Imagen: Levante / Carles Senso |
El libro de Senso desmitifica el periodo postfranquista vivido en València a través del estudio de una de las publicaciones más influyentes de aquel momento.
Maria Bonillo | Levante, 2017-04-24
http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2017/04/24/transicion-desencantada/1557805.html
El libro «De la il·lusió al desencís. La Transició Valenciana a través de Valencia Semanal», de Carles Senso, recorre los abruptos años que siguieron a la dictadura de Franco mediante el estudio de los 120 números que duró la publicación y a través de los cuales retrata a la sociedad política valenciana de la época.
Hacía dos años que se había muerto el dictador, las primeras elecciones democráticas aún estaban recién salidas del horno y comenzaba a gestarse la «Batalla de València» en ese ambiente preestatutario que vivió la Comunitat Valenciana a finales de los setenta. En ese contexto, en 1977, nació la revista ‘Valencia Semanal’, una publicación con «restringido éxito comercial» pero que pronto se convirtió en referente político e intelectual de la época, según explica el periodista de Levante-EMV e historiador Carles Senso en su libro «De la il·lusió al desencís. La transició valenciana a través de ‘Valencia Semanal’», que se presentará en la Fira del Llibre de València el próximo viernes.
La revista duró apenas 120 números, hasta 1980. Efímera pero intensa. Nació con marcado carácter independiente, democrático y nacionalista de izquierdas. Trasladó las tertulias de cafés y ateneos al papel, convirtiéndose durante el proceso en escuela de periodismo, con redactores como Amadeu Fabregat, Pilar López, Rosa Solbes, Emilia Bolinches, Miguel Ángel Villena, Ferran Belda, Javier Valenzuela, Ernest Sena, Jesús Sanz, Emili Piera, Jaime Millás o José Luis Torró. Su estudio, según Senso, ayuda a dibujar el panorama que se vivió en València durante aquellos años, y de paso, desmitificar aquel periodo calificado por algunos de sus actores como «modélico».
«La investigación revela que hay infinidad de capítulos de violencia que se han obviado. Violencia policial, de la extrema derecha, de la extrema izquierda», relata Senso. Hechos que, como se recoge en el prólogo por parte de Ferran Archilés, los historiadores tienen más que asumidos, pero que parecen no haber traspasado el umbral del ámbito estrictamente académico. En una clara voluntad de historiador-comunicador, Senso desenmascara en su libro, fruto de su tesis doctoral, los aspectos menos atractivos de este capítulo de la Historia reciente.
«No hay que caer en un revisionismo de los hechos, sino del relato. Es necesario analizar cómo nos han contado la Transición», detalla el periodista. ¿Quién ganó, pues, la Batalla de València? «Evidentemente, la izquierda perdió. Su gran victoria fue conseguir que la lengua autóctona se convirtiera en subsidiaria», concluye el autor.
«‘Valencia Semanal’ tiene una primera experiencia independiente, fruto de la voluntad de un grupo de jóvenes periodistas que trabajaban a cambio de poco», narra Senso. La publicación desapareció, como lo hacen la mayoría, por falta de financiación. «Cuando deja de ser viable económicamente se hace cargo el PSPV-PSOE, formación que la rescata pero que acaba con ella al mismo tiempo. El partido traslada a la revista sus luchas internas», explica el periodista. «Lo que mata a un medio de comunicación es ligarse estrechamente a los poderes», lamenta el autor.
¿Se puede comparar aquella época de efervescencia del debate después de 40 años de dictadura con la actual, salida de la crisis económica de 2008 que engendró a los movimientos de indignados? ¿Son aquellas tertulias comparables a las asambleas del 15M? «No hay que caer en la tendencia de querer comparar el pasado con lo que nos ocurre en la actualidad», alerta Senso.
Hacía dos años que se había muerto el dictador, las primeras elecciones democráticas aún estaban recién salidas del horno y comenzaba a gestarse la «Batalla de València» en ese ambiente preestatutario que vivió la Comunitat Valenciana a finales de los setenta. En ese contexto, en 1977, nació la revista ‘Valencia Semanal’, una publicación con «restringido éxito comercial» pero que pronto se convirtió en referente político e intelectual de la época, según explica el periodista de Levante-EMV e historiador Carles Senso en su libro «De la il·lusió al desencís. La transició valenciana a través de ‘Valencia Semanal’», que se presentará en la Fira del Llibre de València el próximo viernes.
La revista duró apenas 120 números, hasta 1980. Efímera pero intensa. Nació con marcado carácter independiente, democrático y nacionalista de izquierdas. Trasladó las tertulias de cafés y ateneos al papel, convirtiéndose durante el proceso en escuela de periodismo, con redactores como Amadeu Fabregat, Pilar López, Rosa Solbes, Emilia Bolinches, Miguel Ángel Villena, Ferran Belda, Javier Valenzuela, Ernest Sena, Jesús Sanz, Emili Piera, Jaime Millás o José Luis Torró. Su estudio, según Senso, ayuda a dibujar el panorama que se vivió en València durante aquellos años, y de paso, desmitificar aquel periodo calificado por algunos de sus actores como «modélico».
«La investigación revela que hay infinidad de capítulos de violencia que se han obviado. Violencia policial, de la extrema derecha, de la extrema izquierda», relata Senso. Hechos que, como se recoge en el prólogo por parte de Ferran Archilés, los historiadores tienen más que asumidos, pero que parecen no haber traspasado el umbral del ámbito estrictamente académico. En una clara voluntad de historiador-comunicador, Senso desenmascara en su libro, fruto de su tesis doctoral, los aspectos menos atractivos de este capítulo de la Historia reciente.
«No hay que caer en un revisionismo de los hechos, sino del relato. Es necesario analizar cómo nos han contado la Transición», detalla el periodista. ¿Quién ganó, pues, la Batalla de València? «Evidentemente, la izquierda perdió. Su gran victoria fue conseguir que la lengua autóctona se convirtiera en subsidiaria», concluye el autor.
«‘Valencia Semanal’ tiene una primera experiencia independiente, fruto de la voluntad de un grupo de jóvenes periodistas que trabajaban a cambio de poco», narra Senso. La publicación desapareció, como lo hacen la mayoría, por falta de financiación. «Cuando deja de ser viable económicamente se hace cargo el PSPV-PSOE, formación que la rescata pero que acaba con ella al mismo tiempo. El partido traslada a la revista sus luchas internas», explica el periodista. «Lo que mata a un medio de comunicación es ligarse estrechamente a los poderes», lamenta el autor.
¿Se puede comparar aquella época de efervescencia del debate después de 40 años de dictadura con la actual, salida de la crisis económica de 2008 que engendró a los movimientos de indignados? ¿Son aquellas tertulias comparables a las asambleas del 15M? «No hay que caer en la tendencia de querer comparar el pasado con lo que nos ocurre en la actualidad», alerta Senso.
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