domingo, 30 de junio de 2013

#hemeroteca #educacion | Mikel Oribe: "Muchos padres quieren vivir en Babia"

Mikel Oribe · Educador sexual | "Muchos padres quieren vivir en Babia"
¿Es malo masturbarse tres veces al día? Si animales de distintas especies copulan, ¿pueden tener descendencia? Estas son algunas de las preguntas que le han planteado alumnos de Primaria de Bizkaia a Mikel Oribe, un educador sexual que reivindica el papel de las familias
A. Rodríguez | Deia, 2013-06-30
http://www.deia.com/2013/06/30/sociedad/estado/muchos-padres-quieren-vivir-en-babia

"Es ridículo que en 2013 sigamos diciendo lo de la semillita. ¿Qué hay de malo en hablarles del pene o la vagina? Aunque entiendan poco, van a saber que pueden hablar contigo de eso. Eso es educación sexual, romper con el tabú", explica Mikel Oribe desde Euskal Herriko Sexu Heziketa Eskola.

¿Están los niños a un clic de los contenidos pornográficos?
Los niños de Primaria, con 11 años, no ven de forma habitual pornografía, pero queriendo o sin querer sí se encuentran con elementos pornográficos. Sobre todo les pasa a los chicos, por lo que entiendo que ellos lo buscan más activamente.

¿Qué es exactamente lo que ven?
A esas edades le llaman pornografía a escenas de cama de series como "Aquí no hay quien viva". El porno más duro algunos chicos sí lo buscan intencionadamente, pero otros se lo encuentran al intentar bajarse una película. Internet está plagado de anuncios de contactos, de prostitución, de porno a través de webcam y a veces clican y a veces no.

¿Se lo cuentan asustados, con una risita nerviosa...?
A veces te describen las imágenes pornográficas y no parece que les llame la atención ni les genere nada. No digo que esto siempre sea así. Puede generarles incredulidad o asombro o disgusto, pero pasan a otra cosa y se les olvida. No se les queda marcado en la memoria.

¿Los padres saben que sus hijos ven contenidos pornográficos o viven en Babia?
La mayoría de los padres y madres quieren vivir en Babia. De hecho, hacen como que sus hijas e hijos son más pequeños de lo que son. En clase hay niños que nos hablan de la pornografía de forma totalmente natural y luego los padres nos dicen que sus hijos son muy inocentes, que no saben nada. Si pusiéramos una cámara en las aulas, alguno se caería de culo.

Muchos padres bajan la guardia hasta la charla de los preservativos.
Algunos creen que tienen que esperar a la edad donde se empiezan a plantear los primeros coitos, pero eso es una respuesta muy inadecuada. Un condón se puede explicar con quince años, con diez y con cinco. Pueden jugar con él, olerlo, estirarlo. El día de mañana cuando lo vayan a usar de verdad no va a ser un elemento ajeno que lo acaban de descubrir tres días antes y que su padre o madre les enseñó con más sudores que otra cosa.

¿De qué manera les puede perjudicar el visionado de pornografía?
La pornografía es ciencia ficción. Las escenas no se pueden llevar a cabo en la realidad, al menos no lo hace la inmensa mayoría de la gente, y ellos pueden interpretar que eso es lo esperable. El porno les da una idea machista de las relaciones sexuales, extremadamente genital y heterosexual. Los afectos y la diversidad no quedan reflejados.

¿Recomienda utilizar filtros para evitar que accedan a este material?
El nivel de conocimiento tecnológico que tienen niños y niñas con diez años es bastante superior al de muchos padres y madres. Los filtros, si quieren, se los saltan. Castigar a alguien porque ve porno en casa va a provocar que no se hable del tema y que lo vea en otro sitio. Lo que habrá que hacer es explicar qué es el porno, porque hay una realidad: el porno excita.

¿Y cómo se explica el porno?
Diciendo que el trato hacia las mujeres es negativo o que las relaciones que se tienen son siempre iguales o inmediatas. A la hora de la verdad no va a ser así. Deben saber que meten trucos especiales, que lo que aparece es falso. Incluso se puede decir: No me gusta que en casa veas porno. Si quieres hazlo en tu intimidad, sabiendo las consecuencias que tiene y lo que ves. Eso sí, pero castigar por castigar o enfadarse sin explicar no es positivo.

¿Qué cuestiones le suelen plantear los chavales de esas edades?
Hay niños que saben mucho y otros que a la misma edad todavía no saben quién es Olentzero. Los que menos saben preguntan, por ejemplo, si dos personas del mismo sexo pueden tener hijos. Los que más saben suelen tener bastante obsesión con lo que es normal. ¿Es normal masturbarse tres veces o que te gusten los chicos si eres chico? Intentan detectar lo que es el denominador común y te preguntan si se ajustan o no a eso.

¿Y usted qué les dice?
Uno de los objetivos principales a esa edad es que entiendan que no hay una sexualidad única, la correcta, sino que cada uno tiene la suya. Y que si a mí me gustan ciertas cosas, no les tienen por qué gustar a los demás, pero tienen que aceptarlo, siempre que sea con respeto.

Esa es la teoría, pero luego en la calle o en casa oyen comentarios homófobos y machistas.
La calle no es tan plural como la teoría dice que es y es cierto que algunas familias pueden transmitir valores un tanto machistas u homófobos. Por eso es necesario que escuchen otro discurso, que sea integrador. Es bastante probable que niños y niñas de Primaria sean bastante más tolerantes hacia la diversidad que los propios adultos. De hecho, detectamos un avance muy grande en cuestiones de aceptación de la homosexualidad. En cambio, hemos ido para atrás en la diversidad corporal de las mujeres. Cada vez escuchamos comentarios más negativos sobre las mujeres gordas.

¿Reciben los chavales vizcainos de 11 años suficiente educación sexual?
La educación sexual está en el currículo y se debería dar de forma transversal en todos los ciclos y por parte del profesorado, pero la educación fundamental la tienen que dar las familias. El problema es que esperan a que los hijos pregunten cosas sobre el coito, el embarazo y el sida y a un chaval de diez años no le interesan esos temas. Pero con diez años y antes es cuando se rompe ese tabú y esa inercia de no hablar. Si esas familias empiezan a hablar de cuestiones más básicas, como la regla o la vulva, el día de mañana, cuando necesiten preguntar algo sobre el coito, lo harán.

¿Cómo se puede sacar el tema?
Lo que no hay que hacer es sentarles delante y soltarles el discurso. Eso es bastante violento. Hay que hablar de sexualidad igual que del tiempo. Se puede aprovechar un comentario de una serie para argumentar al respecto e involucrar al hijo, pero no en plan interrogatorio. Además, deberíamos hablar de manera más natural de sexualidad, sin importarnos que los hijos estén por ahí pululando.

Algunas preguntas pillan a los padres desprevenidos.
Si damos una mala contestación o no respondemos, se van a retraer. Algunas niñas tienen miedo de preguntar porque los padres interpretan que es porque quieren hacerlo. Si le pregunto que si la primera vez duele, va a pensar que quiero hacerlo, entonces no le pregunto. Voy donde mi prima y que me lo cuente ella.

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