Imagen: El Mundo / Concentración contra la LGTBIfobia en Madrid, Enero 2016 |
Francisco Ríos | La Voz de Galicia, 2017-04-14
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2017/04/14/elegetebefobia/0003_201704G14P14991.htm
Existen palabras para designar la aversión a los gais (‘homofobia’), a las lesbianas (‘homofobia’ y ‘lesbofobia’), a los transexuales (‘transfobia’) y a los bisexuales (‘bifobia’), aunque solo ‘homofobia’ aparece en el Diccionario. Y ha surgido el problema de hallar un sustantivo que dé nombre al rechazo a todas esas identidades y tendencias.
Hay quien lo busca a partir de una sigla en la que aparecen las iniciales de ‘lesbianas, gais, transexuales y bisexuales’, LGTB, a veces con las formas LGBT y GLBT (las variantes se multiplican cuando se añade la inicial de algún otro colectivo). El elemento compositivo que expresa rechazo es ‘-fobia’, que se une sin guion a la raíz de la palabra a la que afecta: ‘fotofobia’, ‘claustrofobia’. Lo que no está claro es cómo se escribe cuando sigue a una sigla: ¿’LGTB fobia’, ‘LGTB-fobia’ o ‘LGTBfobia’? Hay quien cree que esta última, ‘LGTBfobia’, es la grafía más adecuada, sin guion por estar el elemento compositivo en posición final.
La colocación de un elemento compositivo tras una sigla escrita con mayúsculas es inusual. No lo es que aquel aparezca en posición inicial. En este caso se enlazan con guion «para evitar -dice la Ortografía- la contigüidad de minúsculas y mayúsculas en interior de palabra: ‘mini-PC’, ‘anti-UV’, ‘anti-OTAN’». Pero no es normal una palabra con dos o más mayúsculas seguidas de minúsculas. Y un elemento compositivo cuya sílaba inicial formase una nueva sílaba con la última mayúscula complicaría el problema. ‘LGTBlogía’, por ejemplo, se leería [elegeteblogía], con lo que se pierde la noción de la sigla base, que, sin embargo, se conserva en ‘LGTB-logía’.
Existe una alternativa, el alfónimo, la palabra resultante del deletreo de la sigla, que, como cualquier otro nombre, admite elementos compositivos: ‘elegetebefobia’. El problema es su longitud y la dificultad de articularlo espontáneamente, pues exige repasar mentalmente el orden de las letras de la sigla. Si a ello se le añade que este acortamiento tiene variantes, la cuesta se empina aún más.
Posiblemente la multiplicación de formas de la sigla acabe llevándonos al empleo de un término genérico que la sustituya. Se ha propuesto, aunque sin mucho éxito, ‘arcoíris’ y el inglés ‘queer’ (raro, extraño, maricón...), que suscita bastante rechazo. También hay quien propone el neologismo ‘homotransfobia’ y quien sugiere el empleo de ‘homofobia’ con un sentido amplio, que abarque el rechazo a quienes no son heterosexuales o de lo que se denomina género binario. El tiempo dirá por qué optan los hablantes.
Hay quien lo busca a partir de una sigla en la que aparecen las iniciales de ‘lesbianas, gais, transexuales y bisexuales’, LGTB, a veces con las formas LGBT y GLBT (las variantes se multiplican cuando se añade la inicial de algún otro colectivo). El elemento compositivo que expresa rechazo es ‘-fobia’, que se une sin guion a la raíz de la palabra a la que afecta: ‘fotofobia’, ‘claustrofobia’. Lo que no está claro es cómo se escribe cuando sigue a una sigla: ¿’LGTB fobia’, ‘LGTB-fobia’ o ‘LGTBfobia’? Hay quien cree que esta última, ‘LGTBfobia’, es la grafía más adecuada, sin guion por estar el elemento compositivo en posición final.
La colocación de un elemento compositivo tras una sigla escrita con mayúsculas es inusual. No lo es que aquel aparezca en posición inicial. En este caso se enlazan con guion «para evitar -dice la Ortografía- la contigüidad de minúsculas y mayúsculas en interior de palabra: ‘mini-PC’, ‘anti-UV’, ‘anti-OTAN’». Pero no es normal una palabra con dos o más mayúsculas seguidas de minúsculas. Y un elemento compositivo cuya sílaba inicial formase una nueva sílaba con la última mayúscula complicaría el problema. ‘LGTBlogía’, por ejemplo, se leería [elegeteblogía], con lo que se pierde la noción de la sigla base, que, sin embargo, se conserva en ‘LGTB-logía’.
