Esta profesora de Psicología en la UPV/EHU dice que no es cosa del pasado, que en los colegios todavía hay señales de desigualdad, por ejemplo en los enunciados matemáticos.
Arantxa Aldaz | El Diario Vasco, 2016-01-24
http://www.diariovasco.com/sociedad/201601/24/luixa-reizabal-arruabarrena-profesora-20160121002945-v.html
«Los estereotipos de género están muy interiorizados», también en la escuela, sostiene la profesora de Psicología de la UPV/EHU Luixa Reizabal Arruabarrena, que puso varios ejemplos de cómo se sigue transmitiendo el sexismo en los colegios, durante las jornadas organizadas por Emakunde en el marco del programa de igualdad Nahiko, en el que participaron 32 centros de toda Euskadi y más de 2.500 estudiantes de Primaria. «Todavía en algunos enunciados de los problemas matemáticos se repiten los tópicos: el que hace un trayecto en coche es hombre y la que hace la compra es mujer».
- ¿La escuela es sexista?
- Sí, todavía hoy es un lugar donde se transmite el sexismo. La gente piensa que por ser una escuela mixta se fomenta la igualdad, pero realmente no es así. Por desgracia hay un montón de cosas por medio de las cuales se sigue transmitiendo el sexismo en el ámbito escolar, en toda la educación formal, incluso en el ámbito universitario.
- ¿Por ejemplo?
- Se fomenta tanto desde el currículum formal como en el currículum implícito -valores, forma de enseñanza...-. Los contenidos que se trabajan suelen estar relacionados con el rol productivo, el que tradicionalmente se le atribuye al hombre: matemáticas, ciencias... Pero no se trabajan otros contenidos que tienen relación con el rol que se les atribuye a las mujeres, el rol reproductivo. Por ejemplo, la autonomía personal, el cuidado, el afecto. Si solo enseñamos determinados contenidos, no estamos educando a los niños y niñas y adolescentes para que su desarrollo sea integral, como así se recoge en la ley. Se podrían crear nuevas asignaturas o trabajar estos contenidos de forma transversal, o insertarlas en otras materias...
- ¿Qué importancia tiene la semántica?
- Suelo poner como ejemplo un ejercicio que puso la Junta de Andalucía para evaluar las competencias de lectura, que se llama 'La flor más bella'. Es un texto muy sexista, lleno de estereotipos, que incluso motivó las quejas de un sindicato. Sin ir tan lejos, cuando planteamos problemas de matemáticas las que tienen que comprar algo y calcular cuánto vale son mujeres, mientras que los que tienen que calcular cuánto tiempo tardan de Donostia a Bilbao en coche son hombres.
- Alguna vez le habrán dicho que eso son tonterías.
- Más de una. Pero no son tonterías. Por medio de estas pequeñas cosas se transmite el sexismo, no solo en las escuelas, también en los medios de comunicación, en las familias, en la sociedad en general. Se está fomentando que los hombres son seres superiores, que las mujeres somos de segunda, con los riesgos que conlleva. Estos niños y niñas cuando sean personas adultas pueden hasta ver normal la violencia de género o la discriminación de la mujer en el mundo laboral o en otros espacios.
- ¿Niños y niñas? ¿Es necesario ser tan puntilloso respecto al género? ¿No se cae en el exceso de un lenguaje políticamente correcto?
- No hace falta decir niños y niñas, se puede decir el alumnado. Pero sí es necesario ser puntilloso, porque de la otra forma se está haciendo invisible a la otra mitad de la población. Si solo hablásemos en femenino, los hombres se quejarían.
- Ha hablado del sexismo que se transmite en el currículum formal, pero ¿y en la forma de enseñanza?
- Los profesores y profesoras tienen muy interiorizados los estereotipos de género. Las expectativas que tienen sobre los niños y niñas son diferentes. De los niños se espera que sean inteligentes, independientes, desordenados. De las niñas, que sean pasivas, ordenadas, buenas... Lo que les exigen a niños y niñas depende de esas expectativas. Por ejemplo, si una niña presenta un trabajo que no está 'txukuna', que tiene tachones, se le llama la atención. Sin embargo, si es un niño se justifica más.
- ¿Eso pasa? Suena a pasado.
- Sí pasa. Lo que ocurre es que las personas mayores tenemos muy interiorizadas esas conductas y no nos damos cuenta de que transmitimos sexismo. Casi nunca es consciente.
- Hace dos años varios colegios empezaron a regular el uso del patio del recreo y por ejemplo decretaron días sin balón. ¿No son exageradas este tipo de medidas?
- No. Si nos asomamos a un patio de colegio, la zona central es de los niños y las niñas están en los aledaños. Hay que tomar medidas. Una puede ser los días sin balón, y otra que se diseñen los patios de otra forma, con espacio para todos. De hecho, en una escuela de las que han participado en el programa Nahiko preguntaron a los niños y niñas cómo querían que fuera el patio de recreo y se llevaron una sorpresa con la respuesta. Pedían que, además de espacios para el deporte, hubiera espacios simplemente para estar, para hablar, zonas verdes...
- ¿Está la escuela pública vasca suficientemente sensibilizada?
- Existe sensibilización. De hecho, el programa Nahiko es indicativo, pero falta el apoyo definitivo a través de políticas en los planes educativos, que no sea solo un acto voluntario por parte de los colegios.
- ¿Por dónde empezamos?
