Paula Iglesias · Presidenta de la Federación estatal LGTB: «A muchos les cuesta entender las duras microsituaciones diarias para el colectivo LGTBI»
La nueva presidenta de la FELGTB, Paula Iglesias, alerta sobre «afectación en la salud mental» del colectivo amplificada por la creciente ola reaccionaria y los discursos de odio. Exige un urgente «pacto de Estado» al que Vox se niega y ante el que el PP duda.
Daniel Galvalizi | Naiz, 2025-02-13
https://www.naiz.eus/es/info/noticia/20250213/a-muchos-les-cuesta-entender-las-duras-microsituaciones-diarias-para-el-colectivo-lgtbi
La nueva presidenta de la FELGTB, Paula Iglesias, alerta sobre «afectación en la salud mental» del colectivo amplificada por la creciente ola reaccionaria y los discursos de odio. Exige un urgente «pacto de Estado» al que Vox se niega y ante el que el PP duda.
Daniel Galvalizi | Naiz, 2025-02-13
https://www.naiz.eus/es/info/noticia/20250213/a-muchos-les-cuesta-entender-las-duras-microsituaciones-diarias-para-el-colectivo-lgtbi
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Paula Iglesias, presidenta FELGTBI+ // |
Médica graduada, decidió estudiar Psicología porque no le gustaba el «enfoque médico orgánico de la psiquiatría española». Comenzó como activista a los 19 en el valenciano Colectivo Lambda y los últimos tres años fue vicepresidenta de la federación que ahora preside. En entrevista con NAIZ, responde sobre los retos y necesidades más urgentes para el colectivo en medio de una oleada reaccionaria global.
Después de dos periodos de presidencia de Uge Sangil, hubo renovación con usted. ¿Cómo han sido estos primeros meses? No le tocan tiempos fáciles...
Es verdad que recojo todo el trabajo que se hizo con la ejecutiva de Uge, que ha sido mucho y afortunadamente muy visible. Hay una mirada muy positiva y está la idea del ‘y ahora qué’, porque ya está la ley que se buscaba (la Ley Trans). Estamos viendo que la situación es muy preocupante y queda mucho por hacer, seguir caminando porque quedan cosas por conseguir, y lo más importante es blindar lo hecho. Es un momento un poco agridulce. Si miramos con perspectiva estamos en un momento en el que ciertamente más avances se han conseguido en estos años, pero conviven con una situación de mucho auge de odio e incluso te diría que de miedo por parte de determinada parte del colectivo.
Con discursos como los de Trump y Milei, lo que ocurre en Hungría e Italia, parece que últimamente solo Polonia y Tailandia han dado buenas noticias al colectivo. ¿Cómo está el momento internacional?
Preocupante, porque esta ola reaccionaria además se da en un momento en que hay muchos altavoces, no solo los tradicionales y los que llevan inherentes estos cargos de poder, que están lanzando estos mensajes a nivel de redes sociales, que hace años eso no existía, mensajes incluso de las personas que están controlando esas redes, como Elon Musk, y vemos que los algoritmos están favoreciendo estos discursos reaccionarios y su interacción. Tienen un altavoz muy potente que está llegando a determinados grupos que nos preocupa mucho, especialmente al colectivo más joven, generando mucha repercusión en la salud mental de los jóvenes que forman parte de nuestro colectivo. Odio y miedo a partes iguales.
Esta sensación de retroceso genera una indefensión y un estado de alerta dentro del colectivo que la gente que no forma parte de él no entiende. Vivir en alerta permanente genera estrés, así como la sensación de que se puedan perder los derechos. Por ejemplo, con el recurso que se hizo contra el matrimonio igualitario: ya lo teníamos pero nos tiramos siete años esperando que el Tribunal Constitucional pudiera avalar ese recurso y dar marcha atrás. El colectivo tiene que batallar siempre porque los derechos que se creen inherentes no lo son y nos toca seguir batallando para defenderlos.
¿La ola reaccionaria global puede afectar al Estado español?
Hay discursos de odio dentro de espacios y tribunas importantes. Es verdad que afortunadamente estamos en un momento en que hemos conseguido avances legislativos, aunque hay que estar vigilantes, y lo estamos, para que no demos pasos atrás. Sí, es cierto que el odio puede verterse no solo en retrocesos legislativos, lo estamos escuchando en muchas tribunas y reproducidos en los medios y las redes, y se reflejan en cosas como lo que pasó con el asesinato de Samuel. Lo que pase fuera de la frontera no quiere decir que no merezca atención. Un poco por eso viene la reclamación que hacemos del pacto de Estado contra los discursos de odio, con un texto efectivo que contemple todas las áreas donde se está dando el odio.