Existe una alternativa, el alfónimo, la palabra resultante del deletreo de la sigla, que, como cualquier otro nombre, admite elementos compositivos: ‘elegetebefobia’. El problema es su longitud y la dificultad de articularlo espontáneamente, pues exige repasar mentalmente el orden de las letras de la sigla. Si a ello se le añade que este acortamiento tiene variantes, la cuesta se empina aún más.
Posiblemente la multiplicación de formas de la sigla acabe llevándonos al empleo de un término genérico que la sustituya. Se ha propuesto, aunque sin mucho éxito, ‘arcoíris’ y el inglés ‘queer’ (raro, extraño, maricón...), que suscita bastante rechazo. También hay quien propone el neologismo ‘homotransfobia’ y quien sugiere el empleo de ‘homofobia’ con un sentido amplio, que abarque el rechazo a quienes no son heterosexuales o de lo que se denomina género binario. El tiempo dirá por qué optan los hablantes.
‘LGTBfobia’, junto y con mayúscula en las siglas.
Fundéu, 2016-06-30
http://www.fundeu.es/recomendacion/lgtbfobia-junto-y-con-mayuscula-en-las-siglas/
El término ‘LGTBfobia’, que alude al rechazo al colectivo de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales y que parte de una sigla que actúa como base léxica a la que se le añade el elemento compositivo '-fobia', está bien formado en español al igual que su forma desarrollada ‘elegetebefobia’.
De forma aislada, la aversión a cada uno de estas expresiones sexuales y a sus colectivos se denomina ‘lesbofobia’, ‘homofobia’, ‘transfobia’ y ‘bifobia’.
El hecho de que el elemento compositivo ‘-fobia’ esté en posición final hace que se escriba unido a la sigla, sin necesidad de guion o de espacio.
En algunos medios de comunicación se pueden leer informaciones como «La herramienta sindical contra la LGTB-FOBIA…» o «Una obra cuyo fin era convertirse en una herramienta para prevenir la LGTB fobia», cuando lo adecuado habría sido optar por escribir ‘LGTBfobia’: «La herramienta sindical contra la LGTBfobia…» o «Una obra cuyo fin era convertirse en una herramienta para prevenir la LGTBfobia».
Aunque la sigla ‘LGTB’ es la más frecuente en los medios para referirse de manera genérica a estos colectivos, es habitual encontrar variantes como ‘LGTBI’ (en la que la última letra es la inicial de ‘intersexuales’) o cambios de orden (‘LGBT’ o ‘GLBT’) que, como indica el ‘Diccionario gay-lésbico’ de Félix Rodríguez, se utilizan para dar mayor protagonismo a un grupo determinado.
En todos los casos, el sustantivo que alude al rechazo a esos grupos puede formarse asimismo mediante la adición de ‘-fobia’ a la sigla correspondiente: ‘GLTBfobia’, ‘LGTBIfobi’a…
Este tipo de composiciones no por ser novedosas en español son incorrectas, pese a que, como en este caso, las siglas que sirven de base léxica sean una sucesión de consonantes.
De forma aislada, la aversión a cada uno de estas expresiones sexuales y a sus colectivos se denomina ‘lesbofobia’, ‘homofobia’, ‘transfobia’ y ‘bifobia’.
El hecho de que el elemento compositivo ‘-fobia’ esté en posición final hace que se escriba unido a la sigla, sin necesidad de guion o de espacio.
En algunos medios de comunicación se pueden leer informaciones como «La herramienta sindical contra la LGTB-FOBIA…» o «Una obra cuyo fin era convertirse en una herramienta para prevenir la LGTB fobia», cuando lo adecuado habría sido optar por escribir ‘LGTBfobia’: «La herramienta sindical contra la LGTBfobia…» o «Una obra cuyo fin era convertirse en una herramienta para prevenir la LGTBfobia».
Aunque la sigla ‘LGTB’ es la más frecuente en los medios para referirse de manera genérica a estos colectivos, es habitual encontrar variantes como ‘LGTBI’ (en la que la última letra es la inicial de ‘intersexuales’) o cambios de orden (‘LGBT’ o ‘GLBT’) que, como indica el ‘Diccionario gay-lésbico’ de Félix Rodríguez, se utilizan para dar mayor protagonismo a un grupo determinado.
En todos los casos, el sustantivo que alude al rechazo a esos grupos puede formarse asimismo mediante la adición de ‘-fobia’ a la sigla correspondiente: ‘GLTBfobia’, ‘LGTBIfobi’a…
Este tipo de composiciones no por ser novedosas en español son incorrectas, pese a que, como en este caso, las siglas que sirven de base léxica sean una sucesión de consonantes.
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