domingo, 18 de marzo de 2018

#hemeroteca #feminismo | Ana de Miguel: "Almodóvar nos ha amaestrado a que ser puta es maravilloso"

Imagen: La Voz del Sur / Ana de Miguel
Ana de Miguel: "Almodóvar nos ha amaestrado a que ser puta es maravilloso".
La filósofa y profesora feminista valora la huelga del #8M, habla sobre la polémica de las paragüeras, la prostitución y el Caso Weinstein, entre otros temas, con motivo de su visita a Jerez para dar una conferencia sobre los retos del feminismo.
Claudia González Romero | La Voz del Sur, 2018-03-18
https://lavozdelsur.es/ana-de-miguel-almodovar-ha-amaestrado-que-ser-puta-es-maravilloso

La filósofa, escritora y profesora Ana de Miguel (Santander, 1961) es una de las eminencias del movimiento feminista en España, con más de 20 años dedicados a la investigación para esclarecer el origen de la desigualdad de género y conocer los nuevos mecanismos que permiten que el patriarcado continúe "asfixiando" a la mujer en el siglo XXI. Su penúltimo libro, ‘Neoliberalismo sexual. El mito de la libre elección’, arroja luz a la polémica de las paragüeras del Circuito de Jerez, un asunto que causó revuelo en el municipio y que se fue extendiendo a lo largo y ancho del mundo. En el mes de las reivindicaciones feministas, la filósofa visita la ciudad jerezana para dar una conferencia sobre ‘Los retos del feminismo: un mundo con rumbo’, organizada por Ganemos Jerez, en el salón de la ONCE.

P. ¿Cómo califica la huelga feminista del pasado 8 de marzo?

R. Impactante. No hay nadie que no se haya quedado impactado en este país. No creo que nadie de aquí ni del resto del mundo. Ayer hablé con una profesora de la Universidad de Columbia y me dijo: "Explícame esto". Nadie ha podido infravalorarla realmente.

P. ¿Seguimos en la tercera ola feminista, o estamos ya en una cuarta?

R. Estudio mucho el mundo anglosajón y tenemos que estudiar qué pasa en el resto del mundo. Y el feminismo anglosajón tiene una influencia inmensa en España. Autoras como Judith Butler o alguna francesa... Y en los periódicos del mundo anglosajón lleva escribiéndose sobre que estamos en una cuarta ola desde hace 10 años. Se refieren a este feminismo ‘cool’ al que se suman actrices y que cada vez más se va poniendo de moda. Como que Beyoncé se negara a bailar con chicos y baile siempre con mujeres. El feminismo iba tomando posiciones en una serie de cosas con mucha visibilidad: el cine, los videoclips, las cantantes, la moda... Y el impacto de las nuevas tecnologías, sobre todo. Estas le han dado al feminismo una dimensión que no tenía antes, que era llegar por las ‘bloguers’, ‘youtubers’... que ejercen, igual que las llaman ‘influencers’, mucha influencia sobre las chicas y los chicos.

P. Sobre el Caso Weinstein, ¿cree que se destapó por intereses de la industria cinematográfica o por la concienciación de los medios de comunicación?

R. Totalmente por la conciencia. El feminismo, de forma lenta —demasiado lenta porque llevamos más de 200 años—, una convence a varias más y esas varias más. Es un proceso de concienciación muy lento y que tiene que ir apoyado porque las mujeres tengamos una posición más fuerte dentro de la sociedad, de más poder en el sentido de capacidad. No en el sentido del dominio, sino de tener capacidad. Que nuestra opinión se oiga, estar en los medios de comunicación, capacidad de haber estudiado y estar en la universidad... En ese sentido, lo de Weinstein ha tenido bastante que ver los hijos de Woody Allen. El hijo de Woody Allen lleva años entregado a hacer ver a la comunidad de Hollywood lo que significa infravalorar los abusos sexuales de su padre. Ha sido él quien ha iniciado una investigación. Todo el mundo lo sabía, ¿no? Pero alguien tiene que crear un ambiente de "hasta aquí hemos llegado". Que es como sucede en las revueltas, en las revoluciones. Es el proceso lento en que las mujeres pasan a considerarse personas y entonces lo que antes consideraban tolerable —como que le sobaran el culo—, de repente, ya no lo es.

