El Mundo / Bandera arcoíris en el Palau de la Generalitat en Valencia // |
El Orgullo irrumpe en campaña: el PP marca distancias con Vox con la bandera LGTBI
Los 'populares' cuelgan la bandera arcoíris en sus ayuntamientos para marcar perfil frente al partido de Santiago Abascal
Noa de la Torre | El Mundo, 2023-06-24
https://www.elmundo.es/elecciones/elecciones-generales/2023/06/24/6495e692fc6c8322228b4595.html
El Orgullo entra este año en campaña. No solo por una cuestión de coincidencia de fechas, sino porque la defensa de los derechos LGTBI se ha convertido directamente en arma electoral. Cuando queda un mes para la cita con las urnas de las generales y en pleno terremoto político por los pactos entre PP y Vox, los partidos tienen el foco puesto en este colectivo.
Vox abría fuego hace unos días con la colocación de una lona gigantesca en el centro Madrid, en la que se visualizaba una papelera en la que se tiraban varios logos y banderas, incluida la arcoíris. Esta imagen, de hecho, fue utilizada por la presidenta del PP de Extremadura, María Guardiola, para justificar su ruptura con el partido de Santiago Abascal. "Yo no puedo dejar entrar en el gobierno a aquellos que despliegan una lona y tiran a una papelera la bandera LGTBI", decía Guardiola.
Sus palabras tenían un destinatario claro: el líder del PP valenciano, Carlos Mazón, que acababa de firmar un acuerdo con Vox para ser investido presidente de la Generalitat a cambio de su entrada en el gobierno. De ahí que el PP en bloque, especialmente en las grandes ciudades que gobierna, se haya apresurado a exhibir la bandera LGTBI para marcar distancias con Vox. El mensaje que se lanza al electorado es claro: que haya pactos con Vox no significa que se diluyan por completo las líneas rojas.
El propio portavoz Borja Sémper, durante la presentación el jueves de la campaña del PP, ponía el acento en una de esas líneas rojas: los populares "no quieren tirar a nadie a la basura" y, en consecuencia, "no se van a dejar contaminar por la agresividad". De fondo, la sintonía de ‘Verano Azul’, lo que a su vez ha servido al PSOE para denunciar que el partido de Alberto Núñez Feijóo busca su propio viaje al pasado. En concreto, a los años 80 de Chanquete, "cuando el colectivo LGTBI se tenía que esconder en el armario".
Contrarrestar esta imagen ha sido precisamente el objetivo de la nueva alcaldesa de Valencia, María José Catalá. La dirigente popular, que a pesar del pacto autonómico dirigirá en minoría el consistorio tras negarse siquiera a sentarse con Vox para negociar su entrada en el equipo de gobierno, anunció este viernes que la bandera LGTBI colgará del balcón municipal. No solo eso, porque en realidad esta acción ya estaba diseñada por el anterior gobierno de Compromís y PSOE, sino que ha ordenado también iluminar con los colores arcoíris la fachada del consistorio.
A las puertas del Orgullo, el PP de Valencia se declara directamente "reformista pero no reaccionario", una posición en la que sin embargo se ubica a Vox. Así justificaba ayer el portavoz municipal, Juan Carlos Caballero, que Valencia vaya a seguir volcándose con estas celebraciones como en los años de gobierno de la izquierda. "Este Ayuntamiento y este grupo sabe que Valencia es una ciudad diversa y no solo lo quiere mantener, sino apostar por la celebración de estos eventos de relevancia", señaló Caballero, que incluso fue más allá al destacar que "las cosas que se han hecho bien se quieren mantener e incluso mejorar".
No hay que olvidar que, a unos pocos kilómetros de la capital valenciana, en el municipio de Náquera, el único alcalde de Vox ha prohibido la bandera LGTBI en los edificios municipales. Así que las Cortes Valencianas, que el lunes pasarán a estar presididas por Vox, lucirán todo el fin de semana los colores del Orgullo.
Otra de las ciudades que saca su bandera del Orgullo es Logroño. Su alcalde, el ‘popular’ Conrado Escobar, reclamó ayer "desterrar cualquier tipo de signo de intolerancia y de violencia" sobre el colectivo LGTBI. En su opinión, la capital de La Rioja "es una ciudad de convivencia, en la que todo el mundo cabe y se puede expresar con absoluta tranquilidad".
En Madrid, sin embargo, su alcalde, el popular José Luis Martínez-Almeida, se escuda en una sentencia del Tribunal Supremo para no colgar del consistorio la bandera. Eso sí, recalcó ayer el "apoyo total y absoluto" del Ayuntamiento, que se iluminará con los colores arcoíris como la fuente de Cibeles.
