Javier Herrero · EFE | La Vanguardia, 2016-01-16
http://www.lavanguardia.com/vida/20160116/301450125279/hozier-la-iglesia-solo-ha-aportado-una-justificacion-social-a-la-homofobia.html
El músico Hozier llega mañana a la madrileña sala La Riviera para presentar uno de los grandes álbumes de 2015, el cual encontró su muestra más refinada en "Take me to church", reflexión contra la "hipocresía" de la Iglesia y su "justificación de la homofobia institucional".
Hijo de un batería de blues, pocas familias habrían aceptado que su vástago abandonara los estudios para dedicarse a la música. "Fui muy afortunado de que lo entendieran, pero no me animaron a convertirme en músico, porque saben lo difícil que es ganarse la vida", reconoce.
Obviamente, el ejemplo paterno y su colección discográfica tuvieron un papel esencial en la forja de su imaginario musical. Su alias artístico, sin embargo, se lo debe a su madre (Hozier era su apellido de soltera).
Es muy rápido el camino recorrido por Andrew Hozier-Byrne, nombre real de este joven músico nacido en 1990, desde el anonimato en su ciudad natal de Bray, en el condado de Wicklow (el llamado "jardín de Irlanda"), hasta ese otro momento las pasadas Navidades en el que se codeaba en una actuación callejera con la "creme de la creme" de la música de su país, incluido Bono.
Su universo sonoro podría enmarcarse en un tríptico formado precisamente por el rock de U2 ("un icono, una institución" en su país), el blues de Tom Waits ("una gran influencia como compositor", reconoce) y el soul de James Brown, estilo que le atrajo especialmente por su capacidad "catártica".
"Solía ver mucho 'The Blues Brothers' cuando tenía 3 años; pero cuando llegué a la adolescencia, descubrí un CD de soul en la colección de mi padre y algo hizo 'click' en mi cabeza", recuerda.
Todas esas influencias están impresas en "Take me to church", con la que a punto estuvo de llevarse un Grammy a la mejor canción.
"Llegué a ella por frustración con la hipocresía de la iglesia católica, que sólo ha aportado a la sociedad una justificación para la homofobia institucional, para que se trate a la gente de una manera distinta en función de su orientación sexual y de su género, porque dice que hay un motivo para sentir vergüenza por la sexualidad", protesta.
El tema llegó acompañado de un videoclip no menos chocante, en el que una pareja gay es acosada por un grupo violento, un relato "no exagerado", defiende, inspirado en los ataques en Rusia.
Su estreno a finales de 2013 fue previo a la reciente aprobación en un referéndum del matrimonio homosexual en su país. "Ya había habido progresos en ese sentido, no se veía una respuesta negativa en la calle, pero si la canción o el vídeo contribuyeron de alguna manera al debate público, me siento feliz", señala.
Hozier, que armó "Take me to church" como un canto espiritual, no se considera una persona religiosa y alega que el uso de esa imaginería en otras canciones como "From Eden" o "Foreigner's God" es fruto de sus influencias de blues .
De ellos dice que son "temas profanos, más que antirreligiosos" y que lo que intenta es liberar todo ese lenguaje "de la oscuridad" que lo ha acompañado tradicionalmente.
"Take me to church" fue la "puerta de acceso" al resto del álbum "Hozier" (2014), su debut, que se convirtió en el undécimo más vendido de todo el mundo a lo largo de 2015 con millón y medio de copias.
"Es muy alentador, la verdad, pero no concebí mi música para que fuera un éxito comercial, por eso ha sido aún más sorpresa. Creo que la gente ha respondido a una perspectiva clásica de composición musical y a la honestidad de un proyecto que nació de una forma muy casera", opina.
Hozier no desdeña el papel de Irlanda como plataforma: "Tenemos una larga tradición en contar historias; pese a ser un país pequeño, existe un claro interés por la expresión que ha alumbrado buenos escritores y músicos. La inspiración está conectada con un pasado turbulento, doloroso y sangriento, y no se puede olvidar su condición de país de emigrantes".
Él mismo lleva dos años embarcado en una gira por el mundo que mañana le traerá a Madrid (sala La Riviera) y el martes a Barcelona (sala Razzmatazz). No será su estreno en este país, que conoce desde que pasara algunas vacaciones de adolescente.
