martes, 14 de marzo de 2017

#hemeroteca #transexualidad | Tiffany, la transexual del voleibol: "Es un estúpido quien crea que tengo ventaja porque fui un hombre"

Imagen: El Mundo / La transformación de Rodrigo en Tiffany
Tiffany, la transexual del voleibol: "Es un estúpido quien crea que tengo ventaja porque fui un hombre".
Jugó como hombre en la Superliga española, antes de someterse a un cambio de sexo en 2015: "Ahora sí soy yo". Algunos rivales, que se sienten agraviados por su superioridad física, han amenazado con boicotear la competición.
Ismael Monzón | El Mundo, 2017-03-14
http://www.elmundo.es/deportes/mas-deporte/2017/03/14/58c71bd722601d3c308b45c9.html

A la brasileña Tiffany Pereira el escándalo no le es extraño. Transexual y deportista de élite, una combinación que no siempre casa bien, es apenas una debutante en la Serie A2 (segunda división) femenina de la liga de voleibol italiana. Pero antes fue profesional en la competición masculina, bajo el nombre de Rodrigo Pereira. Destacó en España, por ejemplo. Y aunque ya no es quien fue, los clubes rivales denuncian un agravio porque antes de la mujer hubo un hombre. Ella se explica y lamenta el trato que ha recibido desde que la polémica estalló el 19 de febrero, con su debut. En el pasado todo había sido más sencillo, rememora.

«Cuando jugaba en España la gente sabía lo que era, un poco femenina, pero siempre me respetaron», asegura en una entrevista vía Skype, con distintos medios, entre ellos El Mundo. «En el vestuario sólo tuve amigos y nadie se preocupaba de si uno era gay o tenía cualquier otra orientación sexual. Nadie amenazó con dejar de jugar por eso. Conocí a muchos gais y bisexuales, pero no vi que se discriminara por eso», añade.

Se refiere a su época en el Ortodent Caravaca o el Cajasol Juvasa, con los que disputó la máxima competición masculina en España. Las crónicas de entonces relatan que Rodrigo Pereira, conocido como Pará, «cuajó una impresionante temporada en el debut de los caravaqueños en la Superliga». Con pasado también en Francia, Holanda y Portugal, fue en Bélgica, en 2015, donde por última vez se puso la camiseta de un equipo masculino. Ya entonces había comenzado un proceso de cambio de sexo, que concluyó recientemente.

A sus 32 años, ya no es más Rodrigo, sino Tiffany. Y, según su entrenador, ha perdido el 60% de la potencia que tenía como hombre. No obstante, conserva, claro, los 192 centímetros de altura que la convierten en una rematadora superior al resto de sus actuales rivales. Y por ahí emerge la polémica. «Ese es mi verdadero problema, que soy más alta que las demás», insiste Tiffany, arrolladora en su estreno con el Golem Palmi. Aportó 28 puntos, un seguro de victoria ante el Delta Informatica Trentino.

Otros equipos, como la Millenium Brescia, amenazaron con no salir a la pista si Pereira estaba entre sus adversarias. «¿Qué pasaría si vamos a Brasil, traemos a tres trans y las ponemos a jugar en la A2 femenina? Ganamos el campeonato», reaccionó Emanuele Catania, director deportivo del Brescia. Ambos equipos, por cierto, jugaron en la última jornada de Liga, con triunfo del Golem Palmi y otros 28 puntos de Tiffany, que ataja: «Quien crea que tengo una ventaja física por haber sido antes un hombre es un estúpido. Las críticas me han fortalecido. Ahora vivo mucho más tranquila, porque ahora sí soy yo misma».

La Federación Mundial de Voleibol le ha dado vía libre para que compita en categoría femenina, acogiéndose a la normativa del Comité Olímpico Internacional. Según la regla, las transexuales tienen limitado el nivel de testosterona a un máximo de 10 nanogramos por litro durante el primer año de competición. «Es una mujer a todos los efectos, así consta en su documentación», señalan desde su equipo, con sede en un pequeño pueblo de 20.000 habitantes de la región de Calabria. Hasta allí se han desplazado en las últimas semanas las cámaras de la RAI y todos los periódicos italianos.

Desde que su nueva identidad se reveló -junto a una fotografía de cuando todavía era un hombre- en la prensa de medio mundo, Tiffany se muestra molesta porque muchos han pontificado sin tomarse la molestia de preguntar. De ahí que para evitar la distracción de equipo y jugadora, el Golem Palmi decidiera aceptar esta entrevista. «Será la última», dicen, al menos hasta que se pase el revuelo.

«No me esperaba todo esto, pero las polémicas me han hecho reaccionar y trabajar más duro», declara. Asegura que su sueño es llegar a la máxima competición italiana, debutar con la canarinha y, en el terreno personal, formar una familia. Echando balones fuera, una vez más, insiste en que la acogida de sus compañeras ha sido «muy buena», aunque, matiza: «Ni siquiera Cristo gustaba a todos».

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