Imagen: El Diario Vasco / Luis Ladaria |
El religioso mallorquín, nuevo prefecto de la Doctrina de la Fe, también intervino en la investigación de los abusos en Gaztelueta y en el proceso a Pagola.
Pedro Ontoso | El Diario Vasco, 2017-07-30
http://www.diariovasco.com/gipuzkoa/kakux-manos-jesuita-20170730005705-ntvo.html
El Papa acaba de realizar un movimiento de mucho calado al relevar al cardenal Müller al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el antiguo Santo Oficio, y poner al frente de este dicasterio clave en la curia vaticana al jesuita mallorquín Luis Ladaria. El proceso contra Juan Kruz Mendizabal, exvicario general de San Sebastián, por abuso sexual de menores se dirime en una sección de este 'ministerio'. La trayectoria del teólogo de Manacor se cruza, otra vez, con la Iglesia vasca. Ladaria comunicó el cierre de la denuncia por presuntos abusos contra un profesor del colegio Gaztelueta, del Opus Dei, cuando era el secretario, 'número dos' en la práctica, de la congregación romana -el docente está pendiente de ser juzgado por la vía penal-, y participó en la resolución de la causa abierta contra Pagola por su libro 'Jesús. Aproximación histórica'.
El ascenso de Ladaria ha sido una sorpresa, pese a que la suerte de Gerhard Ludwing Müller estaba echada desde hace tiempo, cuando el purpurado alemán engrosó el núcleo duro de la oposición a Francisco. También ha podido pesar a la hora de ser depuesto -oficialmente no se le ha renovado el cargo al cumplir el quinquenio pese a tener 69 años- su gestión de la cartera de abusos sexuales, a la que el pontífice pretende dar celeridad y transparencia. Ahora llega Ladaria, un teólogo reputado y serio al que ya en 1992 Juan Pablo II le designó como miembro de la Comisión Teológica Internacional, que asesora a Doctrina de la Fe. A esta congregación se incorporó en julio de 2008 de la mano de Josep Ratzinger. En nueve años ha aprendido a dominar la maquinaria del poderoso dicasterio.
Monseñor Ladaria es doctor en Derecho y ha sido profesor de Teología Dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, de la que llegó a ser vicerrector. El nuevo guardián de la doctrina de la Iglesia tiene fama de ser abierto, muy equilibrado y amante del diálogo, unas cualidades necesarias para resolver las peliagudas cuestiones que llegan cada día a su despacho, tanto dogmáticas como morales y pastorales. Uno de los asuntos sobre el que deberá pronunciarse en su momento, en realidad lo hará el Oficio disciplinar, es el que afecta a Juan Kruz Mendizabal, sacerdote guipuzcoano confeso de haber cometido abusos a menores. 'Kakux' se encuentra pendiente de un proceso canónico.
El arzobispo mallorquín ya intervino en su día en el 'caso Gaztelueta', cuando un profesor laico del colegio vizcaíno fue acusado de cometer abusos a un alumno, entonces menor de edad. La familia de la víctima mantuvo una correspondencia con el propio papa Francisco, que ordenó que se investigara la denuncia. Primero lo hizo el centro y luego la prelatura del Opus, supervisada por Javier Echevarría, entonces responsable de la Obra. El pontífice, sin embargo, nombró un enviado personal -delegado apostólico 'ad casun'- para que se acreditara lo que en lenguaje judicial se denomina 'notitia criminis': más allá de la mera información, averiguar la verdad sustentándola en las pruebas obtenidas.
La Justicia sigue su curso
Los 'hombres del Papa' realizaron una investigación durante seis meses y su resultado fue enviado a la Congregación para la Doctrina de la Fe. La conclusión fue que «los hechos no han sido probados». Esa es la respuesta de Luis Ladaria en sendas cartas reservadas que llevan su firma, para la prelatura del Opus Dei en Roma y para el Obispado de Bilbao. Dado que el prelado de la diócesis vizcaína, Mario Iceta, se encontraba en Roma asistiendo al Sínodo la recogió en propia mano para que 'el ordinario', el vicario general Angelmari Unzueta -es el que había seguido el caso-, comunicara de modo pastoral (en persona) la resolución a la familia del menor. La Santa Sede no comunica a las personas sino a las instituciones.
La justicia civil, sin embargo, ha seguido su curso. El juez de Getxo Emilio Lamo de Espinosa abrió juicio por delito de abuso sexual y el caso se encuentran ahora pendiente de la apertura de la vista oral. La carta de Ladaria llamaba a restituir la reputación del profesor, si bien dejaba un portillo abierto: «Sin que se proceda a adoptar, ulteriormente, ninguna otra medida en relación con la citada persona». La sentencia de este caso será leída con lupa por el Vaticano.
A través del Oficio doctrinal, otra de las secciones del dicasterio que ahora dirige, Luis Ladaria también siguió la causa que abrió el Vaticano contra José Antonio Pagola, exvicario de San Sebastián, después de que un grupo de obispos y la propia Conferencia Episcopal arremetieran contra su libro 'Jesús. Aproximación histórica' al considerar que contenía errores doctrinales. Durante la instrucción del proceso, el arzobispo jesuita coincidió con algunos obispos en la embajada española ante la Santa Sede.