"Era uno de esos terribles turistas que le hacían la vida imposible a los locales", bromea, poco antes de embarcarse en un avión rumbo a Portugal.
Hijo de un batería de blues, pocas familias habrían aceptado que su vástago abandonara los estudios para dedicarse a la música. "Fui muy afortunado de que lo entendieran, pero no me animaron a convertirme en músico, porque saben lo difícil que es ganarse la vida", reconoce.
Obviamente, el ejemplo paterno y su colección discográfica tuvieron un papel esencial en la forja de su imaginario musical. Su alias artístico, sin embargo, se lo debe a su madre (Hozier era su apellido de soltera).
Es muy rápido el camino recorrido por Andrew Hozier-Byrne, nombre real de este joven músico nacido en 1990, desde el anonimato en su ciudad natal de Bray, en el condado de Wicklow (el llamado "jardín de Irlanda"), hasta ese otro momento las pasadas Navidades en el que se codeaba en una actuación callejera con la "creme de la creme" de la música de su país, incluido Bono.
Su universo sonoro podría enmarcarse en un tríptico formado precisamente por el rock de U2 ("un icono, una institución" en su país), el blues de Tom Waits ("una gran influencia como compositor", reconoce) y el soul de James Brown, estilo que le atrajo especialmente por su capacidad "catártica".
"Solía ver mucho 'The Blues Brothers' cuando tenía 3 años; pero cuando llegué a la adolescencia, descubrí un CD de soul en la colección de mi padre y algo hizo 'click' en mi cabeza", recuerda.
Todas esas influencias están impresas en "Take me to church", con la que a punto estuvo de llevarse un Grammy a la mejor canción.
"Llegué a ella por frustración con la hipocresía de la iglesia católica, que sólo ha aportado a la sociedad una justificación para la homofobia institucional, para que se trate a la gente de una manera distinta en función de su orientación sexual y de su género, porque dice que hay un motivo para sentir vergüenza por la sexualidad", protesta.
El tema llegó acompañado de un videoclip no menos chocante, en el que una pareja gay es acosada por un grupo violento, un relato "no exagerado", defiende, inspirado en los ataques en Rusia.
Su estreno a finales de 2013 fue previo a la reciente aprobación en un referéndum del matrimonio homosexual en su país. "Ya había habido progresos en ese sentido, no se veía una respuesta negativa en la calle, pero si la canción o el vídeo contribuyeron de alguna manera al debate público, me siento feliz", señala.
Hozier, que armó "Take me to church" como un canto espiritual, no se considera una persona religiosa y alega que el uso de esa imaginería en otras canciones como "From Eden" o "Foreigner's God" es fruto de sus influencias de blues .
De ellos dice que son "temas profanos, más que antirreligiosos" y que lo que intenta es liberar todo ese lenguaje "de la oscuridad" que lo ha acompañado tradicionalmente.
"Take me to church" fue la "puerta de acceso" al resto del álbum "Hozier" (2014), su debut, que se convirtió en el undécimo más vendido de todo el mundo a lo largo de 2015 con millón y medio de copias.
"Es muy alentador, la verdad, pero no concebí mi música para que fuera un éxito comercial, por eso ha sido aún más sorpresa. Creo que la gente ha respondido a una perspectiva clásica de composición musical y a la honestidad de un proyecto que nació de una forma muy casera", opina.
Hozier no desdeña el papel de Irlanda como plataforma: "Tenemos una larga tradición en contar historias; pese a ser un país pequeño, existe un claro interés por la expresión que ha alumbrado buenos escritores y músicos. La inspiración está conectada con un pasado turbulento, doloroso y sangriento, y no se puede olvidar su condición de país de emigrantes".
Él mismo lleva dos años embarcado en una gira por el mundo que mañana le traerá a Madrid (sala La Riviera) y el martes a Barcelona (sala Razzmatazz). No será su estreno en este país, que conoce desde que pasara algunas vacaciones de adolescente.
"Era uno de esos terribles turistas que le hacían la vida imposible a los locales", bromea, poco antes de embarcarse en un avión rumbo a Portugal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.