Yo tengo una hija de 19 años, le pongo muchas películas que me han gustado y hace poco le puse ‘Chicago’, ​protagonizada por Renée Zellweger y Catherine Zeta-Jones. En la primera sale Katherine medio desnuda bailando en un cabaret. Un baile donde ves lo buena que está y lo bien que baila. Y la otra la mira con mucha envidia. Y mientras ella está mirando, pasa uno que le toca el culo y en la siguiente escena se ve cómo ella se está acostando con él. Y ella se estaba acostando con él para conseguir un puesto y poder entrar como fuera de corista ahí, para trabajar. Se estaba viendo como absolutamente normal. Y lo sacan profundamente idealizado, ¡ah qué guay! Una escena de polvo de los 90. Y yo vi cómo mi hija me miró y me dijo: "¿Pero esto qué es? ¿qué me estás enseñando? ¿cómo hay que acostarse con alguien para conseguir un trabajo?". Igual no ha soportado el paso del tiempo. Mira que luego habrá números buenos. Pero es que en los 90 nos han amaestrado a que teníamos que usar la sexualidad para cualquier cosa y todo genial. Almodóvar nos ha amaestrado a que ser puta es maravilloso y que violen a transexuales también. Y es una cosa que ya ha cansado.

P. Jerez saltó a las cabeceras por liderar un cambio: eliminar la figura de las paragüeras del Circuito de Jerez por sexualizar a las mujeres y convertirlas en un mero anuncio. Pero en la ciudad hubo más detractores que apoyos, con el argumento de que iban a perder sus puestos de trabajo, cuando se pensaba recolocarlas. ¿Su penúltimo libro, ‘Neoliberalismo sexual. El mito de la libre elección de las mujeres’, trata sobre esto, ¿no?”.

R. Es un ejemplo providencial. Sin embargo vemos cómo esto sigue una estela: la Fórmula 1, la vuelta ciclista... En el momento en el que las mujeres estamos plantadas como seres humanos, ya, vernos o ver a nuestras hermanas como elementos decorativos... Uno, cuyo sentido es ser elementos decorativos y elementos sexuales, porque no son otra cosa, son parte del atrezo. Dos, su actitud: servir ante el ser humano neutral que es el que va a conducir, subir una montaña, a dar una conferencia... Y en la televisión iremos a por las azafatas estas que están todo el día también. Luego alguien puede decir, bueno mujer, si ellas quieren... Lo primero, cualquier ser humano quiere, si mañana establecemos la poligamia, claro que querrán muchas personas, pero el caso es qué estructuras y qué instituciones queremos para una sociedad que está implicada en la igualdad. Y bueno, a nosotras las mujeres no nos pasa nada por no ver a chicos medio desnudos continuamente. Es más, nos pasan cosas muy buenas por no aprender e interiorizar que los chicos varones son trozos de carne hermosos a nuestro servicio, mientras nosotras desempeñamos nuestro trabajo vestidas.

Y te diré que las chicas jóvenes sufren una presión enorme por sus cuerpos. Estoy harta de estar con adolescentes, y no hay ninguna que considere que tiene bien los brazos. Ninguna, porque, por ejemplo, en el programa de Wyoming, Sandra Sabatés sale todos los días enseñando sus hermosos brazos torneados. A mí me han invitado varias veces y si voy se lo diré, yo vengo, pero quiero los hermosos brazos torneados de vosotros. ¿Por qué ella tiene que aparecer así? No es ya que ella aparezca como un reclamo sexual, si no que las chicas están todo el día viendo los cuerpos de otras bien hechos. Y de ahí no salen bien.

P. La mujer objeto, la explotación de la mujer para satisfacer al hombre... Dice que mientras vivamos en un patriarcado, la prostitución seguirá siendo una escuela de desigualdad humana, perpetuando la relación entre sexualidad y dominación. ¿Cuál es su postura ante la prostitución?

R. La prostitución es mucho más que la prostitución. Verdaderamente es una escuela de desigualdad porque es donde a los chicos jóvenes, que son encantadores, pero la sociedad les va a convencer de esta idea: las mujeres están para que tú disfrutes con ellas. Punto, entonces, cómo en una sociedad igualitaria, cómo les vas a introducir esa idea. Las mujeres son trozos de carne para que tú te corras. Mira, para que tú tengas placer te vamos a poner chicas de todos los países, que no hablan tu lengua, qué más da, son trozos de carne. La prostitución es la institución que al chico, varón, futuro hombre, le dice: si tienes dinero en la cartera, te vamos a poner una en un polígono o en un burdel o en un escaparate. Te vamos a poner una para que tú puedas disfrutar sexualmente con ella. ¿Qué les está diciendo la sociedad a ese chico? No te pongas en el lugar de ella, ponerse en el lugar de los demás es el punto número uno de lo que llamamos la posición moral. Yo soy profesora de filosofía moral, y se está rompiendo la definición de trata a una persona de manera moral. Dos, piensa solo en tu placer. Eso que se está construyendo es el núcleo de la persona para una sociedad neoliberal capitalista repugnante dispuesta a que, ¿qué te importan los demás? Solo te importa tu placer. Eso sí, un taco de dinero en el bolsillo porque si no, tampoco nos vas a importar nada tú. Y este mensaje lo están oyendo machaconamente.

