miércoles, 27 de septiembre de 2023

#hemeroteca #trans #transfobia | Marina Sáenz: “Antes de la Ley Trans tenías que ii con un cartelito en el que ponía que eras una trastornada mental”

Diario de Noticias / Marina Sáenz //

Marina Sáenz · Primera catedrática transexual del Estado y activista LGTBI: “Antes de la Ley Trans tenías que ir a registrar el cambio de género con un cartelito en el que ponía que eras una trastornada mental”

Candidata de Sumar al Senado por Valladolid, viaja este jueves a Pamplona para impartir una conferencia a las 19.00 horas en Baluarte sobre la transexualidad y los derechos humanos
Unai Yoldi | Diario de Noticias, 2023-09-27
https://www.noticiasdenavarra.com/fotos/general/sociedad/2023/09/27/ley-trans-tenias-registrar-cambio-7313836.html

A Marina Sáenz (Donostia, 1970) le precede su trayectoria de activismo a nivel estatal e internacional en favor de los derechos del colectivo LGTBI y el hito de haber sido la primera catedrática transexual del Estado, concretamente de Derecho Mercantil en la Universidad de Valladolid. También es presidenta del Consejo de Participación de las Personas LGTBI, cargo desde el que ha tomado parte en la redacción de la Ley Trans, aprobada el pasado mes de febrero, una norma “necesaria y que avanza en derechos”, pero que no ha terminado de ser todo lo ambiciosa que se pretendía. Saénz asegura que el colectivo trans vive “en un combate permanente” ante los ataques de los sectores más reaccionarios del Estado, lo la que la llevó a dar el paso de ser la cabeza de lista de Sumar al Senado por Valladolid.

Este jueves visita Pamplona para participar en una jornada organizada por Naizen a las 19.00 horas en Baluarte, en la que impartirá una conferencia sobre la realidad de la transexualidad y los derechos humanos.

Pregunta: Asegura que la llegada de la derecha al poder implicaría para las personas trans una pérdida de derechos.

–Respuesta: Es lo que está pasando en otros países como Bulgaria o Hungría, donde los transexuales hemos sido borrados y no se nos reconoce legalmente. Lo mismo ocurre en siete estados de Estados Unidos a los que ha llegado la ultraderecha trumpista y en 26 estados se nos prohíbe participar en competiciones deportivas. Esto está pasando en algunos países y en otros se están intentando medidas de este estilo, lo que nos fuerza a tener una actitud de defensa y de reivindicar que no somos el peligro social que se está anunciando. Solo queremos vivir en condiciones de igualdad en sociedad.

¿Perciben discursos en los que se les trata como un peligro?

–Sí y por desgracia es relativamente frecuente. Hace una semana teníamos una portada de ABC con la jugada de fulanito que había cambiado de sexo para pedir el indulto por un delito cometido. Es un bulo. Primero, porque no ha hecho el cambio y aunque lo haga da igual porque está condenado y no existe en el derecho la rebaja o el indulto por cambiar de sexo. Son bulos pero están en las líneas editoriales de grandes medios. Como el bulo del riesgo de que una avalancha de personas se cambie de sexo en las cárceles para conseguir beneficios. No hay nada de eso, desde que se ha aprobado la Ley Trans hay cuatro personas transexuales más en prisión, pero no por cambio de sexo de presos, sino que hay personas trans que han ingresado en la cárcel por distintas causas.

La Ley Trans ha sido positiva para el colectivo, pero no sé si a su vez ha implicado un aumento del rechazo y de los discursos de odio en ciertos sectores de la sociedad...
–Así es. Pero fíjate qué disyuntiva me planteas: o vivimos sin plenitud de derechos y con dificultades para la inclusión social o reivindicamos nuestros derechos y la inclusión pero entonces tenemos que afrontar la agresión y el retroceso que nos quieren ofrecer por habernos atrevido a levantar la voz. Nosotras queremos defender nuestra igualdad, dignidad y libertad y ser tratadas jurídicamente como cualquier otra persona. Si esto conlleva represalias pues tendremos que afrontarlas. Pero entre todos tenemos que tratar de poner en su sitio algunas líneas argumentales, porque hay discursos muy peligrosos que justifican un modelo de sociedad en el que se admite la segregación.

¿Qué implicaciones ha tenido la Ley Trans?
–Antes teníamos unos procesos de cambio de sexo registral que duraban 3 o 4 años, tiempo en el que estás con tu vida en un alero. Cada vez que vas a hacer cualquier gestión, tu documentación no se corresponde con tu aspecto. Entonces vete a buscar trabajo o vete a hacer cualquier gestión y que te digan: “Este no eres tú, no te pareces a Manuel”. Esto no facilita la inclusión. Ahora la Ley Trans acorta los procesos de transición y es una norma ambiciosa porque pone políticas públicas para una igualdad real y efectiva, no son solo declaraciones formales de igualdad.

Otro avance importante es que ha eliminado los requisitos médicos.
–Por supuesto. Yo, por ejemplo, tuve que ir a un registro para que se reconociesen mis derechos civiles con un cartelito en el que ponía que era una trastornada mental; con un diagnóstico de disforia de género en el que ponía que tenía un trastorno. Esto no ayudaba, porque además la gente entiende trastorno mental como: “Uy, esta está loca”, y en esas condiciones a ver quién te contrata para trabajar.

Como presidenta del Consejo de Participación de Personas LGTBI, ¿participaste en la elaboración de la ley?
–Sí, me toco estar en la redacción de los borradores del anteproyecto de ley hasta que fue al Consejo de Ministros.

Ahí hubo cambios, no acabó de ser todo lo ambiciosa que se pretendía.
–Sí, se quedaron muchas cosas en el tintero. Iba a ser una ley más ambiciosa y sobre todo más clara. Nosotras defendíamos el tener seguridad jurídica y el acabar con las diferencias de trato entre comunidades, queríamos que la ley fuese un denominador común para todas. Y lo hemos conseguido en parte, pero como no está bien explicado es probable que en algunas comunidades con gobiernos de PP y Vox tengamos que pelearnos.

Desde sectores de la derecha se airea mucho el riesgo de malas prácticas, de hombres que pueden solicitar el cambio de sexo en su beneficio. ¿Es otro bulo?
–Por supuesto. Pero cualquier ley es susceptible de que alguien promueva un fraude. Pero en este caso es poco rentable: cambiar toda la documentación de tu vida, los contratos, los títulos, las declaraciones fiscales... ¿y para demostrar qué? ¿que estás en contra de la ley? Es absurdo. Además, en el Estado las normas contra el fraude existen y se aplican. Hay mecanismos en el derecho para actuar cuando alguien intenta eludir la aplicación de una ley abusando de otra. Y con la Ley Trans también existe esto. Estos discursos no tienen sustento porque no va a haber una utilización masiva. Va a haber un grupo de gente que estaba en esa espera de 3-4 años y que ahora lo va a conseguir en 4-5 meses, pero no va a ser una avalancha.

Está claro que la transfobia sigue presente en la sociedad, pero se está mejor que hace 20 o 30 años, ¿no?

–No te creas. Se está mejor que hace 25 años pero peor que hace cinco, al menos en cuanto a ambiente social y agresiones. Según el Ministerio del Interior, el incremento de agresiones está siendo muy preocupante, cada año estamos doblando el número de ataques del anterior. Este era uno de los países más seguros del mundo para nosotras y ahora estamos perdiendo esa tranquilidad. Pensábamos que después de la ley iba a haber tranquilidad, pero esto se ha convertido en un combate permanente.

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