La nota discordante la pone Toledo, que con la entrada de Vox en el gobierno dejará de lucir la bandera. El alcalde del PP, Carlos Velázquez, se justificaba afirmando que esta legislatura "requiere de grandes consensos". Y todo ello el día que Igualdad lanzaba su vídeo reivindicando, en el que puede ser el último Orgullo de Irene Montero, que "España ahora sí es orgullosamente diferente".
Vox abría fuego hace unos días con la colocación de una lona gigantesca en el centro Madrid, en la que se visualizaba una papelera en la que se tiraban varios logos y banderas, incluida la arcoíris. Esta imagen, de hecho, fue utilizada por la presidenta del PP de Extremadura, María Guardiola, para justificar su ruptura con el partido de Santiago Abascal. "Yo no puedo dejar entrar en el gobierno a aquellos que despliegan una lona y tiran a una papelera la bandera LGTBI", decía Guardiola.
Sus palabras tenían un destinatario claro: el líder del PP valenciano, Carlos Mazón, que acababa de firmar un acuerdo con Vox para ser investido presidente de la Generalitat a cambio de su entrada en el gobierno. De ahí que el PP en bloque, especialmente en las grandes ciudades que gobierna, se haya apresurado a exhibir la bandera LGTBI para marcar distancias con Vox. El mensaje que se lanza al electorado es claro: que haya pactos con Vox no significa que se diluyan por completo las líneas rojas.
El propio portavoz Borja Sémper, durante la presentación el jueves de la campaña del PP, ponía el acento en una de esas líneas rojas: los populares "no quieren tirar a nadie a la basura" y, en consecuencia, "no se van a dejar contaminar por la agresividad". De fondo, la sintonía de ‘Verano Azul’, lo que a su vez ha servido al PSOE para denunciar que el partido de Alberto Núñez Feijóo busca su propio viaje al pasado. En concreto, a los años 80 de Chanquete, "cuando el colectivo LGTBI se tenía que esconder en el armario".
Contrarrestar esta imagen ha sido precisamente el objetivo de la nueva alcaldesa de Valencia, María José Catalá. La dirigente popular, que a pesar del pacto autonómico dirigirá en minoría el consistorio tras negarse siquiera a sentarse con Vox para negociar su entrada en el equipo de gobierno, anunció este viernes que la bandera LGTBI colgará del balcón municipal. No solo eso, porque en realidad esta acción ya estaba diseñada por el anterior gobierno de Compromís y PSOE, sino que ha ordenado también iluminar con los colores arcoíris la fachada del consistorio.
A las puertas del Orgullo, el PP de Valencia se declara directamente "reformista pero no reaccionario", una posición en la que sin embargo se ubica a Vox. Así justificaba ayer el portavoz municipal, Juan Carlos Caballero, que Valencia vaya a seguir volcándose con estas celebraciones como en los años de gobierno de la izquierda. "Este Ayuntamiento y este grupo sabe que Valencia es una ciudad diversa y no solo lo quiere mantener, sino apostar por la celebración de estos eventos de relevancia", señaló Caballero, que incluso fue más allá al destacar que "las cosas que se han hecho bien se quieren mantener e incluso mejorar".
No hay que olvidar que, a unos pocos kilómetros de la capital valenciana, en el municipio de Náquera, el único alcalde de Vox ha prohibido la bandera LGTBI en los edificios municipales. Así que las Cortes Valencianas, que el lunes pasarán a estar presididas por Vox, lucirán todo el fin de semana los colores del Orgullo.
Bandera LGTBI en el balcón del Ayuntamiento de Logroño // |
Otra de las ciudades que saca su bandera del Orgullo es Logroño. Su alcalde, el ‘popular’ Conrado Escobar, reclamó ayer "desterrar cualquier tipo de signo de intolerancia y de violencia" sobre el colectivo LGTBI. En su opinión, la capital de La Rioja "es una ciudad de convivencia, en la que todo el mundo cabe y se puede expresar con absoluta tranquilidad".
En Madrid, sin embargo, su alcalde, el popular José Luis Martínez-Almeida, se escuda en una sentencia del Tribunal Supremo para no colgar del consistorio la bandera. Eso sí, recalcó ayer el "apoyo total y absoluto" del Ayuntamiento, que se iluminará con los colores arcoíris como la fuente de Cibeles.
La nota discordante la pone Toledo, que con la entrada de Vox en el gobierno dejará de lucir la bandera. El alcalde del PP, Carlos Velázquez, se justificaba afirmando que esta legislatura "requiere de grandes consensos". Y todo ello el día que Igualdad lanzaba su vídeo reivindicando, en el que puede ser el último Orgullo de Irene Montero, que "España ahora sí es orgullosamente diferente".
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