Imagen: El Espectador |
Muchos aún piensan que se trata de una enfermedad mental. Tras encuestar a los jóvenes de seis países latinoamericanos, investigadores encontraron que esta población es cada vez más tolerante frente a la homosexualidad. Las nuevas tecnologías parecen estar jugando un papel clave.
Lisbeth Fog | El Espectador, 2016-03-16
http://www.elespectador.com/noticias/educacion/homofobia-un-tabu-contra-el-luchan-los-jovenes-articulo-622530
Los jóvenes que están más expuestos a la televisión, internet y redes sociales son más tolerantes a la homosexualidad, de acuerdo con un estudio que analizó los resultados de una encuesta sobre las actitudes de estudiantes entre 13 y 15 años ante la diversidad de género. Y aquellos de estratos socioeconómicos altos con mayor acceso al uso de computadores, teléfonos celulares o DVD, podrían ser los más proclives a aceptar la diferencia.
La investigación, realizada por el sicólogo Enrique Chaux y la ingeniera industrial y sicóloga Manuela León, concluye además que los jóvenes que tienen actitudes homofóbicas son una minoría, “lo cual es esperanzador”, dice Chaux, aunque en algunos países esa minoría es más alta que en otros. Efectivamente, los jóvenes de República Dominicana, Guatemala y Paraguay demostraron mayores niveles de homofobia, comparados con los chilenos, colombianos y mexicanos. “En México, que es donde hay menos actitudes homofóbicas, de todas maneras se puede mejorar, porque aún hay estudiantes que siguen pensando que las personas homosexuales no deben tener los mismos derechos”, dice. El 34 % de los encuestados piensa que es una enfermedad mental. “Eso es preocupante, porque es falso”, agrega.
A partir de frases construidas a las cuales los jóvenes debían contestar su nivel de acuerdo, la encuesta midió actitudes y empatía frente a la homosexualidad, así como la importancia que tienen la religión, la educación y la participación en actividades escolares. El 39 % respondió que la moralidad de un país sufre con la presencia de homosexuales y lesbianas, el 30 % dijo que su colegio no debería permitirlos y el 40 % confesó que no le gustaría tener como vecino a un homosexual.
No sorprendió a los investigadores que las niñas resultaran menos homofóbicas que los niños, ni tampoco que aquellos que tienen niveles más altos de educación y de empatía son más abiertos frente a la diversidad, así como los mayores en el rango de edad estudiado. Pero sí les sorprendieron los resultados frente a la exposición a medios.
El coordinador del área de educación de la organización Colombia Diversa, el abogado Juan Felipe Rivera, explica que esto puede deberse a que recientemente los medios han mostrado personajes LGBT tanto en novelas como en series y noticieros, “lo que ha permitido levantar ese velo de lo extraño, lo raro, lo prohibido, y ha visibilizado la vida cotidiana de las personas LGBT, así como las barreras y los problemas que enfrentan como consecuencia de su orientación sexual”. Así, los niveles de empatía han aumentado y las personas han empezado a reconocer que, “a pesar de las diferencias, todos somos iguales”.
A partir de los resultados del análisis, Chaux propone promover programas que disminuyan la homofobia. En Colombia, uno de los lugares donde más se ha realizado trabajo para promover la tolerancia y disminuir la discriminación por la orientación sexual de los jóvenes es Chapinero. Las políticas constantes, continuas y consistentes al respecto y los programas que en la práctica “promueven la apertura y la tolerancia, lo que se ve reflejado en los cambios de los estudiantes”, son algunas de las razones.
Desde 2004, Colombia Diversa ha sido muy activa en la promoción de los derechos de la comunidad LGBT. Uno de sus programas consiste en acompañar a la comunidad educativa –estudiantes, padres de familia, docentes y directivos– con asesoría legal en caso de situaciones de discriminación por orientación sexual e identidad de género, “lo que implica un ejercicio de aterrizar el contenido legal a la realidad de cada institución y comunidad educativa”, de acuerdo con Rivera. Con estos programas la entidad busca “que los colegios puedan adquirir los conocimientos y las capacidades necesarias para ser más inclusivos”.
Asimismo, con el apoyo de la embajada de Holanda, ofrecen gratuitamente apoyo sicológico a quienes manifiestan dudas sobre su sexualidad y tienen preguntas sobre cómo contar a sus padres o amigos acerca de su condición sexual. Mary Guinn Delaney, asesora en estos temas para la Unesco, asegura que “nadie nace homofóbico; son actitudes y costumbres que se van construyendo durante la infancia y la niñez”.
El grupo de Chaux también ha puesto en práctica programas que promueven mayor convivencia y aceptación de la diferencia para prevenir el maltrato y el acoso en los colegios, incluso utilizando la literatura juvenil. “Me parece importante cuestionar los prejuicios que han tenido algunos políticos que piensan que este tipo de programas que promueven la aceptación de la diversidad están promoviendo la homosexualidad –dice–. Es un error grave pensar que al tratar de generar más empatía y más tolerancia en la diferencia se están promoviendo prácticas homosexuales”.
