miércoles, 16 de diciembre de 2020

#hemeroteca #trans #testimonios | Lola Rodríguez: “En mi clase de la universidad era ‘la trans’, pero el personaje de ‘Veneno’ me ha ayudado a reconciliarme conmigo misma”


Lola Rodríguez: “En mi clase de la universidad era ‘la trans’, pero el personaje de ‘Veneno’ me ha ayudado a reconciliarme conmigo misma”.

La actriz que da vida a Valeria en la serie sobre la vedette Cristina Ortiz forma parte de una nueva generación de creativos que, a través del amplio espectro del colectivo LGTBQ+, inspiran orgullosos la lucha por una mayor diversidad, representación e igualdad.
Carlos Megía | Icon, El País, 2020-12-16
https://elpais.com/icon/cultura/2020-12-16/lola-rodriguez-en-mi-clase-de-la-universidad-era-la-trans-pero-el-personaje-de-veneno-me-ha-ayudado-a-reconciliarme-conmigo-misma.html

“¡Qué guapa! Valeria, ¿no? Ay, tengo los pelos de punta. ¿Te haces una foto conmigo? De verdad, muy pocas personas en el mundo me han emocionado como tú. Espero que recibas todos los premios del mundo. ¡Trabajo, premios y Hollywood!”. Con un entusiasmo al borde de la lágrima, un transeúnte espontáneo de un barrio del este de Madrid acaba de personificar con su irrupción la importancia de los referentes en la ficción. “Tampoco te creas que estoy acostumbrada a estas cosas”, se excusa ruborizada la aludida, Lola Rodríguez, de 21 años, que en pocos meses ha pasado de ser una estudiante de Erasmus en Lisboa a una de las intérpretes del momento. A la actriz canaria, que da vida a Valeria Vegas, la biógrafa de la vedette trans Cristina Ortiz en la celebrada serie Veneno, le cambió la vida cuando Los Javis le dijeron “eres tú” y ahora ella, con su trabajo, está ayudando a cambiar la de miles de jóvenes.

La transición de Lola comenzó cuando apenas tenía nueve años, y reconoce haber sufrido la discriminación habitual que persigue a las niñas trans en nuestra sociedad. “Siempre he sido ‘la otra’, ‘la rara’... En mi clase de la universidad era ‘la trans’. El personaje me ha empoderado y me ha ayudado a reconciliarme conmigo misma”, sostiene, orgullosa de que el éxito nacional e internacional de Veneno, que ha logrado que iconos como el presentador y veterano transformista Ru Paul compartan su fascinación por la ficción, suponga un paso adelante en pedagogía y visibilidad. “Cristina es un referente de lucha, de fuerza, de carisma, pero sobre todo de cómo no podemos actuar como sociedad. Lo de La Veneno no se puede repetir, tenemos que darnos cuenta de que un niño necesita un entorno seguro por derecho, sin importar si tiene la suerte de tener buenos padres o no”.

Antes de copar portadas, protagonizar editoriales de moda y entregar galardones a grandes estrellas en mediáticas galas de premios, la canaria ya practicaba el activismo formando parte de diversas asociaciones y ofreciendo charlas sobre su experiencia. Dice desechar el papel de abanderada de la lucha trans –”es algo que tenemos que construir entre todas”–, pero abraza la responsabilidad pública que supone haberse convertido en un referente a raíz de su papel en la serie. “Me da un poco de miedo porque tengo 21 años y no quiero ser el foco de atención, pero lo acepto. Voy a luchar porque siempre lo he hecho, no porque sea famosa”. Una batalla que, en el caso del colectivo trans, se da por diferentes frentes, hasta dentro de una corriente del feminismo más radical y transexcluyente –bautizada como Terf por sus siglas en inglés– y que indigna a la actriz por su “falta de sororidad y empatía”. “Es una rueda de poder: como las mujeres siempre hemos estado por debajo de los hombres, ahora ellas quieren un colectivo inferior para sentirse más mujeres. Eso no es feminismo, sino un chiste barato”.

Mientras vislumbra cómo compaginar su recién estrenada faceta de intérprete y el último año de sus estudios de Psicología, Lola Rodríguez sigue labrándose un futuro en la industria. En el momento de nuestra charla, está grabando la nueva comedia de Fernando Colomo Poliamor para principiantes, y, aunque admite que la etiqueta de “actriz trans” la acompañará durante un tiempo, considera que conquistar espacios y mostrar el talento del colectivo es mucho más importante que pelear con una sociedad proclive a catalogar. “Soy trans como también tengo los ojos verdes, no es algo que me defina. Son experiencias que he tenido, soy muchas otras cosas. Pero, al fin y al cabo, lo importante es estar y que esa diferencia no sea un estigma, sino algo que nos enriquezca”, explica la canaria que, en cada una de sus palabras, manifiesta ese “romanticismo empedernido” que guía su futuro. “Soy muy optimista y creo que vamos a ir a mejor. Ya lo estoy viendo ahora. Solo pido que sigamos creando, teniendo espacios... Que sigamos luchando”.

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