Dice que los derechos están blindados, pero estuvimos a muy poco el 23J de tener un vicepresidente de ultraderecha
Sí, estuvimos ahí a punto de tenerlo. Creo que el colectivo LGTBI tuvo un papel muy importante para frenar esa situación en 2023 y soy optimista y tengo esperanza. El altavoz del odio parece mayor de lo que es la sociedad española pero no, creo que mayoritariamente la sociedad cree en la igualdad y en la diversidad y se ha podido ver en momentos como la sentencia de Samuel. Convivimos con los discursos de odio, lo que pasa es que se necesitan herramientas para que no tengan esos altavoces y se lleven hasta el final las consecuencias de esparcirlos.
Hay dirigentes políticos, como Irene Montero, que dicen que no se está desplegando como debería la ley LGBTIQ+ (conocida como Ley Trans). ¿Qué hay por desarrollar aún?
Efectivamente la ley contempla un montón de medidas. Es verdad que el colectivo Trans ha sido históricamente muy discriminado, pero es una ley LGTBIQ+ para todo el colectivo, más allá que se la conozca como ley Trans. Su aprobación fue un hito muy importante para el colectivo, pero quedan cosas por desarrollar y para implementar. Una de las cosas que hemos detectado es que hubo varios casos de denegación de filiación porque un artículo de la ley sigue remitiendo a la Ley de Reproducción Asistida, y existe una contradicción legal porque la nueva ley LGTBIQ+ eliminaba el requisito de filiación a las parejas de mujeres y equiparaba la filiación entre mujeres a la de cualquier pareja en los mismos términos. Pero la ley de Reproducción Asistida no se modificó y es un trámite que debe hacerse porque se han detectado muchos casos que, por esta contradicción en la administración, no permiten el registro de los hijos. Estamos viendo cuál es el mecanismo para poder modificarla.
Luego otro tema es la rectificación de nombre y mención al nombre de personas trans migrantes. No se han desarrollado los protocolos para que pueda hacerse y hasta ahora las personas trans migrantes no pueden tener su nombre elegido e indicación de su sexo actual. Esto depende del ministro de Interior, Grande-Marlaska.
Y sobre las terapias de conversión, la nueva ley solo puede aplicar sanciones administrativas por el carácter que tiene, no es penal. En la Federación estamos llevando a cabo la petición de que las terapias de conversión se conviertan en eurocrímenes y sean prohibidas en toda la UE. Es una práctica totalmente inhumana y en contra de derechos fundamentales. Es una iniciativa que ahora mismo está en proceso de recabar firmas y se llevará a la Comisión. Debe modificarse la directiva que tiene la UE sobre igualdad para que se incluya.
Explique los alcances del pacto de Estado contra los discursos de odio que reclama la Federación.
La propuesta es un acuerdo social frente a los discursos hechos contra grupos que están en situación de vulnerabilidad, no solo del colectivo LGTBI, sino grupos vulnerables como personas con discapacidad, el colectivo gitano, personas racializadas, etc. Ha habido una unión de aquellos que sufren las consecuencias del odio y se busca generar un pacto de Estado para frenar la oleada. Se creó ya una subcomisión en el Congreso de la que debería emanar el texto del pacto y se están dando las comparecencias.
Todos menos Vox apoyan la propuesta, ¿es así?
Bueno, de momento nos estamos limitando a ver cuál es el sentido de las preguntas que hacen los grupos. Por el sentido de algunas preguntas, no sabría decirte si el PP apoya... Vox sí ha mostrado que no está muy de acuerdo con el contenido que pretendemos.
El PP votó a favor de crear esa subcomisión. ¿Ahora no quiere el pacto?
El portavoz del PP, Jaime de los Santos, cuando nos hizo las preguntas, contó que le pegaron de pequeño por ser gay y que él cree que no hay que meterse con quién se acuesta con quién… Creo que el discurso de ‘amor es amor’ ya lo hemos sobrepasado, el colectivo LGTBI no va de amar, sino de ser. No importa si tienes pareja o no, para hacer pedagogía fue bueno en su momento, ha servido como discurso, pero estamos en un punto muy distinto. Esperamos que el texto no sea papel mojado, que no sean meras intenciones, estamos hablando de derechos humanos, esto va más allá de intereses políticos y es atajar una situación que vive una parte de la población. Quedan muchas entidades aún en las ponencias, que son cada dos semanas.
