Imagen: El Salto / Akai Baena |
Alfonso Torres | El Salto, 2018-02-01
https://www.elsaltodiario.com/genero/akai-baena-sistema-binario-genero-crisis-transexualidad-feminismo
La andaluza Akai Baena participaba en diciembre en el debate ‘La realidad invisible: sexualidad y género’, organizado por la Diputación de Córdoba y la asociación Todes Transformando. Comunicadora audiovisual y Máster en Estudios Feministas por la Complutense, Baena defiende que el feminismo se adapte a nuevos modelos e identidades para destruir la subyugación de lo femenino frente a lo masculino.
- ¿Qué son los géneros no binarios?
- Los géneros no binarios son categorías de identificación que van más allá del sistema binario hombre/mujer. Esto significa que han existido y existen individuos que se han identificado con otras categorías. Cuando oímos esto por primera vez nos puede resultar extraño a priori. En el caso de las sociedades europeas y descendientes de estas, apenas ha habido referentes de género más allá de hombre o mujer. No porque no hayan existido, sino porque nuestros referentes han sido acallados por la tradición. Las personas que se identifican en el espectro no binario se podrían polarizar en dos ramas: las personas que no se identifican con ningún género y aquellas que se sienten una mezcolanza entre hombre y mujer. Teniendo en cuenta que estos relatos sobre la identidad son muy recientes, no se han podido estudiar en profundidad, pero podemos avanzar que las personas de género no binario son el resultado de la incomodidad que produce la estrechez de unos géneros tradicionales basados en estereotipos e imposiciones hechas por un supuesto carácter innato.
- ¿Dentro del colectivo trans se ha abierto el melón de la ruptura de géneros? Una parte de la sociedad aún visualiza la transexualidad como una mera transición entre dos géneros definidos.
- Lo veo más como una adición. Es cierto que la posibilidad de identificarse como no binarias ha hecho que algunas personas que se habían identificado como hombre trans o mujer trans repensaran su identidad y su forma de relatar su experiencia. Las personas de género no binario, al menos desde mi punto de vista, entran en el espectro trans porque presentan un profundo desacuerdo con el género que le asignaron al nacer y tienen la necesidad de comunicarlo y actuar al respecto.
El problema sobre la transición es que se intente computar cómo de binaria eres según las acciones que hayas llevado a cabo. Esto no solo acaba por entender a las personas no binarias como una “transición sin acabar”, sino que tampoco permite a mujeres y hombres trans que se identifican con la etiqueta binaria configurar su transición respecto a sus necesidades y posibilidades. Es decir, puede llevar a pensar que una mujer que no tiene intención de operarse los genitales se siente y es “menos mujer” por ese motivo. Realizar ciertas acciones y decisiones sobre el cuerpo o el modo de vida depende de muchos factores: de experiencias concretas, educación, estereotipos de género, capacidad económica...
- ¿Debe caminar el feminismo hacia la ruptura del binarismo de género?
- Creo que el feminismo ya camina hacia ello. Es cierto que ha habido una respuesta muy virulenta vestida de feminismo de la diferencia, que busca una identificación pura y estricta en el sistema binario para alcanzar esa utopía de un movimiento que funcione como universo por y para mujeres completamente separado del universo de los hombres.
Pero incluso en visiones tradicionales, que suelen ser excluyentes con las personas trans existe la huella de la crítica de Butler al sujeto “mujer” del feminismo. Muchas de las críticas en este sentido a las personas trans es que algunas feministas no están de acuerdo con la categoría “mujer” y lo que conlleva, pero no realizan transiciones por ello. Aunque sea una visión corta de miras nos sirve como prueba de que el sistema binario de género está en crisis.
- ¿Cómo se visualizan las personas trans en los medios de masas y la cultura de consumo?
- Es terrible, aunque hemos evolucionado desde la mujer trans como objeto de morbo sexual y personaje de entretenimiento para programas del corazón o reportajes sensacionalistas. Nos encontramos ahora muchos documentales, reportajes o ficción narrativa cuyos protagonistas son personajes trans que son puro “trauma porn”. Se centran en la transición de las personas trans como culmen de su vida y se regodean en todos los padecimientos que sufren las personas trans y todo su entorno por su condición, creando un drama lacrimógeno para las personas cisgénero “progresistas” que empatizan con la lucha trans, y con un terrible mensaje aleccionador para personas trans entre líneas: “Tu futuro es terrible”, “tu vida será un valle de lágrimas”, “la transición es un esfuerzo infructuoso”.
- ¿Existe gaypatriarcado en el colectivo LGTBI?
- Por supuesto. La cultura LGTBI gira en torno a la figura mercantilizada del hombre homosexual, y en los ámbitos del activismo es igual. Sólo hay que mirar el contenido de las jornadas con temática LGTBI y los negocios relacionados con el colectivo. La mitad de cualquier actividad es exclusiva de hombres homosexuales, peleando lesbianas, bisexuales y trans por un segundo o tercer puesto. Es entendible que aún escasee la representación de la I (intersexual) puesto que se acaba de incorporar, pero la desventaja del resto de las letras respecto a la G está causada por pura despreocupación y desprecio de las asociaciones principales, ocupadas en sacar rédito económico de la mercantilización del hombre gay, que en la conquista de derechos más allá del matrimonio homosexual.