Asurmendi, que entonces era titular de Vitoria, le preguntó si «podemos llevar buenas noticias sobre Pagola». «Yo creo que sí», contestó Ladaria. Los presentes lo interpretaron como un mensaje positivo a la Iglesia vasca. Después, la Congregación para la Doctrina de la Fe dictaminó que la obra de Pagola «no contiene ninguna proposición contraria a la fe».
El ascenso de Ladaria ha sido una sorpresa, pese a que la suerte de Gerhard Ludwing Müller estaba echada desde hace tiempo, cuando el purpurado alemán engrosó el núcleo duro de la oposición a Francisco. También ha podido pesar a la hora de ser depuesto -oficialmente no se le ha renovado el cargo al cumplir el quinquenio pese a tener 69 años- su gestión de la cartera de abusos sexuales, a la que el pontífice pretende dar celeridad y transparencia. Ahora llega Ladaria, un teólogo reputado y serio al que ya en 1992 Juan Pablo II le designó como miembro de la Comisión Teológica Internacional, que asesora a Doctrina de la Fe. A esta congregación se incorporó en julio de 2008 de la mano de Josep Ratzinger. En nueve años ha aprendido a dominar la maquinaria del poderoso dicasterio.
Monseñor Ladaria es doctor en Derecho y ha sido profesor de Teología Dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, de la que llegó a ser vicerrector. El nuevo guardián de la doctrina de la Iglesia tiene fama de ser abierto, muy equilibrado y amante del diálogo, unas cualidades necesarias para resolver las peliagudas cuestiones que llegan cada día a su despacho, tanto dogmáticas como morales y pastorales. Uno de los asuntos sobre el que deberá pronunciarse en su momento, en realidad lo hará el Oficio disciplinar, es el que afecta a Juan Kruz Mendizabal, sacerdote guipuzcoano confeso de haber cometido abusos a menores. 'Kakux' se encuentra pendiente de un proceso canónico.
El arzobispo mallorquín ya intervino en su día en el 'caso Gaztelueta', cuando un profesor laico del colegio vizcaíno fue acusado de cometer abusos a un alumno, entonces menor de edad. La familia de la víctima mantuvo una correspondencia con el propio papa Francisco, que ordenó que se investigara la denuncia. Primero lo hizo el centro y luego la prelatura del Opus, supervisada por Javier Echevarría, entonces responsable de la Obra. El pontífice, sin embargo, nombró un enviado personal -delegado apostólico 'ad casun'- para que se acreditara lo que en lenguaje judicial se denomina 'notitia criminis': más allá de la mera información, averiguar la verdad sustentándola en las pruebas obtenidas.
La Justicia sigue su curso
Los 'hombres del Papa' realizaron una investigación durante seis meses y su resultado fue enviado a la Congregación para la Doctrina de la Fe. La conclusión fue que «los hechos no han sido probados». Esa es la respuesta de Luis Ladaria en sendas cartas reservadas que llevan su firma, para la prelatura del Opus Dei en Roma y para el Obispado de Bilbao. Dado que el prelado de la diócesis vizcaína, Mario Iceta, se encontraba en Roma asistiendo al Sínodo la recogió en propia mano para que 'el ordinario', el vicario general Angelmari Unzueta -es el que había seguido el caso-, comunicara de modo pastoral (en persona) la resolución a la familia del menor. La Santa Sede no comunica a las personas sino a las instituciones.
La justicia civil, sin embargo, ha seguido su curso. El juez de Getxo Emilio Lamo de Espinosa abrió juicio por delito de abuso sexual y el caso se encuentran ahora pendiente de la apertura de la vista oral. La carta de Ladaria llamaba a restituir la reputación del profesor, si bien dejaba un portillo abierto: «Sin que se proceda a adoptar, ulteriormente, ninguna otra medida en relación con la citada persona». La sentencia de este caso será leída con lupa por el Vaticano.
A través del Oficio doctrinal, otra de las secciones del dicasterio que ahora dirige, Luis Ladaria también siguió la causa que abrió el Vaticano contra José Antonio Pagola, exvicario de San Sebastián, después de que un grupo de obispos y la propia Conferencia Episcopal arremetieran contra su libro 'Jesús. Aproximación histórica' al considerar que contenía errores doctrinales. Durante la instrucción del proceso, el arzobispo jesuita coincidió con algunos obispos en la embajada española ante la Santa Sede.
Asurmendi, que entonces era titular de Vitoria, le preguntó si «podemos llevar buenas noticias sobre Pagola». «Yo creo que sí», contestó Ladaria. Los presentes lo interpretaron como un mensaje positivo a la Iglesia vasca. Después, la Congregación para la Doctrina de la Fe dictaminó que la obra de Pagola «no contiene ninguna proposición contraria a la fe».
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