Imagen: El Español / Saludo de los presidentes de Perú y la RAE |
La RAE no está sola: el resto de instituciones también incumplen la Ley 3/2007 en masa. Jurisprudencia cuenta con una representación femenina del 2,8%; en Ciencias Morales y Políticas alcanzan el 4%.
Lorena G. Maldonado | El Español, 2017-03-30
La Real Academia Española, con su 17% de académicas numerarias, no es la única institución cultural que segrega testosterona y que incumple alegre y reiteradamente la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de hombres y mujeres. Ésta exige, desde su artículo 26.2, apartado ‘d’, “que se respete y garantice la representación equilibrada en los distintos órganos consultivos, científicos y de decisión existentes en el organigrama artístico y cultural”: una norma que, diez años después, sigue sin llegar a los oídos de las Reales Academias, ya que no sólo no han modificado sus Estatutos internos para facilitar la inclusión femenina, sino que también la han ignorado de facto a la hora de celebrar nuevos nombramientos. No sienten que tengan ninguna deuda con su propia historia.
Resulta curioso que la representación femenina sea tan escueta en los centros de la élite intelectual -de todas las áreas- cuando, según los datos del Ministerio y la OCDE, las mujeres en España tienen mejor rendimiento académico que los hombres en la enseñanza obligatoria, en el Bachillerato y también en la Universidad -en esta última etapa, la brecha se agudiza: la nota media de ellas es de un 7,04 frente al 6,83 de ellos-.
¿Qué sucede después? ¿Por qué son tan pocas las que alcanzan el sillón y el prestigio de la Real Academia de su ámbito? ¿En qué momento del camino se ‘malogran’? Aquí el fenómeno de la cooptación. Los nuevos miembros de estas instituciones culturales se reclutan mediante un sistema de votación endogámico, es decir, sin contar con ningún criterio objetivo ni externo, lo que perpetúa las características del grupo: en este caso, la masculinidad.
El machismo en porcentajes
En la Real Academia de Historia, de 34 sillones de académicos numerarios, sólo 5 son ocupados por mujeres (14,7%). Desde la Ley de Igualdad la dinámica no ha cambiado: de las 16 nuevas incorporaciones que han tenido lugar desde 2007, sólo 2 han sido femeninas, lo que equivale a un 12,5%. María Jesús Viguera Molins fue la última, en 2015. Con todo, la Real Academia de Historia es la única dirigida por una mujer, M.ª del Carmen Iglesias Cano, Condesa de Gisbert, que fue elegida académica en 1989.
La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, dirigida por Fernando de Terán Troyano, cuenta con 56 sillones destinados a los académicos numerarios. De nuevo, sólo 5 son de mujeres, representando un 8,9% de la institución. A partir de la Ley de Igualdad han tenido lugar 13 incorporaciones, de las cuales 3 han sido femeninas (23%). Un dato a destacar es que las tres últimas plazas -estas 3 a las que nos referimos- llevan la firma de Estrella De Diego Otero, Begoña Lolo Herranz y Josefina Molina Reig y se han dado entre 2016 y 2017. Un parche tardío.
La Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales -dirigida por José Elguero Bertolini- tiene 49 sillas y sólo 5 femeninas (10,2%). A partir de la Ley de Igualdad, 20 profesionales nuevos se han incorporado a sus puestos: sólo 4 han sido mujeres. Desde 1988 a 2010, sólo una mujer fue merecedora de este reconocimiento: Margarita Salas Falgueras; ahora acompañada por Pilar Bayer Isant, Ana María Crespo de las Casas, Carmen Nájera Domingo y Caridad Zazo Cardeña.
Jurisprudencia y Políticas, las más masculinas
La Real Academia de Ciencias Morales y Políticas -también dirigida por un hombre, Juan Velarde Fuentes- es el segundo caso más flagrante, sólo con Jurisprudencia y Legislación por delante, con una representación femenina del 4,76%. De 42 académicos numerarios, sólo 2 son mujeres.
Desde la Ley de Igualdad ha habido 21 incorporaciones, y, de ellas, sólo 2 han sido mujeres (un 9,5%) -las mismas, adheridas en los últimos años-. La Real Academia de Medicina -presidida por Joaquín Poch Broto- cuenta con 47 académicos, de los cuales sólo 3 son mujeres, con una presencia del 6,38% en la institución. Cuanto menos llamativo si se tiene en cuenta que, según los datos del último INE, la profesión sanitaria se caracteriza por una amplia mayoría de mujeres, excepto en protésicos dentales y físicos con especialidad sanitaria, donde escasean.
En cuanto a la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, presidida por José Antonio Escudero, de 35 académicos numerarios sólo hay una mujer, que tomó posesión en 2012. Ellas representan el 2,8%. Sin embargo, acudiendo al dato más cercano, las últimas oposiciones para puestos de la Administración de Justicia han sido superadas mayoritariamente por mujeres. Un 71,40% de féminas frente al 28,51% de hombres.
La Real Academia de Farmacia es, de lo malo, lo menos malo: de 50 sillones, 10 están ocupados por mujeres, representando un 20% la institución. De las 13 incorporaciones que se hicieron después de la Ley de Igualdad, sólo 4 fueron femeninas.
