Imagen: El País / Gauthier Destenay y Xavier Bettel |
La participación en la cumbre del marido del líder centroeuropeo ha roto la tradicional discreción de la pareja.
Álvaro Sánchez | El País, 2017-05-29
http://elpais.com/elpais/2017/05/29/gente/1496057674_410298.html
Las últimas reuniones de la OTAN han dejado un reguero de imágenes icónicas poco habituales en un organismo centrado en cuestiones militares. En el encuentro de febrero, el posado de siete ministras de Defensa se convirtió en una instantánea inédita que simbolizó el avance de la mujer en una cartera tradicionalmente masculina —hoy serían ocho tras el nombramiento por Emmanuel Macron de la francesa Sylvie Goulard—. Y en estos últimos días, la fotografía del arquitecto belga Gauthier Destenay, el marido del primer ministro luxemburgués, acompañado de las primeras damas de otros países, ha generado numerosas reacciones, amplificadas si cabe por la omisión de su nombre en el pie de foto compartido por el perfil oficial en Facebook de la Casa Blanca, un error corregido diez horas después sin dar explicaciones.
El revuelo mediático en torno al matrimonio Xavier Bettel-Gauthier Destenay ha llegado pocos días después del segundo aniversario de su boda —se casaron el 15 de mayo de 2015—, aunque su relación venía de mucho más atrás: desde 2010 eran pareja de hecho, dos años después de que el primer ministro Bettel hiciera pública su homosexualidad. La iniciativa partió de Destenay, nacido en el municipio valon de Arlon, fronterizo con Luxemburgo: "Me pidió matrimonio y dije que sí", rememoró el dirigente luxemburgués en una entrevista en 'Los Ángeles Times'. La boda fue una ceremonia íntima oficiada por la alcaldesa de Luxemburgo, seguida de una recepción para 500 invitados. La prensa no estuvo invitada, y sus protagonistas rechazaron ofertas millonarias de revistas de todo el mundo para cubrir el evento.
La pareja se ha caracterizado por la discreción. Bettel ha pedido siempre a los electores que tengan en cuenta sus méritos y no su sexualidad a la hora de decidir su voto. El primer ministro limita sus referencias a su matrimonio a su aniversario de boda. Cuando se cumplieron los primeros 12 meses del enlace escribió en su cuenta de Twitter: "Un año de felicidad, pero nunca debemos olvidar que enamorarse todavía es un crimen en algunos países". Este año, el mensaje en dicha red social fue muy similar, con nuevas referencias a la persecución que aún pervive contra los homosexuales: "Segundo aniversario de boda hoy, pero una vergüenza que en alrededor de 70 países aún existan leyes contra los homosexuales".
Su intento por alejarse de los focos no evitó que su matrimonio hiciera correr ríos de tinta en un país tradicionalmente católico como Luxemburgo. El parlamento apenas acababa de legalizar este tipo de uniones unos meses atrás, por lo que a la relevancia asociada a la boda de una de las grandes personalidades del Gran Ducado se sumó la novedad de convertirse en un pionero. También fuera de su país: se trató de la primera boda homosexual de un primer ministro de la UE. Actualmente es el único gobernante de un país que se ha declarado abiertamente gay, si bien en el pasado la primera ministra islandesa Jóhanna Sigurðardóttir y su homólogo belga Elio Di Rupo ya estuvieron al frente del Gobierno tras haber hecho pública su homosexualidad.
Las apariciones de la pareja en grandes citas han sido escasas hasta el momento, por lo que la presencia de Destenay en la cumbre de la OTAN en su condición de ‘primer caballero’ robó gran parte de las miradas a dos mujeres con las que compartió visitas: Melania Trump, en su primer viaje oficial a Europa, y Brigitte Trogneux, la esposa del presidente de Francia, Emmanuel Macron, recién llegado al Elíseo. Mientras sus parejas discutían sobre el futuro de la defensa mundial en la nueva sede de la OTAN en Bruselas, el selecto grupo de cónyuges de líderes mundiales, formado por nueve mujeres y un hombre, acudió al Museo Magritte, a la tienda de accesorios de lujo Delvaux y al Palacio Real de Bruselas, donde fueron recibidos por la reina Matilde.
