lunes, 2 de abril de 2018

#hemeroteca #homonormatividad | Guapos e inalcanzables: salir del armario para meterse en el gimnasio

Imagen: 20 Minutos
Guapos e inalcanzables: salir del armario para meterse en el gimnasio.
Andrea Puggelli · Activista LGBTIQ | 1 de cada 10, 20 Minutos, 2018-04-02
https://blogs.20minutos.es/1-de-cada-10/2018/04/02/salir-del-armario-para-meterse-en-el-gimnasio/

En mis entradas anteriores conté varias veces una realidad muy preocupante y que muchas veces nosotros gais olvidamos: sufrimos cada dia mas una presión muy fuerte en cuanto a nuestra apariencia física debida a los estereotipos inalcanzables que la sociedad heteronormativa nos impone.

Hace unas semanas tuve la posibilidad de ver el documental Dream Boat, que sigue a cinco chicos de vacaciones en un crucero para hombres gais. Dipanar, chico indio de 32 años, descubre de una manera traumática los estándares estéticos a los que hay que atenerse. El chico había aceptado su homosexualidad hace menos de dos años y el crucero era su gran oportunidad de encontrar su alma gemela. Él se ha preparado mucho, tanto que en las piernas se pueden ver signos de adelgazamiento demasiado rápido. Pero los miles de chicos que acuden al barco, con físico esculpido y en su mayoría blancos, ni siquiera parecen notarlo.

‘Es realmente difícil -afirma Dipanar después de la enésima noche en la que nadie le ha hablado-. La realidad es que si no eres atractivo, es difícil que el hombre que está frente a ti, se te haga notar’. Dipanar terminará encerrado en su cabina y ya no asistirá a las fiestas organizadas por la noche.

Los hombres gay también se sienten obligados a incorporar modelos estéticos inalcanzables, como les sucede a las mujeres. ‘Incluso las campañas de salud pública, cuando están dirigidas a homosexuales, muestran hombres con cintura apretada y músculos esculpidos’ -dice el asesor psiquiátrico Michael Everett, en la revista Psychiatric Advisor, y que se ocupa de la prevención del VIH-. ‘Los estereotipos, continúa el artículo, son particularmente dañinos dentro de la comunidad gay, es decir, en una subcultura altamente sexualizada que recompensa la masa muscular y la masculinidad. Se puede ver ya desde los perfiles de las aplicaciones para ligar más populares entre los homosexuales, donde muchos especifican ‘no afeminados’, creando una jerarquía física precisa: los rasgos buscados son el de origen étnico blanco, delgado, alto, con músculos y masculino.’

‘Esta jerarquía -concluye el artículo- se hace eco de la homofobia, del racismo y de la misoginia típicas de nuestra sociedad, y empuja a muchos gay a que no se sienten bien con su cuerpo.’

Un estudio reciente publicado por Psychology of Men & Masculinity reveló que el 45% de los hombres gais están descontentos con su masa muscular, en comparación con el 30% de los hombres heterosexuales. Y el 58% de los homosexuales dijeron que estaban de acuerdo con la afirmación ‘Siento una fuerte presión para tener un cuerpo más atractivo, ejercitado por revistas y televisión’ en comparación con el 29% de las personas heterosexuales.

Que los hombres homosexuales son víctimas de modelos estéticos, también se confirma por las estadísticas sobre el uso de esteroides, cosméticos y productos dietéticos. Mientras que un estudio sobre los trastornos alimenticios ha revelado que los hombres homosexuales pueden sufrir anorexia diez veces más que los heterosexuales, y se encuentran en una cifra muy similar a la encontrada en las mujeres. Pero, a diferencia de lo que sucede con las mujeres, todavía no hay un debate público sobre la presión que sufren los gais con respecto a su apariencia.

Las causas de este fenómeno son múltiples, pero las raíces del problema se encuentran principalmente en la discriminación y en el sentido de no aceptación que esto genera. Los homosexuales a menudo no se sienten aceptados y entonces tienden a pensar que si te ves mejor, la gente te apreciará más. De hecho, es muy probable que la búsqueda de la legitimidad social esté en la raíz de la obsesión por la buena forma física.

También se deben tener en cuenta otros aspectos de la esfera masculina en general y, más particularmente, de la esfera gay. ‘Para los hombres, heterosexuales o homosexuales, la belleza importa mucho más de lo que vale para las mujeres’ dijo a ABC News el Dr. Scott Griffiths, del ‘National Health and Medical Research Counci’l (Consejo Nacional de Salud e Investigación Médica) de Australia. En una pareja formada por dos hombres, por lo tanto, el factor estético tendrá un gran peso, con el agravante adicional de una comparación inmediata entre dos cuerpos de la misma especie, que en muchos casos puede generar un sentimiento de no aceptación.

Las redes sociales amplifican una vez más el problema. Los medios estadounidenses se han ocupado de lo que se conoce como instagay, es decir, la variedad de hombres homosexuales con físicos esculturales que publican sus fotos en Instagram. The Cut los define como ‘sementales gay en exposición permanente’, mientras que el periodista Khalid El Khatib escribe en Vice: ‘Con sus cientos de miles de seguidores, el estilo de vida de lujo y los infinitos selfies en el gimnasio, las instagay son la envidia de todos . Pero su ascenso marca un cambio en la cultura gay y plantea varias preguntas sobre cuál es el verdadero efecto de estas fotos aparentemente inocentes.’

En su reportaje El Khatib se reunió con unas de estas nuevas estrellas de las redes sociales, cuyos seguidores también están llegando a 500 miles, y ha descubierto que detrás de las fotos también se esconden historias dramáticas que los seguidores no quieren oír: cuando algunos de ellos trató de contar su propia historia personal, como la dificultad de crecer en una familia muy religiosa, los 'Me gusta' fueron inferiores a la media.

Para darse cuenta de que los músculos son importantes en el acercamiento entre los hombres gay hay que simplemente abrir una de la aplicación para encuentros como Grindr, donde al menos el 40% de los usuarios eligen como foto de perfil su propia imagen sin camisa. En un contexto social sexualizado como el gay esto tiene una influencia muy poderosa.

‘En los albores de la lucha por los derechos de los homosexuales -escribe Zach Rawlings en Tonic-, la gente de nuestra comunidad estrechaba lazos a través del activismo. Después de haber luchado contra la opresión, el SIDA, la desigualdad y el odio, nuestro sentido de alianza parece haberse perdido y el espíritu de colaboración ha cedido el paso a la competición’. Según Rawlings, que se ocupa de los problemas mentales y los trastornos alimenticios, muchos homosexuales han comenzado a tratar a su cuerpo como una moneda de cambio para tener relaciones sexuales: cuanto más se entrena más liga. Y este sentido de competición genera discriminación contra aquellos que no se corresponden con el modelo prevalente. Cómo le pasó a Dipanar a bordo del Dream Boat.

En resumen, salimos del armario para encerrarnos en el gimnasio. Y el efecto más preocupante se refiere a los jóvenes: hoy un chico gay comienza casi automáticamente a vivir su apariencia física mal y a sentir la necesidad de cambiarla.

Hemos visto los efectos devastadores que ha tenido en las mujeres imponer modelos estéticos inalcanzables, y es el momento de admitir que nosotros, los hombres homosexuales, somos rehenes del mismo mecanismo. También podemos comenzar a profundizar nuestra definición de lo que es un cuerpo sano e incluso podemos comenzar a rechazar las imágenes que nos empujan hacia dietas más estrictas y los gimnasios. Y el primer paso para hacerlo es comenzar a hablar de eso.

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