Imagen: El Salto / Mariusz Błaszczak (4d) en una celebración católica |
El racismo encuentra respaldo en las posiciones derechistas del gobierno polaco contra los refugiados y el islam. En las últimas semanas se han producido numerosos ataques contra extranjeros.
Carmela Negret | El Salto, 2018-02-06
https://www.elsaltodiario.com/polonia/iglesia-catolica-polaca-dividida-aumento-ataques-xenofobos-contra-refugiados
Un reportaje de la televisión privada polaca TVN mostraba en enero a neonazis en el campo entrenando con uniformes de la Wehrmacht alemana, el ejército nazi, haciendo el saludo hitleriano y cantando canciones prohibidas en Alemania como la canción de Horst Wessel, el himno del partido nazi NSDAP. Los congregados celebraban el cumpleaños de Adolf Hitler. Las imágenes provocaron un debate en el país y el primer ministro Mateusz Morawiecki tuvo que pronunciarse al respecto. En ese sentido, agradeció a los periodistas haber realizado la investigación, para a continuación relativizar el nazismo comparándolo con el comunismo: “ambos totalitarismos fueron la mayor tragedia del siglo XX”.
Era la segunda vez en poco tiempo que Polonia saltaba a las noticias de medios extranjeros a causa de las tendencias de extrema derecha. En noviembre tuvo lugar en Varsovia una marcha neonazi con motivo del día nacional en la que participaron más de 60.000 neonazis. Una pancarta llamaba a la “pureza de la raza”. El ministro del interior Mariusz Błaszczak aseguró que se trataba de una “bonita imagen” y la televisión pública habló de “una gran marcha patriótica”.
Más ataques racistas
El sociólogo Rafal Pankowski explicaba en el diario alemán ‘Süddeutsche Zeitung’ que la razón del nacionalismo exacerbado y el racismo podría estar ligada precisamente a la falta de contacto con extranjeros. “Muchos jóvenes polacos son más racistas que sus padres y abuelos”, explica.
Más del 80% de los jóvenes está en contra de acoger a refugiados, pero el partido en el poder, el PiS, el partido Ley y Justicia, se dedicó a arengar contra los extranjeros para hacerse con el poder en 2015, coincidiendo con la llegada de cientos de miles de refugiados a través de la ruta migratoria de los Balcanes. Pankowski asegura que el gobierno polaco ha contribuido a hacer el racismo algo aceptable por la sociedad. Así se explica que una de sus primeras medidas fuese disolver el consejo contra el racismo.
En las últimas semanas se han producido numerosos ataques contra extranjeros. En Łódź fueron atacados un portugués, tres alemanes y un indio. En la ciudad de Breslau dieron una paliza a un indio en enero. Pero muchas víctimas no van a denunciar. Un caso famoso fue el que tuvo lugar en Varsovia, en el que un hombre atacó a una adolescente turca al grito de Polonia para los polacos. Según datos oficiales de la fiscalía polaca, en 2016 tuvieron lugar más de 1.600 ataques verbales y físicos, mientras que tan solo en la primera mitad de 2017 ya iban por más de 900.
La asociación Nunca Más, (Nigdy wiecej, en polaco), asegura que los ataques han aumentado sobremanera sobre todo desde septiembre. En numerosas ciudades hay manifestaciones con el lema “no a los inmigrantes”.
Uno de los centros neurálgicos del neonazismo polaco es la ciudad de Breslau, en la que dominan los skin heads del grupo NOP (Renacimiento Nacional Polaco), que piden una Polonia no solo libre de inmigración, sino también de homosexuales y por supuesto judíos.
División en la iglesia católica
La iglesia católica juega un papel fundamental en Polonia, donde el 90% de la población procesa esta religión. El cura dominico Ludwik Wisniewski publicaba en enero un documento con el título “Yo acuso”, al igual que lo hiciera Émile Zola hace un siglo y medio. En el documento asegura que “el cristianismo está muriendo ante nuestros ojos en Polonia”.
El cura asegura que la iglesia se ha intoxicado de odio y de una ideología nacional que apoya la política migratoria del gobierno. Wisniewski critica la negativa del Gobierno del PiS a acoger a los 7.000 refugiados acordados por el gabinete saliente porque está en contra de la posición del papa Francisco. El sacerdote asegura que hace una década casi el 70% de los polacos estaba a favor de la acogida de refugiados y hoy no es poco mas del 30%. El cristianismo sería una parodia en Polonia según sus palabras.
