Imagen: La Razón / Shaza Ismail y Jimena Rico |
Tras la caída de Mubarak, la situación de las parejas gais no ha mejorado en Egipto: la Policía los «caza» en las redes sociales.
Rocío López | La Razón, 2017-05-01
http://www.larazon.es/sociedad/cuando-ser-homosexual-se-considera-libertinaje-DB15057598
La peripecia de Jimena y Shaza ha puesto de relieve las dificultades que tienen las parejas homosexuales para vivir su relación en los países islámicos. La homosexualidad no figura explícitamente como delito en el Código Penal de Egipto, aunque existen otros mecanismos punitivos. Dos leyes promulgadas en 1950 y 1961 para combatir la prostitución y el libertinaje respectivamente, han llevado a decenas de personas a prisión con motivo de su orientación sexual. Uno de los casos más sonados durante la dictadura de Mubarak se produjo en 2001, cuando 52 personas fueron arrestadas en el «Boat Queen», un barco que solía ser frecuentado por homosexuales. Acusados de delitos contra la moral, 21 fueron sentenciados a tres años de cárcel y trabajos forzados.
La persecución no cesó tras la caída del dictador. Por el contrario, desde el golpe de Estado de 2013 que elevó al poder al ex jefe de las Fuerzas Armadas, Abdel Fatah el Sisi, las redadas y las detenciones se han intensificado. Así lo confirma a este periódico Ibrahim Abdella, cofundador de la ONG Solidarity with Egypt LGTB: «Además, los medios están ahora más implicados en la difusión de un discurso del odio. El presentador de televisión Tamer Amin comenzó a dirigir en su programa palabras muy duras contra los gais, especialmente tras el vídeo de la boda difundido en 2014». La mencionada grabación fue registrada por los asistentes a una ceremonia celebrada en un barco sobre el Nilo, en la que una pareja de hombres escenificaba un casamiento ante un grupo de amigos. Ocho de ellos fueron identificados en el vídeo, que fue difundido por los medios locales y condenados a tres años de cárcel. En 2015, 26 varones que habían sido acusados de participar en «orgías homosexuales» en un baño público fueron absueltos, aunque su detención ya había sido emitida en televisión por la periodista Mona Iraqi, quien se jactaba de haber denunciado los hechos a la Policía.
Las redes sociales y las «apps» de contactos son otra de las herramientas empleadas por los agentes, quienes efectúan su cacería contactando a posibles objetivos con cuentas falsas. Entre finales de 2013 y noviembre de 2016, Solidarity with Egypt LGTB ha registrado 114 casos abiertos contra gays en los que figuran 210 homosexuales y 64 personas transgénero, entre quienes se incluyen nueve extranjeros. El cofundador de la organización añade un apunte desgarrador: «Desafortunadamente no contamos con datos sobre lesbianas. Creemos que la razón es que en una sociedad tan conservadora como esta, las mujeres homosexuales sufren la misma discriminación que los varones pero con una diferencia: en su caso, es mucho más fácil para sus familiares encerrarlas en casa y obligarlas a contraer matrimonio con un hombre». Según Abdella, la reacción de las familias al descubrir que la orientación sexual de sus allegados no se ajusta a la norma depende de lo tradicional que sean sus miembros. Los casos más extremos pueden terminar con lo que se conoce como crímenes de honor: «Hay hombres que han sido asesinados por sus propios parientes, nosotros hemos contabilizado varios casos» revela este activista.
La persecución no cesó tras la caída del dictador. Por el contrario, desde el golpe de Estado de 2013 que elevó al poder al ex jefe de las Fuerzas Armadas, Abdel Fatah el Sisi, las redadas y las detenciones se han intensificado. Así lo confirma a este periódico Ibrahim Abdella, cofundador de la ONG Solidarity with Egypt LGTB: «Además, los medios están ahora más implicados en la difusión de un discurso del odio. El presentador de televisión Tamer Amin comenzó a dirigir en su programa palabras muy duras contra los gais, especialmente tras el vídeo de la boda difundido en 2014». La mencionada grabación fue registrada por los asistentes a una ceremonia celebrada en un barco sobre el Nilo, en la que una pareja de hombres escenificaba un casamiento ante un grupo de amigos. Ocho de ellos fueron identificados en el vídeo, que fue difundido por los medios locales y condenados a tres años de cárcel. En 2015, 26 varones que habían sido acusados de participar en «orgías homosexuales» en un baño público fueron absueltos, aunque su detención ya había sido emitida en televisión por la periodista Mona Iraqi, quien se jactaba de haber denunciado los hechos a la Policía.
Las redes sociales y las «apps» de contactos son otra de las herramientas empleadas por los agentes, quienes efectúan su cacería contactando a posibles objetivos con cuentas falsas. Entre finales de 2013 y noviembre de 2016, Solidarity with Egypt LGTB ha registrado 114 casos abiertos contra gays en los que figuran 210 homosexuales y 64 personas transgénero, entre quienes se incluyen nueve extranjeros. El cofundador de la organización añade un apunte desgarrador: «Desafortunadamente no contamos con datos sobre lesbianas. Creemos que la razón es que en una sociedad tan conservadora como esta, las mujeres homosexuales sufren la misma discriminación que los varones pero con una diferencia: en su caso, es mucho más fácil para sus familiares encerrarlas en casa y obligarlas a contraer matrimonio con un hombre». Según Abdella, la reacción de las familias al descubrir que la orientación sexual de sus allegados no se ajusta a la norma depende de lo tradicional que sean sus miembros. Los casos más extremos pueden terminar con lo que se conoce como crímenes de honor: «Hay hombres que han sido asesinados por sus propios parientes, nosotros hemos contabilizado varios casos» revela este activista.
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