto que no, la homofobia es discriminar a alguien y esto va contra mis propias convicciones. Yo me he pasado toda la vida defendiendo a las minorías, porque además me siento minoría: minoría mujer en un ambiente machista, en el mundo académico. También minoría por mis ideas políticas, porque no caso con ningún partido político y no tengo carnet en ninguno. Siempre me he considerado en tierra de nadie.
P. Una cita que le atribuyen da a entender que usted piensa que quienes van en contra de su sexo al nacer desarrollan patologías. ¿Usted cree esto?
R. Bueno… no, tendría que explicar muchísimas más cosas. No creo eso.
P. Se ha dicho de usted que es una persona muy religiosa, pero alguna de sus ideas contrasta con la idea generalizada que hay en España de lo que es una persona religiosa.
R. Claro.
P. Se ha pronunciado abiertamente contra el machismo, también contra relacionar las conductas machistas con la Iglesia.
R. Yo he estado siempre a favor de educar al varón, de educar en la corresponsabilidad. En algunos contextos, por ejemplo en Latinoamérica donde he ido a dar cursos de igualdad de género, se amparan en que el catolicismo habla de la madre y la maternidad… así que es muy posible que haya dicho, en ese contexto, que la Iglesia habla de la no discriminación de la mujer.
P. Se le considera numeraria del Opus Dei, ¿cree que es un estigma a la hora de desempeñar un cargo?
R. Soy una persona con convicciones firmes, que practico, y que no escondo mi religión. Pero pienso que son cuestiones de mi vida privada. Y en un concurso público está prohibido preguntar sobre cualquier cuestión relacionada con la vida privada del individuo, desde cuestiones de identidad sexual, hasta sus creencias.
Es católica practicante. Se declara enemiga de la discriminación. Como mujer, se siente "minoría" ante el machismo, por ejemplo el del mundo académico. En este campo ha desempeñado buena parte de su carrera, en los últimos años como catedrática de Filosofía del Derecho de la Universidad de Zaragoza. Insiste en la importancia de educar a los hombres en la "corresponsabilidad" en el cuidado de la familia. Por artículos y entrevistas salidas ahora a la luz se le acusa de homófoba. Elósegui niega la mayor: me han tergiversado.
La jueza dice no tener afiliación política y se declara en tierra de nadie. En una entrevista con El Confidencial, recuerda que su nombramiento es irrevocable: pasará los próximos nueve años en Estrasburgo, lidiando con vulneraciones de Derechos Humanos en Europa. En su desempeño, recalca, deja a un lado sus convicciones personales. "Estas no pueden afectar la toma de decisiones sobre los derechos de los demás".
Pregunta. Se le ha acusado de haber inflado su CV de cara a su nombramiento.
Respuesta. Más que de inflar, se me acusa de falseamiento. Se dice que no he participado de ningún modo en el borrador de la Ley de Igualdad. Por eso quiero que se haga público el certificado oficial que prueba que formé parte del grupo de expertos que ha elaborado una propuesta base para la elaboración del borrador de la Ley de Igualdad. Y Soledad Murillo (secretaria de Igualdad del gobierno de Zapatero) dice que no me conoce, pero hay fotos de cuando estuvimos juntas en un acto de la asociación de mujeres investigadoras y tecnólogas en la Universidad de Zaragoza en junio de 2006.
P. Hay una discrepancia entre su certificado, que reconoce su participación en la propuesta base, y el currículum enviado al Tribunal de Estrasburgo, en el que se dice que participó en la elaboración del borrador de la ley.
R. Porque nos pidieron la elaboración del borrador y luego se quiso redactar de una manera diferente de cara a la publicación. Pero las ideas son exactamente las mismas.
P. ¿Es una imprecisión?
R. Bueno, yo no diría que es una imprecisión. Es una manera de sintetizar en inglés y francés una frase que es muy larga. Sin más, sin ningún afán de nada.
P. A la gente que le acusa de maquillar su currículum, ¿usted les diría que no necesita maquillarlo?
R. Efectivamente. Yo no necesito maquillar nada, tengo el doble de currículum que mis compañeros catedráticos para acceder al mismo puesto. No solo una licenciatura y un doctorado, que es lo normal para acceder a una cátedra, sino dos licenciaturas y dos doctorados, dos másteres en el extranjero, cinco años con becas competitivas postdoctorales… fui investigadora en temas de igualdad entre hombres y mujeres. Fue por mi trabajo técnico que me llamaron para hacer esta ley.
P. Parte de la polémica se ha centrado en sus ideas. Miembros del colectivo LGTBI han promovido una recogida de firmas para que usted dimita. ¿Cree usted que debe dimitir?
R. He sido votada por una asamblea parlamentaria y me debo a mis electores. Los periódicos, con todos mis respetos, no es el lugar en el que se vota. Se vota con los procedimientos formales, no se hace un juicio en paralelo. Eso no tiene ni pies ni cabeza.
P. La petición que le hacen es que dimita porque consideran que usted es homófoba.
R. Que pidan lo que quieran, yo ya he sido nombrada magistrada y eso es irreversible e irrevocable. Se me acusa de esto por unos textos tergiversados, que son falsos: niego la mayor. No son mis palabras, se han sacado de contexto y tergiversado, han puesto en boca mía cosas que no he dicho yo. Han hecho una mezcla, un popurrí, con idea de lesionar mi honor y buscando un acoso o discriminación laboral.
