jueves, 21 de julio de 2022

#hemeroteca #intersexualidad #deportes | El silencioso regreso de Caster Semenya y el oscuro futuro de las atletas intersexuales

El Mundo / Caster Semenya en el Mundial de Eugene, Oregón //

El silencioso regreso de Caster Semenya y el oscuro futuro de las atletas intersexuales.

Vetada en los 400, los 800 y los 1.500 metros, la sudafricana compite en los 5.000 metros, donde no consigue pasar ni de primera ronda. Confiesa que ofreció enseñar su vagina a los jueces de la Federación Internacional.
Javier Sánchez | El Mundo, 2022-07-21
https://www.elmundo.es/deportes/mas-deporte/2022/07/20/62d5f5dbfdddff96508b45b4.html 

No, no. No interviews, sorry".

Caster Semenya estuvo en el Mundial de Eugene. Estuvo porque apareció en la lista de inscritas, porque paseó por el campus de la Universidad de Oregón y porque algún cándido periodista intentó hacerle unas preguntas durante su paseo. Pero es como si no hubiera estado. En los 5.000 metros, una de las pocas distancias que le permiten correr, entró gracias a las bajas de otras y la pasada madrugada quedó eliminada en la ronda previa. De las 16 participantes de su serie acabó decimotercera. De alguna manera, estuvo por estar. O porque no estar hubiera sido aceptar que los de arriba, ellos, los malos, han ganado.

Recuerden: Semenya es intersexual, una mujer con cromosomas XY, altísimos son sus niveles de testosterona. Y en abril de 2018 la Federación Internacional de Atletismo decretó una norma en su contra. En la práctica le prohibieron competir. Y sólo le dejaron dos salidas: o medicarse para reducir su testosterona o olvidarse de las carreras de 400, 800 y 1.500 metros, es decir, de las distancias en las que fue dos veces campeona olímpica y tres veces campeona mundial. Intentó la primera, se sintió realmente mal, y optó por la segunda, no sin luchar. Mientras lo probaba en el fondo, misión imposible para su físico, pasó por todos los tribunales posibles hasta llegar al último: el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo donde su caso ha quedado aparcado. Dicen que este año habrá sentencia. Quizá el próximo. Quién sabe.

Tampoco importa. A los 31 años, ningún juzgado salvará ya su carrera. Pero sí podría ayudar a otras, por las que Semenya lucha; Francine Niyonsaba y Margaret Wambui de Burundi, Christine Mboma y Beatrice Masilingi de Namibia y así tantas, muchas.

De hecho, un argumento jurídico de Semenya es precisamente ese: que son muchas. Según un estudio de la asociación activista interACT: Advocates for Intersex Youth, como mínimo un 1,7% de la población mundial tiene características intersexuales por lo que prohibir su participación en las pruebas deportivas es más o menos lo mismo que vetar a los pelirrojos. Es un buen punto de vista. El problema es que no funciona o, al menos, aún no ha funcionado. Ningún tribunal se ha pronunciado todavía a favor de Semenya y las cosas cada vez se están poniendo peor para ella y las intersexuales como ella.

Después de la decisión de la Federación Internacional de Rugby y la Federación Internacional de Natación de impedir la participación de las mujeres transexuales, la Federación Internacional de Atletismo anunció que está preparando una norma parecida y, en ella, según fuentes cercanas al proceso, se incluirá a las intersexuales. En unos meses Semenya podría tener prohibido correr en cualquier prueba, no sólo en aquellas que van de los 400 a los 1.500 metros. De momento ha aprovechado que la puerta sigue entreabierta.

Después del nacimiento de su segunda hija, Oarabile, y de la entrevista más personal jamás concedida, en mayo, para HBO, donde confesó que ofreció enseñarles su vagina a los jueces de la Federación Internacional y que la medicación para la testosterona le provocaba taquicardias, Semenya estuvo en el Mundial de Eugene. No hizo ruido, se quedó fuera del foco mediático, sólo algún cándido periodista la paró cuando paseaba por el campus de la Universidad de Oregón. Pero estuvo. Los de arriba, ellos, los malos, no ganaron o, al menos, no del todo.

"No, no. No interviews, sorry".

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