Yo voy al cine con mis hijos adolescentes y todo es: tú que eres un transgresor, que no te pones límites... solo les falta decir: "Vete de putas". Es que se está construyendo este nuevo ser humano que bajo la argucia de que es tan rebelde y tan transgresor, te lo dice el propio capitalismo desde los anuncios y la prostitución es el consumo de seres humanos, el no poner límites. Es un conglomerado de significados que hacen juego. Y eso es lo que espero comentarles a tus compañeros de Jerez.

P. Todo muy roussoniano, que la sociedad es la que pervierte a las personas.

R. Sí. Es la sociedad pero es que la sociedad se vuelca realmente en el rosa y el azul, bajo la apariencia de que educamos en igualdad. Se vuelca en hacer chicos y chicas de manera distinta. Eso sí. Estudiar Física y Lengua, todos lo mismo. Pero no es el estudio lo que te da el sentido de tu vida, son los valores que se forjan.

P. ¿Está relacionada la prostitución con los vientres de alquiler?

R. Lo está totalmente, porque el patriarcado lo que ha hecho, como núcleo duro, es construir a las mujeres como seres de segunda, el segundo sexo, con un motivo. Para convertirlas más en cuerpo que en mente. Como cuerpo, las mujeres han hecho muchos servicios en general y a hombres en particular. Cuidar al resto de los cuerpos. —No me gusta mucho hablar de cuerpos porque yo creo que las personas somos seres humanos y el cuerpo va incluido en el paquete, pero por eso mismo está el daño de esta sociedad hacia las mujeres—. Las convierte en cuerpo por tres motivos: cuerpo que cuida a los demás, utilizando todos los recursos, también emocionales, pero físicos sobre todo; cuerpo que bien ornamentado es un objeto sexual para dar placer a los demás, como por ejemplo las paragüeras; y cuerpos para reproducir a la especie. Porque si no se reproduce, aquí se acaba todo ¡eh!. Es algo muy importante, pero en concreto para reproducir a los hombres. Porque si no te has dado cuenta, tú llevas el apellido de tu padre, y lo llevas porque tú eres más de tu padre que de tu madre. Que lo lleves el primero es la señal indeleble de que tú has sido engendrada más por tu padre que por tu madre, que ha sido donde te has cocido. La ley del padre es que los hijos son del padre, solo de ellos la patria potestad, durante siglos.

Y ahora hay colectivos como los gais que nunca habían tenido interés en el cuerpo de las mujeres en este tercer caso. Y ahora lamentablemente han pasado a tenerlo. Y aplican lo de la teoría de la libre elección a lo bestia. ¿Qué queremos? Mujeres que engendran nuestros hijos. Pues vamos a desarrollar la teoría de la libre elección. Ahí el feminismo ha luchado por la libertad de las mujeres. ¿no? Pues entonces libertad para las mujeres que lo quieran hacer. Y así, de sencillito, con este giro tan mono. ¿Habéis luchado para ser libres? Ahora vais a ser libres para hacer libremente lo que antes hacíais por obligación. Y a ver quién es capaz de oponerse en una sociedad que valora la libertad y que en los institutos todos los chicos y chicas están ya convencidos de que la libertad es esto, elegir como vas vestida, o elegir si eres puta o no.


P. Hace poco una campaña del Instituto Andaluz de la Mujer contra el acoso callejero se descolgó de Youtube momentáneamente por la cantidad de hombres que denunciaron que el video incitaba al odio contra el hombre, cuando nosotras somos las intimidadas y señaladas en la calle. ¿Para usted, qué significa un piropo?

R. La pregunta ya me resulta tramontana. Yo no sabía ni que siguieran existiendo los piropos. Yo como persona del Norte, de Santander, o ya por la edad... Yo veo que los hombres nos han dado azotes en el culo hasta la saciedad, cuando yo era pequeña, te pellizcaban, te metían mano... Pero piropos... Esto me parece una intromisión ilegítima en el área de la intimidad de una persona. Pero a mí me preocupa más ver a los chicos, que los veo continuamente, escupiendo en el suelo. Pandillas de 15 años, señores de 50, de 70... Y sin cortarse un pelo. Yo, más que oír decirles piropos a nadie, lo que les veo es escupiendo. Fíjate qué es lo que hacen en el espacio público. No veo nunca a una mujer escupiendo, a no ser que sea una persona mayor que lo necesite. Pero, ¿qué coño piensan del espacio público? ¿Qué es suyo? Pero lo de los piropos... Pasa un hombre o una mujer por la calle y es que no me tolero decirle nada de su aspecto físico ni de nada. No entiendo por qué otros lo tienen que hacer.