- ¿Qué son los géneros no binarios?
- Los géneros no binarios son categorías de identificación que van más allá del sistema binario hombre/mujer. Esto significa que han existido y existen individuos que se han identificado con otras categorías. Cuando oímos esto por primera vez nos puede resultar extraño a priori. En el caso de las sociedades europeas y descendientes de estas, apenas ha habido referentes de género más allá de hombre o mujer. No porque no hayan existido, sino porque nuestros referentes han sido acallados por la tradición. Las personas que se identifican en el espectro no binario se podrían polarizar en dos ramas: las personas que no se identifican con ningún género y aquellas que se sienten una mezcolanza entre hombre y mujer. Teniendo en cuenta que estos relatos sobre la identidad son muy recientes, no se han podido estudiar en profundidad, pero podemos avanzar que las personas de género no binario son el resultado de la incomodidad que produce la estrechez de unos géneros tradicionales basados en estereotipos e imposiciones hechas por un supuesto carácter innato.
- ¿Dentro del colectivo trans se ha abierto el melón de la ruptura de géneros? Una parte de la sociedad aún visualiza la transexualidad como una mera transición entre dos géneros definidos.
- Lo veo más como una adición. Es cierto que la posibilidad de identificarse como no binarias ha hecho que algunas personas que se habían identificado como hombre trans o mujer trans repensaran su identidad y su forma de relatar su experiencia. Las personas de género no binario, al menos desde mi punto de vista, entran en el espectro trans porque presentan un profundo desacuerdo con el género que le asignaron al nacer y tienen la necesidad de comunicarlo y actuar al respecto.
El problema sobre la transición es que se intente computar cómo de binaria eres según las acciones que hayas llevado a cabo. Esto no solo acaba por entender a las personas no binarias como una “transición sin acabar”, sino que tampoco permite a mujeres y hombres trans que se identifican con la etiqueta binaria configurar su transición respecto a sus necesidades y posibilidades. Es decir, puede llevar a pensar que una mujer que no tiene intención de operarse los genitales se siente y es “menos mujer” por ese motivo. Realizar ciertas acciones y decisiones sobre el cuerpo o el modo de vida depende de muchos factores: de experiencias concretas, educación, estereotipos de género, capacidad económica...
- ¿Debe caminar el feminismo hacia la ruptura del binarismo de género?
- Creo que el feminismo ya camina hacia ello. Es cierto que ha habido una respuesta muy virulenta vestida de feminismo de la diferencia, que busca una identificación pura y estricta en el sistema binario para alcanzar esa utopía de un movimiento que funcione como universo por y para mujeres completamente separado del universo de los hombres.
Pero incluso en visiones tradicionales, que suelen ser excluyentes con las personas trans existe la huella de la crítica de Butler al sujeto “mujer” del feminismo. Muchas de las críticas en este sentido a las personas trans es que algunas feministas no están de acuerdo con la categoría “mujer” y lo que conlleva, pero no realizan transiciones por ello. Aunque sea una visión corta de miras nos sirve como prueba de que el sistema binario de género está en crisis.
- ¿Cómo se visualizan las personas trans en los medios de masas y la cultura de consumo?
- Es terrible, aunque hemos evolucionado desde la mujer trans como objeto de morbo sexual y personaje de entretenimiento para programas del corazón o reportajes sensacionalistas. Nos encontramos ahora muchos documentales, reportajes o ficción narrativa cuyos protagonistas son personajes trans que son puro “trauma porn”. Se centran en la transición de las personas trans como culmen de su vida y se regodean en todos los padecimientos que sufren las personas trans y todo su entorno por su condición, creando un drama lacrimógeno para las personas cisgénero “progresistas” que empatizan con la lucha trans, y con un terrible mensaje aleccionador para personas trans entre líneas: “Tu futuro es terrible”, “tu vida será un valle de lágrimas”, “la transición es un esfuerzo infructuoso”.
- ¿Existe gaypatriarcado en el colectivo LGTBI?
- Por supuesto. La cultura LGTBI gira en torno a la figura mercantilizada del hombre homosexual, y en los ámbitos del activismo es igual. Sólo hay que mirar el contenido de las jornadas con temática LGTBI y los negocios relacionados con el colectivo. La mitad de cualquier actividad es exclusiva de hombres homosexuales, peleando lesbianas, bisexuales y trans por un segundo o tercer puesto. Es entendible que aún escasee la representación de la I (intersexual) puesto que se acaba de incorporar, pero la desventaja del resto de las letras respecto a la G está causada por pura despreocupación y desprecio de las asociaciones principales, ocupadas en sacar rédito económico de la mercantilización del hombre gay, que en la conquista de derechos más allá del matrimonio homosexual.
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