Imagen: izquierda Diario |
Víctimas de ataques homófobos denuncian la complicidad de la Policía Local de Teulada (Alicante) frente a una agresión con antecedentes.
Roberto Jara | Izquierda Diario, 2017-07-24
http://www.laizquierdadiario.es/La-Policia-Local-desatiende-una-denuncia-de-agresion-homofoba-en-Alicante?id_rubrique=2653
A través del Observatorio Valenciano contra los Delitos de Odio, la pareja que sufrió una agresión homófoba ha denunciado la pasividad de la Policía Local de Teulada, zona de la localidad alicantina de Moraira, asegurando que hizo "caso omiso" a la agresión que sufrieron el pasado 9 de julio en las fiestas de esta localidad, estudiando emprender acciones legales además de la petición de una explicación institucional. Un caso más que demuestra la complicidad de instituciones como la policía.
Según el Ministerio de Interior, en 2016 las agresiones por la identidad u orientación sexual en el Estado Español fueron casi la mitad de los 1.324 llamados "delitos de odio" cometidos ese año, habiendo aumentado un 15% en los últimos tres años.
Hay que tener en cuenta que muchas agresiones no se denuncian por temor a las represalias, al darse en muchos casos en ámbitos cotidianos como la escuela o el entorno familiar, o porque, como cuenta Rubén López, vocal de delitos de odio de Arcópoli, "hay muchas quejas de que en algunas comisarías los agentes se ríen de la gente del colectivo LGBTI cuando va a denunciar".
Es conocida la denuncia de agresión policial homófoba y tránsfoba por parte de la policía a dos personas en Granada, que relataron haber sufrido golpes, amenazas e insultos en comisaría, así como una denuncia por atentado a la autoridad, con posible pena de 1 a 4 años de cárcel.
Algunas de las vejaciones que expusieron fueron “eres un engendro y vas a ir a la cárcel, que es donde tienen que estar los de tu calaña”, “tened cuidado si vais solas por la noche, no olvidéis quién se encarga de hacer la patrulla”, así como retorcimientos de brazos, puñetazos y patadas varias, golpes con porras en zonas claramente sin cámaras, siendo una de ellas desnudada y agarrada por los genitales a la voz de “te voy a hacer la operación de cambio de sexo aquí mismo”.
El caso de Alicante o Granada son ejemplos de por qué la justicia heteropatriarcal no es la vía para defender la vida, la integridad o los derechos de las personas LGTBI. Según Movimiento contra la Intolerancia, sólo se denuncian 1 de cada 4 agresiones, siendo algunos de los motivos que se esgrimieron en la encuesta, el 32% la desconfianza en que la policía hiciera algo al respecto y el 19% el miedo a la reacción de los agentes.
Hoy en día, cuando miles de personas LGBTI son asesinadas por dentro y fuera de la ley en todo el mundo, concederle a los Estados capitalistas confianza y rol de árbitro sobre nuestra seguridad a cambio de cierta tolerancia es una estrategia que muestra cada vez más sus límites.
Es necesaria la lucha por la completa transformación de la sociedad, por la abolición del patriarcado y el capitalismo que lo retroalimenta, es momento de acabar con el machismo, la LGBTIfobia y la opresión de la disidencia sexual.
Según el Ministerio de Interior, en 2016 las agresiones por la identidad u orientación sexual en el Estado Español fueron casi la mitad de los 1.324 llamados "delitos de odio" cometidos ese año, habiendo aumentado un 15% en los últimos tres años.
Hay que tener en cuenta que muchas agresiones no se denuncian por temor a las represalias, al darse en muchos casos en ámbitos cotidianos como la escuela o el entorno familiar, o porque, como cuenta Rubén López, vocal de delitos de odio de Arcópoli, "hay muchas quejas de que en algunas comisarías los agentes se ríen de la gente del colectivo LGBTI cuando va a denunciar".
Es conocida la denuncia de agresión policial homófoba y tránsfoba por parte de la policía a dos personas en Granada, que relataron haber sufrido golpes, amenazas e insultos en comisaría, así como una denuncia por atentado a la autoridad, con posible pena de 1 a 4 años de cárcel.
Algunas de las vejaciones que expusieron fueron “eres un engendro y vas a ir a la cárcel, que es donde tienen que estar los de tu calaña”, “tened cuidado si vais solas por la noche, no olvidéis quién se encarga de hacer la patrulla”, así como retorcimientos de brazos, puñetazos y patadas varias, golpes con porras en zonas claramente sin cámaras, siendo una de ellas desnudada y agarrada por los genitales a la voz de “te voy a hacer la operación de cambio de sexo aquí mismo”.
El caso de Alicante o Granada son ejemplos de por qué la justicia heteropatriarcal no es la vía para defender la vida, la integridad o los derechos de las personas LGTBI. Según Movimiento contra la Intolerancia, sólo se denuncian 1 de cada 4 agresiones, siendo algunos de los motivos que se esgrimieron en la encuesta, el 32% la desconfianza en que la policía hiciera algo al respecto y el 19% el miedo a la reacción de los agentes.
Hoy en día, cuando miles de personas LGBTI son asesinadas por dentro y fuera de la ley en todo el mundo, concederle a los Estados capitalistas confianza y rol de árbitro sobre nuestra seguridad a cambio de cierta tolerancia es una estrategia que muestra cada vez más sus límites.
Es necesaria la lucha por la completa transformación de la sociedad, por la abolición del patriarcado y el capitalismo que lo retroalimenta, es momento de acabar con el machismo, la LGBTIfobia y la opresión de la disidencia sexual.
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