martes, 18 de agosto de 2020

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Fernando Delgado //

Fernando Delgado: “No era un libro que yo quisiera propagar como un libro homosexual”

María Tobajas | Actúa Press, 2020-08-18

https://actuapress.es/fernando-delgado-no-era-un-libro-que-yo-quisiera-propagar-como-un-libro-homosexual/ 

‘Todo lo que necesita ser dicho’ es la última novela de Fernando Delgado en donde realiza un ejercicio de periodismo literario para denunciar sin tapujos la doble moral sexual y de costumbres de la Iglesia católica. Ningún miembro del clero escapa a la fina ironía de la que se vale la brillante prosa del escritor y periodista.

P. ‘Todo lo que necesita ser dicho’ es un libro sobre la doble moral escrito en formato literario...
Sí, se habla en esa forma de periodismo literario y a lo que invito es al motivo de reflexión y a compartirlo con los demás.

P. ¿Por qué decides escribir este libro?
Es un libro que iba escribiendo a lo largo del tiempo. Yo soy una persona homosexual y a los niños en mi tiempo se les quitaba la posibilidad de ser homosexual. Los padres y las madres podían renegar completamente de ellos de un modo incluso violento, lo que no creo que ocurra hoy en día. En aquel momento yo no quería trastornar a mi madre o molestarla y mantuve siempre esa relación con la homosexualidad y con la masculinidad también. Yo quería decirle que era un chico masculino, pero homosexual también, tal y como ocurría con muchos otros. Yo tuve una cierta independencia, en la acción cultural y, también, en la religiosa. Todo este progresismo se fue acometiendo y fue consolidando su propia posición.

Yo no creía en Dios, pero sí en Jesucristo porque me parecía un personaje histórico, trascendental, que había hecho escrituras magnificas y, por lo tanto, era lector aplicado de eso y de esas enseñanzas cristianas.

En la democracia han ido apareciendo personas homosexuales dentro de los partidos políticos que se negaban a aceptar esa ley que llevó a cabo José Luis Rodríguez Zapatero. Todo esto cambió y ahora te encuentras a muchos diputados homosexuales de diferentes partidos.

P. Al principio del libro haces una pequeña reflexión que dice “Yo creo en Dios, pero creo que él no me tiene en cuenta”...
Es una cita atrevida por mi parte. Yo creo en Dios y sí creo que no me tiene en cuenta.

P. ¿Considera que el tema del que se habla en el libro puede resultar incómodo para algunos lectores?
Puede resultar incómodo para algunas personas, para gente de izquierdas o gente que no tiene identificación religiosa. Puede quebrantar a la iglesia, insultarla en algunos casos o meterse con ella, pero en realidad no se identifica con la iglesia. Eso puede ser completamente natural. Por otra parte, hay gente realmente beata y gente católica que considere que hay en el seno de la iglesia una purificación. En este sentido yo escribí muchas cosas de estas mientras escribía novelas y artículos. Alguna vez escribía partes de este libro y lo dejaba ahí como retirado porque no era un libro que yo quisiera propagar como un libro homosexual.

Además, considero que el Papa Francisco es una buena cabeza para la iglesia y podría ser un buen Papa, pero está metido en una iglesia bastante corrupta en buena parte. Él ha querido ser modesto y cuando alguien le ha preguntado por la homosexualidad, él ha dicho que la respeta, pero no que la santifica. Por lo tanto, no ha podido hacer esto cuando tiene a su alrededor los mismos curas que se meten en un cabaret o en sitios terribles. Ahí está eso y eso está de un modo muy devaluado. Aunque entiendo que Francisco tiene una buena cabeza. Pienso en él con simpatía y devoción a sabiendas que él no puede hacer nada por esto. Yo creo que si acaba algo va a pasar en la iglesia. Por ejemplo, la iglesia alemana se ha desbordado. Muchos obispos y sacerdotes se han separado totalmente porque no hay autenticidad. Creo que esto es lo que pasa.

P. El Papa Francisco tiene una actitud mucho más abierta dentro de las posibilidades que hay...
Sí, sí, totalmente, el Papa Francisco tiene una actitud mucho más abierta. Además, yo creo que tiene una posición cerrada a todas estas actitudes pecaminosas. Aquí ya hay mucha gente que está ajena a la iglesia y muchos católicos que ya casi ni comulgan, que creen en Dios o no, pero no se desprenden del catolicismo porque a lo mejor son gente de derechas, gente que van a bodas, bautizos y ceremonias, pero no son gente devota.

P. En el libro también habla de esa ley que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó en 2005 sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, que horrorizó a la iglesia y que fue llevado a los tribunales por parte del Partido Popular...
Sí, el Partido Popular lo llevó, pero fue falsamente porque luego han tenido personas homosexuales y que están casadas ya. En realidad, en el matrimonio lo importante es el sentido del amor y no el sexo de las personas. Hoy la sexualidad es afectuosa y viva y no aquella horrible sexualidad en donde las mujeres eran maltratadas.

P. ¿Qué ha sido lo más complicado a la hora de plasmar estas reflexiones en el libro?
No es que haya sido difícil, seguramente podrían haber sido más difíciles y haber sido un libro más complejo. No he querido volcarme mucho en eso. También, he pensado en el tiempo que nos queda, en el que vamos a estar mejor y esta situación, al final, tampoco es para tanto. Hemos hecho balance de la situación que hemos vivido y, ahora vamos a hacer balance de la situación que podemos vivir. La gente que no está metida en la iglesia, vive su sexualidad de una forma muy normal como puede tener cualquier otro matrimonio.

P. ¿Qué le llevo a dedicar el libro a Pedro Zerolo, Gloria Fuertes y Terenci Moix?
Tengo muchos amigos escritores e intelectuales que están vivos y a ellos no se lo iba a dedicar. Sí a personas que he querido mucho como Gloria Fuertes porque fue para mí una madre-padre cuando yo llegué a Madrid. Terenci era como un hermano, una persona muy abierta, con mucho sentido del humor, muy tolerante y una persona verdaderamente generosa. En el caso de Pedro era como una criatura que formaba parte de una familia a la que yo quería profundamente.

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