Además, por una lucha entre partidos y por usarme a mí como un medio —porque yo aquí no soy nada, soy una marioneta en medio de un juego— se ha herido a un colectivo en el que tengo amigos, familia. Y encima cuando llevo muchos años luchando contra todo tipo de discriminaciones, incluidas las de orientación e identidad sexual y de género.
P. ¿Usted se considera homófoba?
R. Por supuesto que no, la homofobia es discriminar a alguien y esto va contra mis propias convicciones. Yo me he pasado toda la vida defendiendo a las minorías, porque además me siento minoría: minoría mujer en un ambiente machista, en el mundo académico. También minoría por mis ideas políticas, porque no caso con ningún partido político y no tengo carnet en ninguno. Siempre me he considerado en tierra de nadie.
P. Una cita que le atribuyen da a entender que usted piensa que quienes van en contra de su sexo al nacer desarrollan patologías. ¿Usted cree esto?
R. Bueno… no, tendría que explicar muchísimas más cosas. No creo eso.
P. Se ha dicho de usted que es una persona muy religiosa, pero alguna de sus ideas contrasta con la idea generalizada que hay en España de lo que es una persona religiosa.
R. Claro.
P. Se ha pronunciado abiertamente contra el machismo, también contra relacionar las conductas machistas con la Iglesia.
R. Yo he estado siempre a favor de educar al varón, de educar en la corresponsabilidad. En algunos contextos, por ejemplo en Latinoamérica donde he ido a dar cursos de igualdad de género, se amparan en que el catolicismo habla de la madre y la maternidad… así que es muy posible que haya dicho, en ese contexto, que la Iglesia habla de la no discriminación de la mujer.
P. Se le considera numeraria del Opus Dei, ¿cree que es un estigma a la hora de desempeñar un cargo?
R. Soy una persona con convicciones firmes, que practico, y que no escondo mi religión. Pero pienso que son cuestiones de mi vida privada. Y en un concurso público está prohibido preguntar sobre cualquier cuestión relacionada con la vida privada del individuo, desde cuestiones de identidad sexual, hasta sus creencias.
Sí me parece que en España, y en muchos sitios, se discrimina a las personas por sus convicciones religiosas. Por ejemplo a los migrantes: musulmanes, ortodoxos, luteranos…Y hay un mito de que una persona con convicciones no va a ser imparcial en su desempeño del ejercicio público. Eso es un disparate.
P. Ante una persona religiosa, se teme que el dogma se anteponga a los Derechos Humanos.
R. Eso es bastante absurdo. Tenemos un modelo, y así está en la Constitución y en el Convenio Europeo, que respeta unos derechos universales. España es aconfesional, con una neutralidad del Estado y la función pública. Lo de la aconfesionalidad, yo me lo creo y lo vivo. Se lo aplico a los demás y me lo aplico a mí misma. Independientemente de que en privado se tengan unas creencias. Esto no puede afectar la toma de decisiones sobre los derechos de los demás.
En España nos falta una gran educación cívica en todos estos derechos, si la tuviéramos, no pasaría todo esto. Por ejemplo de argumentación sin caer en el insulto o en no dejar de hablar. Somos los reyes de la falta de diálogo. Vivimos todavía en una sociedad de las dos Españas.
P. En el colegio, ¿usted se habría apuntado a Educación para la Ciudadanía antes que a Religión?
R. No, a las dos cosas, no son incompatibles. En España vivimos en unos paradigmas de blanco y negro.
P. Volviendo a su elección...
R. Se desconoce que (mi elección al Tribunal de Estrasburgo) fue por un concurso público. Se anunció en el BOE ocho meses antes, no pasó oculto. Es la primera vez que se hace así. Pero se dice que fue una terna puesta por el Gobierno: eso es falso. A mí no me ha llamado nadie, yo me he presentado a un concurso, con mis capacidades y méritos como técnica.
Si hubiera sido así, una terna del PP, lo lógico es que no hubiera puesto que he trabajado en una ley de un gobierno de otro partido. Pero yo lo que he hecho siempre es poner las cartas sobre la mesa. Soy independiente, he trabajado con diversa gente y partidos políticos. ¿Les gusta? Bien, y si no, también. No hay nada que ocultar.
P. Cuando gobiernos presentan a candidatos, buscan que sean personas afines. Haber llegado por concurso público, no tener "carnet", ¿le ayudará a hacer frente a posibles presiones?
R. Es un punto de partida (…) No soy etiquetable, aunque me quieran poner cuarenta etiquetas. No les sirvo, porque no cuadro. En España, somos todo de etiquetas y yo llevo toda mi vida luchando contra las etiquetas, los prejuicios y los clichés. En ese sentido, me considero independiente. Todos somos humanos, todos sufrimos presiones, pero también hay experiencia y modos para evitar eso.
P. Esta sensibilidad cuando se trata a condenados de ETA que denuncian maltratos, son víctimas y, además, han dejado tras de sí víctimas…
R. Son delincuentes. Si están condenados por delincuencia, eso es así.
P. ¿Se puede ver a esos delincuentes como víctimas también?
R. Todos los detenidos o presos tienen su dignidad, hay unas normas, hay unos derechos que hay que respetar. Esto no es incompatible. Luego, el Estado de Derecho tiene que respetar el debido proceso en todo. No puede haber un doble rasero de derechos procesales, aunque este es un tema complicado.
P. ¿Cree que hay alguna contradicción entre la dignidad de los detenidos y la prisión preventiva?
R. Esto, no sabría contestar, tendría que estudiármelo todo detenidamente para poder formular una opinión razonada. No todos sabemos de todo, no soy como una tertuliana (ríe).
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