A su juicio, los estudios deberán concentrarse donde hay más vacíos: el desarrollo de intervenciones innovadoras que promuevan actitudes positivas en los jóvenes. “Todavía se necesita mucho esfuerzo para que cada vez haya menos personas que tengan la actitud de rechazar la diferencia y que estemos más abiertos como sociedad a aceptar que convivimos en medio de múltiples diferencias”.
La investigación, realizada por el sicólogo Enrique Chaux y la ingeniera industrial y sicóloga Manuela León, concluye además que los jóvenes que tienen actitudes homofóbicas son una minoría, “lo cual es esperanzador”, dice Chaux, aunque en algunos países esa minoría es más alta que en otros. Efectivamente, los jóvenes de República Dominicana, Guatemala y Paraguay demostraron mayores niveles de homofobia, comparados con los chilenos, colombianos y mexicanos. “En México, que es donde hay menos actitudes homofóbicas, de todas maneras se puede mejorar, porque aún hay estudiantes que siguen pensando que las personas homosexuales no deben tener los mismos derechos”, dice. El 34 % de los encuestados piensa que es una enfermedad mental. “Eso es preocupante, porque es falso”, agrega.
A partir de frases construidas a las cuales los jóvenes debían contestar su nivel de acuerdo, la encuesta midió actitudes y empatía frente a la homosexualidad, así como la importancia que tienen la religión, la educación y la participación en actividades escolares. El 39 % respondió que la moralidad de un país sufre con la presencia de homosexuales y lesbianas, el 30 % dijo que su colegio no debería permitirlos y el 40 % confesó que no le gustaría tener como vecino a un homosexual.
No sorprendió a los investigadores que las niñas resultaran menos homofóbicas que los niños, ni tampoco que aquellos que tienen niveles más altos de educación y de empatía son más abiertos frente a la diversidad, así como los mayores en el rango de edad estudiado. Pero sí les sorprendieron los resultados frente a la exposición a medios.
El coordinador del área de educación de la organización Colombia Diversa, el abogado Juan Felipe Rivera, explica que esto puede deberse a que recientemente los medios han mostrado personajes LGBT tanto en novelas como en series y noticieros, “lo que ha permitido levantar ese velo de lo extraño, lo raro, lo prohibido, y ha visibilizado la vida cotidiana de las personas LGBT, así como las barreras y los problemas que enfrentan como consecuencia de su orientación sexual”. Así, los niveles de empatía han aumentado y las personas han empezado a reconocer que, “a pesar de las diferencias, todos somos iguales”.
A partir de los resultados del análisis, Chaux propone promover programas que disminuyan la homofobia. En Colombia, uno de los lugares donde más se ha realizado trabajo para promover la tolerancia y disminuir la discriminación por la orientación sexual de los jóvenes es Chapinero. Las políticas constantes, continuas y consistentes al respecto y los programas que en la práctica “promueven la apertura y la tolerancia, lo que se ve reflejado en los cambios de los estudiantes”, son algunas de las razones.
Desde 2004, Colombia Diversa ha sido muy activa en la promoción de los derechos de la comunidad LGBT. Uno de sus programas consiste en acompañar a la comunidad educativa –estudiantes, padres de familia, docentes y directivos– con asesoría legal en caso de situaciones de discriminación por orientación sexual e identidad de género, “lo que implica un ejercicio de aterrizar el contenido legal a la realidad de cada institución y comunidad educativa”, de acuerdo con Rivera. Con estos programas la entidad busca “que los colegios puedan adquirir los conocimientos y las capacidades necesarias para ser más inclusivos”.
Asimismo, con el apoyo de la embajada de Holanda, ofrecen gratuitamente apoyo sicológico a quienes manifiestan dudas sobre su sexualidad y tienen preguntas sobre cómo contar a sus padres o amigos acerca de su condición sexual. Mary Guinn Delaney, asesora en estos temas para la Unesco, asegura que “nadie nace homofóbico; son actitudes y costumbres que se van construyendo durante la infancia y la niñez”.
El grupo de Chaux también ha puesto en práctica programas que promueven mayor convivencia y aceptación de la diferencia para prevenir el maltrato y el acoso en los colegios, incluso utilizando la literatura juvenil. “Me parece importante cuestionar los prejuicios que han tenido algunos políticos que piensan que este tipo de programas que promueven la aceptación de la diversidad están promoviendo la homosexualidad –dice–. Es un error grave pensar que al tratar de generar más empatía y más tolerancia en la diferencia se están promoviendo prácticas homosexuales”.
A su juicio, los estudios deberán concentrarse donde hay más vacíos: el desarrollo de intervenciones innovadoras que promuevan actitudes positivas en los jóvenes. “Todavía se necesita mucho esfuerzo para que cada vez haya menos personas que tengan la actitud de rechazar la diferencia y que estemos más abiertos como sociedad a aceptar que convivimos en medio de múltiples diferencias”.
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