El matrimonio ya protagonizó una imagen de normalidad protocolaria en su visita al Vaticano el pasado marzo con motivo del 60 aniversario del Tratado de Roma. Entonces recibieron por parte de las autoridades el mismo tratamiento que otros líderes que acudieron acompañados de sus cónyuges.
El revuelo mediático en torno al matrimonio Xavier Bettel-Gauthier Destenay ha llegado pocos días después del segundo aniversario de su boda —se casaron el 15 de mayo de 2015—, aunque su relación venía de mucho más atrás: desde 2010 eran pareja de hecho, dos años después de que el primer ministro Bettel hiciera pública su homosexualidad. La iniciativa partió de Destenay, nacido en el municipio valon de Arlon, fronterizo con Luxemburgo: "Me pidió matrimonio y dije que sí", rememoró el dirigente luxemburgués en una entrevista en 'Los Ángeles Times'. La boda fue una ceremonia íntima oficiada por la alcaldesa de Luxemburgo, seguida de una recepción para 500 invitados. La prensa no estuvo invitada, y sus protagonistas rechazaron ofertas millonarias de revistas de todo el mundo para cubrir el evento.
La pareja se ha caracterizado por la discreción. Bettel ha pedido siempre a los electores que tengan en cuenta sus méritos y no su sexualidad a la hora de decidir su voto. El primer ministro limita sus referencias a su matrimonio a su aniversario de boda. Cuando se cumplieron los primeros 12 meses del enlace escribió en su cuenta de Twitter: "Un año de felicidad, pero nunca debemos olvidar que enamorarse todavía es un crimen en algunos países". Este año, el mensaje en dicha red social fue muy similar, con nuevas referencias a la persecución que aún pervive contra los homosexuales: "Segundo aniversario de boda hoy, pero una vergüenza que en alrededor de 70 países aún existan leyes contra los homosexuales".
Su intento por alejarse de los focos no evitó que su matrimonio hiciera correr ríos de tinta en un país tradicionalmente católico como Luxemburgo. El parlamento apenas acababa de legalizar este tipo de uniones unos meses atrás, por lo que a la relevancia asociada a la boda de una de las grandes personalidades del Gran Ducado se sumó la novedad de convertirse en un pionero. También fuera de su país: se trató de la primera boda homosexual de un primer ministro de la UE. Actualmente es el único gobernante de un país que se ha declarado abiertamente gay, si bien en el pasado la primera ministra islandesa Jóhanna Sigurðardóttir y su homólogo belga Elio Di Rupo ya estuvieron al frente del Gobierno tras haber hecho pública su homosexualidad.
Las apariciones de la pareja en grandes citas han sido escasas hasta el momento, por lo que la presencia de Destenay en la cumbre de la OTAN en su condición de ‘primer caballero’ robó gran parte de las miradas a dos mujeres con las que compartió visitas: Melania Trump, en su primer viaje oficial a Europa, y Brigitte Trogneux, la esposa del presidente de Francia, Emmanuel Macron, recién llegado al Elíseo. Mientras sus parejas discutían sobre el futuro de la defensa mundial en la nueva sede de la OTAN en Bruselas, el selecto grupo de cónyuges de líderes mundiales, formado por nueve mujeres y un hombre, acudió al Museo Magritte, a la tienda de accesorios de lujo Delvaux y al Palacio Real de Bruselas, donde fueron recibidos por la reina Matilde.
El matrimonio ya protagonizó una imagen de normalidad protocolaria en su visita al Vaticano el pasado marzo con motivo del 60 aniversario del Tratado de Roma. Entonces recibieron por parte de las autoridades el mismo tratamiento que otros líderes que acudieron acompañados de sus cónyuges.
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