- Para fomentar verdaderamente la igualdad se debe hacer un análisis exhaustivo de lo que hacemos mal y corregirlo. Porque la escuela tiene que ser coeducativa, que se fomenten los mismos derechos y obligaciones a los niños y niñas. Hemos realizado una guía con información de expertos y con un análisis exhaustivo. Se suele mencionar al profesorado, pero también hay que implicar a los padres y madres, a todos los agentes que participamos en la socialización de niños y niñas y adolescentes.
- De la escuela diferenciada mejor ni pregunto.
- Nunca llevaría a mis hijos o hijas a una escuela que segrega por sexos porque eso no nos acerca a la igualdad, todo lo contrario, nos aleja.
- ¿La escuela es sexista?
- Sí, todavía hoy es un lugar donde se transmite el sexismo. La gente piensa que por ser una escuela mixta se fomenta la igualdad, pero realmente no es así. Por desgracia hay un montón de cosas por medio de las cuales se sigue transmitiendo el sexismo en el ámbito escolar, en toda la educación formal, incluso en el ámbito universitario.
- ¿Por ejemplo?
- Se fomenta tanto desde el currículum formal como en el currículum implícito -valores, forma de enseñanza...-. Los contenidos que se trabajan suelen estar relacionados con el rol productivo, el que tradicionalmente se le atribuye al hombre: matemáticas, ciencias... Pero no se trabajan otros contenidos que tienen relación con el rol que se les atribuye a las mujeres, el rol reproductivo. Por ejemplo, la autonomía personal, el cuidado, el afecto. Si solo enseñamos determinados contenidos, no estamos educando a los niños y niñas y adolescentes para que su desarrollo sea integral, como así se recoge en la ley. Se podrían crear nuevas asignaturas o trabajar estos contenidos de forma transversal, o insertarlas en otras materias...
- ¿Qué importancia tiene la semántica?
- Suelo poner como ejemplo un ejercicio que puso la Junta de Andalucía para evaluar las competencias de lectura, que se llama 'La flor más bella'. Es un texto muy sexista, lleno de estereotipos, que incluso motivó las quejas de un sindicato. Sin ir tan lejos, cuando planteamos problemas de matemáticas las que tienen que comprar algo y calcular cuánto vale son mujeres, mientras que los que tienen que calcular cuánto tiempo tardan de Donostia a Bilbao en coche son hombres.
- Alguna vez le habrán dicho que eso son tonterías.
- Más de una. Pero no son tonterías. Por medio de estas pequeñas cosas se transmite el sexismo, no solo en las escuelas, también en los medios de comunicación, en las familias, en la sociedad en general. Se está fomentando que los hombres son seres superiores, que las mujeres somos de segunda, con los riesgos que conlleva. Estos niños y niñas cuando sean personas adultas pueden hasta ver normal la violencia de género o la discriminación de la mujer en el mundo laboral o en otros espacios.
- ¿Niños y niñas? ¿Es necesario ser tan puntilloso respecto al género? ¿No se cae en el exceso de un lenguaje políticamente correcto?
- No hace falta decir niños y niñas, se puede decir el alumnado. Pero sí es necesario ser puntilloso, porque de la otra forma se está haciendo invisible a la otra mitad de la población. Si solo hablásemos en femenino, los hombres se quejarían.
- Ha hablado del sexismo que se transmite en el currículum formal, pero ¿y en la forma de enseñanza?
- Los profesores y profesoras tienen muy interiorizados los estereotipos de género. Las expectativas que tienen sobre los niños y niñas son diferentes. De los niños se espera que sean inteligentes, independientes, desordenados. De las niñas, que sean pasivas, ordenadas, buenas... Lo que les exigen a niños y niñas depende de esas expectativas. Por ejemplo, si una niña presenta un trabajo que no está 'txukuna', que tiene tachones, se le llama la atención. Sin embargo, si es un niño se justifica más.
- ¿Eso pasa? Suena a pasado.
- Sí pasa. Lo que ocurre es que las personas mayores tenemos muy interiorizadas esas conductas y no nos damos cuenta de que transmitimos sexismo. Casi nunca es consciente.
- Hace dos años varios colegios empezaron a regular el uso del patio del recreo y por ejemplo decretaron días sin balón. ¿No son exageradas este tipo de medidas?
- No. Si nos asomamos a un patio de colegio, la zona central es de los niños y las niñas están en los aledaños. Hay que tomar medidas. Una puede ser los días sin balón, y otra que se diseñen los patios de otra forma, con espacio para todos. De hecho, en una escuela de las que han participado en el programa Nahiko preguntaron a los niños y niñas cómo querían que fuera el patio de recreo y se llevaron una sorpresa con la respuesta. Pedían que, además de espacios para el deporte, hubiera espacios simplemente para estar, para hablar, zonas verdes...
- ¿Está la escuela pública vasca suficientemente sensibilizada?
- Existe sensibilización. De hecho, el programa Nahiko es indicativo, pero falta el apoyo definitivo a través de políticas en los planes educativos, que no sea solo un acto voluntario por parte de los colegios.
- ¿Por dónde empezamos?
- Para fomentar verdaderamente la igualdad se debe hacer un análisis exhaustivo de lo que hacemos mal y corregirlo. Porque la escuela tiene que ser coeducativa, que se fomenten los mismos derechos y obligaciones a los niños y niñas. Hemos realizado una guía con información de expertos y con un análisis exhaustivo. Se suele mencionar al profesorado, pero también hay que implicar a los padres y madres, a todos los agentes que participamos en la socialización de niños y niñas y adolescentes.
- De la escuela diferenciada mejor ni pregunto.
- Nunca llevaría a mis hijos o hijas a una escuela que segrega por sexos porque eso no nos acerca a la igualdad, todo lo contrario, nos aleja.
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