P. Resulta que cuando suelo debatir sobre estos temas, los hombres opinan que son males menores para las mujeres, y que en la actualidad la gran lucha de la mujer es la brecha salarial. ¿Qué opina si algún hombre le asalta con esto?

R. Opino lo mismo que opinaba Aleksandra Kolontái, la gran feminista comunista, de principios del siglo XX. Lenin, líder de la revolución soviética, quería que se hiciera un trabajo específico con las obreras para hacerlas comunistas. Porque decía que las mujeres era la parte más retrógrada de la sociedad. Como eran religiosas, cuidadoras de la familia, más conservadoras... Había que hacer un trabajo específico para enseñarles la economía marxista, la teoría del Estado y la revolución... Pero ellas, las obreras, se juntaban y solo querían hablar de temas de matrimonio, del amor, de la sexualidad, de lo infelices y la amargura que sentían con sus compañeros varones, por cómo las trataban de mal, seguramente por la violencia o por cómo se gastaban el poco dinero que tenían en los burdeles de la esquina o en beber. Y Lenin cuando se enteró montó en cólera. El primer estado revolucionario en peligro y las trabajadoras conciencias por las noches se dedican a hablar de temas del amor y la familia en el presente y en el futuro. Las feministas marxistas como Aleksandra Kolontái por su puesto que reflexionaron sobre lo económico, y sobre el tema de los cuidados, de que los hombres debían pasar a hacer los cuidados, pero también hablaban de todos los temas relacionados con lo desempoderadas que estaban, cómo las trataban —como a la nada— de sexualidad, mucho de amor, del cuidado de los hijos…

Esta respuesta vacilona de que todo es la economía y la economía reducida a brecha salarial, vamos a ver, hay brecha salarial por algo, la brecha salarial es la consecuencia de todo lo anterior, de todo lo que ellas quieren discutir. De por qué los hombres no hacen nada en casa, de por qué los hombres se consideran el ser humano neutral, de por qué se les tolera todo lo que quieran hacer en las relaciones sexuales, afectivas... como tener dos familias, tener hijos ilegítimos por ahí... Ahora, dicho esto, en el mundo en el que vivimos, el trabajo es absolutamente necesario porque es un embrión de autonomía, autonomía intelectual, afectiva, moral... Hoy en día tienes que tener tu autonomía y si dependes económicamente de alguien, estás también en sus manos del resto de las maneras. Salvo excepciones, que siempre las hay. Es que esos hombres, lo que hacen es echar balones fuera, decir: vuestro problema es algo en lo que ¡ay!, mira por donde yo no puedo hacer nada, lo podrá hacer el malvado empresario o el malvado Estado que mantiene la brecha salarial. Hay brecha salarial porque tú estás ahí, y porque seguramente, si tenéis un hijo, y ella ha cogido el trabajo a tiempo parcial... Es todo, es un sistema y dentro de este todos desempeñan una función.

P. En una entrevista con José Ángel Lozoya, expuso que “no hay igualdad real sin el cambio de los hombres”. Pero, ¿cuál debería ser el papel de los hombres en el movimiento feminista?

R. Lo primero, sentarse a leer los libros y a estudiar. Leer un libro que diga qué es el feminismo, de dónde venimos. En 200 años cómo ha sido la lucha de las mujeres. Por qué los hombres nos han puesto tantos obstáculos para llegar a donde hoy hemos llegado. Por qué estamos siempre planteándoles nuestras reivindicaciones y ellos, pues nada, mirando a otro lado. Tienen que sentarse a leerlo. El feminismo es una teoría completa de vida. Ya no podemos seguir dándoles clases particulares en la barra de los bares. No podemos estar manteniendo debates que nos aburren porque ya lo llevamos teniendo 35 años.

Tienen que hacer el esfuerzo de formarse un poco, porque en el feminismo no vale la mera intención del quiero hacer algo para ser igual. Tienes que conocer las causas de cómo se reproduce la desigualdad para poder atacarlas. Y eso solo puedes hacerlo estudiando. Lo primero es comprender la lógica del sistema, comprender cómo se reproduce la desigualdad, cómo se legitima para saber luego cómo comenzar a realizar acciones que verdaderamente transformen la sociedad patriarcal.

P. Para terminar, ¿cuál ha sido la frase machista que más la ha ofendido?

R. Es una larga retahíla. Pero voy a poner la de Nietzsche: “Una cosa te digo, Zaratrusta, si vas con mujeres, no olvides el látigo”. Por ser un filósofo al que adoran mis alumnas y alumnos. Y cada vez que les digo esto, no lo pueden tolerar. Levantan la mano y me dicen: “Usted no ha comprendido a Nietzsche”. Y les digo, sí, dime que parte de la frase no he comprendido.

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