domingo, 10 de diciembre de 2017

#hemeroteca #activismo #lgtbi | «Tenemos muchos frentes abiertos»

Imagen: El Comercio / Mané Fernández, Alma de Luis, Lucía Fernández, Yosune Álvarez y Rebeca Heredia
«Tenemos muchos frentes abiertos»
Xega dice que «queda un largo camino por recorrer» para acabar con la discriminación. Fundadores y miembros hacen balance del papel de la asociación en sus 25 años y afirman que aún «no hay igualdad real» para el colectivo LGTB.
Laura Castro | El Comercio, 2017-12-10
http://www.elcomercio.es/asturias/frentes-abiertos-20171210010949-ntvo.html

La mayoría de asociaciones se muestran satisfechas de cumplir años, pero para los de XEGA, colectivo asturiano de gais, lesbianas, transexuales y bisexuales, su vigesimoquinto aniversario les refuerza la realidad de que todavía son necesarios. Sueñan con 'jubilarse', pero creen que todavía «queda un largo camino por recorrer».

Xega nació el 1 de diciembre de 1992, año el que la Organización Mundial de la Salud aún catalogaba la homosexualidad como una enfermedad. Hasta la revolución, en sus inicios silenciosa e invisible, vivían en la clandestinidad. «Íbamos a sitios oscuros, en los que pasar desapercibidos, que además estaban cerrados a cal y canto. Tenías que llamar al timbre para poder entrar y rezar porque no te viera el vecino de turno y te colgaran ya la etiqueta de gay», cuenta Julián Alonso, uno de los fundadores de Xega.

Durante esos primeros años, los dos ejes principales de actuación en los que se centró el colectivo fueron la lucha a favor de la visibilización y contra el VIH. «A partir de los 90 se experimentó cierto retroceso en los avances de la comunidad LGTB (Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales), pues habíamos conseguido algunos derechos y a mucha gente le bastó con eso», señala Tino Burgos, otro de quienes pusieron en marcha Xega. «El VIH se vinculó pronto a las 'tres haches': hemofílicos, haitianos y homosexuales. Sentíamos el vacío y la soledad cuando la gente era víctima de una enfermedad para la que no tenían información ni tratamiento y que además es mortal», lamenta Burgos.

Los inicios «fueron sin duda lo más difícil», pero en la actualidad aseguran que quedan muchos frentes abiertos.

De hecho, advierten de que no se ha avanzado tanto como puede parecer. Según el informe de delitos del Ministerio del Interior, el 44% de los crímenes de odio cometidos en 2015 fueron contra personas LGTB. Y al año siguiente este porcentaje creció un 33%, señala Mané Fernández, coportavoz de la Federación Estatal del colectivo, que apunta que estos datos se pueden analizar desde un doble discurso: «Hay más agresiones, pero también se denuncian más. Es como el iceberg de la violencia machista, solo estamos viendo una parte, pero por desgracia queda mucho por debajo».

Sus compañeros están convencidos de que se han dado pasos para la igualdad legal, pero que aún es una utopía, como hace 25 años. «Si tan aceptada está la diversidad sexual, ¿cómo es que todavía no se atreven a salir del armario jugadores de fútbol o políticos? ¿De verdad son todos heteros o es que tienen miedo a exponerse a la crítica social?», plantea Fernández. Asturias, critican, tampoco «está para colgarse medallas». De hecho, en el último estudio realizado por la Federación Estatal LGTB relacionado con las fobias hacia el colectivo en el ámbito escolar, en el que participó el Principado, se concluyó que el 88% de los casos de acoso escolar van dirigidos hacia ellos. «Los adolescentes están reproduciendo conductas de rechazo y machistas hacia el colectivo», subraya Alma de Luis, de 17 años y miembro de Xega. No hace falta ser gay o lesbiana, solo parecerlo para tener la etiqueta», añade Fernández.

En Xega inciden en que ellos también sufren las consecuencias de los «estigmas del heteropatriarcado». «El machismo y las fobias hacia el colectivo LGTB son dos manifestaciones de un mismo problema: los modelos de masculinidad son erróneos», apunta Yosune Álvarez, coordinadora de este colectivo. A pesar de que es una problemática que afecta a todos los tipos de condiciones sexuales, recalcan que quienes más lo sufren son las mujeres transexuales.

«Primero fueron avanzando los homosexuales, ahora toca perder la ignorancia hacia las personas trans. El miedo causa la violencia», sostiene Rebeca Heredia. Y mientras siguen en lucha para conseguir sus objetivos, van sumando. «Soy hetero y llevo en Xega un año y medio. Me uní a ellos porque quería hacer una labor de concienciación entre los jóvenes y demostrarles que no se puede discriminar a otra persona solo por su sexualidad», destaca Lucía Fernández, de 16 años. Y es que, como ella dice, «todos tenemos derecho a sentirnos libres y aceptados».

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