Crecen los discursos y las agresiones verbales y físicas, según las estadísticas, pero algunos dicen que es porque ahora se denuncia más.
Es difícil decir si hay más o si son más visibles. Probablemente es una conjunción de las dos. Es verdad que hay más denuncias, aunque hay un alto nivel de subdenuncias. No es incompatible que aumente la visibilidad de estos casos con que siga habiendo muchos que no se denuncian. De lo que no nos enteramos no lo puedo saber, pero quiero pensar que el colectivo es cada vez más consciente de los recursos que tiene. Hay que visibilizar, sobre todo, de cara a la gente que no se lo cree, que se piensa que no nos agreden.
Hay mucha todavía, ¿no?
Sí, más de la que me gustaría. Agradecemos la cobertura que dan desde los medios y las redes también ayudan, son la cara y la cruz porque son altavoces de odio, pero también sirven para la denuncia social. Creo que hay una disociación entre realidad y narrativa, gente que no forma parte del colectivo le es difícil entender las duras microsituaciones a las que nos enfrentamos, no son conscientes de lo que conllevan. En Navidad, por ejemplo, sobre los que vuelven al armario al visitar a sus familias en el pueblo, he escuchado mucho de ‘total son cuatro días...’ Pueden ser cuatro días muy angustiosos y quien forma parte del colectivo sabe lo que es que den por supuesta tu heterosexualidad y el estrés que genera y el impacto en la salud mental y la ansiedad que puede generar. Hay gente que va al pueblo muy angustiada esos días porque es volver a meterse en una situación de la que le cuesta mucho salir. No se le puede restar importancia.
Y ese ‘ya lo tenéis todo’ que se dice porque nos podemos casar... Cuando sabemos que hay situaciones laborales en las que personas del colectivo no ejercen derechos del matrimonio porque no pueden visibilizar su matrimonio por discriminación. Vale, nos podemos casar, pero no todo se acaba con casarse. Como mujer lesbiana que soy te digo que dan por hecho que eres mujer que está con hombres y cuando visibilizas que eres mujer LB surgen situaciones discriminatorias de las que la gente no es consciente, como por ejemplo en consultas médicas. Hay gente que vive infiernos en su situación personal por más que haya las leyes que hay.
Quizás es un reto aún concienciar sobre la afectación a la salud mental del colectivo.
Creo que ha habido miedo por parte del propio colectivo de hablar de salud mental para que no se nos siguiera vinculando a que la afectación de la salud mental era algo inherente al colectivo. Lo que nos afecta la salud mental no es ser persona LGTBI, sino la LGTBIfobia a la que nos enfrentamos todos los días. Claro que tenemos problemas de salud mental porque nos enfrentamos a la discriminación diariamente. Se creen algunos que, como nos han eliminado de la lista de personas enfermos mentales, parece que tenemos que ser sanos, y no. Tenemos derecho a tener problemas de salud mental. La sociedad tiene que estar muy atenta porque se nos olvida que el colectivo de personas mayores, en general, y de personas LGTBI mayores en especial, han vivido cosas muy duras. Hay una ficción que da la imagen de un colectivo solamente joven y alegre y no.
¿Percibe un cambio muy notable entre la gestión de Irene Montero y la actual de la ministra Redondo, que dijo que había que bajar el tono en las demandas?
No quiero hacer valoraciones, cada persona tiene su tono. Yo no fui interlocutora anterior con Irene Montero, le correspondía a Uge. Quiero mirar hacia el futuro, pero no me olvido de la historia. Desde que estoy en la presidencia he visto predisposición de primera mano, me reuní con Ana Redondo y me gustaría seguir viendo esa predisposición. Vamos a seguir trabajando juntas. Pero yo no creo que el activismo esté crispado, está preocupado, comprometido y reclama lo que le corresponde. El tono de la Federación ha sido de colaboración y así queremos que siga.
Para terminar, ¿las prioridades inmediatas de gestión?
Ahora mismo, la aprobación del pacto de estado contra discursos de odio, también el protocolo de acompañamiento de personas trans en las empresas, al que la ministra de Trabajo se comprometió a desarrollar, y hay dos temas más: la visibilización de las personas no binarias y las intersexuales.
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