El gobierno polaco ha estado muy cercano a las posiciones de la iglesia polaca hasta ahora, ya que ésta se opone al aborto. En el caso de los inmigrantes, una buena parte comparte también sus teorías y una retórica que remueve los resentimientos nacionalistas mas perversos. Hablan de “agresiones anticristianas del islam” y aseguran que defenderá el país de posiciones “anticlericales y de izquierda radical”.
Ya durante la contienda electoral, el primer ministro mencionó los “parásitos” que los refugiados podrían traer al país y aseguró que realizaría un referéndum en el caso de que la UE tratase de obligar a Polonia a acoger a refugiados porque “entre ellos podría haber terroristas”.
Era la segunda vez en poco tiempo que Polonia saltaba a las noticias de medios extranjeros a causa de las tendencias de extrema derecha. En noviembre tuvo lugar en Varsovia una marcha neonazi con motivo del día nacional en la que participaron más de 60.000 neonazis. Una pancarta llamaba a la “pureza de la raza”. El ministro del interior Mariusz Błaszczak aseguró que se trataba de una “bonita imagen” y la televisión pública habló de “una gran marcha patriótica”.
Más ataques racistas
El sociólogo Rafal Pankowski explicaba en el diario alemán ‘Süddeutsche Zeitung’ que la razón del nacionalismo exacerbado y el racismo podría estar ligada precisamente a la falta de contacto con extranjeros. “Muchos jóvenes polacos son más racistas que sus padres y abuelos”, explica.
Más del 80% de los jóvenes está en contra de acoger a refugiados, pero el partido en el poder, el PiS, el partido Ley y Justicia, se dedicó a arengar contra los extranjeros para hacerse con el poder en 2015, coincidiendo con la llegada de cientos de miles de refugiados a través de la ruta migratoria de los Balcanes. Pankowski asegura que el gobierno polaco ha contribuido a hacer el racismo algo aceptable por la sociedad. Así se explica que una de sus primeras medidas fuese disolver el consejo contra el racismo.
En las últimas semanas se han producido numerosos ataques contra extranjeros. En Łódź fueron atacados un portugués, tres alemanes y un indio. En la ciudad de Breslau dieron una paliza a un indio en enero. Pero muchas víctimas no van a denunciar. Un caso famoso fue el que tuvo lugar en Varsovia, en el que un hombre atacó a una adolescente turca al grito de Polonia para los polacos. Según datos oficiales de la fiscalía polaca, en 2016 tuvieron lugar más de 1.600 ataques verbales y físicos, mientras que tan solo en la primera mitad de 2017 ya iban por más de 900.
La asociación Nunca Más, (Nigdy wiecej, en polaco), asegura que los ataques han aumentado sobremanera sobre todo desde septiembre. En numerosas ciudades hay manifestaciones con el lema “no a los inmigrantes”.
Uno de los centros neurálgicos del neonazismo polaco es la ciudad de Breslau, en la que dominan los skin heads del grupo NOP (Renacimiento Nacional Polaco), que piden una Polonia no solo libre de inmigración, sino también de homosexuales y por supuesto judíos.
División en la iglesia católica
La iglesia católica juega un papel fundamental en Polonia, donde el 90% de la población procesa esta religión. El cura dominico Ludwik Wisniewski publicaba en enero un documento con el título “Yo acuso”, al igual que lo hiciera Émile Zola hace un siglo y medio. En el documento asegura que “el cristianismo está muriendo ante nuestros ojos en Polonia”.
El cura asegura que la iglesia se ha intoxicado de odio y de una ideología nacional que apoya la política migratoria del gobierno. Wisniewski critica la negativa del Gobierno del PiS a acoger a los 7.000 refugiados acordados por el gabinete saliente porque está en contra de la posición del papa Francisco. El sacerdote asegura que hace una década casi el 70% de los polacos estaba a favor de la acogida de refugiados y hoy no es poco mas del 30%. El cristianismo sería una parodia en Polonia según sus palabras.
El gobierno polaco ha estado muy cercano a las posiciones de la iglesia polaca hasta ahora, ya que ésta se opone al aborto. En el caso de los inmigrantes, una buena parte comparte también sus teorías y una retórica que remueve los resentimientos nacionalistas mas perversos. Hablan de “agresiones anticristianas del islam” y aseguran que defenderá el país de posiciones “anticlericales y de izquierda radical”.
Ya durante la contienda electoral, el primer ministro mencionó los “parásitos” que los refugiados podrían traer al país y aseguró que realizaría un referéndum en el caso de que la UE tratase de obligar a Polonia a acoger a refugiados porque “entre ellos podría haber terroristas”.
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