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EFE | EcoDiario, 2017-03-23
http://ecodiario.eleconomista.es/educacion/noticias/8242458/03/17/Los-jovenes-arabes-con-mayor-nivel-educativo-son-los-que-mas-quieren-emigrar.html
Uno de cada cinco jóvenes de Argelia, Egipto, Líbano, Marruecos y Túnez quiere emigrar, y son los de más nivel educativo los que tienen un mayor deseo de hacerlo, según una investigación coordinada por el CIDOB durante tres años con 10.000 jóvenes de estos países.
El estudio, cuyas conclusiones se han presentado hoy en Barcelona, revela que la voluntad de emigrar -que se acentúa en el caso de Túnez, donde alcanza al 53% de los encuestados- responde al deseo de "encontrar un empleo digno" y unas "mejores condiciones de vida".
El proyecto SAHWA, coordinado por el CIDOB y financiado por la Unión Europea (UE), asegura que "la múltiple exclusión que la juventud vive en los países árabes mediterráneos" se debe a cuatro causas principales: el nivel de vida (28,36%), la situación económica (22,04%), el empleo (12,39%) y el sistema educativo (10,16%).
Los jóvenes de los países analizados, que representan dos tercios de la población total de los mismos, afirman desconfiar de las instituciones nacionales (77%) e internacionales (88%), declaran no formar parte de organizaciones políticas (95%) y no participan en las jornadas electorales (cerca del 60% se abstuvieron en las últimas).
Durante el proyecto, que ha durado desde enero de 2014 hasta marzo de 2017 y en el que se han invertido 2,5 millones, se ha encuestado a 2.000 jóvenes de cada país, con edades comprendidas entre los 15 y los 29 años.
Los datos varían según las características de los encuestados, por ejemplo en cuanto al nivel de escolarización: el sexo (6,3% de las mujeres declaran no haber pasado por la escuela, por el 2,54% de los hombres) y el lugar de residencia (7,18% afirman lo mismo si habitan en medio rural; 1,93% en entornos urbanos) resultan claves.
El 67,37% de los jóvenes asegura haber trabajado por primera vez sin contrato (73% en el caso de los varones), el 57,76% de los que trabajan lo hacen en el sector terciario (78,4% en el caso de las mujeres) y el 70 % afirma no estar registrados en los respectivos sistemas de seguridad social.
Entre los que trabajan, un 72,30% afirman haber encontrado empleo gracias a contactos personales o familiares, y solamente un 21,57% de los jóvenes entrevistados no viven con sus padres.
La tasa de desempleo juvenil en los países árabes del Mediterráneo "está entre las más altas del mundo", recuerda un comunicado del CIDOB, pues en 2014 alcanzaba el 30 %, frente a un promedio mundial del 13%.
Además, "un mayor nivel educativo significa un mayor índice de paro", lo que se traduce "en un sentimiento general de frustración y exclusión social" y explica que sean los jóvenes más preparados los que alberguen mayor deseo de emigrar.
El estudio concluye que es necesario "repensar los sistemas educativos de la región", a la par que se debe "prestar especial atención al sector informal" -que emplea al 70% de los jóvenes y "crea un entorno marcado por la precariedad y la incertidumbre"- y hay que fortalecer las oficinas públicas de empleo.
Para generar más confianza en las instituciones se deben crear "estructuras más participativas" y para combatir la exclusión se recomienda llevar a la práctica "políticas intersectoriales" y "contextualizadas" según cada situación.
La jornada la han inaugurado el presidente del CIDOB, Antoni Segura; la coordinadora científica de SAHWA e investigadora del CIDOB, Elena Sánchez; y el conseller de Asuntos Exteriores de la Generalitat, Raül Romeva.
El estudio, cuyas conclusiones se han presentado hoy en Barcelona, revela que la voluntad de emigrar -que se acentúa en el caso de Túnez, donde alcanza al 53% de los encuestados- responde al deseo de "encontrar un empleo digno" y unas "mejores condiciones de vida".
El proyecto SAHWA, coordinado por el CIDOB y financiado por la Unión Europea (UE), asegura que "la múltiple exclusión que la juventud vive en los países árabes mediterráneos" se debe a cuatro causas principales: el nivel de vida (28,36%), la situación económica (22,04%), el empleo (12,39%) y el sistema educativo (10,16%).
Los jóvenes de los países analizados, que representan dos tercios de la población total de los mismos, afirman desconfiar de las instituciones nacionales (77%) e internacionales (88%), declaran no formar parte de organizaciones políticas (95%) y no participan en las jornadas electorales (cerca del 60% se abstuvieron en las últimas).
Durante el proyecto, que ha durado desde enero de 2014 hasta marzo de 2017 y en el que se han invertido 2,5 millones, se ha encuestado a 2.000 jóvenes de cada país, con edades comprendidas entre los 15 y los 29 años.
Los datos varían según las características de los encuestados, por ejemplo en cuanto al nivel de escolarización: el sexo (6,3% de las mujeres declaran no haber pasado por la escuela, por el 2,54% de los hombres) y el lugar de residencia (7,18% afirman lo mismo si habitan en medio rural; 1,93% en entornos urbanos) resultan claves.
El 67,37% de los jóvenes asegura haber trabajado por primera vez sin contrato (73% en el caso de los varones), el 57,76% de los que trabajan lo hacen en el sector terciario (78,4% en el caso de las mujeres) y el 70 % afirma no estar registrados en los respectivos sistemas de seguridad social.
Entre los que trabajan, un 72,30% afirman haber encontrado empleo gracias a contactos personales o familiares, y solamente un 21,57% de los jóvenes entrevistados no viven con sus padres.
La tasa de desempleo juvenil en los países árabes del Mediterráneo "está entre las más altas del mundo", recuerda un comunicado del CIDOB, pues en 2014 alcanzaba el 30 %, frente a un promedio mundial del 13%.
Además, "un mayor nivel educativo significa un mayor índice de paro", lo que se traduce "en un sentimiento general de frustración y exclusión social" y explica que sean los jóvenes más preparados los que alberguen mayor deseo de emigrar.
El estudio concluye que es necesario "repensar los sistemas educativos de la región", a la par que se debe "prestar especial atención al sector informal" -que emplea al 70% de los jóvenes y "crea un entorno marcado por la precariedad y la incertidumbre"- y hay que fortalecer las oficinas públicas de empleo.
Para generar más confianza en las instituciones se deben crear "estructuras más participativas" y para combatir la exclusión se recomienda llevar a la práctica "políticas intersectoriales" y "contextualizadas" según cada situación.
La jornada la han inaugurado el presidente del CIDOB, Antoni Segura; la coordinadora científica de SAHWA e investigadora del CIDOB, Elena Sánchez; y el conseller de Asuntos Exteriores de la Generalitat, Raül Romeva.
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