A partir de esta mirada panorámica al resto de Reales Academias, la de la Lengua Española parece pseudofeminista, con sus flamantes 8 mujeres en 46 barrocos sillones. Lo dice Félix de Azúa en una entrevista a Crónica Global: “La Academia no sólo no es machista sino que está llena de mujeres y en los próximos meses van a entrar más”, sostiene. “La acusación de machismo de la RAE la pusieron en marcha unas cuantas feminazis que necesitan enemigos”. Suerte que baste con hacer cuentas.
Resulta curioso que la representación femenina sea tan escueta en los centros de la élite intelectual -de todas las áreas- cuando, según los datos del Ministerio y la OCDE, las mujeres en España tienen mejor rendimiento académico que los hombres en la enseñanza obligatoria, en el Bachillerato y también en la Universidad -en esta última etapa, la brecha se agudiza: la nota media de ellas es de un 7,04 frente al 6,83 de ellos-.
¿Qué sucede después? ¿Por qué son tan pocas las que alcanzan el sillón y el prestigio de la Real Academia de su ámbito? ¿En qué momento del camino se ‘malogran’? Aquí el fenómeno de la cooptación. Los nuevos miembros de estas instituciones culturales se reclutan mediante un sistema de votación endogámico, es decir, sin contar con ningún criterio objetivo ni externo, lo que perpetúa las características del grupo: en este caso, la masculinidad.
El machismo en porcentajes
En la Real Academia de Historia, de 34 sillones de académicos numerarios, sólo 5 son ocupados por mujeres (14,7%). Desde la Ley de Igualdad la dinámica no ha cambiado: de las 16 nuevas incorporaciones que han tenido lugar desde 2007, sólo 2 han sido femeninas, lo que equivale a un 12,5%. María Jesús Viguera Molins fue la última, en 2015. Con todo, la Real Academia de Historia es la única dirigida por una mujer, M.ª del Carmen Iglesias Cano, Condesa de Gisbert, que fue elegida académica en 1989.
La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, dirigida por Fernando de Terán Troyano, cuenta con 56 sillones destinados a los académicos numerarios. De nuevo, sólo 5 son de mujeres, representando un 8,9% de la institución. A partir de la Ley de Igualdad han tenido lugar 13 incorporaciones, de las cuales 3 han sido femeninas (23%). Un dato a destacar es que las tres últimas plazas -estas 3 a las que nos referimos- llevan la firma de Estrella De Diego Otero, Begoña Lolo Herranz y Josefina Molina Reig y se han dado entre 2016 y 2017. Un parche tardío.
La Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales -dirigida por José Elguero Bertolini- tiene 49 sillas y sólo 5 femeninas (10,2%). A partir de la Ley de Igualdad, 20 profesionales nuevos se han incorporado a sus puestos: sólo 4 han sido mujeres. Desde 1988 a 2010, sólo una mujer fue merecedora de este reconocimiento: Margarita Salas Falgueras; ahora acompañada por Pilar Bayer Isant, Ana María Crespo de las Casas, Carmen Nájera Domingo y Caridad Zazo Cardeña.
Jurisprudencia y Políticas, las más masculinas
La Real Academia de Ciencias Morales y Políticas -también dirigida por un hombre, Juan Velarde Fuentes- es el segundo caso más flagrante, sólo con Jurisprudencia y Legislación por delante, con una representación femenina del 4,76%. De 42 académicos numerarios, sólo 2 son mujeres.
Desde la Ley de Igualdad ha habido 21 incorporaciones, y, de ellas, sólo 2 han sido mujeres (un 9,5%) -las mismas, adheridas en los últimos años-. La Real Academia de Medicina -presidida por Joaquín Poch Broto- cuenta con 47 académicos, de los cuales sólo 3 son mujeres, con una presencia del 6,38% en la institución. Cuanto menos llamativo si se tiene en cuenta que, según los datos del último INE, la profesión sanitaria se caracteriza por una amplia mayoría de mujeres, excepto en protésicos dentales y físicos con especialidad sanitaria, donde escasean.
En cuanto a la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, presidida por José Antonio Escudero, de 35 académicos numerarios sólo hay una mujer, que tomó posesión en 2012. Ellas representan el 2,8%. Sin embargo, acudiendo al dato más cercano, las últimas oposiciones para puestos de la Administración de Justicia han sido superadas mayoritariamente por mujeres. Un 71,40% de féminas frente al 28,51% de hombres.
La Real Academia de Farmacia es, de lo malo, lo menos malo: de 50 sillones, 10 están ocupados por mujeres, representando un 20% la institución. De las 13 incorporaciones que se hicieron después de la Ley de Igualdad, sólo 4 fueron femeninas.
A partir de esta mirada panorámica al resto de Reales Academias, la de la Lengua Española parece pseudofeminista, con sus flamantes 8 mujeres en 46 barrocos sillones. Lo dice Félix de Azúa en una entrevista a Crónica Global: “La Academia no sólo no es machista sino que está llena de mujeres y en los próximos meses van a entrar más”, sostiene. “La acusación de machismo de la RAE la pusieron en marcha unas cuantas feminazis que necesitan enemigos”. Suerte que baste con hacer cuentas.
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